Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 30 de diciembre de 2016

La fidencia del federalismo

El vocablo “federalismo” proviene del latín “foedus”, que se traduce como “alianza”, “pacto” o “tratado”, pero cuya forma se emparenta con la del de “fido”, que quiere decir “fe”, o “confianza”. En la época de la antigua Roma el establecimiento de acuerdos políticos se basaba en la confianza en que los suscribientes cumplirían la promesa contenida en el pacto, que es una lógica que se trasladó al contractualismo de la constitución de los estados nacionales modernos, que tiene una ciencia social pietista, el liberalismo. El liberalismo surgió como una filosofía cristiana integral, pero con el precepto de la tolerancia interreligiosa, por lo que fue adoptada por las clases dominantes extraoccidentales cuando ellas se volvieron capitalistas. Su universalización venía preparada por el afán expansivo cristiano, pero también por el descubrimiento del mundo que estaban haciendo los europeos desde la época de las cruzadas, y luego con Marco Polo, pero ese proceso se amplió con el Renacimiento, que les permitió construir mejores barcos, por lo que los intelectuales europeos estuvieron pensando en cómo relacionarse con las otras culturas, para lo que formularon la idea de tolerar las disidencias religiosas a la vez que establecer campañas evangelizadoras, y, a partir de la revolución industrial, con relaciones económicas y políticas capitalistas.


Fuentes

Thomas Hobbes, Leviatán, Buenos Aires, Losada, 2004.

Santiago Segura Munguía, obra y vocablos latinos citados.

De los malditos

Cuando se dice de alguien que es maldito no sólo se puede querer decir que, como es alguien malo, se lo maldice, sino que también se puede aludir a que fue mal educado.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Porqué prendió la retórica macrista, con anexo

El discurso de la campaña electoral del macrismo, y el que utiliza ahora que gobierna, obviamente es retórico: ya comprobamos que varias de sus promesas proselitistas fueron incumplidas, y lo mismo sucede con sus dichos posteriores. En parte, el discurso macrista no miente deliberadamente, sino que sus adeptos reproducen los razonamientos del catolicismo liberal oligárquico, que comprenden mal a la realidad, pero el asunto no es fácil de discernir porque la realidad es compleja, y contiene artimañas disuasivas, pero los ideólogos macristas percibieron el descontento social con la política kirchnerista, descontento que responde, por un lado, a las maldades que se le cuestionan usualmente, como los casos de corrupción, el patoterismo y demás, que muchas veces se le señalan para la contienda política, más que para la obtención de justicia, y por otro lado, que es el más importante, hubo una frustración dada por el modelo, ya que el catolicismo es frustrante, por estar mal concebido, el capitalismo es malsano y el proteccionismo intensificó la actividad productiva laborista, lo que sumió a la nación en tareas excesivas, tornándola abatida, desganada y aburrida: los obreros tenían que celebrar la inauguración de fábricas en cuyas leyes de funcionamiento no podían incidir. Aceptaron al modelo porque temían quedarse sin trabajo, y no tener un ingreso para mantenerse, pero perdieron el entusiasmo.

El macrismo les prometió una fiesta con globos de colores y alegría, y mantener lo bueno y corregir lo malo, y eso es lo que mucha gente quería, y con razón. Lo que pasa es que era una promesa falsa. Los ideólogos macristas comprendieron las aspiraciones imaginarias de la nación argentina, más o menos, y en general, relativas al modelo político y económico, no así al religioso, y cuestionando al productivismo keynesiano, y a la moral del cristianismo popular, pero no al capitalismo ni al catolicismo en sí mismos, aunque tuviese atisbos de credos alternativos, ese sincretismo posmoderno y globalizativo llamado “new age”, y entonces prometieron la satisfacción de aquel reclamo imaginario, como mera publicidad pragmática, a sabiendas de que la traicionarían. Entonces, además de la maldad oligárquica, a cuyas causas hay que dar a conocer, hay que generar conciencia social sobre la ignorancia de las masas, que se dejaron convencer por artilugios y que todavía a veces no entienden bien lo que está pasando. Criticar la falsa conciencia de las masas no es elitista, sino científico, y la falsa conciencia está muy extendida no sólo por la falta de educación, sino también por la religiosidad y por la manipulación comunicativa de los medios malos. En realidad, hay una sobrecarga educativa, para algunos, pero mal orientada, que coexiste con la que le falta a otros. La educación establecida debiera ser menor en cantidad pero más buena en calidad, y estar repartida igualitariamente.

martes, 27 de diciembre de 2016

La dependencia monetaria y la mala práctica

Algunas de las chantadas obreras responden a que dependen de sus salarios para vivir, por lo que no pueden optar por criticar las tareas que tienen que hacer de manera tal de corregirlas antes de hacerlas, o de desistir de efectuarlas. Entonces, van, cometen las malas prácticas, y las padecemos, igual que ellos padecen la pena por haber obrado mal. Es un asunto importante que suele estar silenciado. Entiéndase que las obras suelen tener sus bondades, pero también sus males, y eso según cada cual. Los obreros de la industria armamentista, y de aquellas que la proveen, participan del desastre que se está haciendo con su producción, y no siempre es que no tienen otra opción para vivir, sino que a veces, por su ignorancia, o su negativa a darse cuenta, o su mala ideología, están a gusto, con un disfrute poco grato, porque sus coterráqueos no les celebramos sus tareas, ya que nos hacen daño.

En la academia el asunto se replica con las malas teorías, esas que no explican bien la realidad, a las que se ven forzados los intelectuales porque, para ganar su sustento, tienen que publicar sus trabajos sin poder tomarse el tiempo suficiente para reflexionarlos, y después hay que leerlos, siendo que son muchos, y muy extensos a veces, y con ideas confusas, o erradas, por lo que la conciencia humana queda tarada para la política, lo que nos dificulta la convivencia; y además la realidad es compleja como para entenderla bien, y eso requeriría de debates libres y sociales, que no se están dando, porque la comprensión de la realidad debe ser social para ser suficiente, en tanto que la práctica humana es social. De allí, pero no sólo por eso, que la humanidad esté algo mal ordenada, pero me faltó aclarar que los universitarios también ayudamos a convivir bien.

Más o menos así estamos violentados todos, e incluso los empresarios, que si no apresuran las cosas por la fuerza quedan rezagados en la competencia, corren el riesgo de quebrar, pero además también presionan para quebrar a sus competidores, a la vez que participan en la producción de la que vivimos.

Para que el progresismo enfrente las denuncias sobre su corrupción gubernamental

La derecha va a investigar con agentes secretos las maniobras corruptas de los funcionarios de los gobiernos progresistas. Ya lo hicieron y lo seguirán haciendo, y con la información que encuentren volverán a montar campañas para desprestigiarlos, en alianza con los grandes medios comunicativos privatistas. El problema no es sólo ese, sino también la hipocresía de las naciones, que no reconocen que la operatoria capitalista es enormemente corrupta, pero cuando la prensa imperialista los sugestiona se escandalizan por unos pocos casos particulares, cuyos montos son nimios en comparación con las ganancias capitalistas altas, tanto las legales como las ilegales, y ambas son corruptas en realidad. Los gobiernos progresistas tendrán que alertar a las naciones de esta cuestión, porque si no quedan a merced de que ningún funcionario se les corrompa, o teniendo que mantener un purismo legalista que no se sostendrá mucho tiempo, porque la corrupción es generalizada, y entonces serán reprobados por muchos humanos que tendrán la conciencia manipulada.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Porqué el progresismo no parece serlo a veces

Por la degradación humana histórica. El pensamiento de la izquierda radical tiene deslices idealistas, por lo que sus miembros pretenden de los gobiernos progresistas que no sean retrasados, pero eso es un disparate, porque las naciones son bastante retrógradas en general, por la religiosidad y la concentración de capital, poder, fama y demás. El progresismo se debe medir de acuerdo a la generalidad social, que ahora es liderada por el idealismo capitalista privado, y de religiones monoteístas abrahámicas, que son el cristianismo, el judaísmo y el islamismo y que abarcan a Europa, América, Oceanía, gran parte de Asia y el África mediterráneo, y con ramificaciones exteriores a esos lugares; pero también el capitalismo se expande por el resto del mundo, donde están las religiones dhármicas, las de la India, las taoistas, de Asia del este, las animistas africanas y americanas y el sincretismo japonés, entre otras, como las de los nativos oceánicos, además del ateismo comunista autoritario de China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba, y así. En esas condiciones generales, de predominio religioso, o idealista ateo, y capitalista, evaluar a los gobiernos progresistas desde el idealismo socialista siempre los hará quedar mal, pero es porque a este idealismo le falta engarzar la crítica con parte de la realidad concreta de la historia a la que no reconoce. Las reprobaciones al progresismo vertidas desde la izquierda radical tienen razones, pero a esa crítica le falta comprensividad, lo que hace que sus aspiraciones se tornen menos concretables, porque rechaza los avances menores, en vez que apoyarlos en disidencia, lo que a veces los frustra, y siempre les resta potencia, y ese apoyo debiera combinarse con y serviría para la búsqueda de alternativas políticas. La postura del Papado en relación a la hegemonía del capital privado es progresista, porque impulsa una reforma productiva populista, basada en el proteccionismo y atenta a la crisis socioambiental, aunque sea hipócrita e insuficiente. Lo que pasa es que, como a la historia humana la hace la humanidad, la crítica tiene que comprender las características culturales de los actores vigentes, para concretar los avances, y debe hacerlo sin dejar de criticar todo lo que quiera, pero sensatamente, y me quedé corto al caracterizar a la degradación humana, de la que ni le mencioné las guerras, ni las mistificaciones raras, y tiene varios aspectos más, entre los cuales debieran ser reconocidas las faltas del proletariado.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Del tópico del narcisismo y de las figuras retóricas en general

En la retórica política está el lugar común del narcisimo, que proviene de la leyenda de Narciso, un personaje de la mitología griega, condenado, según ese relato teísta, por la diosa Némesis, a adorar su imagen reflejada en el agua. El psicoanálisis freudiano lo retomó, al igual que hizo con el de Edipo, para construir una figura de psicopatología, la del narcisista, cuyas características fueron definidas como de egocéntrico y vano, y de cruel con las personas que lo aman. Es como un tipo ideal al estilo de los de Weber, pero de índole psicológica. El debate político tiene que evitar utilizar figuras retóricas, porque, como son arquetípicas, definen mal, caracterizan idealistamente, según los significados que usualmente se les atribuyen, que no se corresponden del todo y que omiten otras cuestiones del objeto del que tratan, por lo que llevan a agresiones. Hacen a seudoargumentos utilizados para extorsionar, mediante violencia verbal, a los rivales. La hostilidad que suponen las figuras retóricas, porque son manipulatorias, impide la concertación consensuada de las prácticas, que debe basarse en un debate respetuoso. Lo que pasa es que las personas muchas veces no están dispuestas a darlo, por la bronca aparejada por los traumas y por los malos modos.

La utilización de figuras retóricas en los debates impide que se recuente explícitamente al problema que les subyace, por lo que queda mal concientizado, lo que demora la adopción de las prácticas necesarias para superarlo, y mientras tanto hiere a las personas. Hace que el debate se falsee, al tornarse una pelea verbal.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Para la autocrítica progresista gubernativa

El error más grande que cometió el progresismo latinoamericano del ciclo gobernante seminterrumpido es el de su alianza con el capital privado, que le favoreció que se fortaleciera y lo depusiera en cuatro países. El capital privado tiene responsabilidad en los crímenes del último ciclo dictatorial del subcontinente, y en los delitos financieros, ambientales y laborales, entre otros, de la etapa liberal ortodoxa postdictatorial, y su alianza con los gobiernos progresistas dificultó que se lo enjuiciara, pero además, estos gobiernos, le dieron mucho dinero del estado, haya sido mediante los subsidios, mediante el pago de las deudas estatales ilegítimas, por la vía de la concesión de obras públicas y demás, aparte de que les cobraron pocos impuestos, porque el modelo proteccionista requiso de grandes inversiones y de la actividad de las grandes empresas, ya que las políticas sociales redistributivas se financiaron con los tributos que se les tasaron. Algunas de las transferencias de recursos desde los estados al capital privado son más difíciles de deponer, pero sin duda que es un tema resoluble, porque el pago de las deudas estatales es cesable, o reducible, porque los subsidios, e incluso algunos de los contratos de inversión en megaemprendimientos, son suprimibles, o modificables, y porque la obra pública no es siempre necesaria, y se la podría adjudicar a empresas cooperativas, o medianas y pequeñas, y si no queda otra opción a las grandes, aparte de que se puede relanzar una reforma tributaria progresiva. Los recursos necesarios para las políticas sociales podrían obtenerse así, y es muy probable que superarían a los conseguidos mediante el cobro de impuestos al capital privado, que fueron poco fructíferos, en el balance final, porque la cantidad de empleos generada por los megaemprendimientos es pequeña, y destructora de otros de las economías locales, y porque requiere de grandes subsidios, de una complicidad con la trama corrupta oligárquica, de la degradación del enjuiciamiento de la connivencia empresarial con las dictaduras, del deterioro del entramado social y de la represión a los movimientos sociales que se oponen a ser perjudicados por las obras, o sea, que el modelo desgastó a los gobiernos progresistas porque fortaleció al capital privado y debilitó a las clases populares, que son su base de sustento. Habría que contemplar la posibilidad del desarrollo económico con recesión, e incluso con decrecimiento, ya que podría reorganizarse a la economía de manera tal que el producto bruto se aminorara a la vez que la población estuviera bien incluida en ella.

Alguna relación tienen que establecer los gobiernos progresistas con el capital privado, pero a sabiendas de su deshonestidad y de su capacidad para corromper a los funcionarios se la tendría que acotar a lo mínimo indispensable, y se podrían crear mecanismos para el control social de sus emprendimientos con el estado. En particular, cabría que los gobernantes progresistas dejaran de impugnar a quienes elevan sus críticas ante las maldades de estos negocios, y más aún que las acepten y que promuevan la participación de los afectados en la relaboración de los malos proyectos.


Lectura

Claudia Korol (coord.), Resistencias populares a la recolonización del continente, Buenos Aires, CIFMSL, Pañuelos en Rebeldía y América Libre, 2010, primera y segunda partes.

¿Se puede legislar sobre la acumulación de capital?

En el marco constitucional vigente, la socialización de los medios productivos está vetada casi por completo, porque la juricidad liberal, que hizo a las leyes supremas, jerarquizó a la propiedad privada por sobre la estatal, y quedó muy relegada la social, pero, no obstante, los parlamentos tal vez podrían legislar restricciones a la acumulación capitalista. No lo sé. Por supuesto que la socialización es necesaria, y si existieran las fuerzas sociales suficientes para reformar las constituciones en ese sentido habría que hacerlo, y hay que preparar a las naciones para eso, pero además, durante esa preparación, tal vez se podría disminuir la acumulación de capital privado mediante restricciones legales, lo que no sería fácil por la fuga de divisas y las demás maniobras defraudatorias. Es un cuestionamiento del que me falta conocimiento para dilucidarlo. Por ejemplo, se podría obligar a las grandes empresas a que a partir de cierto monto tengan que dar el sobrante a los estados, a las organizaciones sociales o a los trabajadores, digo especulando.

De la ética kantiana y de Darío Sztajnszrajber

En el capítulo sobre este tema de Mentira la verdad, un ciclo documental de clases de filosofía dictadas por Darío Sztajnszrajber, de quien discrepo en su niezstcheanismo y en su antiverismo, que supone que las verdades de cada quien no hacen una sumatoria, aunque sea incoherente y mixturada con mentiras, confusiones, errores y verdades a medias, y que confunde a la verdad con la versión de la realidad dada por cada quien, él dijo que la ética kantiana se funda en el precepto de que el acto bueno es aquél que es universalizable, o sea, aquél que, si todos lo hicieran, haría bien; pero ese es un mal criterio, porque busca encontrar una idea que sea la que permita discernir la cualidad de las otras prácticas, y en realidad la práctica tiene que ser evaluada en sí misma, según sus consecuencias y socialmente, requiere de una evaluación social sobre su efectuación concreta, cuyos parámetros no se pueden predeterminar más que según el objetivo de la felicidad humana, que requiere del buen trato entre humanos y para con las demás especies vivientes y los seres inertes, aunque los transformemos para nuestro provecho, porque eso puede ser hecho de buena manera, que es la manera racional, en tanto que el racionalismo sea verdadero. La de la Metafísica de las costumbres es una ética absolutista equívoca, porque se basa en una regla absoluta teísta, en vez que ser bien concretista y que contemplar el lugar de los actos en el orden para la buena convivencia. Es claro que el absolutismo kantiano tiene origen protestante, porque prioriza a la forma pura del precepto ético por sobre el juicio concreto de la práctica, lo que es un correlato de la idea de que dios nos juzga desde el cielo. Es la ética escrita de un filósofo protestante y laico, en tanto que la medieval era definida en los conventos, que a su vez coexistía con el conjunto de éticas laicas, que eran más bien improvisadas y no siempre de buen juicio, porque no había una razón histórica bien determinada y socializada, como tampoco la hay hoy en día.

Darío Sztajnszrajber es místico, por lo que, a mi perspectiva, sería un mal filósofo, y cree en el mito de los cuernos cuando la infidelidad sexual, por lo que promovió una liberación sexual que, en vez que buscar la aceptación social de la poligamia consentida, profiláctica y veraz, se funda en el engaño parejero, pero eso es bastante corriente y tiene que ser criticado de buena manera. El problema de los nietzstcheanos es que pasan de la crítica al misticismo falso, en vez que al socialismo. Debieran encontrar una manera de seguir siendo libertarios sin despolitizarse, ni tornarse en adeptos de teísmos alternativos, como lo es el de Zaratustra, o lo son los diableros. Hay una línea anarquista seguidora de Alain Badiou, de la que me parece que es parte Sztajnszrajber, tendría que averiguarlo, que está retornando al comunismo, pero no lo podrán hacer bien sin desembarazarse de los errores de Nietzsche, Foucault y Sade, y de Heidegger, y así con otros tantos, como Negri y el que sea, empezando por Marx, ya que todos cometimos errores, y en algunos casos más importantes que en otros, y menos aún podrán complementarse con los partidos políticos, no sólo porque ellos no se relacionan bien entre sí, sino también por los malos juicios antisocialdemócratas y antigubernativos del anarquismo. Sin un complemento de todas las izquierdas no se puede revolucionar mucho, y distamos de esa situación: lo que prima es la confrontación, la dispersión, la cooptación y así, aunque a bajo nivel hay cierta solidaridad, pero eso no basta. Esta fragmentación es responsabilidad de todas las tendencias materialistas, no sólo de las anarquistas, que a su vez se relacionan con la fallas de las concepciones democráticas creyentes, y con la operatoria destructiva de las capitalistas.

La verdad es la idea que se adecúa a la cosa de la que trata, o sea, que la representa bien, y, si bien las verdades sostenidas por las personas son debatibles, porque pueden estar incompletas, o ser insuficientes, falsas o aparentes, existen, y no son una propiedad de alguien en particular, sino de cada quien cuyo discurso es conforme a su objeto. La verdad no es una mentira, pero a veces, lo que se cree que son verdades, sí lo son.

Aunque yo piense que Sztajnszrajber está equivocado en algunas de las cosas más importantes, igual sé que está bien orientado y lo considero un compañero.

jueves, 22 de diciembre de 2016

De violaciones sexuales ignoradas

En general se reconoce como violación sexual a la acometida de un acto sexual que no tiene la aprobación de quien lo recibe, y en la mayoría de los casos es hecha por un hombre que penetra a una mujer, y en segundo lugar a otro hombre, pero también los hay de mujeres que envaginan a hombres, y menos aún a mujeres, sin su consentimiento, o más bien con un consentimiento tácito; pero hay violaciones sexuales de otro tipo, ya que la conducta sexual involucra a más personas de las que participan en ella, que son quienes las conocen y las desean. Entender esto sirve para reconocer que hay un tipo de violencia sexual, menor que la directa, pero que puede ser muy hiriente, y que es indirecto: es cuando las personas tienen relaciones sexuales sin el consenso de quienes se quedan afuera de ellas. El engaño de las parejas es un subtipo dentro de éste, y otro sucede en los grupos de amigos, en los que hay quienes se desean sexualmente, sin hablarlo, y que tienen relaciones sexuales mal improvisadas, y por ende sin atender a los sentimientos de cada interesado en la cuestión. Otro tipo de violencia sexual es aquél de las parejas en que, si bien hay consentimiento mutuo, sus miembros se fuerzan, o inducen mal, a hacer cosas que el otro no tiene las ganas suficientes.

Estas cuestiones no debieran ser objeto de culpabilización, salvo en casos extremos y de forma comprensiva, y algunas son comunes, y hasta tolerables y gratas, pero tendría que hacerse una concientización social para el ordenamiento de esta práctica, que requiere del ordenamiento de la práctica social humana en general, pero al que se tiene que ir aproximando faliblemente de acuerdo a las circunstancias históricas.

martes, 20 de diciembre de 2016

La represión de los sentimientos y el clasismo económico

Cuando el socialismo se torna exclusivamente clasista económico, a la represión de los sentimientos la considera sólo en aquellos aspectos relacionados con la parte obrera de la producción capitalista, por lo que las opresiones extraeconómicas son omitidas, al igual que las económicas no obreras, como las sufridas por el empresariado. A los estudiantes se los fuerza a reprimir sus sentimientos, no sólo por el imperativo de calificar a la mano de obra, sino por la falsa moralidad dominante. A los de la secundaria, que están en la adolescencia, se les mantiene en secreto su deseo sexual, que es intenso y más o menos permanente a esa edad, por lo que sus pasiones amorosas suelen estar tapadas, mientras que se simula no percatarse de ello. Los adultos, sabemos de este deseo, porque lo tuvimos a esa edad, pero a los jóvenes rara vez se lo podemos decir, y en los peores casos se les enrostran sus pérdidas; pero este problema excede a los adolescentes, es más o menos de todas las edades. Algo parecido le pasa a quienes tienen ganas de hacer pis y se lo tienen que aguantar porque no lo pueden decir, porque se les obliga a hacer otras cosas o porque hay pocos baños públicos, de lo que se mea en la calle. La represión de los sentimientos tiene una relación con la economía, y es transclasista, pero si no se comprende a las opresiones extraeconómicas la lucha decae, porque no se solidariza con quienes las padecemos, que somos todos en realidad. El ideocapitalismo es un sistema incoherente y provisorio, pero es un sistema, que cambia históricamente según los humanos hacemos aquello de nuestra historia que depende de nosotros, y coexiste con el comunismo que le subyace, que es la práctica proletaria, reprimida y malformateada desde arriba. El comunismo existe, es el modo de vida común, pero no domina, porque las instituciones altas no lo facultan, en tanto que son de idealismos malos. Los errores proletarios en la lucha de clases están dificultando la resolución de los nudos conflictivos, y aunque tienen una responsabilidad menor en la injusticia actual, son importantes.

lunes, 19 de diciembre de 2016

El gobierno representativo es privado

Un defecto de la política democratizadora, la del gramscismo desarrollista, es que está sometida por el carácter privado del gobierno representativo, establecido en las constituciones modernas. El gobierno privado, o sea, aquél en que la toma de decisiones se efectúa en lugares apartados de los de acceso público, ya venía desde antes. Lo ejercieron los emperadores aztecas, mayas e incas en sus palacios, igual que los reyes europeos, los jeques árabes y los mandatarios chinos, y en las comunidades primitivas tampoco había buenos gobiernos, por las ambiciones personales de los jefes y los delirios animistas, pero, mediante las revoluciones burguesas, al sistema privado de gobierno se lo constitucionalizó, por lo que los gobernantes actuales se meten en recintos cerrados, a los que pocas personas tienen acceso, y por eso las negociaciones gubernativas se hacen sin darle a la gente común la importancia que debiera tener, porque influyen desde afuera, o sea, con poco peso, en mucho rebatido por la incidencia de los pocos que accedieron a los cargos gubernamentales mediante el voto. La política democratizadora está bien intencionada, pero habrá que encontrarle una solución al problema del privatismo gubernativo, que pasa por una reforma constitucional y por una política previa que faculte a los representantes verdaderamente democráticos a liderar los gobiernos en alianza con los movimientos sociales, pero eso no podrá ser fácil, o sostenerse incluso, por el sabotaje capitalista, que a su vez responde a la frustración dada por el pietismo, y que también incide en las clases populares, lo mismo que ambos responden y reproducen a la mala práctica social de la especie.

El gobierno representativo es un gobierno privado que pretende representar la nación en la que rige, y entonces es malo, porque no la representa bien, pero la falla representativa no es culpa sólo de los malos representantes, sino del sistema de representación en sí mismo. La representación política podría ser buena, pero en otro sistema y en otras condiciones, de lo que dista, por lo que la evolución tiene que aproximarse críticamente hacia ella.

Pietismo y abandono

Pasó muchas veces que los creyentes, cuando tenían que luchar para ayudar a sus prójimos, se desentendieran de hacerlo lanzando plegarias para que los dioses se ocuparan.

A full la degradación

Beatriz y Dante en La Serena, Chile. Se toman unos piscos con mejillones a la provenzal, mientras que Beatriz se acomoda sus anteojos de sol. Están en la playa, con sombrilla y pocas cosas más.

Dante: ¡Cuántos pobres que hay en el mundo, Beatriz!

Beatriz: ¡Qué pesado! ¡Me voy con el bañero que tiene grande la verga!

Periodismo y filosofía

La misma falsedad que hay en la filosofía, la tiene el periodismo, que es una ciencia social chismosa, en el buen sentido, que trata de la actualidad, y de las vidas de las personas de que trata. Por eso es que replica a lo pernicioso del chusmerío, que es la difamación deshonesta, o el afamamiento malintencionado, que es cuando a la gente mala se le hacen campañas prestigiantes. Por supuesto, también hay buen periodismo.

Con el periodismo pasa lo mismo que con el conocimiento social en general: como las personas estamos mal y bien informadas, pensamos mal y bien, y sin saber discernir a veces cuándo lo uno y cuándo lo otro, o qué de cada cual en cada ocasión, ni tampoco podemos averiguarlo siempre, porque la otra gente también está confundida, o ignora, o ni quiere que se sepa la verdad, por lo que nuestra política se torna incierta, y accidental, o poco decidida, y maltratante, a la vez que tiene sus bondades.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Comentario filosófico

(Relaborado el 10/6/2023)

Hace poco leí ¿Qué significa pensar?, de Martin Heidegger, editado por los anarquistas locales de Caronte, libro al que, en la contratapa, lo presentaban como una obra maestra de la filosofía. Al comenzar a leer pensaba que los cursos dictados por Heidegger, de los que el libro es una recopilación, iban a abordar el tema del título, o sea, qué quiere decir pensar, cosa que en efecto sucedió, pero con el rodeo de que el autor le dio cuatro sentidos distintos a esa pregunta, uno de los cuales supone que es la realidad exterior la que nos insta a que la pensemos, lo que está mal definido, porque hay muchos seres que no nos instan a que pensemos nada, nada más existen con nosotros y nosotros los pensamos porque los conocemos mientras que vivimos, aunque hay otros seres, los animales con capacidad de reclamo, como lo son otros humanos, que sí nos instan a pensar cuando lo hacen. Para Heidegger pensar implica una especie de evocación mística que subyace al pensamiento lógico (es de una mística enfrentada a la lógica, las cuales pueden corresponderse bien), al que, si bien lo considera bien en algunos pasajes, en otros lo trata de mediocre y de vulgar, no sin alguna buena razón por lo violento de la lógica zeusista (la ciencia griega creyó en el politeísmo de Zeus). Heidegger fue contrario al racionalismo y a la técnica modernos, pero no los criticó bien, y jamás les cuestionó su capitalismo, porque en vez que exigir que se los corrija para que la humanidad conviva bien nos propuso que nos dediquemos a meditar sobre lo que él llamó la esencia del ser, a la que también definió mal, porque la esencia del ser, o sea, la esencia de los seres existentes en el universo, es su historia, no es una cosa enigmática (a no ser que se trate de un tipo excepcional de enigma -un enigma, en sí, es algo dado a entrever, lo que no necesariamente es oscuro pero sí en general: a los griegos se les opacó por la creencia en el oráculo, sitio privilegiado de los enigmas), a la que sólo unos pocos iniciados pueden llegar a intuir, aparte de otros tantos devaneos teístas que hubo en sus seminarios, pero el problema no es sólo que él delirara, sino que hasta los anarquistas lo promueven. Si yo me metiera en el fascismo y saliera a engrupir a la gente con ideas de sectas esotéricas, no me lo perdonarían nunca, pero a Heidegger lo tienen como uno de los mayores filósofos del siglo pasado.

 A Heidegger le molestó el racionalismo científico ajeno, sin que explicara bien porqué, aunque cabría investigar si no será porque las potencias que derrotaron a la Alemania nazi fueron precisamente las del racionalismo científico cristiano y ateo, por lo que salió a exaltar a la poetización griega previa a la filosofía académica, la de Homero en particular, y cuando retomó a Parménides, que sí fue un filósofo reconocido, inventó un argumento forzado, que hace creer que Parménides dijo algo distinto de lo que dijo, y que es lo que Heidegger hubiera querido que Parménides dijera, pero Parménides no dijo eso que Heidegger quería, sino otra cosa, que para filosofar hay que admitir que la realidad existe, una obviedad para nosotros que no debió ser tan aceptada en su época, en que la poesía mítica de Zeus primaba más por sobre la filosofía, o sea que la conciencia de los griegos, en aquel entonces, no era muy discirniente, sino más bien de ludismo mitológico primario, lo que no hubiera sido malo si hubiera estado bien ordenado, pero para eso hacía falta la ciencia, que tampoco cumplió bastante su objetivo, pero les ayudó, y también para mal, porque fueron imperiales entre otras cosas: se trató de una filosofía politeísta, de muchos dioses centrados en Zeus, que no explicó de verdad la realidad del cosmos porque le adjudicó las figuraciones de dioses que no existían en lo objetivo, pero que fueron señalados como si sí existieran, con lo que se justificó el orden estatal y su violencia. El planteo heideggeriano es reaccionario por ser tan anticientífico, y no poetiza bien porque es autodestructivo, ya que, si no se reconoce bien la realidad, la práctica se torna mala, y eso no quita que haya habido mala ciencia tanto en el capitalismo liberal como en el socialismo. Como despolitiza, porque poetiza con mitos inadecuados a sus objetos, lleva a la degradación social, al dedicarse sus seguidores a meditar en falso y a sentirse parte de círculos de elegidos en vez que entrometerse bien en los problemas de su época. Tuvo un argumento muy mezquino, porque a la vez que decía que no estaba en contra de la lógica, en verdad sí lo estaba, porque la calificó de mediocre, para inducir a sus seguidores a meditar sobre la esencia del ser en malos términos, que fueron lógicos, y como parte de una autoproclamada elite de iniciados, que se creía superior al resto de la humanidad. En todo caso, cabe reclamar que se defina bien la lógica, para que no cause calamidades. La poesía es lógica porque es discursiva: contiene ideas concordantes de lenguaje, pero a su principio menos elaboradas que las académicas porque la Academia no existía (había menos dedicación a su estudio y creación que desde entonces, pero sí la antecesora a la institucional). No es tan coherente, pero se hace de ideas que se suceden y que cuentan historias. Su relación con su objeto es más inadecuada que la del discurso más verista, pero la poesía es crítica porque los poetas, en su sentido amplio, de expositores, y en el acotado al verso y la estrofa, somos hombres que criticamos. Entonces, la cuestión es la calidad de la poesía y de la lógica, así como su buena combinación.

Después empecé a leer el libro Estética 1958/59, de Teodor Adorno, que entonces, cuando dio los cursos recogidos en ese libro, era hegeliano de izquierda (¿un socialcristiano?), y donde sostuvo unos razonamientos idiotas, como que la cosa era el concepto, unos delirios tremendos, que supongo que vienen de Hegel pero que no lo sé porque cuando intenté leer la Fenomenología del espíritu no entendí nada. A mí me podrán tildar de insustancial, por meterme a opinar sobre esto sin la calificación requerida, pero la verdad es que estos tipos decían cualquier cosa, y siendo incomprensibles, y sólo por la hipocresía vigente se los tiene por filósofos muy verdaderos, y a la filosofía por algo para supergenios, porque la sofisticación fallida que tuvo en gran parte de su historia le hace pensar a la gente común que si un discurso sobre el saber y la realidad es fácil de entender y verdadero, entonces no debe ser filosofía, porque se cree que un conocimiento tan importante tiene que ser para pocos. No obstante, Adorno me cae bastante bien, y con reservas, pero lo leí poco, así que no soy concluyente sobre él.

 Algo que me pueden objetar, y con razón, es que la filosofía, a veces, no puede ser expresada en términos fáciles de entender, y por eso se pondría difícil. Es verdad, a veces no queda otra opción que argumentar difícilmente, porque los asuntos tratados son muy complejos, pero, no obstante, habría que intentar que sea fácil de entender, y, si no se puede, que sea comprensible aunque cueste bastante esfuerzo, no como esos razonamientos que no terminan nunca, con oraciones larguísimas, que contienen muchas palabras sin referentes concretos, o que especulan en base a definiciones que, de tan abstractas que son, y sin que por eso sean verdaderas siempre, aparte de que se basan en otras definiciones arbitrarias, que provienen de los debates sobre tantas previas, y con pujas eclesiásticas sobre cómo entender las peroratas disparatadas, son para especialistas recontra refinados, y ni ellos las entienden bien a veces, pero no lo admiten, lo que elitiza mucho a la filosofía, y en los peores casos son deliberadamente crípticas, aprovechándose de la temerosidad de las personas que piensan que si no entienden algo filosófico es porque son ignorantes o brutas. Son como los sermones que se estiraban y estiraban, mientras que los oyentes ya no los entendían, o los escuchaban asustados por los castigos preanunciados, dichos por gente a la que tomaban por mandatados por los dioses, pero universitarios. Aunque los sacerdotes no fueran concientes de mentir, porque pensaban que sus ideas eran verdaderas, hicieron un desastre, y en ocasiones mintieron a sabiendas de hacerlo, no siempre para mal, excusándose en la doctrina de las mentiras piadosas, que es menos verdadera de lo que se estima. Los filósofos teológicos no son sacerdotes titulados, pero igual hacen desastres, porque contribuyen a la mala práctica aparejada por la falsa conciencia, y los materialistas también pueden fallar, pero el materialismo puede ser bueno, por verdadero, en tanto que el teísmo no puede serlo lo suficiente, salvo que defina de verdad a la idea de dios y le sea bien coherente, así como el materialismo, para ser bueno, tiene que ser relativo, porque la realidad se compone de algunas sustancias diferentes a las sólidas, que son las más referidas por el concepto de la materia, sea la madera o la Tierra.


Anexo

 En el pensamiento de Heidegger, lo que subyace a la lógica puede ser tanto la poética como la idea de la nada, porque él fue nihilista, pero en verdad la nada absoluta es un concepto que no tiene realidad objetiva: es meramente subjetivo, ya que todo es algo. No estoy seguro al respecto, pero me parece que su idea de “lo gravísimo”, mencionada en el libro que comenté en esta entrada, alude a la nada, porque la negación de la lógica occidental que él propuso llevaría al nihilismo, pero en realidad no toda la lógica occidental es bien denegable, porque en ciertas cosas es verdadera, y negarla del todo no llevaría a la nada, sino a una pérdida de todos los juicios, que no serviría para saber comportarse. El nihilismo también lleva a hacer mal, pero en algunas cosas tiene buena razón: sucede que debiera ser relaborado en términos bien correctos.

 (Del 10 de junio de 2023) El nihilismo puede tener buena base si se lo toma como inicio (de otro modo es negativo: niega algo pero no afirma, lo que algo de bueno tiene pero le falta fundamento), ya que la idea de la nada admite bien al significado del inicio. Ser partidario del inicio puede permitir explicar bien la historia, si se toma al inicio como relativo, ya que todo inicio reconocido por la humanidad tuvo algo previo y porque no podemos responder bien a la pregunta por el primer inicio de todo, porque nos faltan elementos que nos permitan conocerlo bien, dado que nos son muy lejanos, en el tiempo sino también en el espacio. El big bang también debió tener antecedentes, porque semejante explosión no pudo salir de la nada absoluta: tuvo que haber elementos que explotaran, en mucha cantidad por la magnitud de la explosión. Antes suyo, otros menores, y así hasta los mínimos, y entonces el fondo se complica, porque, los mínimos, ¿de qué salieron? ¿Se crearon a sí mismos? ¿Y antes qué había? ¿Cómo podría haberse pasado de la nada absoluta a la existencia de algo? Y antes de ese inicio, ¿no hubo tiempo? Tendría que haber habido una etapa sin tiempo de la que surgiera la sustancia, pero, sin el tiempo, ¿cómo habría ésta de formarse? ¿Y se expandió en el vacío absoluto, como si el éter no fuera algo?

viernes, 16 de diciembre de 2016

De acusar a las víctimas

En los casos de violencia cotidiana está el problema de que a veces se acusa a las víctimas que denuncian los malos tratos, pero esas acusaciones no están del todo infundadas, porque en realidad, como la violencia es general, las víctimas de las agresiones denunciadas, que suelen ser las más graves, también cometieron otros maltratos, lo que no debiera ser condenado, sino comprendido para que haya una resolución social del tema, lo mismo que para los denunciados, y también según qué haya hecho cada quien, pero atentos a las violencias que hayan sufrido. En realidad, en las agresiones individuales se replican de mala manera las agresiones previas padecidas por los agresores, o sea que el asunto es tanto de índole individual como social.

El abordaje católico vigente acá pretende condenar a los agresores, lo que esconde la impunidad de castigar de los que se comportan legalmente, y no es que a aquéllos no haya que coartarlos, porque violentaron y pueden reincidir, pero habría que admitir que la violencia es social y que tiene muchas causas ignoradas, que hasta que no se las aborde la harán persistir en el nivel actual. La violencia delictiva responde y hace a la histórica, que en parte es amparada por la ley, en tanto que existe la injusticia legal, porque los estados tienen malas concepciones.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿Qué es el constitucionalismo?

Durante la monarquía, no había una ley suprema por encima del rey. No sé bien cómo se legislaban las naciones europeas, ni tampoco las del cercano oriente, pero se regulaban por los designios monárquicos, que variaban según las decisiones de los reyes y las autoridades nobiliarias, y debían corresponderse con los preceptos eclesiásticos, fueran de la iglesia católica, protestante, ortodoxa o islámica. Habría que estudiarlo mejor. El constitucionalismo supuso el establecimiento de una ley superior a la monarquía, cuando no su deposición, por lo que se instauraron repúblicas o bien monárquicas o bien sin monarquía, que fueron tanto religiosas como capitalistas. Como su nombre lo indica, el constitucionalismo es una juridicidad que establece un sistema de relaciones entre las instituciones que están bajo su égida, y que históricamente fueron las iglesias, los gobiernos, las fuerzas armadas, las empresas, las administraciones estatales, los sistemas educativos y sanitarios, los partidos políticos, las asociaciones civiles y los sindicatos. En síntesis, se legisló a las relaciones entre las iglesias y las entidades laicas, en el marco de estados, o sea, de sociedades sedentarias. Aunque las constituciones pauten una separación entre las iglesias y los estados, también ordenan su interrelación, y en los casos menos avanzados subordinan a los segundos a las primeras.

En América y Oceanía, y tal vez en África, se dio un proceso parecido pero en el marco de los virreinatos, cosa que habría que averiguar en detalle, igual que para China, la India, el resto de los países árabes, Asia del este, Japón y demás.

Voto y rezo

Insisto es la proximidad entre uno y otro. En el rezo, se hace una plegaria a un ser imaginario, tomado por existente en sí mismo, para remedar las faltas propias y augurarse un buen futuro, aunque eso no basta para ninguna de las dos cuestiones: es un modo fantasioso de enfrentar al problema. En el voto, se hace algo parecido, porque se le otorga confianza a unos candidatos para que aborden los problemas sociales desde el gobierno, sin saber que eso vaya a suceder, y de hecho no sucede bien, y de ahí el mal gobierno. Ambos, rezo y voto, dan cuenta de la mala representación en la cultura humana, en este estadío de nuestra historia, porque no se abordan las cuestiones de fondo ni se corrige la práctica cuando se nota que hay un error que debiera ser enmendado, si es que eso requiere contrariar al sistema dominante.

Como representar bien no es fácil, la opción que se toma es la de hacer como que se aborda el tema, lo que es insuficiente, porque no se lo trata lo debido, pero entonces la práctica falla, y la humanidad entra en crisis.

De la fecundación en vidrio

La fecundación en vidrio es un procedimiento válido, no es cuestión de prohibirla, pero tiene el problema de que obtura el reconocimiento de que no es tan importante que los hijos tengan los genes de sus padres y madres más cercanos, los que los crían cotidianamente. No debiera hacerse diferencia entre si los hijos son adoptados o creados de la propia simiente, y más en general habría que reconocer a la crianza común humana, que está relegada por los modelos familiares legislados.

martes, 13 de diciembre de 2016

Decayó la joda sexual disidente

El movimiento gay se falseó, entre otras cosas, por mitero, y aparte por su antisocialismo. El misticismo, pero no sólo él, lo indujo a cometer maldades, malos tratos, y por eso hubo gente que lo abandonó, o que lo acompañó a desgano. La mística gay fue supersticiosa, de creencias eclécticas y de comunitarismo vedetista, hipócrita, y por eso llegó a ser lastimadora e insoportable. En sus malos momentos había que aguantarse la jerga hiriente, los códigos autoritarios, la jerarquía de las divas, que eran humanos histéricos, malos mandones amujerados, o algo así, por el mal ludismo, que contuvo maniobras de manipulación sexual. El ludismo del movimiento gay es incierto, porque se compone de jugadores con concepciones distintas, todas con sus fallas, y unas más malas que otras, porque el ludismo humano responde a la sociopatía vigente, derivada de la mala comprensión de la realidad, y además ligó al juego con el juego sexual, no siempre de buena manera, entre otras macanas contagiando el VIH entre humanos, aunque quepa decir que eso fue hecho no sólo dentro de la gaicidad de sexualidad diversa, sino en la sexualidad humana accidental en general, y en los peores casos a sabiendas o a propósito, como el de uno al que lo violó un infectado sin forro, o el de los fanáticos que hicieron ritos de contagio, con roles estereotipados, como los de “mete” y “recibe bicho”, y sus acompañantes. Al primero le decían “bug giver”. A la vez, sobre todo entre los posmodernos, con influencia sádica, nietzscheana y foucaultiana, entre otros, como Henry Miller, o André Gide, se estableció una jerarquía gay, encabezada por la sexualidad retorcida, cuanto más aristocrática más rara, y cuanto más rara más alta, sometedora de la diversidad común y de la heterosexualidad, descalificante de ambas, con un orden sexual idealista y consumista, y entonces explotador, punitivo en el sentido de penoso, y falto de sensibilidad social, pero, no obstante, la gaicidad logró lo que logró, e hizo bien lo que hizo bien, por lo que este balance, que me salió medio injusto, por lo que pido perdones, apunta a que se reponga, pero eso irá siendo con sus faltas, porque los humanos distamos en algo de saber comportarnos debidamente. La crítica servirá para reducir las penas, y aumentar los placeres. En general, cabe que el movimiento se politice mejor y reconozca que lo gay es lo jugador, para que incluya bien a los heterosexuales, y que esté alerta de sus injusticias internas, como la misoginia y la misandrinia de algunos homosexuales, varones y mujeres, u otras tantas formas de sometimiento, como el abuso sexual, y en particular cabe reclamarle solidaridad para con las cuestiones obreras y las otras relativas a las maldades del modelo productivo vigente. Todos los humanos podemos ser lúdicos, y el ludismo es secundario respecto de las necesidades vitales, a las que cubrimos convivencialmente mal y bien.

El movimiento gay padece la división social de la práctica, por lo cual se concentra en las ramas económicas más lúdicas, las de la industria cultural, y secundariamente en otras, como en parte de la enseñanza, quedando relegadas las de los trabajos más básicos, que fueron considerados por éste como de poca onda. En sus inicios medievales, el movimiento gay no priorizaba la diversidad sexual: se caracterizó por promover a la poesía, y más específicamente a la trova. Un hito en eso fue el Consistorio de la Gaya Ciencia, del año 1323, pero luego lo gay se asoció más firmemente a la sexualidad alternativa a la dominante, en lo que influyó Oscar Wilde, aunque el tema es ampliable, y se llegó a excluir de él a los trovadores heterosexuales, por lo que habría que definir bien qué quiere decir la expresión, y darle al movimiento un carácter copado. El movimiento gay, en realidad, es el movimiento lúdico, porque gay es juego, por lo que atraviesa a los movimientos sociales definidos según su carácter socioeconómico, y más en general es transclasista, aunque los jugadores no siempre son concientes de participar en él. Para realizarse plenamente, precisa del buen ordenamiento social.

La palabra “ludismo” es una reformulación de “jodismo”, de “joda”, emparentada a la inglesa “joy”, cuya forma es parecida a la de la provenzal “gai”. Éstas, puede que estén relacionados a la de “goce”. El problema es el mal gusto, que hace al mal ludismo.


Anexo del 15 y 16 de agosto de 2022

 La etimología verdadera de lo gayo no es la del ludismo, sino la del goce. El ludismo es un rasgo central, pero secundario, de la gaicidad. Cf. "gay" en el DECEL. Por otro lado, la reprobación que le hice a Sade y a Foucault es exagerada, porque, si bien ambos cometieron maldades, eso no les quita las bondades. Ambos fueron de izquierda. A Henry Miller y André Gide les conozco poco, así que la crítica a ellos debiera ser completada, porque no tengo claro cómo fue su misoginia, ni si la sostuvieron por mucho tiempo o no, ni tanto más de lo que hicieron de sus vidas.

El patronazgo es patriarcal, y así

La dominación masculina no sólo aparejó al patriarcado, el gobierno de los padres, sino también al patronazgo, o sea, el mandato de los patrones, que en general fueron padres. En el teismo masculino, que es el que supone que los dioses son varones, la concepción sobre la creación del universo se funde con el régimen de gobierno, el de la organización empresarial y el familiar. El patronazgo, la paternidad y el patriarcado hacen sistema con el teismo paternista, pero de ello no debiera seguirse un ataque a los padres, ni a los patrones, ni a los sacerdotes, ni a los patriarcas, sino una crítica justa y una lucha que encare bien al tema. Además, está la cuestión de que la dominación masculina también responde a la mayor fortaleza corporal, y al hecho de que las mujeres tuvieron que cuidarse durante el embarazo y dedicarse mucho a la crianza, más en el período de lactancia, pero eso prosiguió después, en menor cantidad. La biología no predetermina el futuro, pero es un factor importante, cuya incidencia es atenuable y hasta reversible, pero no en general sino en particular, y con sus problemas también, cosa que responde al sistema social, o sea que es modelable históricamente, pero no se puede hacer cualquier cosa, y los cambios dependen del orden social vigente en el momento.

Por el racionalismo pasional sano

La psicopatía, etimológicamente, no es la enfermedad psíquica, sino la pasión del alma, que es animal no sólo porque anima, sinónimo de alma, se emparenta con animal, sino porque los animales tenemos psiques. En realidad, el anima, como alma, es tanto animal como vegetal, porque los vegetales también tienen alma. Asimismo, hay pasiones buenas y malas. Usualmente se sobrentiende que las psicopatías son las enfermedades anímicas, como si las pasiones fueran siempre malas. El vocablo griego “psique” es “alma”, y el de “pathos” es “pasión”, o “afectación”, a la que los griegos muchas veces le dieron el sentido de sufrimiento, o el padeciente. Hubo una asociación psicológica de la pasión con la enfermedad, porque hay pasiones enfermizas, que dañaron a la salud de los griegos, pero habría que agregar que también hay pasiones sanas, y que las buenas pasiones son necesarias para la salud individual y social. Con la sociopatía pasa lo mismo: puede ser entendida como la enfermedad o como la pasión social. Entonces, es preciso distinguir a la psicopatía y a la sociopatía de sus versiones malas y buenas, ya que en sí mismas nada más designan a las pasiones individuales y sociales.

La asociación, hecha por la psicología, de las pasiones a la enfermedad, apareja que se las reprima, porque las personas, al entender mal al tema, se asustan al apasionarse, porque piensan que es enfermizo, lo mismo que sucede a las pasiones sociales, que son acusables de ser sociópatas, aunque eso no sea necesariamente malo, y tal procedimiento fue influido por la tradición religiosa, que relacionó a la pasión con el pecado, que es la falta pero en términos canónicos. No es la falta vista desde la concepción de la vida humana para sí misma, que es el materialismo cuando se lo entiende bien, sino para el teismo cristiano, y con los otros credos debe suceder algo parecido. Las religiones hacen a la conceptividad general de las naciones, y por ende a su ley y a su práctica social dominante, y se funden al propietarismo, que tiene fallas no sólo por la religiosidad, sino por los males productivos en general, que hacen a la mala práctica humana, en lo que hay ambiciones de mando y de acumulación de propiedades: las personas nos relacionamos entre nosotros tanto con la piedad como con las propiedades de por medio, a la vez que con las restantes cosas relativas a nuestra convivencia. El orden propietario, de hecho, es pietista, y no se puede ordenar bien a la práctica humana con la fe, por lo que la socialización de las grandes propiedades necesita que las personas sean ateas, y buenas en general, porque si no lo dificultan, y reproducen a los trastornos causados por las religiones, y los demás malos idealismos, que hacen a la maldad social actual.

La dicotomía que opone la pasión a la razón, conjunta a la de la enfermedad y la salud, es falsa, porque hay razón mala y pasiones sanas, y porque la cuestión es componer a aquéllas de buena manera. Esa idea de que la razón es el pensamiento lógico, que maneja abstracciones puras, y que eso es siempre malo, no es verdad, porque la razón trata de las cosas, entre ellas de los sentimientos, y bien orientada nos sirve para vivir. Existe la razón sensible.

Los vocablos de psicopatía y sociopatía son válidos en tanto que se los comprenda como referidos a los padecimientos o a los males.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Sobre la corrección política

La corrección política es necesaria, y por eso se la debe defender. Lo que pasa es que la más conocida, la de las denominadas políticas identitarias, o multiculturales, del paradigma de la aceptación de la diversidad, es falsa, no es una suficiente, lo que da lugar al malentendido que confunde a la falsa con la que debe ser, por lo que algunas personas renegamos de ella en sí misma, sin habernos percatado de que era una corrección política aparente, con algunos aciertos pero también con errores, e incompleta, porque no abordó a las cuestiones centrales del socialismo, que también merecen precisiones y replanteos.

domingo, 11 de diciembre de 2016

El maldesarrollo le deterioró la base de apoyo al progresismo latinoamericano

Como el progresismo latinoamericano del ciclo de gobiernos actualmente declinado implementó una política capitalista proteccionista, retardataria en materia de socialización de los medios productivos, cuestión determinada, entre otras causas, por la legalidad vigente, y antidemocrática en la ejecución de los megaemprendimientos, su base de apoyo se degradó, lo que contribuyó a que perdiera los gobiernos argentino y brasilero, aunque el factor principal para eso fuese la política capitalista trasnacional ligada al imperialismo estadounidense, y eso en el marco de la alianza gubernamental progresista con parte de ese capitalismo, y en el del cristianismo, que también le restó fuerza al progresismo al contrariar a las demandas por los derechos civiles opuestas a lo aceptado por la iglesia católica, que es un factor de peso porque tiene mucho apoyo popular y por su incidencia política y jurídica.

Aparte, el sobreatareamiento dado por el keynesianismo obstaculizó la politización de las masas, lo que las tornó más manipulables por los partidos y los medios comunicativos privatistas, y las mantiene algo sujetas a los designios eclesiásticos, ya de por sí reforzados por la politización cristiana. El progresismo latinoamericano, al componerse conflictivamente de tendencias demócratas y socialcristianas, junto con las socialistas ateas, arrastra mal a la cuestión religiosa, sin concientizarla socialmente, lo que lo perjudica.

Este progresismo tendrá que analizar al desarrollismo cepalino para elaborar un modelo superior, que es el del socialismo ecologista, a la vez que cuestionar al pietismo, pero para eso tiene que transitar las etapas intermedias, porque el orden social humano es hecho por la humanidad, que tiene taras que le impiden transformar lo suficiente de una vez, entre las cuales están las legales, que impiden ciertos avances mientras que no se reforme la ley pero que permiten otros, de menor intensidad pero importantes para la evolución y la acumulación de fuerzas, y, según sea, el reformismo puede ser de menor o mayor grado, llegando a implicar revoluciones políticas, que son las que transforman el modo de gobierno, la regulación de la tenencia de los medios productivos y demás.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Del mito fundante de las comunidades en el gonzalesismo

Acá en Argentina, a partir de los trabajos de Horacio González y de sus seguidores, está la cuestión del mito fundante, que si no me equivoco la retomaron de Carl Schmitt y Mircea Eliade, uno que fue nazi y el otro fascista. Mi breve análisis es liviano, y capaz que fallido, porque no revisé las fuentes, ya que me llevaría mucho esfuerzo, pero quiero señalar que buscar mitos fundantes para las comunidades conduciría mal a la convivencia humana, porque los mitos son falsos pero prescriben comportamientos, por lo que las personas se las verían teniendo que hacer cosas, aunque no quisieran, porque los sostenedores del mito los forzarían a ello, y en los peores casos las comunidades guerrearían entre sí por calificarse mutuamente de infieles, ya que cada cual seguiría un mito distinto. En casos menos graves, pero importantes, la gente no se corregiría sus maldades si eso requisiera contrariar al mito, y entonces lastimaría innecesariamente. La mistificación, además, causa a los arquetipos estigmatizantes, que hacen a la violencia cotidiana, sea la de quienes los profieren o la de quienes reaccionan mal al ser agredidos con ellos.

Lo menos que corresponde es que los partidarios de esa tesis expliquen porqué hay que hacerle caso a los ultraderechistas, ya que hasta ahora le vienen esquivando al tema, lo que no es poca falta de responsabilidad, y encima desde posturas libertarias, o sea que están confundiendo la conciencia política de la gente, si es que entendí bien, que capaz que no. El asunto es importante porque están ejecutando una política sin base firme, ya que no está bien argumentada la respuesta al cuestionamiento sobre el ultraderechismo de sus autores fundantes, y lo mismo vale para los anarquistas heideggerianos. Antes que prolongar esa política, tendría que haber conciencia social sobre porqué se los puede adoptar desde el paradigma emancipatorio, y mi postura es que se debiera rechazarlos, pero no soy quien para concluir el debate.

Lo que debiera fundamentar la práctica humana es la verdad.