Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 28 de octubre de 2016

De la reforma al capitalismo

Reformar al capitalismo manteniéndolo es posible, es lo que hicieron tanto la nación cubana como la china, entendido al capitalismo como aquel sistema que prioriza la acumulación de capital. En ambos países, a partir de la instauración de gobiernos comunistas, el capital se acumuló, creció su producto bruto, aunque se le diera menor importancia que al desarrollo social, también contrariado por los avatares históricos, pero, a diferencia de las naciones liberales, la acumulación fue primero detentada por los estados y luego coexistente con el capital privado, que es el de las empresas de las naciones de capitalismo más privatista. El comunismo gobernante, hasta ahora, no concretó su proyecto social en las naciones en que gobierna, porque él precisa ser internacional, y por sus propias faltas, sino que adoptó dos posiciones intermedias entre el capitalismo privatista y el socialismo: el capitalismo estatista primero, y el mixto después, que, cabe decirlo, es parecido al capitalismo pietodemócrata, y al socialdemócrata, ambos proteccionistas, del estado de bienestar, pero con más énfasis en el capital estatal que en el privado. El capitalismo se originó a partir de que la iglesia protestante levantara la prohibición del lucro individual y promoviera una ascética laborista, y de que, mediante el iluminismo, los adelantos científicos permitieran la introducción de técnicas más eficaces al proceso productivo, que son las que se aplicaron a la industria primero y después a la agricultura. Luego redundaría en la financiarización del capital. Entonces, el modo de propiedad de los medios de producción económica no determina absolutamente al modo de acumulación: ellos podrían ser socializados y aún así las naciones dedicarse a acrecentar la producción de capital, lo que sería un socialismo capitalista. Los medios productivos económicos deben ser socializados, pero eso no bastaría para detener la compulsión productiva, lo que requiere de que la humanidad ordene bien su práctica económica, y más en general la humanidad tendría que ser buena para hacer bien.

En síntesis, el capitalismo es reformable, y de hecho se reforma siempre, pero la cuestión es qué reforma se le debe hacer, a fin de que se aliviane la vida a corto plazo y de que se creen las circunstancias necesarias para que se lo pueda reemplazar por el socialismo, reforma que tiene que basarse en la sustitución de la creencia por la ciencia, porque si no la gente hace las cosas en base a la creencia, lo que termina a veces en prácticas malas, cosa que no se solucionaría del todo con la ciencia, por sus fallas, pero que serviría para disminuir la cantidad de errores, y la crítica persistiría para enmendarlos.

La URSS también efectuó una reforma al capitalismo incipiente de la Rusia zarista y de las naciones periféricas que luego la compondrían, culminando en el capitalismo estatista soviético, con toda su historia de progresividad y de maldades, a las que se le suele señalar sin contrapesarlas lo debido con las de las naciones de gobiernos religiosos.

jueves, 27 de octubre de 2016

De la conservación de los quesos sin usar la heladera

Como no sé lo suficiente sobre el tema, debo decir que no se debe intentar tener quesos a temperatura ambiente, excepto los que se conservan así en las queserías, a los que se debe consumir pronto una vez abiertos, para evitar riesgos.

martes, 25 de octubre de 2016

La unidad democrática y crítica

La tesis que propongo para enfrentar la crisis ideocapitalista actual es la de la unidad democrática y crítica, en tanto que la clase capitalista se ha convertido en una elite y en tanto que las fuerzas democráticas tienen sus faltas, por lo que se deben corregir en algunos aspectos. La transformación revolucionaria debiera forzar a la clase dominante mesuradamente, según sea indispensable, no más, porque eso haría mal, y el progresismo debiera aprender a comportarse de acuerdo a la verdad y a los reclamos legítimos que se le hicieran, ya que, al no hacerlo, el democratismo pierde fuerza, por fragmentarse a consecuencia de sus males, que coexisten junto a la operativa divisoria de la estrategia capitalista. Los hombres y mujeres revolucionarios tenemos que ser buenos para que nuestra política sea aceptable, y si no hacemos así quienes se den cuenta se nos alejarían, y con razón. También falta la crítica al proletariado, sea subordinado o superior, porque no hacemos todo bien y porque al no criticársenos la política materialista se degrada, porque nuestra práctica no se enmienda al faltarnos el reconocimiento de nuestros errores. Dentro de esa unidad democrática, el ateismo tendría que explicitar el cuestionamiento a la religión, ya que la liberación social lo requiere.

lunes, 24 de octubre de 2016

Una cosa en que el cristianismo es mejor que el socialismo

En la exaltación de la bondad. Los cristianos, con todas las fallas que tengan, al atenerse al ideal del buen comportamiento, mal y bien a veces lo logran, y esa es una aspiración legítima, que es superior a los malos modos que adoptamos los socialistas. Por eso es que los socialistas deberemos ser buenos, incluso si socializáramos las propiedades y educásemos verdaderamente a las naciones respecto de la cuestión religiosa, ya que ambas pueden ser concretadas de distintas maneras y ya que las malas demorarían la consecución de nuestros objetivos. Las maldades de la política socialista hasta ahora lo que lograron fue que muchas personas se alejaran de nosotros y se refugiaran en las alternativas progresistas religiosas, o en la apoliticidad. El socialismo debiera plantear una lucha fácil de seguir para las masas, pero para eso tiene que ser honesto, porque si no la gente común lo rechaza.

sábado, 22 de octubre de 2016

El chiste de romper con la familia para hacerse revolucionario

Como los socialistas definieron al proletariado como la clase asalariada, y muchos provienen de la dueña de los mayores medios productivos, en tanto que la fuerza de trabajo es uno menor, surgió esa idea de que, en casos así, los luchadores, para ser socialistas, tenían que romper sus vínculos de familiaridad legal. Entonces, debiera ir un día, con mi hermana legal María Chaves, y decirle “cucharita, cucharón, no me junto más con vos”, haciendo eso con los dedos de que se rompe una cadena, y lo mismo con mi padre y madre legales, ambos peronistas de izquierda, y con mis otros hermolegales, todas demócratas y ateistas.

La subasta en lo de Elba Cino

Debía ser el año 2000 y fui una tarde a lo de Fredy, el Bacino, que con su madre Marilí estarían como de ocupas chic en el caserón trasero del antiguo palacete de Agustín P. Justo, en el Belgrano aristocrático de entre la estación Carranza y el hipódromo. Si bien era un apartamento fraccionado, tenía todos los lujos: cochera, techos altos, piso de madera, patio con pileta y parrilla, enredaderas viejas, marmol, habitaciones en desuso, una de las cuales era una sala de juegos que tenía un invernadero y daba al patio del techo, una colección de ediciones de un libro sin vender que escribiera Marilí sobre Perón, varias otras cosas más de esas, y las comodidades comunes, como las cloacas, el gas, la electricidad, el agua y los electrodomésticos. La cama de Fredy era un colchón tirado en el piso que juntó olor a puchos y un poco de aliento a alcohol. Me acuerdo que fui con otra gente, capaz que eran el Colo, la Diega y Daniel Alvaro, no lo tengo claro, un día en que habían alquilado el lugar para una subasta de antigüedades. En esos días estaba Mavi rondando por ahí, María Victoria Guma, hija de quien entonces era un senador provincial de Buenos Aires, porque tenían tierras en Maipú, cerca de Mar del Plata. La joda era la de ir a ver las antigüedades y juntarnos y charlar. Entré en el apartamento y, en la sala de estar, estaba Osvaldo, el rematador, un viejo pelado de voz carrasposa, dirigiendo el remate, y seis o siete ofertantes, que se disputaban los objetos mientras que una pareja recorría la casa mirando las cosas, y estuvieron así como media hora, hasta que se fue la pareja, y después la siguieron, aunque no hubiera más interesados en comprar nada. Al rato, cuando estaba en la cocina, se me acercó Fredy y me preguntó cuántos de los ofertantes eran verdaderos, a lo que, después de apenas pensar, debo haber respondido que cuatro o cinco. Resultó ser que en ese entonces eran todos simuladores, que seguían haciendo como que participaban del remate aunque no hubiera compradores potenciales dentro de la casa.

viernes, 21 de octubre de 2016

Intromisión en el debate sobre el post˗progresismo latinoamericano. Versión completa y corregida

Empezaré con la idea de Massimo Modonesi y Maristella Svampa expresada en “Post˗progresismo y horizontes emancipatorios en América Latina”, y continuaré con la respuesta de Atilio Boron y Paula Klachko en “Sobre el ‘post˗progresismo’ en América Latina: aportes para un debate”, haciendo mención a cuestiones que me afectaron personalmente. El del post˗progresismo es un concepto equivocado, porque el progresismo latinoamericano sigue siendo progresismo, no es post˗progresista. A lo sumo puede decirse que es el progresismo posterior a la caida de los gobiernos de Paraguay, Honduras, Argentina y Brasil, lo que no es festejable, por más macanas que hayan cometido. Entiendo por progresismo a aquella concepción que busca gratificar la vida humana, con todas sus variantes, incluida la socialdemócrata, que lo es aunque se falsee. Perdóneseme el punteo, pero es el formato en que puedo expresarme. El artículo no admite que hubo un boicot imperialista, entendiendo al imperialismo como la práctica de la clase dominante estadounidense en alianza con las altas capitalesías nacionales latinoamericanas, alianza contractiva e histórica pero existente, que influyó en la caída de los gobiernos populares de esos países, y que además estuvo interrelacionada transcontinentalmente, como capital trasnacional imperialista, aliado e intracompetitivo. Luego, los miembros de los movimientos sociales no son todos los de las naciones, a los que deben atender los gobiernos, por la universalidad del estado, que si bien es falsa en el estado liberal, debe ser, por lo que su imperativo moral tiene lugar aunque sea decaídamente, y aquellos tienen sus derechadas y sus errores. Falta una crítica a los movimientos sociales. Aparte, no está planteada la cuestión de la interrelación entre los partidos y las instituciones estatales, por un lado, y los movimientos por otro, por el autonomismo, que tiene que ser relativo porque si no es impracticable, ya que las personas que componen a los movimientos tienen que establecer relaciones con los estados en su vida social. Además, los movimientos sociales fueron contrarios al liberalismo ortodoxo, pero no siempre al heterodoxo, y son minoritarios, y el movimientismo tendría que atender a las cuestiones sociales de los otros actores crítica y complementariamente, para ayudar a las causas ajenas que sean legítimas, y sin renegar mal de la religiosidad y del capital. Algunos de los movimientos sociales quisieron integrarse en los sistemas sociales nacionales, por lo que ya estaban predispuestos para aceptar el paradigma inclusivo, no querían ser autonomistas y, si bien eso es debatible, habría que respetarles su interés y aceptar sus razones. Para los intelectuales universitarios es más fácil pretender que los movimientos permanezcan autónomos del estado, porque tenemos resuelta más o menos la subsistencia, pero los movimientos, sin la ayuda del estado, no pueden subsistir a veces, por lo que la relación con él se les hace indispensable, aparte de que los intelectuales altos tenemos la relación con los estados bien definida, sea por trabajar en ellos o por mantenernos de acuerdo a la ley. En quinto lugar, el paradigma eco˗territorial debe ser adoptado, aunque reformulado en términos eco˗socialdemócratas, pero no tiene apoyo masivo más que dispersamente, por lo que le falta reconocimiento social para ser gobernante, y requiere de la dilucidación social del problema pietista, porque si no la gente se falsea y boicotea lo que no le gusta de acuerdo a la predisposición dada por la educación religiosa, además de que precisa de reformas constitucionales, a las que sólo podrían hacer los partidos políticos democráticos. Finalizando, está la cuestión del horizontalismo, que no puede ser más que tendencial en sociedades jerarquizadas y que tiene que reconocer sus autoritarismos, que los tuvo, mal y bien, porque el autoritarismo no es todo despreciable, en tanto que es la acción de las autoridades, y también la necesidad de establecer liderazgos, porque de hecho se los estableció, aunque de carácter menos vertical. Por último está la cuestión del presidencialismo. El sistema de los gobiernos latinoamericanos es presidencialista no sólo por tradición, sino también por el orden constitucional y legal en curso. Mientras que rija él, los gobiernos tenderán a ser presidencialistas, porque les costaría evitarlo aún si lo quisieran, por la forma jurídica gubernativa aceptada y por la presión de los actores sociales que la mantienen, pero los gobiernos progresistas podrían ser menos presidencialistas, hay algo en eso que sí depende de ellos mismos.

Paso al segundo artículo, más extenso. Hay varias cuestiones que le son criticables, a algunas de las cuales menciono de a una:

1. El uso de metáforas malpredispone a la discusión, porque ofende y confunde a la conciencia, y hay la de Adán, la de la muralla de Jericó, la del ciego que no quiere ver y la de la tortilla revuelta, que me hace pensar en que no quisiera que los pobres tengan que limosnear cariño. Lo digo porque si a los ricos les correspondería comer mierda al volverse la tortilla, a los pobres les debiera competer mendigar el afecto de sus semejantes, es decir, que la metáfora no reconoce la pobreza afectiva del privatismo, aparte de que no se explicitó que la Biblia tiene falsedades, una cuestión importante para su desacralización.

2. Le falta distinguir bien al poder del gobierno y a éste del orden social, un problema bastante extendido en las ciencias sociales que está trayendo dificultades. El poder es todo el poder, sea el de llevarse un trozo de pescado a la boca o el de sancionar un decreto, por lo que es mucho más amplio que el poder gubernativo, y el gobierno es un actor subordinado dentro de lo que es el orden social, ya que debe obedecer a la constitución, que es una instancia superior, y tiene contrapartes de peso equivalente, o mayor, aunque a veces menor también, según sea, como lo son las iglesias y las organizaciones capitalistas, o las entidades supranacionales, los sindicatos, las fuerzas armadas, los medios comunicativos y demás. El orden social internacional contiene a un conglomerado de organizaciones sociales de las distintas clases sociales, entre las cuales están las supranacionales y los estados, que son transclasistas a la vez que liderados en general por el idealismo capitalista.

3. Hubo maltrato gubernativo progresista al movimientismo crítico del desarrollismo capitalista. El modelo de desarrollo vigente, sea en su variante ortodoxa u heterodoxa, perjudicó mucho a algunas personas, que se manifestaron, y se las reprimió, legal e ilegalmente, y eso incluso en los países gobernados por los progresistas. Que haya sido peor en los países de los gobiernos conservadores no quita que también haya que criticar al de los progresistas. Son hechos históricos reales. Boron y Klachko dijeron que Svampa y Modonesi no presentaron datos empíricos de las violaciones a los derechos humanos en los países gobernados por los progresistas, pero yo sé que las hubo, no sólo por haberlas sufrido personalmente, de lo que ya dí cuenta en otra entrada de este blogspot, sino porque me la pasé leyendo las cronologías del conflicto social del OSAL más o menos entre 2008 y 2013, hasta que cerraron el programa. Al asumir Emir Sader la jefatura del CLACSO y modificarse el OSAL que condujeran José Seoane y Clara Algranati, en 2006 si recuerdo bien, las cronologías fueron mal editadas hasta cerca de 2008, cuando improvisamos un equipo editorial mientras que los coordinadores, Lucio Oliver y Massimo Modonesi, trabajaban gratis, por lo que yo, pasado un tiempo, me terminé leyendo una por una cada cronología de los 19 países cubiertos por el observatorio, la corrección de cuyas carátulas me impidieron durante años, por lo que su isotipo difirió del de la revista, y sus datos de presentación tuvieron varios errores, al no permitírseme actualizarlos, y eso haciendo horas extras no remuneradas muchos de los días y tareas superiores a mi nivel en la escala organigramática y salarial, cobrando poca plata, unos 400 dólares al mes, por un trabajo de media jornada pero altamente calificado y siendo responsable de los informes a las autoridades y de elaborar el proyecto institucional para continuar el programa entre 2013 y 2016, al que redacté en vano, aparte de haber editado todos los artículos y anexos de las revistas, los informes de coyuntura y las reseñas bibliográficas, y eso mientras que algunos de mis compañeros de oficina me daban poca cabida, o me verdugueaban. Pero bueno, eso hace al maltrato del progresismo gubernatista para con la intelectualidad crítica al desarrollismo, no al dirigido a los movimientos en sí, parte de cuya historia fue relatada en las cronologías, que ya no están en la página web del CLACSO, pero que fueron como mil, y cada una contuvo muchos conflictos, varios de los cuales no presentaron violaciones a los derechos humanos, pero otros sí, y según cómo se las considere. Si pensamos en el derecho a que las autoridades satisfagan los reclamos de la población, en el derecho a un medioambiente sano, en el derecho a participar en la elaboración de las políticas relativas al modelo productivo, en el derecho a no ser despreciado y tantos más así, que pueden estar legislados o no, hubo violaciones flagrantes, y los defensores de los gobiernos progresistas lo tienen que admitir, porque si no lo hacen no se corregirán más, y se generarán una oposición social que les restará apoyo, al que necesitarán, además de la desmoralización aparejada por la traición a los valores emancipatorios, a la que se debiera tomar con calma, porque es frecuente, más o menos nos pasó a todos, dado el desconocimiento, la manipulación informativa, el hecho de que las circunstancias nos superan, la neurosis de la violencia histórica y demás. Van a tener que pensar en un modelo alternativo que incluya a los más pobres sin perjudicar a los menos pobres, que es posible con pocos recursos porque los cubanos lo hicieron, aunque habiendo echado a la oligarquía, que se fue para Miami, y aunque su gobierno sea criticable en otros aspectos, también coartados por el asedio imperialista, y hubo otra parte de la historia de la represión a los movimientos que no fue relatada por el OSAL, que es la más sucia y que no suele salir en los medios de prensa que relevábamos, con toda esa serie de trampas y manipuleos del capital trasnacional, así como también estuvo mal el cierre del OSAL, sin que las autoridades del CLACSO dieran las explicaciones debidas al respecto, pero esas son dos cosas distintas. Una anteúltima cuestión es que me parece que me mal editaron a propósito un artículo de Maristella Svampa sobre el consenso de los commodities. Respecto de las violaciones a los derechos humanos puedo mencionar el desplazamiento forzado de campesinos, indígenas y mestizos, en Argentina, que fueron expropiados para el avance de la frontera agrícola sojera, o para la instalación de un predio de la empresa de gaseosas Manaos en Santiago del Estero, o las denunciadas por la Unión de Asambleas Ciudadanas. Hubo una relaboración incompleta de las cronologías del conflicto social, en particular en el número 29 de la revista del OSAL, y algunas menciones a las violaciones del derecho humanitario en los números 28, 30, 31 y 32.

4. La equiparación del proletariado con la clase asalariada tiene problemas, porque no reconoce al proletarismo extrasalarista, que es el familiarismo de las otras clases, también contrariado por su conformación de acuerdo a la religiosidad vigente y por su malpropietarismo. Hay una incoherencia entre la definición etimológica y la extensiva, que predispone mal a la práctica política socialista.

5. Lo de la fase heroica de García Linera está mal, porque el heroísmo es mítico, y lleva a pretender esfuerzos sobrehumanos, que explotan.

6. En su enojo, los autores son excesivamente reprensivos con sus pares.

7. La pelea entre la tercera y la segunda internacional se nota en la acusación que se le hace a la socialdemocracia, y en particular a los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, que no se puede decir que no hayan sido progresistas, incluso con todas las maldades que tuvieron, ya que Emir Sader los catalogó como tales y ya que estuvieron sujetos al conservadurismo católico y militar chileno, que se plasma en la correlación de sus fuerzas nacionales. Habría que estudiar mejor al asunto, y comprensivamente, porque con peleas entre las internacionales la emancipación se traba, peleas que podrían ser reemplazadas por una complementariedad crítica, a sabiendas de que la degradación social es mayor de lo que solemos considerar, cosa que falsea a la política progresista, que también tiene sus propios yerros. En Argentina, bien le habría servido al kirchnerismo el apoyo del Partido Socialista, que está a la izquierda de la democracia cristiana porque es socialista y ateo, aunque haya adoptado la forma de gobierno socioliberal en la provincia de Santa Fe, porque la correlación de fuerzas lo obligó a eso, aunque mucho en concreto no sepa del tema. Los que acusan a los gobiernos socialdemócratas de haberse convertido en liberales debieran reconocer que el orden social y el constitucionalismo vigente son liberales, y que el gubernatismo progresista latinoamericano adoptó el modelo del liberalismo heterodoxo, o sea, que fue liberal proteccionista, al menos en Argentina, Ecuador y Brasil, en tanto que de Bolivia, Venezuela, Nicaragua y El Salvador no sé lo suficiente, pero sí sé que no se transformó tanto al constitucionalismo liberal, en lo que hace a la implementación del sistema democrático representativo y republicano, a la permisividad para con la acumulación de capital y a la liberalidad de las costumbres. La constitución más avanzada en eso es la de Venezuela, pero está en la fase de transición entre el liberalismo y el socialismo, no superó al liberalismo aún: puede haber proclamado al socialismo en la letra pero ni legisló la socialización de los medios productivos privados ni la del gobierno, cosa que no merece reproches injustos pero sí su reconocimiento.

8. Falta la crítica a los avances tecnológicos de las empresas trasnacionales, que hace que se los tome como una necesidad imprescindible para los modelos de desarrollo, lo que somete a los gobiernos progresistas a tener que negociar en condiciones de inferioridad con ellas, en tanto que se relega la adopción de una ingeniería social para la inclusión de la población en un orden productivo justo e integral. Se debe reconocer que la capitalista es en gran medida una mala tecnificación, con todas las consecuencias que tiene eso, en materia de contaminación por agroquímicos, producción irracional, como la del biodiesel, relego de la reforma agraria, que es la verdadera cuestión a abordar para la generación de empleo, junto a la reducción de la jornada laboral y la retecnificación simplificante, que permitiría reemplazar maquinaria electrónica por mano de obra, en tanto que el impulso del último medio siglo ha sido el inverso, generando la dependencia periférica de las innovaciones tecnológicas imperialistas y de las finanzas necesarias para costearlas. En ese aspecto, Cuba es un modelo a seguir, ya que su política gubernamental le proveyó de seguridad social a la nación sin muchos de todos esos adelantos, algunos de los cuales son malos, aunque se podría precisar el tema y falte en ese país la aceptación del democratismo social, que no es tan fácil de tolerar porque las naciones muchas veces votaron por malos candidatos, ¡a eso también hay que tenerlo en cuenta! El progresismo debiera superar al capitalismo ortodoxo en la formación de una ingeniería social que permita a las naciones subsistir en buenas condiciones, lo que no puede ser con el orden requerido por la tecnificación capitalista, que expulsa mano de obra y endeuda a las naciones. Es una tecnificación parcialmente involutiva, o malevolutiva.

9. El reclamo por el cambio de la matriz productiva debe ser apoyado críticamente, exigiendo la templanza debida a las circunstancias, en vez que relegado, lo mismo que le cabe a aquél por la desconcentración del poder político, la utilización clientelar del aparato del estado, el cercenamiento al pluralismo y la intolerancia a la disidencia, de igual manera que se debiera reconocer que los gobiernos progresistas, en ocasiones, sí desactivaron a algunas tendencias emancipatorias, porque eso es necesario para que se corrijan cuando gobiernen de nuevo. Ahora bien, habría que ver de qué cambio se está hablando, porque si la propuesta es la de industrializar a la periferia para que esté al mismo nivel que el centro sería un disparate, y ese razonamiento subyace a algunas de las críticas por izquierda hechas al progresismo desgubernativizado.

10. Dicho imprecisamente, hay dos tipos de movimientos sociales: los pro˗gubernativos, que son pro˗desarrollistas, y los anti˗gubernativos, que son anti˗desarrollistas, o propensos al desarrollo alternativo, que más o menos se corresponden con los viejos y los nuevos movimientos sociales. Hace falta un debate que acierte la cuestión y que faculte al movimientismo a ser gubernativo, o sea, a tener en cuenta al gobierno, y al progresismo a adoptar el desarrollismo alternativo, a cuyo programa habrá que definir a partir de las circunstancias sociopolíticas presentes.

11. Al progresismo gubernativo derrotado le falta mucho de autocrítica. Hasta ahora explicitaron que se equivocaron y que tienen que autocriticarse, pero mucho menos ahondaron en el reconocimiento de en qué se equivocaron, lo que debiera estar expuesto extensamente y punto por punto.

12. Al futuro del ciclo gubernativo progresista no se lo puede predecir, por lo que no sabemos si terminará o qué será de él, y aún si terminara después volvería a reiniciarse, gobernando mal y bien según haya sido acertada la conciencia social para ese entonces.

13. El tratamiento de la cuestión de la deuda estatal hecho por el gubernatismo progresista merece una crítica seria, porque convalidaron la ilegitimidad y pagaron, serialmente en el caso argentino, una cantidad de dinero inédita en la historia. Los progresistas tienen que aceptar la crítica y difundirla, porque hasta ahora los que perdieron los gobiernos están predispuestos a volver a pagar las deudas fraudulentas que toman los conservadores que los desplazaron cuando en el futuro ganen las elecciones, mientras que a los que nos quejamos de eso nos relegan. Tengan en cuenta que el monto presupuestario destinado al pago de las deudas estatales es más dañino para las naciones que muchas de las malas prácticas que les reprocharon a los liberales ortodoxos, y que la política impulsada por Cristina Fernández y Axel Kicillof en la ONU relativa a este tema aparejaría que las naciones del mundo se recontra explotaran a sí mismas durante décadas para pagar deudas ilegítimas, o sea que es un planteo al que le falta seriedad y que es irresponsable y lesivo para la humanidad y la socialidad. Al respecto, la política a seguir debe ser como la adoptada por el gobierno de Rafael Correa, parecida a la propuesta por el juez argentino Jorge Ballesteros.

La ilegitimidad de la deuda estatal reside no sólo en que en parte es fraudulenta, debido a que se trata de deuda privada que fue estatizada, o de deuda tomada por gobiernos representativos pero sin consenso social, y demás cuestiones que habría que averiguar, sino que, encima, la parte menos cuestionable del endeudamiento, también es lesiva para la humanidad. La lógica de la deuda termina priorizando el cumplimiento de las leyes en perjuicio de la calidad de vida, y algo parecido sucede con la deuda privada. El criterio para los préstamos deberá ser el de la solidaridad y el de su utilidad social.

Imponer el orden justo es de violencia legítima

Existe la violencia legítima, es la violencia razonable y medida. Hacerle saber la verdad de la historia a las personas que no la aceptan sería una de ellas. Otra sería la de imponer el orden social justo, lo que debiera ser hecho compasiva pero rectamente para con las clases pervertidas, y con una crítica explícita y social a la práctica humana mala. La violencia pacifista debe y puede ser legítima. El pacifismo no es que no sea violento, suponer que el pacifismo no es violento es un error, pero su violencia es moderada.

Crítica al paradigma inclusivo

Al menos algunos de los gobiernos progresistas latinoamericanos intentaron implementar políticas inclusivas, en tanto que el liberalismo privado las ejecutó excluyentes, que expulsaron del sistema capitalista a franjas del empresariado y el asalariado, llevándolos a la subsistencia y a la desocupación, pero el intento no pudo ser exitoso, porque, si bien fue bien intencionado, le faltó razón, en tanto que el liberalismo popular no comprende el origen teista del capitalismo, por lo que no atendió a su perversión básica, aparte de que la resolución de la crisis humana precisa de que la razón sea social, en tanto que la práctica humana es conjunta, es una copracticidad planetaria. Es necesario incluir a todas las personas en el sistema social vigente, pero eso requiere que la humanidad asuma la verdad explícitamente, porque sino la perversión la lleva al sabotaje, tan presente durante el gubernatismo progresista latinoamericano, que tuvo que adaptarse al constitucionalismo liberal y reprodujo al capitalismo, apenas cuestionando al capital alto, el de las grandes empresas y las finanzas, que cometieron una práctica lesiva para la humanidad que sigue vigente. La cuestión, a nivel mundial, es qué bloque histórico producir para atender las demandas sociales a la vez que reformar la legalidad vigente, y cómo acelerar al reformismo constitucional, que es revolucionario, así como definir qué reformismo debiera ser, ya que no todo el reformismo es bueno, y las fuerzas democráticas religiosas de ese bloque pugnarían por reformas pietistas, acordes con sus credos, y poco críticas con el capitalismo, ya que adoptan la postura del capitalismo humanista, como el del papado, que apunta a un pietismo de capitalismo popular. Habría que saber qué proyectos societarios pretenden el protestantismo, el cristianismo ortodoxo, el islamismo, el judaísmo y las demás religiones. La reformista es una lucha que el socialismo dará en simultáneo en las distintas circunstancias nacionales, que evolucionan contemporánea y diferenciadamente por país y región, con sus divisiones intradistritales y sus contraflujos, pero el cuestionamiento cierto al teismo tendrá que estar, porque éste pervertirá la política de los fieles mientras rija, por la politicidad religiosa, y aceptó al modo de acumulación capitalista, aunque con críticas insuficientes. El socialismo debiera adoptar una postura de apoyo al democratismo religioso pero de crítica a su carácter y a sus modelos, en tanto no pueda superarlo y gobernar, e incluso así tendrá que criticar a la religión mientras que dispone de la socialización de las naciones desde el gobierno, lo que sería atacado permanentemente por el idealismo capitalista. Habrá que responsabilizar a cada quien de su práctica, en tanto que el buen comportamiento es un deber humano de cada quien, lo que es difícil por la histeria.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Del holismo

El holismo, según lo entiendo, no implica desentenderse de las partes, sino comprender su funcionamiento conjunto, y tiene que ser científico, no místico, ni esotérico, ni religioso. Asimismo, sus investigaciones son cuestionables, pero siempre se les podrá encontrar una respuesta en términos holísticos, porque la realidad es todo lo que es y sus partes la conforman. La relación entre el todo y sus partes debe ser definida en concreto, según el caso estudiado. No obstante, el holismo es una teoría general que no puede aplicarse absolutamente, porque nuestra capacidad investigativa es limitada, dado nuestro carácter animal y terráqueo, y por las dificultades para la programación de la actividad científica.

No considero que el holismo tenga que suponer que el todo determina a las partes. El todo se compone de sus partes, que son determinadas por sus interacciones recíprocas, y las relaciones entre los elementos son partes del todo también.

De la conciencia vegetal

Los vegetales son capaces de percibir la luz solar. Se nota en que cuando están a la sombra, pero cerca de la luz, crecen hacia ella. Por ende, también tienen la capacidad para direccionar su crecimiento.

Contaminación y cáncer

Lo siguiente es una hipótesis que pienso que debe ser cierta, pero no lo sé. La contaminación, al causar el ingreso en el organismo de sustancias tóxicas, y la segregación glandular de otras del mismo carácter, por el nerviosismo aparejado por los ruidos molestos, entre otros tipos, rompe las cadenas de ADN celular en la parte que regula su reproducción, lo cual, cuando no intervienen otros factores mitigantes, puede terminar en que las células corrompidas se reproduzcan rápidamente y disociadas del orden corporal, lo que hace a los tumores. Lo de la reproducción desbocada ya está comprobado, pero no sé si lo está lo de su relación con las toxinas.

Lo mismo podría suceder con otras formas del maltrato, ya que, supongo, el cuerpo debe segregar sustancias glandulares según su estado de ánimo, que a su vez depende de las relaciones sociales en que se encuentre. Esto no debiera omitir la investigación de los otros factores intervinientes, entre los cuales están por un lado los favorecedores de la generación de tumores, y por otro los impidientes, o reparadores, y demás, pero yo no soy oncólogo experimentado, así que se lo tiene que investigar. No obstante, y más allá de que no esté dilucidada la cuestión, la contaminación ambiental es un tema al que la sociedad humana debe responder satisfactoriamente, por nuestra salud y por nuestros sentimientos, cuya relación es obvia.

En el caso de la contaminación electromagnética, la cuestión es distinta, ya que el ingreso en el cuerpo de las ondas electromagnéticas no implica la presencia de toxinas, pero sí la fricción de esas ondas con el ADN, que tal vez, en pocos casos, rompa la cadena en la parte que regula la reproducción celular.

A lo de la reproducción celular descontrolada por la rotura de la parte de la cadena de ADN que la regula me lo dijo Carlos Javier Chaves, médico veterinario, y lo de la incidencia del electromagnetismo en la generación de tumores lo escuché de la exposición del doctor Raúl Montenegro, especializado en biología evolutiva y titular de cátedra en la Universidad Nacional de Córdoba, quien además creó la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente, en una sala anexa a la cámara de diputados, a instancias de Victoria Donda, que se equivocó en muchas cosas pero que hizo bien en retomar el reclamo de los vecinos de Ezpeleta, que padecen los males aparejados por la contaminación de la subestación eléctrica de Sobral. También aprendí del tema por parte del doctor Roberto Mercer, quien murió hace poco y que era integrante de Unidos por el Rio. Es una cuestión de la que no sé lo suficiente pero que se tiene que dilucidar y corregir socialmente.

El determinismo histórico vivencialista y el libre albedrío social

El determinismo histórico es la idea que postula que todo está determinado de hecho y que los animales vivenciamos la realidad sin ser usualmente concientes de eso. La mente, en tanto que ente imaginario, tiene una materialidad subjetiva fantasiosa, que a su vez proviene del cerebro, el cuerpo y el entorno, y por ella decidimos nuestra práctica, por lo que, además de tener consecuencias históricas, faculta al libre albedrío, que responde tanto a sus determinaciones biológicas y sociales como al pensamiento de cada individuo. Asimismo, la práctica individual es socialmente composible.

La socialización de la justicia y la improvisación jurídica

La justicia también tendría que ser socializada en el sentido de ser ejercida por los afectados por cada caso, e incluso aunque en un mismo juicio se entremezclaran varios asuntos, lo que está prohibido por la juridicidad actual, ya que la acometida de delitos a veces responde a delitos previos, o a injusticias no penalizadas. La improvisación jurídica permitiría resolver en concreto las deficiencias de los sistemas legales vigentes, que a veces obstaculizan la consecución de la justicia porque no se adaptan a los casos en curso, pero esa juridicidad tendría que ser comprensiva y resolutiva en vez que castigadora, y además ser social, porque los responsables de incitar a la corrección de las personas malas tendrían que ser los allegados a ellos, y eso incluso requeriría que se le hiciera bien a los malos, ya que si se los violentara ellos no se comportarían bien y ya que la violencia es mala. Los juicios debieran ser debates sociales entre los afectados por una mala práctica para que las personas se ordenen para vivir bien, y atender a las razones de los delincuentes, porque esas razones dan cuenta de las injusticias que sufrieron, que son las que los llevan a cometer los delitos, y si no se pudiera consensuar una resolución, habría que decidir en concreto cómo solucionar los temas, pero atentos a que los acusadores no se aprovechen de su superioridad para maltratar impunemente a los acusados, de igual modo que habría que prevenirse del abuso de los acusados ante las posturas indulgentes, y eso no eximiría del uso de las prisiones, según fueran los casos, ya que hay criminales que delinquirían gravemente si se los dejara libres. Este planteo, por supuesto, es utópico para ser aplicado inmediatamente, pero sirve para entender la cuestión y para señalar una forma de resolución de los problemas jurídicos actuales.

La socialización de la filosofía

Por más que sea obvio, enuncio que, como el objetivo de la filosofía es la felicidad humana, y ella depende de la práctica de la humanidad, se debe socializar la filosofía para que la humanidad, en tanto que verdadera, sea buena. Eso aparejaría la reforma productiva insinuada y explicitada parcialmente por el socialismo, pero para eso la filosofía tiene que ser veraz.

Crítica de las comparsas de candombe

Un problema serio de las comparsas de candombe es que adoptaron un formato espectacular, que les predispone la dinámica social para dar shows, cosa que les tara la improvisación de la socialidad libre para el divertimento, lo que las desgracia. Las comparsas debieran priorizar la sensibilidad y la integración sociales a la falsa calidad artística, ya que eso les permitiría liberarse de las trabas para jugar libremente, lo que les haría sentirse más felices, y a su vez interactuar mejor con el entorno barrial en el que se desempeñan. En particular, habría que prescindir de las coreografías, o limitarlas a su improvisación espontánea, porque sujetan a las bailarinas e impiden a los transeúntes insertarse en el baile, porque ellos no conocen los pasos prepautados para aquellas y porque suponen que, en tanto que hay un plan artístico preparado, el público no se puede meter.

De manera parecida está trayendo problemas la lógica competitiva de las llamadas de candombe, porque las comparsas se ponen a compararse entre sí, y desfilan separadas, lo que desfavorece a la socialidad, aparte de que organizar encuentros muy reglamentados lleva mucho esfuerzo: más fácil sería convocar a llamadas en las que los participantes ensamblen y bailen de improviso y según el momento en que llegaran. Serían fiestas candomberas de participación antojadiza, y lo mismo vale para otros géneros del juego danzístico. Más aún, se debiera convocar a encuentros lúdicos de participación libre, sin que necesariamente haya que ir con los instrumentos del género que fuere.

sábado, 15 de octubre de 2016

De la idiotez

Los ciudadanos griegos acusaron de idiotas a quienes no participaban del ágora. Definieron a la idiotez como la privacidad, el particularismo, la simpleza, por lo que el término tiene acepciones relativas a la gente común, a las mujeres ciudadanas y a los proletarios, que como eran sometidos no participaron del ágora. Es hora de terminar con el exceso de prestigio de los ciudadanos griegos, que tuvieron sus grandezas así como sus flaquezas, y que insultaron a los trabajadores y a las mujeres por no politizarse mientras que los sometían y mientras que decidían proezas bélicas en nombre de los dioses. Desde el materialismo economicista se me podría reprochar que a las guerras las hicieron para acumular riquezas, y desde el dominativo poder, y es verdad que ambos objetivos estuvieron presentes en las invasiones griegas, pero igual fueron idiotas, porque se metieron en guerras, y por cosas que no les eran imprescindibles, o sea que sufrieron e hicieron sufrir en vano.

Véase tal libro

Un tema que habrá que solucionar es el de los propósitos desmedidos de los autores, que mandan a leer libros enteros en sus escritos, con eso del “véase” y el “cf.”, a los que en la práctica pocas personas les hacen caso, porque leer lleva tiempo y esfuerzo. Los cientistas tendríamos que explicarnos fácil, y abandonar esa taradez que supone que algo es bueno si es incomprensible o difícil, que cunde bastante en la academia. No obstante, debe haber excepciones a esto, porque puede estar bien que se mande a leer algunos libros, si el caso lo requiriese, y a veces no se puede explicar fácilmente, o, si no, una alternativa sería la de explicar mejor qué se propone para hacer con los escritos citados, en tanto que las expresiones son ambiguas en que dan lugar a que se las tome por órdenes en vez que por recomendaciones.

Para evaluar a la filosofía heideggeriana

Habría que saber dos cosas para eso. Una, si hizo su autocrítica por haber apoyado al nazismo y qué dio a conocer de ella. La otra, qué proyecto de vida tuvo para la humanidad.

viernes, 14 de octubre de 2016

Las veganas tiraron pilas como pocas personas en la historia humana

El reclamo del veganismo tiene su legitimidad, en el sentido de que exige que no se mate a otros animales para nuestra ingesta, pero es impracticable así dicho, por lo que se lo desobedece. No se puede vivir sin comer carne, por los nutrientes que tiene la carne, a los que no siempre se puede reemplazar ingiriendo otros alimentos. Así que algo de carne valdrá comer. El modo para responder satisfactoriamente al planteo que subyace al precepto vegano contra el asesinato de animales extrahumanos es el de ordenar nuestra producción, porque a los que tenemos que tratar bien es a todos los otros seres, no sólo a las otras especies animales, pero ese trato debe contener a la transformación de la materia en nuestro propio beneficio, lo que podría hacerse con el sistema del ecologismo radical, que contendría industria, agricultura, política y hasta finanzas le cabría tener, según fuere. El ecologismo radical debe ser socialista, y el socialismo ecologista, porque eso es necesario para el orden justo. Lo más difícil será hacérselo entender a los capitalistas, y al productivismo contaminador, que tampoco es que no debiera existir, porque la contaminación es ecológicamente asimilable, lo que pasa es que mientras tanto persiste el ambiente contaminado, y en gran cantidad. Hay un argumento que busca que la humanidad sane al planeta, que incita a acometer acciones reparadoras de él, pero el modo de sanar a la Tierra es dejar de contaminarla mal. El ecosistema se repara solo, es autorregulable. El problema es que la humanidad lo contamina mal, incesantemente y en gran cantidad desde la revolución industrial, y eso porque su idea de la realidad está mal hecha, lo que le hace practicar mal. Vivir bien sería mucho más fácil de lo que es hoy en día, porque se harían muchas menos propiedades, pero más otras cosas, como la socialidad. El capitalismo favorece la acometida de prácticas propietarizantes, en tanto que el socialismo debiera intentar reemplazar a algunas de ellas por la socialidad, así como debiérase reformular a las otras. Que es irracional es innegable, y también que lo es la religión, y el misticismo, si hasta el cientificismo fue irracional, pero el cientificismo puede ser verdadero, en tanto que los otros no. El ecologismo también requiere de que la humanidad esté bien concientizada. Con la poetización del trabajo socialmente dividido pasa lo mismo: la poetización, para realizarse plena, precisa del ordenamiento común de las tareas, no puede ser con la división social del trabajo vigente.  La poetización también requiere del socialismo, pero habría que definir qué socialismo sería ese.

El problema de las pilas no es sólo de las veganas, sino de toda la gente afectada por él, y mucha gente tiramos pilas, de las recargables y de las otras, y tiraremos más. Todo lo que se fabrica pasa a ser basura antes o después, pero algunas cosas no le hacen mal a nadie entonces, y a las otras habría que evaluarles el daño. Lo que es seguro es que la producción humana puede ser buena, en tanto que la actual no llega a serlo.

Otra cuestión es que algunas de las prácticas de reparación de los ecosistemas dañados son valederas, por lo cual está bien que se las efectúe, aunque tal vez haya que corregirlas algo, pero lo principal es que la humanidad cambie su sistema productivo por uno de tipo naturista, porque si no se seguirá contaminando demasiado.

El nadismo bien entendido vale

Entendido como la concentración ante el concepto mental de la nada puede ser verdadero, como el cero de las matemáticas, y además sirve para hablar y pensar. Es de realidad subjetiva, en tanto que objetivamente todo es algo, y hasta el concepto de nada lo es, pero no lo parece cuando lo pensamos. Hasta la llamada antimateria es materia. Es una materia que está ante la más reconocida por la física. De ahí que pensar en la nada lleve la imaginación a un punto indistinguible, en el que se crea una idea imposible, porque busca ser algo que no puede llegar a ser, una nada absoluta, que es formulable pero inexistente: es la idea de algo que no es. Es una creación subjetiva en la conciencia en forma de la idea de algo vacío, que puede existir como idea sin llegar a estar vacío de verdad, como el cero, que expresa una magnitud, entre la negativa y la positiva.

El nihilismo de Camus en El hombre rebelde, de negación de la realidad, de hecho fue una reacción de rechazo a las injusticias que reconoció, pero no lo definió bien, porque la negación a los males humanos no implica suponer que la realidad sea nada. Fue una crítica mal nombrada.

jueves, 13 de octubre de 2016

Me dolió la panza durante unas elecciones, y nota extra

Entre 1998 y 2001, más o menos, participé en dos campañas electorales en la facultad de ciencias sociales de la UBA, en la última de las cuales tuve dolores de panza, por la intoxicación glutémica y los nervios de las peleas interpartidarias, de lo que me acuerdo que pensé en buscar una forma de militancia no electoralista, para evitar ese dolor. También recuerdo que cometí una irresponsabilidad con Marcelo Rodríguez el día en que decidimos disolver el FICSo, porque interrumpí el debate, que estaba terminando, para saludar a Mariana Fassi por su cumpleaños, una desubicación de mi parte. Mis disculpas a Marcelo Rodríguez. Para mí era demasiado mantener los estudios, el trabajo, la percusión y la militancia, pero no lo tenía muy claro. También lo siento por los otros ex compañeros del FICSo, a muchos de los cuales no volví a tratar tanto después.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Parcialidad y sociopatía; holismo

El holismo no está exento de sociopatía, dado que las conductas sociópatas son generales, pero es menos propenso a ellas porque intenta comprender las cuestiones involucradas en cada asunto que le interese, por lo que busca ser prudente. Las parcialidades, al contrario, tienen el problema de que como se focalizan en distintos aspectos de la realidad, hacen a juicios incompletos, que como no entienden acabadamente a las cuestiones llevan a prácticas agresivas, aunque menos concientemente tienen reparos para la acometida de maldades. Lo que pasa es que son insuficientes. La humanidad, para saber comportarse, tendría que ser holista, y aún así no bastaría para resolver todos los conflictos, pero se alivianaría la vida en gran medida. Además, los conflictos no son malos en sí mismos, y a veces expresan reclamos legítimos, aparte de que hacen a las relaciones humanas que los tienen, que no se darían si no los hubiera, aunque eso no agote la cuestión.

Insisto en que entiendo por sociopatía a aquella práctica que daña a la sociedad, que las hay desde muy leves, como las agresiones cotidianas, a muy severas, como las guerras, con los estadíos intermedios.

Por holismo entiendo a la filosofía que intenta comprender los asuntos integral y analíticamente, a diferencia de la idea de Mario Bunge en el glosario de Evaluando filosofías, en el que lo concibe como una que supone que las partes del objeto son inanalizables. Lo equiparo a su idea de sistemismo. Me diferencio de él en algunas cuestiones, como la dureza de su crítica al marxismo y la falta de rescate de algunos elementos de otras filosofías fallidas, como lo serían los planteos foucaultianos de crítica al economicismo y al estatismo en la microfísica del poder, y también en la falta de crítica al productivismo excesivo del estado de bienestar. Tampoco estoy de acuerdo en equiparar la ciencia a la ciencia universitaria, porque entiendo por ciencia al conjunto del saber, sea común o institucional, ni en que tener un método formalizado sea garantía de verdad, porque hay saberes simples, que son necesarios para la práctica social grata, que se adquirieron sin él. El método complejo puede ser necesario y servir, y también fallar, y a veces no hace falta, a lo que habría que evaluar en concreto. De igual manera, veo mal que se destine mucho presupuesto a la investigación supersofisticada, con esos aparatos carísimos y de altísima complejidad, mientras que hay necesidades sociales y estudios básicos más necesarios que no lo tienen.

Al respecto del holismo sirve consultar su definición en Wikipedia.

Otro problema en las ideas de Bunge de ese libro es su aceptación del funcionalismo estructural de Robert Merton, porque niega al interpretativismo, que supone que el análisis se nutre de datos de la vida extrauniversitaria de los investigadores, además de los obtenidos metodológicamente en caso de que se llevara a la práctica una investigación formal. El método de Merton obliga a deducir las conclusiones de los datos empíricos, lo que impide incluir al conocimiento extraformal, que se hace presente sin que se lo reconozca.

El marxismo es una filosofía fallida en tanto que el intento que se hizo para aplicarla fracasó, porque no comprende bien qué hacer con las clases retrógradas, que lo impugnaron, lo que, sumado a los propios errores socialistas, lo rebajó, pero el socialismo busca concretar la felicidad humana en la vida, por lo que la cuestión de hacerlo triunfar seguirá vigente, lo que no tiene que ser en términos marxistas, sino completos, ya que Marx fue un hombre, no el único en la tradición emancipatoria, al que se le hicieron cuestionamientos válidos, y ya que él mismo quiso que se superaran sus desaciertos para que se cumpla su deseo de modelo social, al que tenemos que seguir definiendo los humanos que vivimos, y también con los aportes buenos de los otros materialistas, cuya crítica también hay que hacer.

Humanismo y política socialista

Al pensar qué política debiera adoptar la humanidad me es preciso admitir que, sea la que sea, la política tiene que ser autocrítica para consigo misma, y atender a las críticas externas, porque hasta ahora todas las políticas humanas fallaron en muchas cosas, dada la falsedad humana. También es necesario entender bien a la cuestión propietaria porque, por un lado, no todo el reparto de las propiedades está mal hecho, y por otro el propietarismo no es lo único a tener en cuenta, ya que hay cuestiones extrapropietarias que hacen a nuestra historia. Un riesgo del clasismo es caer en malas prácticas a consecuencia de atender exclusivamente a la cuestión propietaria, y de mala manera, y sin comprender a los otros factores de nuestra historia.

Un problema serio en la política socialista marxista, que se repite de distinta manera en el anarquismo, es el acriticismo para con el proletariado, o el pobrerío, ya que, como el análisis que hacen es propietarista, acusan a la clase dominante sin atender a las opresiones derechistas de abajo, como lo es la reproducción del pietismo, la indiferencia ante el capitalismo y el sostenimiento de gobiernos de derecha, cosa que fue realizada por los proletariados nacionales. De allí que se los tenga que criticar de buena manera, para sacar las conclusiones estratégicas para la lucha revolucionaria. Ese error llevó a que la estrategia socialista careciera de sustento, porque los militantes sostuvieron debates apasionados y agresivos entre sí, en nombre de proletariados que no les respondían, por lo que las vanguardias se quedaron sin retaguardias, y peleándose inmaduramente entre sí. Podrán citar casos en que las cosas no fueron de esa manera, pero tendrán que reconocer que a siglo y medio del socialismo científico las naciones son mayoritariamente religiosas y capitalistas, y sin que los proletariados protesten lo debido al respecto: a la vez que algunos se manifiestan, otros van a la iglesia, defienden al democratismo procapitalista, caen en la frivolidad, en el consumismo, en la irresponsabilidad, en el diletantismo o cosas así. Por lo tanto, las corrientes socialistas debieran dedicarse menos a pelearse entre sí y más a analizar las condiciones en que sucede la lucha de clases, para concertar su política de manera que sea efectiva, aunque eso implique tolerar derechadas, ya que de todas maneras existirán, y por más tiempo si a la izquierda le falla la política por ser idealista.

En tanto que el sujeto revolucionario es histórico, no está predeterminado. La división de la sociedad en clases dada por la propiedad privada de los medios productivos pauta un eje de la lucha de clases, pero no la determina del todo, porque los proletarios no siempre están dispuestos a luchar por la justicia, a veces prefieren vivir sin el problema de inmiscuirse en eso, y además la lucha no sólo gira en torno del plusvalor y la propiedad, sino que los excede, por lo que en ocasiones los revolucionarios son de las otras clases, en aspectos extraeconómicos, sin abordar la cuestión productiva central, por lo que el socialismo tendría que apoyarlos críticamente en esos puntos, sin olvidar lo que queda pendiente pero conciente de la necesidad de tener consenso social para socializar los medios productivos: en tanto que no lo haya tiene que acumular fuerzas con sentido progresivo en el marco del sistema vigente, y sin responsabilizarse más que lo que corresponda, porque si no sucede el abuso político de la gente que se desentiende de luchar contra las maldades y le deja el asunto a los moralistas, que terminan siendo pocos y tachados de pesados por los frívolos. Además cabría reconocer la lucha de algunos miembros de la clase alta por liberarse del exceso de propiedades, que es incipiente pero existe veladamente: muchos socialistas provienen de ahí, no sólo por eso pero también por eso. En el marco de una política progresiva los medios productivos podrían ser socializados paulatinamente, según las empresas quebraran o se corrompieran y si hubiera reclamos de sus trabajadores para eso, lo que requeriría de una reforma jurídica. Eso sería preparatorio para una socialización más amplia. El socialismo tiene que promover al reformismo de acuerdo a los reclamos sociales que surjan en el transcurso de la evolución humana, en tanto que la vanguardia tiene que basarse en la retaguardia, porque ella es mayoritaria, pero crítica y pedagógicamente, porque las masas están educadas por la cultura religiosa.

Un aspecto en el que ganarse a la capitalesía es el de la opresión pietista, ya que esa clase en general la padece, por ser creyentes estrictos, lo que no es el único determinante del propietarismo capitalista pero sí influye en él. Aunque la clase capitalista no vaya a adoptar el socialismo, igual a sus integrantes se les debe hacer concientes de la misma, porque eso permitiría abordar el problema racionalmente, y que además influye en las otras clases. Otro tema es el de la relación entre los socialistas y la así llamada pequeña burguesía, que es la clase media urbana, compuesta mucho por asalariados profesionales y pequeños empresarios, algunos de los cuales son los mismos socialistas, pero en la política de sus organizaciones eso es omitido, porque se fanatizan, lo que conlleva al maltrato clasista para con la burguesía media, que tiene elementos emancipatorios porque es democrática, a la vez que tendencias de derecha, pero eso con el maltrato no se resuelve. El socialismo debe ser justo con la clase media también, que bastante padece la opresión histórica y cuyas maldades deben ser abordadas de buena manera.

Crítica de la metáfora gramsciana de la guerra de posiciones, con un comentario sobre la socialdemocracia

Esa metáfora de Gramsci es mala porque predispone a acciones violentas, en tanto que la lucha tiene que ordenarse de acuerdo a los intereses comunes, que son contrarios al belicismo. Le agrega agresividad inecesaria a la historia, ya de por sí bastante cargada de ella. A lo que alude la metáfora es a una lucha social, en que los planteos de izquierda y de derecha se disputan la animosidad de las personas, con el apoyo consecuente a sus causas, pero si la práctica de izquierda es mala hay gente que le rehuye, y con razón, lo mismo que le sucede a la derecha. La diferencia es que la izquierda podría ser bastante buena, porque es atea y porque busca la igualdad y la justicia, pero eso depende de qué planteo tenga, ya que hasta ahora falló mucho, lo que le restó apoyo de mucha gente.

La metáfora de la guerra de posiciones respondió al hecho de que proponer una lucha pacifista hubiera sido tildado de socialdemócrata por la tercera internacional, pero la verdad es que la lucha comunista debiera ser pacifista, porque plantear un enfrentamiento bélico entre proletarios y militares profesionales es insensato. El conjunto del movimiento comunista deberá admitir que, en tanto que busca gratificar a la humanidad, tiene que hacerlo de forma agradable, aunque la historia sea violenta y aunque haya gente que no se lo merezca, porque los métodos ingratos son contraproducentes. Que la lucha sea socialdemócrata no garantiza que sea correcta, y la socialdemocracia cometió errores imperdonables, como cuando apoyó al imperialismo europeo, por lo cual cabe que se la critique, pero esa crítica debe apuntar a que la socialdemocracia se corrija, para avanzar en la emancipación, e incluso con relaciones con las otras fuerzas, porque lo que está en pugna es la práctica social humana, que hace a nuestros sentimientos, y las personas queremos sentirnos bien, salvo en caso de perversiones, a las que se intentará solucionar porque nuestra fisiología nos impulsa a buscar el disfrute.

Un problema grave de la socialdemocracia es su aceptación del productivismo, en eso tienen razón los anarquistas, por lo que la socialdemocracia tendrá que encontrar un modelo económico suficiente que sea relajado, para que permita la liberación de las relaciones humanas que están impedidas por el sobreatareamiento.

La divinización también es maltratante

Mucho se criticó desde el progresismo a la demonización, que es cuando a la gente se la cataloga de diabólica, y esa crítica tiene razón, porque los humanos no somos demonios, incluso aunque nos comportemos mal, pero todavía el progresismo reconoce poco que la divinización también es una forma de maltrato, porque en general la religiosidad adora a los dioses y, por ende, cuando a las personas se las trata de divinas se considera que eso es un halago. La divinización es una adulación falsa, porque a quienes se diviniza se los elogia por cosas que no son, ya que los humanos no somos dioses, y no reconoce bien lo que le pasa a quienes reciben el cumplido: se ignora qué sienten, si necesitan ayuda, qué penas tienen, y otras cosas así, mientras que se los estigmatiza según lo que las culturas pias consideran positivo. Es una estigmatización positiva y falsa.

martes, 11 de octubre de 2016

De la poetización populista argentina

Yo les pido disculpas a los miembros y simpatizantes de Carta Abierta por la crudeza de mi crítica, que puede herir sus susceptibilidades, pero tengo que criticarlos porque tienen un carácter que dificulta la adquisición social de la conciencia necesaria para la emancipación, y como yo también sufro por las injusticias del sistema vigente, sus veleidades me perjudican, aunque no quieran admitirlo. A mí los populistas argentinos me maltrataron de diversas formas, y todavía no me pidieron disculpas, así que el llamamiento a un frente democrático me entusiasma poco, aunque lo apoye porque es necesario y porque las alternativas superiores tienen poco arraigo masivo, pero tengo que señalarles los defectos, por eso y porque si no toman conciencia de ellos no los van a poder solucionar, lo que apenaría a la nación argentina, y a las demás, que se le relacionan. Primero tengo que decir que es una alternativa progresista, así que está bien, y segundo que es algo falluta, perdonenmé la crudeza, pero si no lo reconocen le van a hacer mal a la gente, porque como se les mete el afán poetizante en el análisis político, la comprensión se les tergiversa, tornándoseles confusa, y si es confusa para mí, que soy un tragalibros apasionado y militante, imaginensé lo que pueden entender las personas despolitizadas, que son la mayoría. La verdad es que tendrían que hacer escritos cortos y fáciles de entender para las personas de nivel educativo medio, el de la secundaria, que no entienden mucho de política, pero para eso tendrían que adoptar un lenguaje claro y bien ordenado, de lógica sistemática, para lo que no están dispuestos por las estupideces del esteticismo enrevesado, y lo digo con pena de ser agresivo, pero me revienta la hipocresía, y por eso me enoja, aparte de que sé que retarda la liberación. Espero que lo tomen a bien, y lamento criticarlos duramente, pero tengo que hacerlo porque si no la gente va a sufrir más de lo que sería si corrigieran los errores que les señalé, que son algunos de los que tienen, no todos, ya que de otros no sé, y lo digo humildemente y con buena intención. Tienen que separar a la política de la poesía, y dejar la poesía para los ratos libres y para el pueblo liberado, que en tanto que no se libera poetiza menos, y centrarse en el análisis sociopolítico y en la discusión estratégica y programática, en lo cual me superan bastante pero sin que haya mucha conciencia masiva al respecto de aquellos. La clarificación del debate político es un requisito para la participación activa de las masas, que no tienen mucha comprensión científica porque estudiaron poco, así que necesitan que se les expliquen las cosas de manera verdadera pero simple, porque si no se despolitizan por no entenderlo.

Entiendo por hipocresía la falta de crítica, que no siempre atañe engaño o fingimiento, y la poesía es falta de crítica porque no se propone el análisis de la realidad para practicar, sino el juego, que es bueno pero que no sirve para la política.

La elaboración de una crítica política democrática también sería un acto poético, entendida la poética como creación, como lo era la primera poiesis, pero sería una poética científica en vez que artística, aunque de hecho también fuera artística, porque las prácticas se intercalan. Lo importante es que sea comprensible para la gente común, porque así adquiriría una conciencia política mejor formulada, que sería crítica para con ese planteo porque las personas criticamos y que les permitiría meterse en política con más conciencia de la coyuntura y de las medidas necesarias para satisfacer sus propios intereses, y autorganizativamente, a la vez que en relación con los partidos.

lunes, 10 de octubre de 2016

Una a favor de la retórica

Que socializa la información. La publicitaria lo hace sobre los productos comercializables, y la política sobre los gobernantes, pero igual es superable.

Las obras individuales también son colectivas

Los son porque otras personas también participan en ellas, sea fabricando, transportando y comercializando los materiales que requieren, sea habiendo educado los obreros, y así.

domingo, 9 de octubre de 2016

Qué hacer con las sociopatías

De las sociopatías se debe generar su reconocimiento humano, en tanto que somos las personas las que las creamos y quienes tenemos que solucionarlas colectivamente. La resolución de las mismas es el objetivo de la política revolucionaria, que debe precaverse de no reproducir otras en el proceso evolutivo humano, o de generarlas lo menos posible si no se las pudiese impedir, y con la responsabilidad de atenderlas pronto. La concientización social sobre las sociopatías serviría para integrar a las masas en la política transformadora, porque las responsabilizaría de sus prácticas, calificándolas para el autogobierno social, y lo mismo ocasionaría para las minorías.

Sujeción y dominancia

La clase alta mundial es heterogénea en sus tipos de idealismos, pero comparte la lógica de autoimponerse un régimen de vida estricto, altamente capacitado, cuyo cumplimiento a sus miembros les hace pensar que merecen estar en el lugar de la jerarquía social en el que están, y mandar a aquellos de quienes piensan que no tienen la virtud exigida por lo que consideran que son los modos de vida correctos, y aunque no los cumplan los mantienen, y creyéndose mejores, en tanto que las clases inferiores se alejan más que ellos de ese ideal. Por eso se requiere de una pedagogía para la clase dominante.

sábado, 8 de octubre de 2016

La etimología de la emancipación

La palabra “emancipación” se compone de cuatro partes. La primera es “ex”, de “afuera”; la segunda, “man”, de “mano”; la tercera, “cipa”, de “captar”; y la cuarta “ción”, de “acción”. La emancipación surgió en oposición a la mancebía, que no atañó sólo a las prostitutas sino también a las otras formas de servidumbre, como la tenencia de esclavos y de criados. En sentido etimológico “mancebo” es “mantenido”, en la forma de una manuntención sometedora. Entonces, la emancipación es la liberación de los dominados por la clase dominante, pero también habría que comprender que la clase dominante también está sometida, por sus falsedades y por las sumisiones aviesas.

El antisistemismo y el vicio

Un asunto poco conciente es que el antisistemismo, al definirse de facto como reacio al sistema, cayó en actitudes viciosas, para contrariar a la virtud autoproclamada por aquél, lo que es una mala forma de resolver la cuestión. Las bondades del sistema social vigente deben ser mantenidas, pero no así sus maldades.

viernes, 7 de octubre de 2016

Crítica del concepto de posneoliberal, con nota sobre la liberalidad de las costumbres y el socioliberalismo

Los gobiernos progresistas latinoamericanos de este ciclo actual rebatido, fueron liberales, del liberalismo heterodoxo, por regirse mediante el constitucionalismo liberal, permitir el libre tránsito de mercancías dentro de los estados naciones, favorecer al capital trasnacional en los rubros económicos no protegidos por los aranceles, mantener la propiedad privada de los medios productivos mercantiles y demás. El proteccionismo es un tipo de liberalismo, que protege al mercado interno de lo que el gobierno disponga mediante las leyes. El tema es que estamos acostumbrados a asociar al liberalismo con el liberalismo ortodoxo, pero el otro también es liberal, reconocer lo cual sirve para plantear la necesidad de superar los aspectos liberales que están presentes en el proteccionismo. Esa disputa es entre liberales trasnacionalistas y liberales nacionalistas, con variantes menores, que se refleja como una puja política económica entre los capitalistas medios y bajos, más asociados al mercado interno, y los altos, más transfronterizos. En ella el sector progresivo es el del capital subordinado, porque el otro es elitista, y la izquierda tendría que operarla bien, porque es una circunstancia histórica concreta que define al orden humano actual: se lo tiene que apoyar críticamente, en tanto que la correlación de fuerzas sociales no esté preparada para superarlo, porque ese apoyo crítico facilita la preparación de su superación, que requiere de consenso social, o sea, de que las masas estén educadas al respecto de la cuestión, para lo cual se necesita que estén insertas lo mejor posible en el sistema productivo económico y escolar, con politización y crítica mediática comunicativa.

Otra forma de denominar a ambas concepciones es liberalismo aperturista y liberalismo proteccionista, o progresista y conservador, en tanto que el capital trasnacional es hegemónico y pugna por mantener su superioridad y que el populismo es de un progresismo limitado, y a sabiendas de que las definiciones no son perfectas, por lo que no dan cuenta de todos los hechos comprendidos en ellas.

Es necesario recalcar en el carácter liberal del proteccionismo porque el liberalismo es una doctrina integral, aunque sea de una integralidad falsa, por lo que se plasma en las prácticas sociales extraeconómicas y extrapolíticas. Un aspecto poco reconocido del liberalismo es su carácter consuetudinario, la liberalidad de las costumbres. La noción de liberalidad ya estaba presente en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de 1615, pero su triunfo político tardó casi dos siglos en empezar a plasmarse, con las revoluciones liberales democráticas iniciadas en 1789 y continuadas hasta tanto después, tal vez hasta la descolonización africana de las décadas de 1960 y 70, habría que estudiarlo mejor. La liberalidad de las costumbres es la libertad para actuar individualmente, sólo coercionada por la ley, en tanto que el socialismo se propone que la libertad individual sea decidida socialmente, y priorizar también la concertación social de las prácticas individuales.

El socioliberalismo es la política de los gobiernos de partidos socialistas adaptados a las legislaciones y a la correlación de fuerzas sociales dominada por actores liberales, por lo cual la crítica a los gobiernos socioliberales tiene que comprender bien a los determinantes de sus fallas, que son tanto internos como exteriores a sí mismos, y también tener en cuenta que, en sistemas dominados por el capitalismo, la caida de los gobiernos socioliberales es sucedida en general por gobiernos de derecha. Los partidos socialistas que gobernaron liberalmente no es que fueran liberales, sino que debieron sujetarse a la ley vigente y a la correlación política, que sí lo eran, pero tuvieron rasgos liberales concientes e inconcientes, como le sucede a los miembros de las sociedades liberales en general. Para superar este problema es precisa la reforma constitucional, que requeriría de amplio consenso social, que se podría lograr menos difícilmente con gobiernos progresistas, tanto socialistas como social y demócrata˗pietistas, ya que, aún siendo éstos dos últimos de centro y centroderecha, están a la izquierda del capital privado, que es de derecha y que prioriza sus superganancias a costa de la degradación del empresariado medio y bajo, y del proletariado, cosa que impide más la formación de un frente social y político emancipatorio. Hay que tener en cuenta que los gobiernos progresistas tienen la presión desde arriba efectuada por la clase dominante y las restricciones que les impone la ley, y por otro la presión desde abajo, que mezcla intereses democráticos con tendencias derechistas pautadas por la religiosidad popular, que por ejemplo se opone a la renta básica universal, aún a costa de su propio sufrimiento, sea éste causado por la falta de ingreso o por padecer la delincuencia aparejada por la pobreza lumpenproletaria, en esa lógica sacrificial de preferir perjudicarse a criticar los ideales falsos y a aceptar la gratificación de la vida ajena en términos diferentes a los estipulados por los credos. Cabe señalar que el socioliberalismo sólo es permitido en aquellos países cuyas constituciones aceptan que los gobernantes sean ateos, en tanto que en algunos otros eso está prohibido, por lo que en ellos el progresismo gubernamental sólo puede llegar a ser sociopietista.

De la moralidad

La moralidad es el conjunto de las prácticas gratas, entre ellas las del pensamiento sobre el deber ser. El problema de las morales eclesiásticas es que, como definen al deber ser según los grandes relatos religiosos, en vez que por la lascivia buena, inducen a prácticas ingratas: por eso son morales falsas, disgustantes e incumplidas. Habría que tener en cuenta que las personas, cuando somos tratadas bien, gozamos de trabajar y de servir a la sociedad.

martes, 4 de octubre de 2016

Porqué es irresolutivo el anarquismo, con nota sobre el cinismo

El anarquismo sirvió para establecer reclamos populares, para criticar algunos de los males del socialismo real, para pensar e investigar la realidad y para que sus partidarios se relacionasen, entre ellos y con otras personas, y para muchas cosas más, pero tiene una tara insoslayable, que es su recusación al gobierno. Lo esencial al anarquismo es que no acepta a los gobiernos, por causas válidas e inválidas, ya que los gobiernos son injustos, porque el sistema al que responden lo es, pero existen igual, así que influyen en la vida de los anarquistas, directa e indirectamente, y en la de las otras personas. El anarquismo es una escisión dentro del socialismo que rechaza tanto al comunismo como a la socialdemocracia, habiéndoles señalado críticas ciertas, pero insuficientes, porque la superación del idealismo capitalista tiene que ser naturista, comunista, socialista y hasta socialdemócrata, porque ahora las naciones se rigen mediante el sistema de la democracia representativa, que está vigente aunque sea burguesa, falsa o la descalificación que se le ponga, y su reemplazo por otro sistema mejor requiere de que ese sistema sea aceptado por la mayor parte de las naciones, o sea que en tanto que rija el sistema democrático representativo la alternativa superadora pasará por la socialdemocracia, habiendo posiciones intermedias, como lo es la del democratismo religioso pobrista. Por más que lo nieguen, después tendrán que negociar con los gobiernos, como ya lo hicieron tantas veces, para lo cual los tuvieron que reconocer. El anarquismo lleva a una disociación respecto de las mayorías democráticas que dificulta la superación del sistema, que además no aparejaría la disolución del gobierno, sino su socialización, en tanto que ahora es privado, porque lo ejercen pocas personas apartadas en sus sedes, que podrían persistir con el sistema reformulado. La verdad es que los anarquistas tendrían que ser socialdemócratas libertarios, aunque fuesen extrapartidarios, de igual manera que la socialdemocracia partidaria tendría que ser libertaria, y aceptar lo cierto que haya en las críticas que reciba, porque no le faltarán maldades.

El caso del cinismo, que hoy en día es una deriva antihumanista del anarquismo, es similar en el sentido de que como se define por su proclividad a la socialidad con los perros omite reconocer la que tiene con seres vivos de las demás especies, entre ellas la humana. A esto lo pienso recordando a Demetrio Szachraj, que fue anarquista y cínico, pero también a algunos compañeros del acampe Bosquecito y de la asamblea Unidos por el Río. El OSAL también me inspiró algo de esta idea, porque intuitivamente buscó conciliar al movimientismo, en el que participan muchos anarquistas, con el democratismo progresista.

Qué es ser humano y para qué sirve saberlo

Quien se pregunte qué es ser humano es un humano, que tiene lenguaje humano, para hacerse la pregunta, y quiere saber qué es lo que define a su especie zoológica, qué la caracteriza a diferencia de las otras especies animales, entre ellas las de los demás homínidos y los otros primates menos semejantes al hombre. Es la pregunta a la que responde la antropología, que recurrió para eso a los estudios anatómicos y praxeológicos: definió a la humanidad zoomórfica y conductualmente. Por eso los paleontólogos buscaron y analizaron los huesos de los humanos más primitivos, en particular los cráneos, por la importancia del cerebro para la inteligencia animal, a la vez que rastrearon, a través de los fósiles, las costumbres de las sociedades humanas arcaicas.

Los homínidos no son exactamente humanos, o sea, iguales a nosotros. “Homo” significa “igual”, y “homínido” quiere decir “de forma igual”, ya que la desinencia “idae”, de “hominidae”, se refiere a la forma, por lo que los homínidos fueron seres parecidos al hombre, de forma humana, pero que no eran del todo iguales a nosotros porque su comportamiento fue diferente. La definición de lo que es el hombre requiere de la praxeología humana, la ciencia o filosofía de la práctica de nuestra especie, ya que ésta se define por sus características tanto anatómicas como comportamentales. El ser humano es un ser mónido, en tanto que es una especie familiar a la de los monos, pero es de una clase distinta, tanto de los monos como de los antropoides, ya extintos, más parecidos a nosotros: los australopitecinos, los pitecantrópidos, los preneandertalenses, los neandertalenses y los cromanoides, con sus antecesores. La antropología definió con el término “homo sapiens” a nuestra especie, pero esa definición es cuestionable, porque supone que los otros homínidos no eran sapientes, lo que no es así, ya que todos los animales tenemos la capacidad de saber. Lo que diferencia a nuestra especie es la mayor complejización de la práctica, sea intelectual o activa, y eso no implica que seamos mejores en todos los aspectos de la conducta, ya que para la convivencia y el cuidado del planeta fuimos en ocasiones inferiores al común de los animales, que no se aniquilan mucho más que lo necesario ni contaminan artificialmente, pero eso no agota al tema, porque para algunas cosas sí somos mejores que los otros animales y porque podríamos ordenarnos para resolver nuestros males. El así llamado homo sapiens, el hombre más complejo, se originó hace cerca de 195 mil años, y se caracterizó por transformar la materia de una manera distinta a la que lo hicieron los homínidos simples, ya que fabricó los utensillos más elaborados de entonces, en tanto que los otros los inventaron, pero los fabricaron más sencillamente, sin la elaboración complejizada de la industria. Algo equivalente sucede con el arte, el lenguaje, la ciencia primitiva y las demás prácticas. La complejización de la práctica, dada por una mayor capacidad mental para discernir, es lo que nos terminó de hacer humanos, y la humanidad atravesó y atraviesa distintos estadíos evolutivos, que van de lo simple a lo complejo, sin que lo complejo esté exento de fallas. Lo complejo hace a un tipo de sociedad superior históricamente, lo que quiere decir que si la práctica humana degrada a la especie, la hace involucionar, y a veces los estadíos primitivos de la humanidad, y los animales y vegetales, fueron más gratos que los de los humanos, cuando la humanidad practicó más mal que las otras especies, y eso con sus diferencias interclasistas socioeconómicas. Entonces, también hay que admitir que la mala complejización hace evolucionar mal. La involución no es sólo el retorno a estadíos anteriores sino también la evolución degradante.

Hasta ahora la antropología averiguó que los sucesores a los primeros humanos, luego de haberse gestado hace unos 195 mil años, iniciaron una migración hace 70 mil años desde África a Eurasia, y que hace 60 mil otro flujo migratorio costero, por el sur asiático, llegó de un lado al este de ese continente y a Oceanía, y del otro a Europa. Desde Asia central hubo dos migraciones posteriores hacia Europa, una hace 40 mil años al este continental, y otra hace 22 mil que llegó hasta su sur y su oeste. La antropología es eurocéntrica porque los primeros antropólogos fueron europeos, y luego integrantes de su era imperial capitalista: el primer fósil neandertaloide se encontró en 1848 en Alemania, El origen de las especies fue publicado en 1859 y en 1868 se descubrieron los fósiles de Cromañón, pero a partir de la era imperialista europea de 1875, los antropólogos iluministas acudieron a los países invadidos para estudiar los restos fósiles, con los que se averiguó esta parte de la historia humana. Los antropólogos iluministas, aún si fueron religiosos, hicieron esta investigación materialista, que pone en discusión a los metarrelatos eclesiásticos, y sus aciertos no invalidan a las críticas justas que se le hagan desde el paradigma antimperialista. Los primeros humanos que poblaron Europa tuvieron que migrar hacia su península ibérica y hacia su región balcánica para huir del avance de la glaciación hace 20 mil años, para expandirse hacia el norte al terminar ésta hace unos 12 mil. Entretanto, hace entre 16 y 15 mil años, América fue poblada por una oleada migratoria que entró por Alaska y se fue diseminando desde el norte hasta el sur. Antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, hubo migraciones ínfimas desde fuera hacia América, la de los paleoesquimales y esquimales, y la de los vikingos. La antropología comenzó siendo eurocéntrica pero ahora es transcontinentalista, de un eurocentrismo cuestionado por la periferia y coexistente con la antropología estadounidense, porque la humanidad se pregunta por la historia de su especie, pero muchas de las indagaciones recayeron en explicaciones mitológicas, que son precientíficas. Hace 9 mil años, otra oleada migratoria llegó de Medio Oriente a Europa. Más o menos en este período empieza la era agrícola, cuando algunos humanos empiezan a asentarse, cultivar el suelo y erigir los centros urbanos, en tanto que los nómades siguieron siendo recolectores, cazadores y pescadores. La era civilizatoria dependió de la agricultura, por lo que la agricultura es el determinante histórico más importante de los progresos civilizatorios, entre los referidos a la práctica humana, que son cuestionables por los males que tienen.

Durante la época civilizatoria, desde hace cerca de 9 mil años al presente, persistió el nomadismo, por lo que las culturas sedentarias convivieron con las nómades, lo que continúa hasta ahora. En América hubo las civilizaciones maya e inca, iniciadas hace cerca de 4 mil años, y la azteca, iniciada hace cerca de 650 años, todas las cuales perecieron y se mestizaron con la conquista imperial europea y sus esclavos africanos, lo mismo que le sucedió a las culturas nómades y agrícolas menores del norte, el centro y el sur americano. Asimismo habría que decir de África, Oceanía, Asia y los polos, y hay antropólogos que ya lo estudiaron. La nominalidad continental también es un producto de la práctica humana, y porta su violencia. América debe su nombre a Américo Vespucio, que a su vez se inspiró en la figura de la virgen María, o sea que el nombre de este continente tiene origen judeocristiano, igual que el calendario judeocristiano, que mide los años de acuerdo al nacimiento de Jesucristo, que nació como todos los hombres, porque fue un hombre, con la diferencia de que se lo sacraliza. El pueblo kuna, de la zona donde ahora está parte de Panamá y Colombia, le llamaba Abya Yala, no sé exactamente a qué área americana tropical, lo que quiere decir “tierra madura”, pero tampoco toda América lo es. Asimismo habría que conocer el origen de los nombres de Europa y los de los otros continentes, incluidos los polos, y sus nominaciones alternativas, que también deben ser analizadas, y desde una perpectiva conciente de su calidad de situada, de su situidad: los humanos no podemos analizar nuestra historia desde fuera de ella.

La antropología sirve para que los humanos reconozcamos nuestra parentalidad especista, lo que es necesario para armonizar nuestra coexistencia. Es parte del programa socialista científico, complementaria de la sociología humana por medio de la antropología social y cultural.

El concepto de “hombre sapiente” tal vez debiera ser reemplazado por el de “hombre diestro”, por la destreza, que faculta a la industria, pero no sé lo suficiente para decidirlo.


Lecturas

Enciclopedia Salvat. Diccionario, obra citada, vocablo “hombre”.

Wikipedia, vocablos “homo sapiens” y “homo”.

Comentario

Acabo de leer la entrevista a Daniel Alvaro en El Desconcierto del 31 de julio, y de allí deduzco que puede que no lo haya entendido bien cuando leí su artículo en Sociedad, aparte de haberlo hecho desde la bronca, o sea que tal vez lo juzgué mal, al menos en algunos aspectos. Lo que tengo claro es que no comprendo bien su planteo. Pienso que tiene un saber acumulado que le podría permitir ser un gran filósofo, pero que para eso tendría que superar sus errores, en particular lo que tiene de malo la crítica anarquista al socialismo marxista, y más específicamente a la socialdemocracia, que tiene sus fallas pero que podría permitir la superación del idealismo capitalista de manera más o menos pacífica, articulada con la lucha extragubernamental, y facilitar la vida mientras tanto.

En particular, hay tiene un problema grosero con Carl Schmitt y con Martin Heidegger, porque los aceptó sin haber enfrentado bien las acusaciones de ultraderechismo que se les hicieron, porque fueron nazis. No se puede aceptar la teorización ultraderechista desde el paradigma emancipatorio, o por lo menos no sin forzar mal la postura política. En eso me parece que su orgullo le impide ser autocrítico, pero no lo sé porque dejé de tratarlo hace tiempo porque me hizo mal.

El proletariado es naif

Los socialistas científicos criticaron mucho a la ingenuidad, equiparándola con la ignorancia, aunque en realidad la ingenuidad es la natividad, o sea, la calidad de los nacidos en un lugar: “naif” e “ingenuo” son sinónimos de “lugareño”.  “Naif” viene del latín “nativus”, que quiere decir “nativo”, en tanto que “ingenuo” procede de “ingenuus”, que quiere decir “originario”: el núcleo de la palabra es “gen”, lo que explica que aquella quiera decir algo así como “generado en el lugar”. Pueden buscar la etimología para comprobarlo. La interpretación de la natividad y de la ingenuidad como propia de ignorantes, de tontos o de engañables tiene origen imperialista, porque los invasores trataron de inocentes a los nativos de los pueblos a los que invadían, porque éstos desconocían los planes imperialistas, y luego fueron sometidos por la fuerza. Lo que caracteriza a la natividad y a la ingenuidad es la bondad, aunque tengan cierta malicia, pero no es la malicia de los conquistadores, ni de los aprovechadores. El objetivo, para el materialismo, en este asunto, debiera ser el de lograr que la ingenuidad proletaria sea conciente de las malas intenciones de los explotadores, o sea, que el proletariado sea a la vez ingenuo y crítico, y hay veces en que los tramposos son los mismos lugareños, así como hay proletarios migrantes.

lunes, 3 de octubre de 2016

Las feministas tendrían que ayudar a la liberación machista

Ya antes diferencié al machismo malo del bueno, en tanto que el machismo es la práctica de los varones y que los varones no hacemos todo mal. Que yo esté señalando esta cuestión tendría que avergonzar a algunas feministas, porque la distinción que hacen entre el feminismo y el machismo a veces hace suponer que el feminismo es todo bueno y que el machismo todo malo, lo que es bastante inmaduro. Al menos, puedo decir que no leí muchos discursos feministas que reconozcan esto, pero además al feminismo le critico otra cosa, que es que a veces su lucha contra las maldades del machismo es una lucha violenta, que no busca comprender las causas de esos males, para corregirlos, sino maltratar a los varones malos con las mujeres, lo que también es un error. La liberación de las mujeres requiere de la liberación de los varones, y viceversa, por lo que las mujeres tienen que luchar a favor de los varones, así como debe ser a la inversa, lo que no quita enjuiciar y encarcelar a quienes haga falta, pero no desde una postura castigadora sino desde una preventiva, atenta a las causas subyacentes de la violencia machista y autocrítica para con el feminismo también, porque tiene sus maldades.

Una cuestión importante es que la violencia machista es consecuencia de la opresión sufrida por los varones, por lo que nuestra emancipación reduciría a esa violencia, pero la emancipación tiene que ser para ambos géneros.

sábado, 1 de octubre de 2016

La división social de la práctica

El análisis marxiano de la división social del trabajo debe ser completado con el de las prácticas extralaborales.

La irresponsabilidad zapatista y el voto práctico

Los zapatistas, con todos los méritos que tienen, cometieron la falta de desentenderse de las elecciones, al ser antipartidarios, lo que es una falta porque, si bien ellos pueden prescindir del estado mexicano, al estar recluidos en la selva Lacandona, el resto del país, que son como 125 millones de personas, no puede hacerlo, y necesita de políticas gubernamentales para lidiar con sus problemas. Los zapatistas podrían responder muchas cosas a este planteo, como que los intendentes perredistas de los municipios cercanos a ellos les asesinaron a algunos de sus miembros, o que los partidos populares participan de la corrupción de la clase política, o que el malgobierno es insanable, pero incluso eso no es suficiente, porque podrían llamar a votar por las alternativas menos corrompidas y señalárles todas las críticas que encontraran, cosa que hubiera permitido que en vez que tener gobiernos privatizadores desde hace 22 años, cuando estaba Ernesto Zedillo, habrían tenido gobiernos proteccionistas, que son bastante malos pero que le habrían ahorrado algunas penas a la nación.

El voto práctico debiera incluir el corte de boleta para los partidos más de izquierda, según se lo merecieran.

Desde posiciones ultraizquierdistas, en general anarquistas, pero a veces trotskistas también, aunque pocas, se impugnó a la participación electoral con el argumento acusatorio de que es burguesa, porque no distinguen a la burguesía de la capitalesía y porque los anarquistas no reconocen que sí participan del sistema, en un montón de aspectos, por lo que sostienen un antisistemismo falso; pero además, porque tienen una idea romántica, e impracticable, de la insurrección popular, ya que, para triunfar, una insurrección tendría que derrotar a los ejércitos profesionales de la clase dominante, lo que, además de ser muy poco probable, aparejaría muchas lesiones y muertes, por lo que la gente común es reacia a esa forma de lucha, y se le distancia. Cuando triunfaron las revoluciones burguesas, los ejércitos monárquicos no tenían más que mosquetes y cañones, en tanto que ahora tienen supermetralletas, tanques, aviones, drones, agentes informáticos, armas químicas y tantas otras más. En la revolución rusa, que tanto se exalta como ejemplo de estrategia, el ejército zarista estaba destrozado por la primera guerra mundial: de no haber sido así la insurrección obrera habría sido aplastada.

La adopción de posturas políticas que respondan a las circunstancias está dificultada por el acoso idealista de izquierda, que merece importancia porque el democratismo progresista necesita del apoyo de los izquierdistas fanáticos. El asunto podría resolverse mediante el establecimiento de relaciones críticas.

La democracia representativa no es que no sea burguesa, en el sentido de establecida por la burguesía que derrocó a las monarquías europeas y coloniales y que luego se volvió capitalista, pero no es sólo capitalista, porque incluye subordinadamente a las otras clases sociales, aparte de que la nobleza que sobrevivió a las revoluciones burguesas se tornó capitalista, pero en general con tipos de renta diferentes a los del empresariado. De allí que sea aceptada, aunque crítica, e hipócritamente a la vez, por el proletariado. Entonces, la postura a tomar respecto de ella debe ser la de su aceptación crítica y la de la búsqueda de su superación, que requiere de consenso social para triunfar. En tanto que no haya consenso social para superar el modelo de la democracia representativa, se debe participar en él críticamente, y se lo debe superar desde adentro, porque el proletariado no es una clase armada militarmente.