domingo, 31 de enero de 2016

A propósito de la molestia que causan los motores

Lo que sigue es una idea exploratoria, algo oscura, confusa, por lo que advierto que es densa, y algo inexacta, a quienes pretendan leerla, ya que pueden desistir de hacerlo si eso no les place. La publico porque tiene elementos para una crítica del desarrollismo vigente, entre otras cosas.


En la hipocresía vigente la gente urbana no reconoce lo debido al malestar causado por los motores. Hasta eso llega la incapacidad de análisis humano al orden pío capitalista. ¿De qué deriva la compulsión captadora, que prioriza al mantenimiento de los motores, encendidos contínuamente; la mañía de tomar, de acoger propiedades, en vez que el interés de socializar? Lo pregunto porque hay una acumulación de pertenencias que no es reconocida, incluso en el lumpenaje. El lumpenproletariado también es un factor de la sobreproducción, ya que demanda productos innecesarios, y masivamente, porque es la mayor parte de la humanidad. ¿Qué porcentaje de la humanidad es andrajoso en sus pertenencias? ¿Dos tercios? De serlo, serían cerca de 4 mil 500 millones de humanos, para un total de más de 7 mil. La elite y la clase media, quizás cerca de unos 2 mil 500 millones, no es andrajosa en sus pertenencias casi nunca, pero es de mala socialidad, y contaminada y explotada, así que envidiarle las pertenencias a la clase alta omite reconocerle su desgracia, lo que es una brutalidad, igual que lo que se hace con la lectura de los medios de comunicación, cuya desazón no se reconoce. Los medios de comunicación electrónicos funcionan a motor, a motores de circuitos electrónicos, por los cuales pasa la corriente eléctrica, igual que en los restantes motores eléctricos, los de nafta y diesel también, ya que al quemárselos se genera energía motriz, que se transforma en electricidad, lo mismo que sucede en las centrales hidrocarburíferas. Las otras fuentes de electricidad son las centrales hidroeléctricas, las nucleares, las eólicas y las solares, y hay motores de fuerza mecánica, que no es eléctrica. En la red mundial de generación, traslado y consumo eléctrico, las centrales eléctricas hacen la corriente de electricidad, que enciende motores en las zonas modernizadas de los siete continentes y de los océanos, ya que los barcos actuales, que funcionan con electricidad a la vez que con energía motriz, son modernos; sea de noche o de día, y en la atmósfera, lo que además de generar electromagnetismo les permite funcionar en el espacio urbanizado terráqueo, que está conectado en una red informativa mundial satelital que traslada señales radioeléctricas y cableadas a la vez que la infomación impresa.

Es la transformación humana de la materia la que es cuestionable, porque no es placentera, y eso deviene de la prohibición de la lascivia hecha por las religiones, que hegemonizan a las naciones, pretenden con algo de éxito ser su guía espiritual, confundidas en las visiones desarrollistas y en la capitalista, entre las que contractúan, lo mismo que con las concepciones veristas, que dan a ver en vez que fiar, a su vez contractivas entre sí, y mezcladas entre ellas. De esa contracción conceptiva surge una ideología algo buena y coherente y algo mala e incoherente, compuesta por las ideologías humanas, cuya falencia es producto de la comprensión irracional, acientífica, que lleva a practicar mal por la incontinencia ocasionada porque se practica según se cree, y por razones malas, insuficientes, con las que se justificaron opresiones y explotaciones; pero aún así, luego de haberlas hecho, la humanidad no reconoce bien la realidad, se basa en certezas a la vez que en símbolos, y es algo frívola, incluso para guerrear: las guerras no carecen de frivolidad, a la que se ve en las películas bélicas, que no están exentas de humor desubicado, y llenas de motores, ya que el belicismo es el mayor traccionante de la industria: requiere las piezas más refinadas y conduce al desarrollismo capitalista vigente. Los modelos de desarrollo responden al interés militar, que es el precursor de los avances más sofisticados en la ciencia y la tecnología: hay una relación íntima entre el capital y el belicismo, ya que la guerra siempre se hizo para capturar. El capitalismo tiene predecesores en las edades previas, pero el modo de captación dominante pasó de ser feudal a industrial, y después financiero, en lo que la agricultura también se industrializó, todo eso a partir del motor a carbón, lo que encumbró a la captación de valor de cambio, o sea, a las finanzas, devenidas en agente hegemónico de la política y la economía, con sus derivaciones en la cultura. El capital financiero conduce a la humanidad pero sin cuestionar a las piedades: ellas son su precondición, y su función de mando social permanece poco conciente en el capitalismo: se piensa a veces que a la conducción de las sociedades la hacen solamente los gobiernos, las empresas, los organismos supranacionales, la enseñanza escolar, sin que se sepan bien cuáles son sus relaciones con las iglesias y sus instituciones conexas. La modernidad, que se caracteriza por el modo, por medir, es el sustantivo abstracto de la medida, y en su afán racionalizador, proveniente del renacentismo de la filosofía de la antigüedad grecorromana operado en Europa desde fines de la Edad Media, por la divulgación de los escritos clásicos, masivizó la destreza, hizo que miles de millones de humanos midieran sus prácticas, y transformaran a la tierra y a la naturaleza midiendo: de allí su profusión a los medios, conjuntos de cosas medidas, sean de extracción, fabricación, transporte, consumo, desecho, comunicación, enseñanza, salud y demás; pero la práctica moderna, considerada en su conjunto, es algo mala, y por eso la humanidad no sólo no alcanza a cumplir las promesas de la modernidad, sino que la medición fue y será mal usada, de lo que la modernidad es cuestionada, sin comprendérsela bien a veces, sin saber lo que es en sí, centrándose en sus aberraciones como si la humanidad no se hubiera beneficiado en nada con la extensión social de la medida y la razón, y como si las aberraciones modernas no hubieran sido irracionales; pero defender a la modernidad, o más bien a la razón, no ordena por sí mismo a la barbarie humana, sea civilizada o no, por lo que el proyecto moderno no se cumple en la modernidad, de lo que ella falla lo que falla y logra lo que logra sin que llegue a ser la vida humana para sí que pretende el racionalismo orgiástico, que es el comunismo si se lo entiende bien, ya que el comunismo busca que la humanidad viva orgiásticamente de buena manera, pero tampoco se cumple el ascetismo fideísta, que pretende salvar a las almas de los que considera pecadores, ni el desarrollo sin pobreza del capitalismo, que ni siquiera sabe bien qué es la pobreza, su sentido existencial: la estiman según la tasa de producto bruto por habitante, medido en valor de cambio, sin atender a la falta de relación verdadera entre el índice y la realidad a la que representa, ni a los otros aspectos de la pobreza. Así el desarrollismo capitalista no podrá triunfar, aunque rija, porque no atiende al problema de hacer que toda la humanidad comprenda su lugar en la historia terráquea, y objetive vivir para que toda ella goce bien, lo que no podrá ser mientras haya educaciones sacrificiales, que predican a sus legos su guía máxima para la conducta, que rigen aunque hayan sido secularizadas y aunque sean falsas, para quienes las adoptan cuando las adoptan, y tienen consecuencias distorsivas para el conjunto de la práctica humana, y por eso causan sentimientos desagradables. De allí que ordenarla lo suficiente sea imposible en lo inmediato, y tal vez por el resto del predominio humano en el planeta. Ordenar bien la práctica humana depende de que se ordene bien toda la humanidad.


Nota

Cuando dije que una meta del comunismo es que la humanidad sea orgiástica de buena manera quise decir que ese es uno de sus objetivos, que debe subordinarse a los más importantes, relativos a los otros aspectos del orden social.

viernes, 15 de enero de 2016

Piedad e inflación

Lo siguiente es una hipótesis que tendría que ser estudiada para comprobarla o refutarla.

Se me ocurre que, en tanto que la inflación es histórica, el aumento de precios efectuado por los capitalistas responde, además de al interés de incrementar sus ganancias, que es el motivo capitalista, a una forma tergiversada de castigo de la alta piedad contra el proletariado, que le pone en los precios un maltrato por tener un modo de vida relativamente disipado en comparación con el del empresariado. Eso explicaría porqué los mayores causantes de la inflación son los grupos concentrados, liderados por las elites. No obstante, también está el interés de acumulación capitalista, motivado por la compulsión inversionista, que es un tema en sí mismo, aunque vinculado a los demás. Es un punto a desentrañar, para el que habría que estudiar a los capitalistas, e indagar en su concepción del mundo más allá de la económica, aunque también de ella.

martes, 12 de enero de 2016

Religión y concepción capitalista

La concepción capitalista, en tanto que es un hecho histórico, es un hecho en sí misma, tiene sus particularidades, que la hacen irreductible a la religión; pero, no obstante, es un subproducto de ella, con elementos que se le corresponden y otros que se le contradicen.

domingo, 10 de enero de 2016

Apuntes sobre la etimología de la violencia y el lugar de la fe en la determinación de la práctica humana, y de la falsedad comunista

1. La violencia puede que sea un derivado de la fe, ya que verbalmente es fácil modular la boca para convertir a la letra efe en una vé corta, lo que se hace al decir fiolencia, que suena como feolencia, que vendría a ser el sustantivo abstracto de la fe. Habría que investigarlo a sabiendas de que el lenguaje es una creación histórica. La violencia es una característica de algunas prácticas humanas derivada de una mala concepción ideológica, parte de la cual es la práctica de pensar lo que se va a hacer de acuerdo a ella y que las hace fallar, ya que la fe es un determinante de la práctica en tanto que la gente se conduce píamente. Para ejecutar su práctica, los humanos religiosos piensan en el orden de la vida que les dicta su orden conceptual, su cosmovisión, que les pauta su razón de ser y sus deberes humanos, lo que, aunque sea falso y se complete con los saberes proles, les guía sus acciones, de las que luego evalúan las consecuencias, una vez que el daño ya fue hecho. Por eso es que la fe causa mala práctica.

Fallar está emparentado con el anglosajón fall, que es tanto alemán ˗se escribe fallan, y se pronuncia, aproximadamente, la efe como vé corta, la doble ele como ele simple y la última a como e˗, como inglés y estadounidense: es fall, con efe inicial en la verbalización. Asimismo, el decaimiento castellano es fonéticamente similar al descreimiento: cambia el “ca” por el “scre”; eso se condice con el hecho de que la creencia lleve al descrédito, que es decadente porque la creencia, en que se basa la práctica, es falsa, es un mal modo para conducirla.

Algo de lo decaído por la práctica humana mala es verdadero, ya que la falsedad humana causa una decadencia general, inlcuso en lo que es verdadero, que participa de la misma historia.


Los fiolos, que en jerga lumpenproletaria son los proxenetas, son violentos, porque la prostitución es fideísta, aunque no sólo por eso. Aquello se nota en la estética diablista propia de la prostitución. El lugar degradado y condenado que se le asigna al comercio sexual en la civilización cristiana, y habría que saber qué sucede en las otras, como la del islamismo, responde a que la sexualidad, píamente, es prohibida, sujeta a restricciones estrictas, porque es fetichizada por el mito del pecado originario y porque es una forma de la lascivia, contraria a la ascética penosa que el cristianismo eclesiástico propone como modo de salvar las almas. De allí que los cristianos fanáticos se crean autorizados a maltratar a las prostitutas y, de distinta manera, a sus clientes, ya que los estiman como a pecadores que deben sufrir por sus incumplimientos a los mandatos de su dios. En casos de fanatismo extremo, la condena a la sexualidad es ejecutada por gente que se cree que está aplicando la justicia divina, como Jason, el loco de la motosierra de la película de terror. Cabe decir que las películas estadounidenses de terror provienen de la derecha ultra, como el Tea Party, que plantea la perversión de gozar el dolor o de lo que relatan como advenimiento del apocalipsis.


2. El cientificismo tampoco garantiza que la práctica sea buena, ya que el desarrollismo es ejecutado en su nombre, porque el iluminista es un cientificismo feo, que cuestionó a la fe pero no la terminó, más bien se compuso con ella, de lo cual el capitalismo recurre a la ciencia para incrementar el poder de su práctica, cosa que logra porque la ciencia pía desconoce a las consecuencias de sus prácticas que interfieren con sus objetivos: pero ahí los objetivos son los que están mal puestos, ya que el progreso de la humanidad no puede ser en términos creyentes, y menos aún si se orienta su práctica a la mentira de salvar las almas de los pecadores, que los cristianos suponen que somos todos, porque conciben al nacimiento pecaminosamente, en vez que a disfrutar la vida, a hacer que la humanidad viva para sí misma. La URSS falló al implementar el desarrollismo porque actuó por mímesis, por imitar el progreso de Occidente, que al basarse en la idea del sacrificio lleva a la explotación, ahora no en nombre de dios sino en el del paradigma de la inclusión de las poblaciones en el desarrollo, derivado del progresismo pío capitalista. El desarrollismo no podrá alcanzar sus objetivos mientras no haya sido reemplazada la piedad por la ciencia verdadera: a lo sumo logrará algunos de ellos, a costa de otros aspectos, lo que lo hará fallar, ya que el objetivo de la ciencia, que deseamos los humanos animalmente, es el de lograr que la vida humana sea buena integralmente, no en algunos aspectos sí y en otros no, para gozarla lo mejor que sea posible; e incluso el cientificismo materialista falla cuando justifica prácticas deplorables, que son indetenibles porque la ciencia es financiada por el capital: ese es el problema de la sumisión de los científicos, igual que la de los restantes asalariados y otros empleados por los capitalistas. El empleo capitalista causa una sumisión reproductiva del orden vigente, que está en crisis porque a la gente no le gusta sufrir, excepto al ser perversa, de lo que las intenciones buenas pujan por imponerse porque provienen de un deseo natural verdadero, que orienta a las aspiraciones de la lucha comunista y de las luchas democráticas, aunque son confusas y la realidad no es lo que se pretende con él. La lucha comunista es para que la humanidad ordene su práctica según la verdad, no según la creencia, y de acuerdo a los reclamos legítimos de toda la humanidad. De allí que el comunismo no haya sido una garantía de buena política, porque su concepción se basó en el orden desarrollista, que aunque haya puesto en entredicho a la religión carga con su lógica, es un derivado de ella, y no fue propenso a averiguar lo suficiente antes de mandar a hacer, porque fue corrompido por las potencias pías, que forzaron al gobierno soviético a sostener una competencia entre potencias internacionales, de lo que el gobierno soviético sometió a las naciones que conformaban la URSS a un régimen explotador, semejante al del bloque estadounidense. No obstante, la intención comunista sigue siendo legítima, porque busca que la humanidad viva bien desde el saber verdadero, pero el comunismo debe ser corregido, porque el desarrollismo está mal definido, y lleva a una mala producción, como es la de la China, que produce autoritariamente. La inversión en infraestructura que planea hacer el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) es semejante a la del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES) brasilero: megaproyectos explotadores impuestos desde los gobiernos, con las oposiciones sociales violentadas, que no mejoran la vida en realidad porque son explotadores e inconsensuados: reproducen la pobreza política, social y ambiental. Aunque el modelo chino superara al estadounidense después habría que seguir luchando para obtener un modo de vida placentero, que no sería porque el esfuerzo que costaría mantenerlo lo haría imposible, porque se basa en obras imponentes. Habrá que buscar un modelo de desarrollo verdadero, es decir, que integre al autogobierno social con la autogestión económica y cultural en una práctica humana fácil pero buena.

Aunque sea difícil hacérselo saber al gobierno chino, se lo hará saber porque su política es explotadora, y la gente querrá que dejen de explotarla.

Los desafíos del movimiento comunista internacional serán grandes, y tendrá que luchar incluso contra sí mismo, porque no es del todo bueno: le falta admitir y ser consecuente con algunas verdades a las que ignora. Por eso es que los dirigentes comunistas tendrán que abrirse a responder a lo que omiten, y sólo serán buenos cuando lo hagan, ya que eso hace al socialismo: el comunismo también puede ser retardatario e injusto, o progresar mal, y los gobiernos comunistas dirigen mal a las naciones cuando las hacen esforzar en contrario a un orden político laxo, decidido voluntariamente, a causa de la competencia entre las potencias planetarias. El modelo chino tendrá que ser corregido, desde una crítica respetuosa, para lo que será preciso un debate mundial, igual que para el resto del desarrollismo, pero eso no es lo único que habrá que tener en cuenta, sino que también estará la determinación pacífica del islamismo y de tantas otras concepciones fallidas.


Lecturas

Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, Madrid, Siglo XXI, 1991.

Alberto Cruz, “Los movimientos de China y Rusia tras la reforma del FMI: acelerar la desdolarización”, en Rebelión, 9 de enero de 2016; “China humilla a Estados Unidos y marca el ritmo en la nueva geopolítica”, en CEPRID, 22 de abril de 2015.

Nuevo diccionario etimológico “Latín-español” y de las voces derivadas, obra citada, vocablo “fallō”.


Notas

1. El libro de Berman merecería un análisis detallado que no puedo hacer, pero sí quiero señalar que hay un problema serio con su defensa del Palacio de Cristal, el de la exposición industrial de 1851, ya que su instalación requirió de un esfuerzo enorme hecho por los obreros, mientras que los ingenieros daban las órdenes y los pobladores del lugar en que fue puesto reprimieron sus pareceres al respecto, porque no fueron consultados sobre ella, además de la extracción, el traslado y la transformación de los materiales. A las obras arquitectónicas, como a todas, hay que juzgarlas integralmente: deben tener consenso, ser hechas igualitaria y voluntariamente, o sea, ser obras de la comunidad, hechas por sus miembros según sus designios libres y ecológicamente, para que el trabajo sea gustoso. El problema es que la humanidad debate poco antes de obrar, y no se detiene a corregirse una vez que ha empezado, por lo que un objetivo del socialismo debe ser que las comunidades humanas debatan lo suficiente antes de implementar sus prácticas, sean económicas o no, y sepan detenerse cuando sea necesario.

2. La piedad puede que sea un derivado etimológico de la feidad, por transformación lingüística.

3. Si bien no pude probar mediante el diccionario etimológico la relación entre la fe y la falsedad, sí es cierto que ésta última se relaciona con fallar en el sentido de decaer: ambas provienen de fallō. La relación entre la fe y la degradación es comprobable históricamente, aunque resta dilucidar su vínculo etimológico.

Lo que sí encontré, en la Enciclopedia Salvat, es que la fealdad deriva de la fidelidad, ya que la palabra “fealdad” proviene del vocablo fidelitas, en una acepción inflexiva. La explicación de esto es que la fe, como hace mal, afea.