Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 28 de diciembre de 2023

Culpa y dolo

 En el derecho está la distinción entre la culpa y el dolo, una definida como característica del delito que se hace sin mala intención y el otro con. Es una convención equivocada, porque existe la culpa malintencionada y no se entiende bien porqué se traduce al dolo como engaño y trampa, por lo que no se puede evaluar si esa traducción es buena.

martes, 26 de diciembre de 2023

Para estudiar el derecho de propiedad antiguo

 Hay que leer el capítulo Nezikín, sobre daños, del Talmud, porque fundamentó al derecho judío e influyó en el cristiano y el musulmán. No obstante, no es la única forma de hacerlo, ni buena de por sí, porque la apropiación hace a todas las cuestiones humanas y estudiarla mal es malo.

Equivocaciones semánticas de "fornicar"

 La expresión "fornicar", que se define como cópula sexual, en sí significa estar en una arcada (cf. DECEL). Sus sentidos sexuales son añadiduras que no se denotan en este vocablo, porque se prohibió mucho hablar de sexo y entonces se lo mencionó de forma tácita, sin nombrarlo en esta palabra pero sí en las explicaciones que se dieron para hacerla entendible, con el resultado de que se la usa muchas veces de forma equivocada, para referirse a uniones sexuales que no suceden en arcas y sin decirla para describir la permanencia en ellos que no es de cópula sexual.

Acepciones divinas

 A la idea de "Yavé" se la definió como dios y como ser, como si dios y ser fueran sinónimos, pero, si bien pueden ser algo coincidentes, no lo son del todo (cf. "Yahwéh" y "Jehová" en DECEL). Es una noción judía pero retomada de arameos y fenicios, y que debe provenir de ideas previas para hablar de la realidad y su origen.

 Las ideas "Cristo" y "cristianismo" vienen del untar, como la del mesianismo, pero se las usó en un sentido restringido, para referirse a unciones de líderes religiosos y políticos, en especial con aceite, aunque el concepto también abarca a la grasa, la manteca y los ungüentos. Ver "Cristo" y "mesías" en DECEL.

Un buen socialismo es necesario para la buena curación humana

 La terapia humana falla, en total, porque la humanidad es muy golpeadora, lo que nos enferma como pueblo. La especie humana está muy enferma porque, además de los males de la competencia entre las especies y los de los golpes primarios con las cosas inertes, padece los de la guerra, la lucha de clases y el trabajo. Algunos de los males que padece la humanidad se deben a sí misma, cuya práctica ordenamos de acuerdo a lo que creemos que debe ser, por lo que la creencia constituida del ejército la decide mucho porque se impone con la fuerza de armas metálicas fabricadas en sedes con techo, algunas de tiro a pólvora y otras mucho más perfectas... Hasta drones con bombas nucleares se pueden fabricar para imponer modelos de vida, que se conforman bastante desde las instituciones: si bien las instituciones son lugares secundarios en la creacion de los modos de vida, gestados desde mucho antes que la construcción de edificios grandes, priman en el ordenamiento internacional porque su poder para imponerse tiene la fuerza necesaria para ello, no del todo y en crisis por sus enfrentamientos y equivocaciones.

 Sin una economía bien ordenada, la humanidad se explota por las tragedias de la actual, como el exceso de esfuerzo que demandan los negocios, los accidentes de trabajo y la competencia y sus peleas, y sin el gobierno bien socializado existen las disputas por el poder de mando nacional, derivado del republicanismo inglés, que recomplejizó a la monarquía del medioevo civil con un sistema parlamentario mayor al previo, después reconvertido en presidencialista aunque bajo reinado, esto sin abolir bien el sistema de clases ni delimitar bien la creencia. Para que la humanidad se cure bien, debe tratarse bien, y para eso definir bien sus ideas y ámbitos. Mientras tanto, la terapia social será insuficiente aunque tenga grandes logros.

 En un sistema social bien obrado, con la deificación, el relato de la historia y el reparto del poder político bien determinados, también habría explotación, porque explotar es propio de vivir, pero la explotación sería menor. La explotación no es sólo el robo de dinero permitido por la ley, esa es parte de la explotación financiera, que apena, entristece a las víctimas de tal robo, les saca alegría, un modo relativo de matar, sino toda forma de lesividad, porque explotar es reventar, un acto en que los cuerpos, como el humano, se rompen. En el pago de salarios bajos la pesadumbre anímica se da por su desprecio y por la falta de acceso a bienes, de lo que a la carencia de nutrientes y servicios necesarios para sentirse bien, pero en la remuneración excesiva ocurre por el castigo que se le da al lujo y los traumas que derivan de la desmesura propietaria y en la intermedia por sus males propios y ajenos.

 Entiendo por "terapia humana" a los intentos que hace la humanidad para sortear su crisis.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Merced, marca, mérito y comercio

 La merced y el mercado comparten el núcleo semántico de forma reconocida. En el DECEL no se señala que haya una relación simbólica nuclear de ambas con el mérito, al que no obstante se describe como ganancia y merecimiento, que son bastante propios del comercio. Tampoco con la marca, muy intrínseca al mercado porque para vender bienes hay que haber demarcado un terreno como propio, así como para fabricarlos, aparte de porque las empresas mercantiles son de marcas ficticias. En lo ficticio de los nombres de las empresas se nota lo fingiente del comercio, que es reprobado por algunos hombres por el mal que hace, que no debe ser suprimido del todo, porque la humanidad tiene que hacer algunos males para vivir y los tendría que hacer para convivir bien incluso en un modelo ideal. Entonces, la transformación empresarial deberá ser honrada, para lograrse tanto como corresponde al planteo revolucionario, lo cual depende de que la crítica al sector privado sea justa. La crítica injusta al llamado "sector privado", según se lo suele entender, frustra a la revolución porque la predispone de forma perdedora, por basarla en una idea inadecuada a su realidad expresa, lo cual le pervierte el método.

 Si el mercado, como sistema de compraventa, se ordenara bien, sería aceptable, aún con la contra de que mantener al monetarismo requiere tareas prescindibles, pero en una etapa de transición es mejor opción que exista bien ordenado a la de abolirlo del todo, porque no hay el consenso social necesario para esto, y, en la búsqueda de ese buen orden, es preferible menos desorden que más, lo cual es un dilema de corto y mediano plazo por la irracionalidad humana.

 Según el diccionario de Segura Munguía, una raíz de "merced" es el vocablo latino "mereo", que a su vez proviene del griego "moira", que significa "parte" en el sentido del reparto, o sea, que el mercado es un sitio de reparto, pero así como él hay otros que no se nombran así, y su nombre no designa al dinero, es decir, que no lo describe del todo bien. Entonces, el mercado no es un problema en sí mismo, pero sí su desmesura.

De la terapia institucional

 Como la ciencia constituida es híperespecialista, la terapia institucional trabaja con diagnósticos muy finos, que ignoran a parte de sus cuestiones conexas, lo que un poco la equivoca. El tratamiento de las enfermedades es social, por lo que depende de la práctica de cada quien, aunque con relaciones interpersonales y las particularidades de las instituciones, que obedecen a la ley suprema y existen quebrantadas por el descalabro histórico de la humanidad, la violencia con que opera y las secuelas que dejó en cada hombre. El exceso de sofisticación le hace mal a la humanidad, como su mengua, lo que depende de las universidades, su ley y el orden que promueva el pueblo, por lo que de la conciencia individual y sus conflictos y crisis, que son subjetivos y objetivos. 

lunes, 4 de diciembre de 2023

La pérdida y ganancia compulsivas en el capitalismo actual

 El capital tenido por vencedor obtiene ganancias financieras enormes de forma compulsiva, pero no sólo se queda con ellas, sino que tiene una manía por ganar competencias, lo cual coexiste con su búsqueda de derrota: es un sistema en que se gana y pierde de forma violenta, lo cual se vincula a la religión, la ley y el gobierno.

 En la recolección primitiva hubo una captura, por lo que el sistema de recolección es de un tipo de capitalismo, pero mucho menor al vigente. Entonces, que el capitalismo sea benigno o maligno depende de cómo sea, y eso de cómo se lo obre, lo cual, a su vez, de qué se piense de la realidad, en lo que está la creencia porque la creencia es un pensar. Cuando se cree en algo, en ocasiones se piensa que es verdad y después se lo pone a prueba, pero hay cosas más fáciles de testear que otras, que como no se pueden experimentar de cerca existen sin que la idea que nos hacemos de ellas sea adecuada bien, a veces no se conoce bien ni lo próximo, y encima en otras es tomada como tal, lo cual lleva a cometer prácticas lesivas, que así abundan en la sociedad perjudicando hasta a sus presuntos ganadores. Una cuestión sobre la ganancia es que se señala poco que su calidad no es buena de por sí: se equipara la ganancia a lo bueno, pero las ganancias no son buenas por sí mismas, y en exceso se ponen malas por las obligaciones que demandan y sus pujas, algunas de las cuales son las de quedar impune por los delitos perpetrados para adquirirlas, no todos los cuales fueron bien definidos, es decir, que la maldad legal oficializada lleva a que los ejércitos y policías castiguen faltas aparentes, con lo que las personas buscan evitar ser penalizadas por malas razones, ya que en ocasiones delinquen para bien y son perseguidas por eso, cuando no delinquen para mal. La humanidad deberá ordenar bien sus ganancias para lograr las metas de bienestar proclamadas por los credos, que no se dan en este orden social, pero eso también depende de cómo sea el creer humano.

 La teología afecta en cómo se culpa y acusa porque influye en la ley y el juicio individual, por lo que la concordia humana depende de la veracidad teológica.

 El dinero viene de la cuenta en decenas. El denario se llamó así por representar diez unidades de cosas asidas, por lo que el asir es clave para la valoración monetaria de los bienes comerciales. Por lo tanto, las culturas que representaron al valor de diez en objetos de cambio concibieron al dinero y le dieron forma a su nombre. Antes hubo modos previos de abstraer el valor de cambio, algunos numerados y otros no. Antes que las monedas de diez, debió haber de los números del 1 al 9, y antes de eso el uso de pepitas de metal y piedras de las más atractivas. Fueron bienes de uso en sí mismas, con un valor debido a sus características previo al del intercambio por otros, que motivó a que adoptaran ese rol. El color de estas piedras y pepas hizo que la humanidad las apreciara, primero por sí mismas, por su belleza, antes que por su valor para canjearlas por otros bienes. Hubo una etapa de trueque en que el intercambio fue mucho más directo que el actual, que se medió luego con bienes definidos para el intercambio, estas pepas de metal y las piedras más apreciadas, que no siempre son traslúcidas pero sí en general, antes que la moneda, los billetes y los papeles de valor enumerado, previos a las transferencias por computadora y las llamadas "monedas electrónicas", impresas en discos magnéticos. En una época, aquéllas habrán funcionado como bienes simples, pero su portabilidad y color permitió que se les pusiera valor para el comercio, en un sistema demarcativo que hoy no funciona bien y que tampoco explicó la realidad con un relato del todo bien adecuado a su objeto, sosteniendo axiomas equivocados mediante violencia enunciativa, que suele ser mala, impuesta con armas de piedra antes que metálicas, lo cual después se perfeccionó mucho.