Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 10 de enero de 2016

Apuntes sobre la etimología de la violencia y el lugar de la fe en la determinación de la práctica humana, y de la falsedad comunista

1. La violencia puede que sea un derivado de la fe, ya que verbalmente es fácil modular la boca para convertir a la letra efe en una vé corta, lo que se hace al decir fiolencia, que suena como feolencia, que vendría a ser el sustantivo abstracto de la fe. Habría que investigarlo a sabiendas de que el lenguaje es una creación histórica. La violencia es una característica de algunas prácticas humanas derivada de una mala concepción ideológica, parte de la cual es la práctica de pensar lo que se va a hacer de acuerdo a ella y que las hace fallar, ya que la fe es un determinante de la práctica en tanto que la gente se conduce píamente. Para ejecutar su práctica, los humanos religiosos piensan en el orden de la vida que les dicta su orden conceptual, su cosmovisión, que les pauta su razón de ser y sus deberes humanos, lo que, aunque sea falso y se complete con los saberes proles, les guía sus acciones, de las que luego evalúan las consecuencias, una vez que el daño ya fue hecho. Por eso es que la fe causa mala práctica.

Fallar está emparentado con el anglosajón fall, que es tanto alemán ˗se escribe fallan, y se pronuncia, aproximadamente, la efe como vé corta, la doble ele como ele simple y la última a como e˗, como inglés y estadounidense: es fall, con efe inicial en la verbalización. Asimismo, el decaimiento castellano es fonéticamente similar al descreimiento: cambia el “ca” por el “scre”; eso se condice con el hecho de que la creencia lleve al descrédito, que es decadente porque la creencia, en que se basa la práctica, es falsa, es un mal modo para conducirla.

Algo de lo decaído por la práctica humana mala es verdadero, ya que la falsedad humana causa una decadencia general, inlcuso en lo que es verdadero, que participa de la misma historia.


Los fiolos, que en jerga lumpenproletaria son los proxenetas, son violentos, porque la prostitución es fideísta, aunque no sólo por eso. Aquello se nota en la estética diablista propia de la prostitución. El lugar degradado y condenado que se le asigna al comercio sexual en la civilización cristiana, y habría que saber qué sucede en las otras, como la del islamismo, responde a que la sexualidad, píamente, es prohibida, sujeta a restricciones estrictas, porque es fetichizada por el mito del pecado originario y porque es una forma de la lascivia, contraria a la ascética penosa que el cristianismo eclesiástico propone como modo de salvar las almas. De allí que los cristianos fanáticos se crean autorizados a maltratar a las prostitutas y, de distinta manera, a sus clientes, ya que los estiman como a pecadores que deben sufrir por sus incumplimientos a los mandatos de su dios. En casos de fanatismo extremo, la condena a la sexualidad es ejecutada por gente que se cree que está aplicando la justicia divina, como Jason, el loco de la motosierra de la película de terror. Cabe decir que las películas estadounidenses de terror provienen de la derecha ultra, como el Tea Party, que plantea la perversión de gozar el dolor o de lo que relatan como advenimiento del apocalipsis.


2. El cientificismo tampoco garantiza que la práctica sea buena, ya que el desarrollismo es ejecutado en su nombre, porque el iluminista es un cientificismo feo, que cuestionó a la fe pero no la terminó, más bien se compuso con ella, de lo cual el capitalismo recurre a la ciencia para incrementar el poder de su práctica, cosa que logra porque la ciencia pía desconoce a las consecuencias de sus prácticas que interfieren con sus objetivos: pero ahí los objetivos son los que están mal puestos, ya que el progreso de la humanidad no puede ser en términos creyentes, y menos aún si se orienta su práctica a la mentira de salvar las almas de los pecadores, que los cristianos suponen que somos todos, porque conciben al nacimiento pecaminosamente, en vez que a disfrutar la vida, a hacer que la humanidad viva para sí misma. La URSS falló al implementar el desarrollismo porque actuó por mímesis, por imitar el progreso de Occidente, que al basarse en la idea del sacrificio lleva a la explotación, ahora no en nombre de dios sino en el del paradigma de la inclusión de las poblaciones en el desarrollo, derivado del progresismo pío capitalista. El desarrollismo no podrá alcanzar sus objetivos mientras no haya sido reemplazada la piedad por la ciencia verdadera: a lo sumo logrará algunos de ellos, a costa de otros aspectos, lo que lo hará fallar, ya que el objetivo de la ciencia, que deseamos los humanos animalmente, es el de lograr que la vida humana sea buena integralmente, no en algunos aspectos sí y en otros no, para gozarla lo mejor que sea posible; e incluso el cientificismo materialista falla cuando justifica prácticas deplorables, que son indetenibles porque la ciencia es financiada por el capital: ese es el problema de la sumisión de los científicos, igual que la de los restantes asalariados y otros empleados por los capitalistas. El empleo capitalista causa una sumisión reproductiva del orden vigente, que está en crisis porque a la gente no le gusta sufrir, excepto al ser perversa, de lo que las intenciones buenas pujan por imponerse porque provienen de un deseo natural verdadero, que orienta a las aspiraciones de la lucha comunista y de las luchas democráticas, aunque son confusas y la realidad no es lo que se pretende con él. La lucha comunista es para que la humanidad ordene su práctica según la verdad, no según la creencia, y de acuerdo a los reclamos legítimos de toda la humanidad. De allí que el comunismo no haya sido una garantía de buena política, porque su concepción se basó en el orden desarrollista, que aunque haya puesto en entredicho a la religión carga con su lógica, es un derivado de ella, y no fue propenso a averiguar lo suficiente antes de mandar a hacer, porque fue corrompido por las potencias pías, que forzaron al gobierno soviético a sostener una competencia entre potencias internacionales, de lo que el gobierno soviético sometió a las naciones que conformaban la URSS a un régimen explotador, semejante al del bloque estadounidense. No obstante, la intención comunista sigue siendo legítima, porque busca que la humanidad viva bien desde el saber verdadero, pero el comunismo debe ser corregido, porque el desarrollismo está mal definido, y lleva a una mala producción, como es la de la China, que produce autoritariamente. La inversión en infraestructura que planea hacer el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) es semejante a la del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES) brasilero: megaproyectos explotadores impuestos desde los gobiernos, con las oposiciones sociales violentadas, que no mejoran la vida en realidad porque son explotadores e inconsensuados: reproducen la pobreza política, social y ambiental. Aunque el modelo chino superara al estadounidense después habría que seguir luchando para obtener un modo de vida placentero, que no sería porque el esfuerzo que costaría mantenerlo lo haría imposible, porque se basa en obras imponentes. Habrá que buscar un modelo de desarrollo verdadero, es decir, que integre al autogobierno social con la autogestión económica y cultural en una práctica humana fácil pero buena.

Aunque sea difícil hacérselo saber al gobierno chino, se lo hará saber porque su política es explotadora, y la gente querrá que dejen de explotarla.

Los desafíos del movimiento comunista internacional serán grandes, y tendrá que luchar incluso contra sí mismo, porque no es del todo bueno: le falta admitir y ser consecuente con algunas verdades a las que ignora. Por eso es que los dirigentes comunistas tendrán que abrirse a responder a lo que omiten, y sólo serán buenos cuando lo hagan, ya que eso hace al socialismo: el comunismo también puede ser retardatario e injusto, o progresar mal, y los gobiernos comunistas dirigen mal a las naciones cuando las hacen esforzar en contrario a un orden político laxo, decidido voluntariamente, a causa de la competencia entre las potencias planetarias. El modelo chino tendrá que ser corregido, desde una crítica respetuosa, para lo que será preciso un debate mundial, igual que para el resto del desarrollismo, pero eso no es lo único que habrá que tener en cuenta, sino que también estará la determinación pacífica del islamismo y de tantas otras concepciones fallidas.


Lecturas

Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, Madrid, Siglo XXI, 1991.

Alberto Cruz, “Los movimientos de China y Rusia tras la reforma del FMI: acelerar la desdolarización”, en Rebelión, 9 de enero de 2016; “China humilla a Estados Unidos y marca el ritmo en la nueva geopolítica”, en CEPRID, 22 de abril de 2015.

Nuevo diccionario etimológico “Latín-español” y de las voces derivadas, obra citada, vocablo “fallō”.


Notas

1. El libro de Berman merecería un análisis detallado que no puedo hacer, pero sí quiero señalar que hay un problema serio con su defensa del Palacio de Cristal, el de la exposición industrial de 1851, ya que su instalación requirió de un esfuerzo enorme hecho por los obreros, mientras que los ingenieros daban las órdenes y los pobladores del lugar en que fue puesto reprimieron sus pareceres al respecto, porque no fueron consultados sobre ella, además de la extracción, el traslado y la transformación de los materiales. A las obras arquitectónicas, como a todas, hay que juzgarlas integralmente: deben tener consenso, ser hechas igualitaria y voluntariamente, o sea, ser obras de la comunidad, hechas por sus miembros según sus designios libres y ecológicamente, para que el trabajo sea gustoso. El problema es que la humanidad debate poco antes de obrar, y no se detiene a corregirse una vez que ha empezado, por lo que un objetivo del socialismo debe ser que las comunidades humanas debatan lo suficiente antes de implementar sus prácticas, sean económicas o no, y sepan detenerse cuando sea necesario.

2. La piedad puede que sea un derivado etimológico de la feidad, por transformación lingüística.

3. Si bien no pude probar mediante el diccionario etimológico la relación entre la fe y la falsedad, sí es cierto que ésta última se relaciona con fallar en el sentido de decaer: ambas provienen de fallō. La relación entre la fe y la degradación es comprobable históricamente, aunque resta dilucidar su vínculo etimológico.

Lo que sí encontré, en la Enciclopedia Salvat, es que la fealdad deriva de la fidelidad, ya que la palabra “fealdad” proviene del vocablo fidelitas, en una acepción inflexiva. La explicación de esto es que la fe, como hace mal, afea.