Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Un balance anticipado y parcial de las elecciones brasileras

Aparte de los demás aspectos de la cuestión, a los que no trataré porque los ignoro, un problema importante que tiene el Partido de los Trabajadores es que durante su último mandato desconoció mucho a los movimientos sociales: cuando el modelo desarrollista chocó con la oposición de éstos el gobierno brasilero fue incapaz de corregir su política e incorporar las críticas ciertas a su programa, por lo cual en algunos casos la política gubernamental para con los conflictos sociales fue la de la represión. Los cuadros mayores del PT y sus aliados todavía no asumen esto, lo que es un problema grave. Y se soslayó a conflictos sociales y a reivindicaciones importantes -la urbanización de los barrios precarios, postergada por las obras para el mundial de fútbol, la aceleración de la reforma agraria, la preservación de la amazonía y de los indígenas, el problema del tránsito, etc.-. También a la crítica de la política macroeconómica y financiera que hizo Roberto Leher en el Observatorio Social de América Latina -hay que leerla para averiguar qué tiene de cierta-.

Quienes participan de los conflictos sociales, cuando sus reclamos no son atendidos y cuando son reprimidos, restan su apoyo al gobierno, o sea que no sólo que lo dejan de votar sino que tampoco lo apoyan en la campaña electoral. Y también está la periferia del conflicto, la gente que no participa directamente pero que simpatiza o es influída por él. Entonces, al desconocer a los conflictos sociales, el gobierno del PT se restó un apoyo importante, crucial en este momento de empate con la avanzada liberal y privatizadora liderada por Marina Silva, quien además es evangelista. Hay que tener en cuenta que puede que el evangelismo sea impulsado por la iglesia protestante estadounidense, es decir, que quizás sea parte de una avanzada político-religiosa e imperialista. Los que seguro lo son son los testigos de Jehová. Se tienen que hacer estudios al respecto, para confirmar y precisarlo. Lo del ambientalismo de Marina Silva tiene mucho de retórica, que se aprovecha de que el Papa sostiene una línea discursiva preocupada por la contaminación, aunque sin llevar las conclusiones a lo que tienen que llegar. Basta para saberlo reconocer que la apoyan las mega-corporaciones, que son de lo más contaminador -aparte de que su candidato a vicepresidente impulsa la explotación agrícola latifundista, y es por ende contrario a la reforma agraria-.

En ese sentido, hay que corregir al desarrollismo. El desarrollismo de los gobiernos progresistas de Latinoamérica es un plan que, si bien no es el mismo en todos los países, tiene una líneas directrices a las que se debe cuestionar, ya que contienen errores que llevan a considerar al crecimiento económico como una necesidad absoluta, indispensable para reducir la desigualdad y la pobreza. Y el vivir bien, para lograrse, necesita que la economía decrezca o se termine, y se transforme, al menos en ciertos ramos -el armamentismo, los transgénicos y el resto de la agricultura latifundista, la urbanización con fondos del lavado de dinero, el automovilismo, la electrodomestia y muchos más, los de la economía mal sofisticada-. Entonces, en un programa transitorio, se debe incorporar a las críticas ciertas de los movimientos sociales para corregir la política desarrollista. Eso le daría mucha fuerza a los gobiernos de transición al socialismo, aparte de terminar muchas injusticias.

A la gente nos basta con poco para ser felices, lo justo y necesario. Más que eso, el mal consumismo, trae muchos problemas, que van en contra de la vida para sí. Parte esencial de la vida para sí es que la comunidad humana elija a la política concientemente, y las soluciones políticas para sus problemas, por lo cual los reclamos sociales legítimos deben ser respondidos bien por los gobiernos estatales.

La satisfacción popular que da tener y hacer un gobierno que lucha por la justicia es algo a lo que todavía no se aprecia lo suficiente, y de lo que no pueden dar cuenta los indicadores de las encuestas. Por eso cada vez que los gobiernos son injustos causan disgustos sociales que los perjudican, y los gobiernos deben ser firmes en la construcción de la economía moral, ya que el capital no lo es. Por ahora estamos lejos de eso, porque el constitucionalismo liberal es diosero y porque el comunista es capitalista.


Anexo

Cuando los reclamos de los manifestantes son injustos, equivocados o desacertados, o no se los puede satisfacer fácilmente, los gobiernos debieran iniciar un debate, con ellos y con el resto de la sociedad interesada, para aclarar la cuestión y decidir si corresponde buscar un acuerdo. Así se controla a los manifestantes cuando son insensatos. Pero también hay que comprender las causas de esa insensatez, para no terminar en una acusación y sí en una asunción del problema que expresan las manifestaciones que tienen muchas irracionalidades. El problema es que en el marco de la piedad la concordia social no se puede establecer, por las diferencias en el modo de entender a la historia adoptadas por los credos y por los rencores interculturales consecuencia de las peleas ancestrales, medievales y modernas. Las culturas humanas se explican la realidad a sí mismas según un entremezclamiento de ideas religiosas, nacionalistas, bélicas, reaccionarias, conservadoras, y más, de carácter resentidas, que hacen a la agresividad internacional, tan preponderante como el capital.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Contraversión de “Es la vida que me alcanza”

Cuando me levanto temprano a la mañana
es porque mi vieja me rajó de la cama.
Tomo el desayuno con tostadas quemadas
y no digo nada porque me rajan la cara.

Es la vida, que me agarra, de una pata.
Es la vida, que me agarra.

Vuelvo del colegio y me saqué un cero.
Llego a mi casa y me rompen los huevos.
Vuelvo del colegio y me saque un uno
llego a mi casa y me rompen el culo.

Es la vida, que me agarra, de una pata.
Es la vida, que me agarra.


Me la cantó Leonardo Coronel, hijo de los caseros de la quinta de al lado a la que viví, cuando era chico, a mediados de los ochenta, en Villa Udaondo, ahora Parque Leloir, un día que nos juntamos a jugar. Hoy él es jardinero. Me lo encontré esta mañana y me dijo que está jodido por el consumismo y el exceso de trabajo. Tiene tres automotores -dos camionetas y un automóvil-, y sabe que le bastaría con una camioneta con cuatro asientos.

Para la crítica de los medios de comunicación y para la de los de producción en general

Aparte de los estudios de la tenencia de los medios de comunicación, la llamada propiedad, que es de lo más importante, y de los contenidos de los programas -y de las demás cuestiones usuales como el alcance geográfico, la diversidad de voces, la participación de la sociedad en la toma de decisiones y en la programación, etc.-, hay que hacer una crítica de las propagandas. Ideológicamente son de lo peor que hay en el mundo, y suelen pasar como si nada en los debates universitarios y políticos. Es preciso un organismo de control y censura de tamañas bestialidades. No se puede permitir cosas semejantes como el higienismo aterrante, la manipulación psicológica, la discriminación disimulada, etc., que se hace en las propagandas. Las propagandas siguen liberalizadas fieramente.

Ahora bien, más importante que la llamada propiedad de los medios de comunicación, son los medios de comunicación en sí, o sea, el aparataje técnico y la forma de comunicarse que causa. De por sí, la fabricación de los aparatos es antidemocrática porque, por ser aparatos complejos, requiere explotación y la enseñanza de saberes sofisticados, accesibles a pocos -no se los puede enseñar a todos los hombres, las mujeres entre ellos-, sea la de los saberes de ingeniería y de geología necesarios para la extracción de las materias primas, su transporte y transformación para la fabricación de los equipos, sea la del manejo de los aparatos, que luego de un tiempo se tiran y hacen mucha basura. Pero además, la forma de los medios refuerza a la jerarquía -basada en que hay quienes trabajan para la fabricación de los medios, quienes los operan y quienes deciden sus programas y estrategia- en el sentido de que los mensajes van desde el punto emisor a la masa de receptores, que no pueden responder inmediatamente al emisor, o en el control político e ideológico que el sistema de medios opera en tanto que parte de la dominación capitalista en general, es decir, que la forma más dispersa de la transmisión de los mensajes en internet es distinta a la de los medios que transmiten de un punto a la masa pero no escapa mucho al control capitalista mundial, aunque es menos vertical, o más horizontal. En verdad es una comunicación privatizada mediante el uso de aparatos electrónicos.

A lo que apunta esta explicación es a que la comunicación, para ser democrática del todo, debe ser natural, porque la comunicación natural no requiere someter a nadie para que se fabriquen los aparatos. Pero lograr eso, si es que se lo logra, llevará mucho tiempo, en que valdrán las luchas progresivas por la democratización y socialización de los medios de comunicación. Eso no quita que si fueran bien fabricados y usados, y según se lo decidiera democráticamente -pero entonces la decisión debiera ser de consenso total, no de mayorías, porque las minorías son perjudicadas en la lógica de la democracia de mayorías; y también se tendría que tener en cuenta al sentir humano relativo al resto de los seres involucrados, y a ellos en sí mismos-, valdrían los medios de comunicación de cierta complejidad, y lo mismo vale para los demás medios de producción. Eso aparte de que aquello es preciso para terminar de contaminar y explotar. Los humanos todavía no sabemos hablarnos bien y mucho entre nosotros, no lo que deseamos, y no podemos aprenderlo lo que se debe por estar atareados en sofisticaciones delirantes. Es decir, que la realización del deseo humano requiere de la economía natural, y de que la cultura sea verdadera.

Al decir que la comunicación, y más en general la producción, debe ser natural, no quiero decir que haya que prescindir totalmente de las tecnologías artificiales, incluso de las complejas, sino que se las debe reducir al nivel de lo imprescindible. Una condición para que sea bueno que se fabriquen y usen los aparatos técnicos es que la humanidad sea honesta, por lo cual la enseñanza debe volcarse mucho más a ese cometido que al incremento de la ciencia dedicada a la complejización de las técnicas más altas, que ya alcanzaron en muchos ámbitos el nivel que tienen que tener, y más, más allá de que le valgan algunas mejoras incluso en aquellas áreas. Es muy malo y sirve no para mucho que la humanidad tenga medios de producción muy sofisticados a los que usa en gran medida para hacer maldades, como son las guerras, la especulación financiera, la explotación de la naturaleza y laboral, los fraudes, las mentiras, las trampas y demás.

martes, 9 de septiembre de 2014

Un bicho colorado sobre una madera

Se les dice vaquitas de San Antonio, pero son bichos colorados.



Cerró Jazz & Pop


Más que para celebrar que haya cerrado, puse la foto para que se haga un balance de la comercialización del canto popular: Jazz & Pop fue un boliche en el que había que comprar una bebida para permanecer, o ser músico profesional. No se podía bailar, ni entrar gratis, ni tocar así nomás, por lo que iba poca gente aparte de los músicos, encumbrados en general, aunque del circuito under porteño y montevideano. Muy buenos tocadores, pero circunscritos al nivel de la elite de la música afro-rioplatense. Hace falta que esos toques se oigan y se bailen en la calle, y para eso hay que restringir el tránsito automotor, etc.


Agregado del 19 de marzo de 2018

Esta nota es mala, porque no tendría que haberme contentado de que cerrara este boliche. Lo que me entristecieron fueron las malas condiciones en las que existió.

Pieza, peso y pecado

La humanidad, al trabajar la materia, hace piezas, a las que valora en pesos. Al exceso en la explotación de la materia es a lo que los cristianos quisieron limitar cuando acusaron al pecado -que viene de “pesar” en el sentido de “hacer piezas”-, pero como se tergiversó la comprensión de esta cuestión -y se entiende por pecado aquello que fija el dogma de la iglesia-, la condena al mismo se aplica mal, se dirige a otras cosas, cuya relación con la explotación no se ordena bien, y no logra su objetivo original, que permanece como un deseo poco consciente, aparte de causar represiones vanas.

Los términos “pecuniario”, “peculado” y “especulación” vienen de “peso”, al igual que los actos que se les corresponden.


Corrección

La relación etimológica que establecí entre el pecado y el peso casi seguro que no es cierta. De acuerdo a lo que invetigué en el diccionario, el pecado es la falta, el error, aunque la definición que leí es convencional, o sea, que no explica cómo se deriva una palabra de la otra, por lo que no es segura del todo. No obstante, la idea subyacente que propuse, la de que la humanidad intenta ordenar píamente su producción económica para no hacer más mal del necesario, lo que es un problema muy importante desde que los humanos aprendimos a manejar los elementos, por lo que tenemos un poder superior al del resto de las especies, esa idea, sigue en pie, aunque haya que expresarla correctamente. También sigue en pie el planteo de que las iglesias, al comprender tergiversadamente la realidad, no pueden lograr el propósito legítimo al que aspiran, la felicidad de la naturaleza, por lo que se las debe criticar.

lunes, 8 de septiembre de 2014

¿Qué es el objeto?

Es eso que yace ante quien lo conoce. El prefijo “ob” denota la oposición de aquel ante éste. La raíz, “jeto”, quiere decir “yacente”. Viene del latín “iectum”.

sábado, 6 de septiembre de 2014

El sujeto de la revolución: la naturaleza común

El sujeto humano de la revolución es el ingenuaje, es decir, los naturales humanos y comunes súbditos de la capitalesía. Búsquese la definición de “ingenuo”. “Sujeto” quiere decir “que yace bajo”, “que subyace”, subyacente. “Yacer” es “lay” en inglés, y “lazer” en portugués, sinónimos de “placer” en el sentido de “place” -en inglés-, “lugar”, por “alojar”. Es relativo a “plaza”.

El sujeto revolucionario subyace ante el poder capitalista, que es alto. La capitalesía, por ser falsa no sólo se oprime a sí misma y al proletariado sino que también oprime al resto de la naturaleza y a la Tierra que la circundan. Por ende, ese resto de la naturaleza se siente mal por causa de la opresión capitalista, y quiere su fin, para sentirse bien. No se lo puede convocar a la acción revolucionaria, pero acompaña y alegra la vida del proletariado durante la lucha. El proletariado no es una clase fija del todo: es la clase que se atarea en pro de le, es decir, en pro de ello, en pro de lo que es a su alrededor, en especial de sus hijos, pero no sólo de ellos. El propietariado es la clase que se atarea en pro de la piedad, es decir, del culto de los dioses. Entonces, son clases con cierta regularidad pero con cambios constantes también. Cuando los propietarios se atarean en pro de le son proletarios, y viceversa. Por eso una parte importante de la política capitalista es la de educar religiosamente al proletariado. Para eso es el populismo, el ser de la doctrina pía para el pueblo, del bajo clero y sus agregados -el empresariado mediano y pequeño, la administración pública, cierto profesionalismo, la policía y el ejército bajo, el proletariado y el campesinado creyentes, etc.-, que es contraxial y confuso porque mezcla líneas propias con líneas prole, pero que esencialmente es capitalista. Por eso alientan a las formas de la religiosidad popular, y toleran a los misticismos -contradictoriamente según las circunstancias-, a los que prefieren por sobre el ateísmo, el anarquismo, el socialismo, el comunismo y el naturismo. No obstante, también es cierto que el populismo es ejercido por ateos y demás a la izquierda, que están subordinados confusamente en él, a menudo bajo identidades prostitutas. El populismo oscila según los vaivenes de la lucha de clases y de la conciencia humana, igual que el privatismo y las demás ideologías, pero tiene el objetivo específico de conceder, contener y convertir en pío al proletariado, aunque no bajo la propiedad privada sino bajo la pública. En eso, es indirectamente funcional al privatismo, que se desharía sin la piedad. En otras cosas chocan. Por eso el populismo es hegemónico luego de las insurrecciones: la capitalesía apela entonces a él para mantenerse y evitar el socialismo. También por eso es cercano a la socialdemocracia y, aunque menos, al socialismo, y tiene diálogo con todas las ideologías. Se lo puede terminar haciendo conciente a la humanidad de lo que es, de que los dioses son falsos y de que por eso se debe hacer el socialismo. El populismo es malo, pero peor es el privatismo, que es el ser privado, apartado, del común de la gente: el alto clero, las finanzas, la cúpula del ejército, el gran capital productivo, los dueños de los medios de comunicación, etc. El populismo es el capital público, de propiedad pública, y el privatismo el privado, de propiedad privada.

Lo que hace a la lucha de clases es la puja entre la verdad y la falsedad -a la que subyace la contracción entre el goce y el dolor-, es decir, que es una lucha para que la acción se haga según la certeza o la fe -falso es izar la fe, y la falsa conciencia es la conciencia que iza la fe-. La certeza, por ser verdadera, hace sentir bien, mientras que la falsedad hace sentir mal -por eso explota-. La lucha prole es para sentirse bien, y por eso la hace la naturaleza común, y entre humanos, la de la gente simple. Es contraria a las complicaciones. Pero eso cuando la gente es verdadera. Cuando la gente es falsa, sea proletaria o propietaria, es antirrevolucionaria, y viceversa.

La política y su relación con la verdad

Habrá que confirmar que la política sea la ética de la polis, que el término es una contracción de “polis” y “ética”.

Cuando los ciudadanos griegos se agruparon en las polis, además de esclavizar a otros hombres y de someter a las mujeres cometieron muchas otras barbaridades: saqueos, asesinatos, trampas, violaciones, mentiras, etc. Son las que relata el teatro y la literatura griegos. Eso fue causado entre otras cosas por la mitología, ya que los adultos griegos algunas veces decidieron su hacer según el relato que se hicieron de los dioses y de sus mandatos para con los hombres. De ahí que les fuera preciso aprender a comportarse. La filosofía, entonces, surgió, en una convivencia conflictiva con la mitología, y dentro de la filosofía surgió la ética, la ciencia de la moral, de las buenas costumbres, que piensa y establece las pautas de conducta. La ética hace desde aquel entonces un balance de la experiencia histórica y concluye qué es lo que debe hacerse para convivir bien. Como rama de la filosofía, está despojada de prejuicios religiosos. Pero, como los religiosos retomaron a la filosofía y a la ética, también hacen planteos de esa índole, a los que subordinan a la doctrina de fe, por lo cual siempre están en crisis y contracción, ya que por ser falsos no pueden lograr el objetivo que se proponen.

Para que la humanidad viva bien la ética tiene que ser verdadera, es decir, no religiosa sino cierta, y por eso es que se debe abolir a las religiones, aparte de las demás cuestiones que plantea el socialismo. No obstante, hay que reconocer que, aún con todo lo confuso y perjudicial que fue, las religiones iniciaron un orden, falso pero real, a lo que era el salvajismo humano, que no era muy terrible pero que sí se podía, y se puede, ordenarlo. También es cierto que el salvajismo, en comparación a la barbarie que la humanidad hace con las nuevas tecnologías, a veces es preferible. Pero la solución no es el salvajismo sino la convivencia fácil. Por eso, a la vez que se busca garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de las poblaciones -y no se debe lograr mucho más que eso en términos de la producción económica-, la política debe orientarse a enseñar a los humanos a comportarnos, para terminar los males que dependen del hacer humano y dar lugar al disfrute de la convivencia y la socialidad libres. Para eso se le debe enseñar la verdad a cada quien, pero antes hay que saber qué es la verdad. De allí que es preciso superar al relativismo con el todismo -el objetivismo trata de lo que yace ante los hombres que conocen, y por eso no los toma a sí mismos como objetos del saber-, ya que la verdad es una, hay una verdad, compuesta de las verdades que conoce cada quien. Los humanos, al conocer, damos por verdades lo que creemos que lo son, pero a veces esas creencias no son ciertas, y entonces nos equivocamos. Para resolver eso se charla, se discute y se investiga, se descarta lo que se comprueba errado, y si bien lo que tomamos por verdad puede que no lo sea del todo, así se aprende, se la corrige y se la completa. La verdad es la idea cierta de la cosa, a la que se hace y reconoce en común.

También es cierto que la humanidad tiene que aprender a esperar a haber descubierto qué hay de verdad en lo que piensa y qué consecuencias tendrían sus acciones antes de hacer, para saber si hacerlo o no.


Fuentes

Eurípides, Las troyanas, sin datos, expuesta en el teatro Andamio 90 en 2000 bajo dirección de Marta Lubos.

Homero, La odisea, sin datos.


Nota

La política, me parece, no lo pude confirmar aún, no es la ética de la polis sino que es lo relativo a la segunda.

¿Qué son la ley y la legitimidad?

La legitimidad, bien entendida, es la cualidad de la ley íntima. La ley es una liga, un lazo. Viene del término griego “legein”, que es “ligue”, lo que causa al logos. Inteligir, de lo que viene la inteligencia, es ligar entes, o sea, seres. La ley inicia y prohíbe relaciones entre los seres y, en regímenes estatales, las establece. Pero como la humanidad muchas veces es inmoral, la ley es pervertida y regula en falso al orden social, por lo cual hiere. Es entonces cuando es ilegítima, es decir, cuando la gente, íntimamente, reconoce que la ley es mala. La legitimidad es la cualidad de la ley que es aceptada íntimamente por las personas. Por eso la ley debe ser legítima.

Hay otras maneras de entender a la legitimidad, pero son incorrectas.

Para saber lo que pasó cuando Jesús escuchó el así llamado mensaje de dios

Cuando Jesús escuchó la supuesta voz de dios asignándole la misión de redimir a la humanidad tuvo una alucinación. Quizás haya comido centeno podrido, ya que fue un carpintero pobre. Los hongos que le salen a las semillas de centeno cuando se pudren son los del ácido lisérgico, que causa alucinaciones. Quizás un contemporáneo suyo le haya susurrado a la distancia ese mensaje imaginario. De haber sido así, ¿quién fue el bromista?


Anexo

Muchas veces, en las expediciones en barco, se llevó centeno, en que se habría creado ese hongo, lo que explicaría los cantos de sirena que escucharon los marineros. Un chico me contó que, cuando llegaron las carabelas de Colón a América, las tripulaciones estaban embriagadas de ácido lisérgico. A esto hay que confirmarlo.

América es un nombre feo

América, el nombre judeocristiano de este continente en el que escribo, es por Américo Vespucio. Le pusieron el nombre a un continente para homenajear a Américo Vespucio -que fue corresponsable de genocidio y de ecocidio, ya que impulsó al interés conquistador que los ejecutó-. Pero además, el nombre Américo es por la virgen María. A Américo Vespucio lo nombraron así en homenaje a la así llamada virgen María -quien no fue virgen, ya que la virginidad es una noción fetichista: fue una humana, sexual desde que nació, por haber sido hembra, y que se embarazó sexualmente como todas las que lo hicieron-. “Marica”, también se emparenta a esa María: en su origen, decir “marica” fue un insulto proletario a los hombres afeminados y a las mujeres criados en la tradición del culto a ella. Luego adquirió otros usos que no reconocen a este origen, y apunta a los tramposos en general -en particular si son hombres afeminados o mujeres impunes-. Lean la definición de “marica” de Wikipedia. Por supuesto que ser amujerado no tiene nada de malo. Lo malo es hacer trampa, sin importar la identidad sexual que se tenga, pero el mariconeo es tramposo porque se funda en la práctica de los seguidores de la llamada virgen María, práctica que es tramposa porque es de una tradición falsa.

Entonces, si la latinidad llega a provenir de la leche, latte en italiano, una traducción válida, aunque irrespetuosa, para América Latina, es la de “marica lechera”. Y aunque así no sea hay que cambiarle el nombre al continente.