Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 31 de octubre de 2019

Lo activo y lo pasivo

Su dicotomía es falsa, porque lo pasivo actúa. Las cosas inertes hacen algo. Son. Ser es una acción. Entonces, hasta lo inerte hace algo aunque sea quedo. Luego, lo viviente hace más, se mueve más. En la quietud hay el movimiento de los átomos, y las cosas muertas a veces se mueven, se desgastan, se funden y así, o sea, que además de ser también hacen otras cosas. Es una acción inercial, involuntaria.

Especulación sobre la igualdad humana

A partir de un momento de la historia los primates grandes se diferenciaron entre sí por el uso del fuego. La creación del humo distinguió a la especie de los otros grandes simios, los simios antropoides que no quemaban. Para descubrir el método de encender fuego en hojas secas se tuvo que haber probado que la fricción de los palos los calentaba, cosa que sucede al raspárselos en piedra, así como saber de la facilidad de la hojarasca seca para incendiarse, a lo que se miró cuando hubo truenos y erupciones volcánicas.

Patologías históricas de la clase capitalista

La clase partidaria del capital, la que defiende la captura, sea pública o privada, de los capitales más abstractos, signados por el monoteísmo, no se compone sólo de multimillonarios en dólares, sino también por millonarios, centomilarios, gente que cuenta sus dólares de a diez mil y menos aún, en el caso de que su opción personal sea la de que se mantenga al sistema capitalista. Es una clase enfrentada al socialismo de formas diversas, ya que su base se compone de obreros y su mitad de empresarios comunes, así como su altura de la aristocracia. Dentro de esta clase, la partidaria del capital, que es la captura en su forma simple, no necesariamente mala, sólo su cúspide es la que acumula de más en bienes de cambio, por lo que ésta se enfrenta al socialismo tanto por la tenencia de las propiedades como por la enemistad ideológica. Padece desde arriba los temores de las religiones sagradas, desde abajo la lucha de clases y entre sí la competencia extrema, esto sumado a las pujas internacionales. El capital es una economía política, es decir, una razón habitacional urbana, más que urbana sedentaria, ya que su política abarca a los residentes rurales, y que además es de fe, o sea, que si se acota el análisis del capitalismo a las empresas y al gobierno quedan mal relegadas las iglesias y la prensa, así como otras tantas clases de instituciones. En ese marco, las relaciones familiares del empresariado superior existen perversas, lo que redunda en sus enfermedades psíquicas crónicas, entre las otras de tipo individual, que hacen a las enfermedades sociales, en particular porque los capitalistas multimillonarios tienen un poder de decisión que influye a escala planetaria y que se apoya en sus partidarios dentro de la sociedad. El sesgo tramposo de esta clase recibe incidencia ideológica, de los discursos que priman en la sociedad, muy dados por ella a través de su prensa pero en concordancia crítica con los clericales y universitarios, lo que en el socialismo se replica distinto.

De que los pecados son condicionados socialmente

Los pecados, cometidos por los individuos, son condenados individualmente. Se le exige a la gente que controle su conducta según su razón; pero la razón es una creación social, así como las exigencias para obrar y las demás condiciones de existencia. En los pecados individuales se expresan los defectos sociales, con los detalles añadidos del acto particular, por lo que no se debe reprobar en ellos sólo la falta de cada quien, sino también las falsedades de la sociedad.

El materialismo es un "cosismo" mal nombrado

El materialismo da cuenta de las cosas, enfatizando en las más concretas porque deriva de las ideas inspiradas en la madera, aunque siguiendo una definición mal etimologada pueda ligarse a lo materno, por lo matricial, a lo que la palabra "materialismo" puede conducir, porque sus formas con congruentes. Entonces, el materialismo también es materno. En verdad, es una explicación de las cosas, como cualquier gran relato, y así como todos está algo equivocado, en particular porque le falta admitir bien que para ganar bien la competencia científica es toda la sociedad la que tiene que tener buena razón.

Sobre la pretendida grieta

En Argentina prendió mucho el tema de la grieta, que viene a ser una división de la sociedad en dos grandes partes, el macrismo y el kirchnerismo, sin contar a la izquierda extra-kirchnerista, y que se corresponde deformadamente con la separación entre la elite y el pueblo. Esta división es relativa, ya que muchos macristas son parte del pueblo y el kirchnerismo es capitalista: algunos dirigentes kirchneristas son multimillonarios de los menores. Se funda en primer lugar en la fe católica, que es capitalista en este país desde 1880, cuando se iniciara el modelo agroexportador, pero además se complejiza por la operatoria de los medios de comunicación masiva, que sobre la base del modo creyente de entender las cosas, no habituado a cotejar lo suficiente la calidad de las ideas, efectúan dos grandes relatos, uno privatista y otro populista, con elementos mixturados, en los que el socialismo o permanece aparte u ocupa un lugar secundario a consecuencia del predominio cristiano en la sociedad. El cristianismo socialista les combina, pero es minoritario. La mayoría del cristianismo es capitalista, aunque más del capitalismo alternativo que del principal.

En la llamada grieta está la lucha de clases porque el empresariado domina al proletariado, cuyo sector creyente es muy favorable al capital, con grandes minorías de obreros que votan por partidos liberales, hasta de ultraderecha, sino de la derecha moderada, mientras que la clase obrera, si bien apoya en su mayoría a la derecha, porque el teísmo coincide mucho con lo liberal -la forma para elevar a la sociedad del ecumenismo teológico, que empezó a ser capitalista antes de 1750, cuando el capitalismo se expandió por el mundo superando las barreras feudales en un proceso que todavía continúa, ya que quedan restos feudales así como esclavistas y salvajes-, tiene su carácter principal en el socialismo, y es principalmente ateo aunque los ateos seamos los menos dentro suyo. La división entre el pueblo y la clase privada es semejante a la que hay entre el empresariado y la clase asalariada, pero en la segunda el empresariado mediano pasa a la categoría inferior. El grupo de derecha se compone de porciones menores y medianas de la clase obrera y el empresariado popular, y de unos pocos multimillonarios, el eje central de la clase, que puede hasta obtener la mayoría del apoyo social, lo que da cuenta de que al socialismo le falta madurez, pero no sólo propia, sino también ajena, ya que para que el socialismo funcione bien tiene que tener la aprobación de toda la sociedad, ya que, si esto no pasa, una clase impugna a la otra y la pelea se renueva, pero para que haya paz verdadera entre las clases éstas tienen que fusionarse mediante la socialización justa de las propiedades mal manejadas, cosa que depende de que la sociedad tenga la suficiente buena razón. El socialismo debe integrar bien a las clases, lo que requiere de una conciliación socialista, que no las terminaría pronto, así como tiene que atender muchos otros problemas serios. Para que el empresariado acepte la socialización de las propiedades excedentes se le debe plantear una que sea justa, aparte de imponérsela, pero entonces tiene que tratarse de una buena imposición, a la que habría que definir antes que buscarla. ¿Cómo debe imponerse el socialismo? ¿Cómo sería su buena imposición? La mala imposición le resta apoyo social, pudiéndolo hacer perder, así que el tema de la calidad de la imposición del socialismo tendrá que ser bien dilucidado. Ni el populismo ni el privatismo pueden resolver bien el problema de la grieta, porque ambos optan por bandos sociales opuestos. El socialismo escoge en primer lugar por la clase obrera, pero para ser partidario de lo social tiene que entender bien a la empresaria, y no sólo a su parte mediana. Es una condición del cientificismo. La de entender bien la totalidad del problema para operarlo bien. En el caso de la transformación socialista la obra de construcción es social, por lo que depende de la razón de toda la sociedad, no bastaría con eliminar a la clase capitalista entera, porque eso sería un crímen histórico enorme y por no asumirse bien las faltas obreras. Es un tema de las condiciones para que la concreción del socialismo se realice y sea buena, ya que no bastaría con concretar el socialismo si ello fuera mal hecho.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Problemas natalicios

A la natalidad, que viene de nacer, se la toma como condición de la naturaleza, pero al nacimiento se lo asocia al parto, es decir, a la ruptura de la membrana ovular, sea ésta blanda o dura, que recubre a los embriones. Entonces, cabe preguntarse si los embriones son seres naturales, ya que, si bien viven, aún no partieron su cobertura originaria. Una búsqueda más profunda lleva a vincular el nacimiento con el acto de engendrar, que es fecundativo, ya que al engendrarse se forman los cromosomas a partir de la combinación de los ácidos nucleicos de los óvulos y espermas, pero a los seres vivientes previos a dicha combinación también se los genera. Las primeras células se engendraron a sí mismas a partir de, entre otras cosas, los ácidos nucleicos dispersos en el agua, y los óvulos y espermas se engendran en los órganos reproductores, es decir, que también nacen, pero no por fecundación, que es un engendramiento compuesto anterior al parto. La generación primaria es la del ARN y la del ADN es la secundaria.

La palabra de nacer viene de la raíz latina "gnasci", a su vez proveniente de la indoeuropea hipotética "gen": vendría a ser algo así como "genarse", que es generarse. En África debe haber antecedentes de este vocablo, así como en los primates y demás vivientes, que son génicos aunque no lo digan, o no lo expresen así. Habría que saber de los modos comunicativos vegetales. A su generación la deben expresar, ya que es muy importante en su existencia.

¿Qué son las células y cuándo empieza la vida? ¿Qué es el peso?

Las células son los organismos vivos, pero a los virus, los espermatozoides y los óvulos no se los considera como tales a pesar de que tienen una membrana que los identifica y que recubre a sus órganos internos, así como cierta sensibilidad para notar su entorno e inteligencia para actuar en él. Éstos tres grupos son más pequeños y menos duraderos que las susodichas células, y también tienen forma de celdas. Asimismo, la etimología de los virus es incorrecta, porque no son toxinas: su efecto enfermante opera distinto, y a veces los virus no enferman a nadie. También tienen buenos efectos.

Si se admite que los óvulos y espermatozoides son seres vivientes, entonces se debe concluir que la vida humana empieza antes de la fecundación, ya que los organismos celulares que la realizan también viven. Si la sensibilidad es un criterio de demarcación válido para definir a lo vivo, pues habría que incluir a estos grupos, ya que tienen sensores con los que interactúan con su exterior. Son cuerpos metabólicos, en el sentido de que se mantienen a partir del intercambio y procesamiento de sustancias extraídas de su medio, al que luego expulsan otras, sin lo cual perecen, y son volitivos, ya que deciden algunos de sus actos según la información que obtuvieron desde afuera.

Los seres vivos nos caracterizamos por apropiar, por tomar cosas del entorno para nuestro provecho, de lo que luego sale nuestro descarte. Los inertes no se apropian de las cosas, no las toman para aprovecharlas, porque no tienen la capacidad de pensar en qué les es provechoso, a lo que se aprende con la experiencia. Los genes van junto a la propiedad, porque con ellos se piensa en qué es y en cómo hacerla. El arrastre de cuerpos livianos de la gravedad no se da por decisión de los pesados, sino mecánicamente. Es una reacción inanimada, la de la fuerza simple, que es la inorgánica. La fuerza de los seres inertes es análoga al espíritu, pero la del espíritu es viviente. La energía inorgánica es como la del alma, es la fuerza de las cosas, como la del movimiento de los electrones alrededor del núcleo, que en la materia viva sucede compuesta en organismos celulares, bastante rellenos de agua y codificados con genes. El alma comparte con la fuerza de lo muerto la energía del movimiento inercial, pero es algo más concreto, al igual que lo muerto es más macizo, porque las cosas tienen tanto elementos pesados como livianos. Los pesados tienen su ligereza, ya que unos pesan menos que otros, salvo los más pesados de todos, y los livianos pesan también. En verdad la cuestión del peso es relativa: todas las cosas pesan algo. Se trata de mayores y menores pesos.

Cuando algo se cae lo escuchamos como "pé", "púm", "tóc" y demás. Le da un golpe contra el piso que suena así, así que ese puede ser el origen de la palabra "peso", tanto como la actividad de pesar, pero ella venía de antes, ya que los vivientes oceánicos también pesaron sus propiedades, aunque en el agua las cosas pesan menos. Lo que golpea más fuerte pesa más que lo que menos, cosa que se tuvo en cuenta al hacerse las tareas primitivas y que luego se representó, no por el peso de las gravedad terrestre sino por el del costo, en los valores más abstractos, desde la sal a las piedras preciosas, monedas, billetes y cuentas bancarias. Una tarea primitiva fue la de manejar piedras, por lo que las ideas con que pensamos el trabajo se forjaron con ella, luego muy complejizadas, para bien y para mal, que ya existían antes y que se potenciaron con el dominio humano de la técnica. La tarifa fue aquéllo con lo que se midieron las tareas, establecida en trueques poco monetarios, antecedidos por la representación del valor en sal y piedras hermosas. Fue un invento de los comerciantes, que eran urbanos y que ejercieron la usura antigua, antecesora de la medieval y la moderna, pero deriva de la tarea, que se da en todas las formas de trabajo.

martes, 29 de octubre de 2019

Guerra y gruñido

A las guerras y a los gruñidos se les nombra con palabras parecidas, pero los gruñidos no son peleas, sino las expresiones que se les asocian, a la vez que no todas las peleas son bélicas. La lucha de clases tiene un componente bélico, que no siempre es bueno pero que debe serlo, así como suele ser pacífica, o de un belicismo moderado que también es algo malo.

La camaradería es muy burguesa, y las ciudades terráqueas

La camaradería es lo propio de las cámaras, que son espacios cerrados construidos por hombres, mujeres e intersexuales, que se hicieron mucho en las ciudades pero que también los hay en el campo. Los camaradas son quienes comparten cámaras, por lo que gran parte de la humanidad es camarada, con diferentes clases de cámaras y de usos de las cámaras. El reparto de las cámaras está verticalizado. Las cámaras son huecos perfeccionados, mejores que los que producen otros animales. Las plantas empujan la tierra al expandir sus raíces, lo que es otro modo de cavar. El origen del término remite a las prácticas de curvar y torcer, y luego a las bóvedas y ataúdes. La palabra indoeuropea supuesta es la de "kamer", similar a la de "volver". A la vez, la palabra "bóveda" viene de la latina "volvita", que quiere decir "envuelta", ya que las bóvedas son minerales envueltos primero por sus constructores y luego puestos sobre los usuarios. Antes que manejar el barro cocido, la humanidad lo hizo con ramas de los árboles, durante lo cual las torció y quebró, luego con sierras y hachas de piedra, algo que sin ellas hacían nuestros antecesores mónidos y que otros animales también hacen, es decir, que cada especie animal, así como las vegetales, se hace de un espacio, que es lo que distingue a la camaradería, pero que recién después de muchos años llegó a formularse como tal, o sea, que los antecedentes de la camaradería vienen desde el inicio de la vida, pero su formulación fue creada a partir de que se pronunciaran los equivalentes exactos del fonema "kamer", que luego le darían paso a las prácticas inspiradas en la idea de dar vuelta las cosas, para transformarlas en habitáculos. La traducción más precisa de "kamer" no es la de "volver" sino la de "cambiar", y su forma indoeuropea debe derivar de sus antecesores afroasiáticos, así como éstos vienen de sus previos, pasando por la comunicación homínida, mónida, roedora, reptílea, la de los peces y hasta la vegetal, y en coexistencia con la de las líneas de vivientes bifurcados del linaje que terminó por ser humano. La camaradería es el modo de edificación iniciado con las primeras técnicas de la carpintería, porque los primeros cambios habitacionales, hechos mediante el trabajo de la materia, no llegaban a ser tan elaborados: a la vez que eran más toscos se los nombró con palabras más simples. Recién con las primeras bóvedas el concepto cobró su forma. Al expandirse en el agua, las plantas más chicas la empujaron hacia sus costados, una de las primeras tareas vivientes, cuyas sensaciones sirvieron después para pensar en la idea con la cual remitirse al hecho.

Entre las plantas y los animales media la endogenización del esqueleto, que en los árboles es interno y externo y que es externo en los insectos y los caracoles, como babosas con carcaza calcárea, tanto aéreos como acuáticos, ambos con movimiento, a diferencia de los corales, que son calcáreos enraizados, cuya materia húmeda no se desplaza por sí misma. Los corales quizás sean especies intermedias entre vegetales y animales, y tienen esqueleto externo tal como los bichos, por lo que entre ellos puede que medien los caracoles, que tienen esqueleto externo pero que nadan. El cuerpo vivo tiene partes blandas y partes duras. En las plantas acuáticas verdes suele ser tanto interno como externo, aunque es más suave que en las anfibias y aéreas. Algunos de los animales acuáticos con esqueleto externo, caracoles y peces, lo internalizaron al migrar de los océanos a los continentes, empezando por las desembocaduras de los ríos porque ahí podían respirar más fácil. Los delfines y ballenas, de los mayores peces, también pudieron hacerlo desde el aire, pero ya siendo mamíferos grandes, o sea que su conformación es posterior a la de los peces medianos: puede que evolucionaran a partir de reptiles grandes, ya que, si no, no se explica cómo peces tan grandes hayan internalizado su esqueleto sin estadíos intermedios con los demás peces, por lo que existen como peces mamíferos, un oxímoron aparente porque la categoría de los peces no se debe definir del todo por la tenencia de esqueleto externo, o por el tipo de respiración, sino por toda la existencia animal, incluida la forma. El modo de reproducción también es distinto. En los delfines y orcas la gestación es uterina, mientras que en los peces a veces es ovular y otras de vientre, con unas terceras tanto. Los tiburones y las rayas, peces menores, tienen un esqueleto interno cartilaginoso, así como fecundación, gestación y parto uterinos. Los peces más chicos tienen fecundación externa. Al principio de su gestación no había depredadores que se comieran los huevos fecundados en el agua, por lo que el embarazo intrauterino comenzó después, además de que requirió que el útero ya fuese grande lo necesario como para albergar a los huevos.

El curso de la vida va de lo chico a lo grande, ya que la historia viviente se inició siendo muy pequenísima, de una célula, que a la vez fue un huevo y un viviente. Los primeros seres vivos fueron huevos vegetales, o pre-vegetales, de tamaño menor y surgimiento anterior a los animales, así como hoy en día empezamos siendo óvulos fecundados, antes de adquirir la capacidad para movernos. El primer movimiento es el de crecer, que se inicia con el intercambio inmediato con el entorno, antes de lo cual hay reacciones químicas previas que son inorgánicas, de la química inferior a la celular, de moléculas complejas, y después los movimientos de cambiar de lugar, que se dan menos en los seres de raíz que en los de extremidades más móviles. Hubo algo antes del big bang y de la creación del universo, los soles y los planetas, pero no se debe decir que haya sido alguien con la voluntad de hacer que de las moléculas grandes se conformara la vida, porque no se lo sabe bien. Hasta ahora se sabe que las primeras células se formaron de moléculas grandes por la fuerza de la inercia, cuya historia conocemos bien desde el inicio del universo, no desde antes. Lo inerte tiene fuerza para ser y para componer lo orgánico, a partir de las células, que tienen fuerza y también alma, así como piel, agua y órganos endógenos. La piel es entonces un rasgo primordial de lo vivo, que se inició separando al agua dentro y fuera suyo, donde se formaron los órganos internos, todo por casualidad, es decir, por causas a las que se ignora. Casi seguro que en ese proceso, de formación azarosa de las células más pequeñas, muchas murieron en el intento, así como hoy mueren casi todos los espermatozoides y los óvulos, que no llegan a fecundarse, pero los pocos que lo logran alcanzan para reproducir la naturaleza.

Sobre lo que es ser proletario

Ser proletario es ser cercano al buen laburo. La raíz allo está en el centro de "proletario", es la parte de "ole". "Pro" significa "bien", y "letario" vendría a ser "laburero". Entonces, se es proletario cuando se es proclive a la buena elaboración. El empresariado es presto a ello cuando no acumula, o cuando acumula poco, y se aleja cuando sus ahorros llegan a medianos y a grandes, al hacer a lo cual se pone muy lesivo; pero las faltas proletarias también son importantes para la evolución histórica, y mucho por su gran escala.

Las familias de parientes son las principales elaboraciones de las especies vivas, para las cuales se apropia y transforma la materia circundante, con lo que se hacen las elaboraciones secundarias, pero su bien depende en parte del que tenga el conjunto de la naturaleza, a su vez necesitado de lo inerte porque se nutre de ello. Asimismo, la idea que se tenga de la familia y del parentezco incide en la práctica de sus portadores.

En términos de la evolución social el progresismo liberal es pre-socialista

Porque al ser popular es muy proletario, pero, como se da más en las naciones teístas, no suele ser socialista, aunque sí le da espacio a algunos de los planteos socialistas, más a los menores que a los de fondo porque estos últimos se alejan mucho de la voluntad de las masas, ya que su aprendizaje requiere de una educación muy lejana a la de las iglesias y escuelas privadas, y tiene un lugar menor en la enseñanza pública, menos en la terciaria, donde llega a gobernar las instituciones sometido a la constitución, que en la primaria y la secundaria, ya que en los países de ley liberal prima el liberalismo como política educativa del estado. De manera parecida ocurre con la prensa, con las diferencias históricas entre ambos sistemas, que existen correlacionados.

El progresismo liberal es filo-socialista, es decir, que es afín al socialismo, pero no de forma pura, sino con rarezas, y bajo el marco de la ley principal. También hay un sector suyo que se define tanto socialista como liberal, en una contradicción, ya que el socialismo, por ser de origen ateo, no tolera bien la jerarquización y sus réplicas, que son las de la privatización del gobierno, las empresas y las demás instancias, en las que se divide la participación en dos grandes grupos, el alto y el bajo, a su vez con subdivisiones y conexiones. No obstante, las contradicciones de este progresismo responden, así como a las más dominantes, también a las de la base social, que es, en general, entre conservadora y de avance lento, cuando no reactiva, revolucionando rápido pocas veces en parte a sabiendas de los fracasos del llamado socialismo real, así que también hay que darles su justa importancia. Para que el progreso social rápido, la llamada revolución, sea buena, es necesario que los partidos de vanguardia tengan una comprensión de la evolución histórica excelente, partidos que ahora tienen poca adhesión por la caída de la URSS y por las maldades que cometieron al gobernar, entre otros asuntos, aunque también por el hecho de que gran parte del proletariado no es ateo. Para concretar el buen comunismo hace falta tanto que la vanguardia como la retaguardia sean excelentes, por lo que puede darse sólo a largo plazo, quedando la etapa actual como una fase de progreso contrariado y leve, cuya intensidad varía de acuerdo a sus componentes.

Los trastornos del capitalismo como enfermedades sociales

Por las graves consecuencias que tienen, los males del capitalismo debieran ser tomados como enfermedades sociales, que impactan en las condiciones individuales de vida, y en particular los mayores defectos, como los de la especulación financiera: la de las acciones de la bolsa, la de la compra y venta de monedas y la de los préstamos. Hay algunas cosas malas que son consideradas neutras pero que son enfermedades sociales, ya que le restan firmeza a la sociedad. "Enfermedad" quiere decir "falta de firmeza". "En" significa "no", y "fermedad", "firmeza".

La crítica de los males sociales, así como la exigencia para su tratamiento, no se deben acotar a la cima de la sociedad, ya que ésta es minoritaria y responde mucho, aunque no del todo, a los condicionamientos que le van desde la base, por lo que también será imprescindible que ésta resuelva bien sus propios males, que son bastante influenciados por la superestructura, aunque no del todo, y en gran parte esa sobredeterminación es iniciada desde abajo, aunque en su pasaje por lo alto de la sociedad algo se transforma. Es un ciclo algo perverso y algo bien fundado que parte de la base, prosigue en la altura y luego retorna a la base, reiniciándose luego y con ciclos menores en cada nivel social, que a veces son interseccionales.

sábado, 26 de octubre de 2019

Capitalismo y socialismo

Mientras que el capitalismo sea sostenido por la mayoría de la sociedad, que debe ser proletaria en entre dos tercios y tres cuartos de total, desde la clase más baja hasta la mitad de la media, con excepciones y agregados particulares, el socialismo debe tanto apoyar al capitalismo progresivo, que es el moderado, el de entre la centroizquierda y la centroderecha, así como reprobarle sus males y reclamar el traspaso a su sistema, para evitarse pelear mucho con los obreros de derecha, así como debiera abrirse bien al empresariado, con una crítica buena pero que también sea efectiva para regenerarlo de buen modo, parecido a lo que se necesita para la clase obrera, tratándose de dos transformaciones distintas. Respecto del teísmo el tema es semejante, pero con tolerancia crítica en vez que pertenencia, o con una pertenencia verdadera lo suficiente, la cual requeriría que se concluyera bien la indagación sobre la hipótesis del origen de la palabra "dios". Si ella proviniera de la de "día", a los dioses se los entendería como fabulaciones humanas que intentan explicar lo que pasa en el universo y que fundamentan algo mal a las leyes de gobierno, es decir, que ya no se los tomaría por verdaderos y se subsanarían las malas consecuencias gubernamentales que tiene la prédica sobre ellos, pero no se sabe bien si la palabra "dios" deriva de la de "día", así como no se sabe bien qué hay por fuera del universo que conocemos.

La clase empresaria va, en su núcleo, desde la clase media alta hasta la cima social, porque un sector suyo, que hasta es la mayoría, pero cuyo capital es menor que el del nódulo, va desde la clase baja hasta la media, con ingresos similares a los de los asalariados. La parte más capitalizada, el núcleo de la clase, que es la más dominante, frecuentemente llamada capitalista, se ubica en la mitad y la cúspide de la clase alta. Entre ambas está el empresariado mediano, que es más rico que el proletariado pero que tiene menos lugar en la dirigencia de la sociedad. Es más público y menos privado que la aristocracia, y también debe ser bien transformado.

Que la mayoría de la sociedad sea socialista es necesario pero no suficiente para imponer al socialismo, ya que lo que se requiere es una mayoría muy calificada, capaz de reformar las leyes supremas, superar los embates liberales y socializar los medios productivos, y eso mientras que dé buena respuesta a las demandas de la reproducción social. Además, la imposición debe ser buena para no falsearse, e incluso que lo sea no le garantiza del todo que vaya a tener buen éxito.

La clase más dominante lo es en el sentido de que sus pocos miembros le ordenan mucho la existencia a la demás gente, que es la gran mayoría, pero ésta, que es la más dominada, es muchísimo más grande, por lo que su influencia social es mayor. El poder total de la más dominada es mayor que el de la más dominante, pero el individual es a la inversa: cada miembro de la más dominante tiene mucho más poder que cada miembro de la más dominada. Entonces, el sistema se sostiene desde abajo, con un refuerzo de arriba que es más sofisticado.

viernes, 25 de octubre de 2019

Proletariado y burguesía

La diferencia entre ambos está mal explicada. La clase asalariada tiene medios de producción, su fuerza y su saber, así como la burguesa trabaja. La primera, no cobra más en sal, que es como se le pagaba en la antigüedad a los trabajadores más pobres, y la segunda no abarca a todos los residentes urbanos. La llamada clase obrera vende su trabajo, un producto simple, a cambio de un monto de dinero que le alcanza para subsistir, o poco más, y la declamada empresaria uno complejo, resultado de la combinación del trabajo con sus materias primas, con lo que tanto acumula en extremo como llega al ingreso financiero bajo, lo que le sucede a la mayoría de los empresarios, los pequeños, muchos de los cuales son trabajadores cuentapropistas, de empresas unimembres, más de trabajos puntuales en varios sitios en vez que duraderos y fijos. Lo que diferencia a las clases es la cantidad de cosas poseídas, tenencia de calidad cuestionable. La pertenencia a ellas depende tanto de lo individual como de lo social, así como las demás prácticas, o sea, que para juzgar bien la conducta individual se la debe correlacionar bien con la social.

A dios no se lo piensa ni como ser vivo ni como ser inerte

Es un caso excepcional. Los hombres, mujeres e intersexuales inclusive, pensamos a los seres a los que conocemos bien como vivos o como muertos, pero a dios no se lo piensa como si fuera un ser vivo, ya que no se le asigna un cuerpo tangible, ni tampoco se le considera inerte, al atribuírsele voluntad creadora. Como no lo podemos comprobar, se le atribuyen características híbridas a las que se toma mucho por verdaderas, y sin que se reconozca bien la falta lógica que hay en tal procedimiento.

Estructura y acontecimiento

Los acontecimientos son cosas ajenas a la estructura, manifestaciones contrarias a su orden, pero suponer que la estructura es mala y el acontecimiento bueno, así sin más, hace equivocar, por un lado porque no todo de los acontecimientos es bueno y por otro porque no todo de la estructura es malo. A la sociedad le viene bien estructurarse, pero la estructura debe ser buena, en tanto que la vigente es entre mediocre y mala, ya que se funda mucho en razones aparentes, que dependen del conocimiento que tenga la sociedad, vinculado a la teología.

En una población de la que alrededor del 80% es teísta, el orden principal es jerárquico, así como el fideísmo de la mayoría causa que predomine el capitalismo vigente, de moneda principal monoteísta. El capitalismo es un sistema fetichista, por lo que deriva del culto de fe primitivo, así como se sostiene en política con votos a los partidos capitalistas. Entonces, el credo y el voto individuales son dos prácticas con las que el proletariado sostiene al capital. Ambos, el credo y el voto, son condicionados socialmente, lo que en algunos momentos depende, como ellos, de la elección libre de cada quien: el condicionamiento social y la conducta individual son en parte libres y en parte coercitivos, de libertad y coerción relativas, ambas con distintas calidades. De ahí que la permanencia y el cambio de la estructura dependan mucho del proletariado, más que del empresariado porque éste tiene un tamaño mucho menor, aunque su mayor sofisticación lo potencie. El capitalismo es un problema para ambas clases, ya que la empresaria no se beneficia de verdad con sus privilegios, en tanto que obtiene un beneficio bastante aparente. El socialismo bien entendido las beneficiaría a ambas de verdad, al suprimir las desigualdades y la mala apropiación, que dependen de que la asunción social de la realidad sea buena porque ella incide en las otras instancias sociales. La clase obrera es la más explotada y la patronal la más explotadora, pero ni la primera es nada explotadora ni la segunda nada explotada, así que la cuestión no es absoluta, sino de mayoría y minoría. Aparte, la obrera es algo patronal y la patronal algo obrera. No tienen una distinción total, pero sí delimitada por la tenencia de los medios productivos, que son de menores a mayores y entre los cuales está el conocimiento. Vender la propia fuerza de trabajo es una empresa, de las que se subvaloran, a diferencia de las mayores, a las que se valora demasiado, hasta la híper-concentración en los casos extremos, que son más de teísmo estricto que de ateísmo refinado. En verdad, la diferenciación entre ambas clases está mal planteada, porque supone que establecer los patrones no es una obra. Asocia la obra con el trabajo más motriz, el llamado manual, y el patronazgo con el más quieto, denominado intelectual, como si los miembros de la clase alta pensaran más que los de la baja y los de la baja se movieran más que los de la alta, cosa que viene de la valoración excesiva que se le hace a lo puro y estable por sobre lo más corporal y dinámico a la que induce el teísmo principal en curso, que no da buena respuesta a la pregunta por su etimología así como sostiene su argumento según la confianza. Se hace una metáfora en que la sociedad es un cuerpo del que la clase alta es la cabeza y la baja el torso, los brazos y las piernas, éstos menos apreciados que aquélla, así como se le da más importancia al pensamiento que a los sentimientos primarios, o a las ideas que a las cosas más compactas, y a los dioses que a los hombres, tanto como se prioriza a la humanidad sobre las otras especies vivientes. Lo inerte importa más que lo vivo porque es la condición para su emergencia, y en ello la luz solar es crucial, aunque dista mucho de ser todo, pero el modo en que de lo inerte sale lo vivo no sucede tal como lo relatan los discursos deificantes. En eso los ateos les llevan ventaja, pero también tienen sus errores.

¿Cuántos dólares produjo cada trabajador argentino el último año?

Simplificando para no abundar en detalles, el PBI argentino es de 627 mil millones de dólares por año, la población económicamente activa es de 20 millones, con un 9% de desocupación, lo que, omitiendo muchas cuestiones importantes que no vienen al caso, da que en el último año cerca de 18 millones de trabajadores generaron capitales por un valor de 34 mil 833 dólares cada cual. Son 2 mil 902 dólares por mes y por habitante en labores pesificadas, y más de mil por habitante. A 170 horas de trabajo por mes, lo que se corresponde con una jornada de 8 horas, cinco días a la semana, da que en cada hora de trabajo, cada trabajador, sea asalariado o empresario, creó bienes por 17,07 dólares, con los cuales y con cuya traspolación en pesos se financió la vida de casi todos los residentes del país, sean infantes, niños, adolescentes, adultos o viejos, de varios géneros y sexos.

Una población de 44 millones cuyos integrantes vivieran cada uno con 500 dólares mensuales necesitaría 264 mil millones de dólares por año, menos de la mitad de lo que se produce ahora, el 42%, y sin embargo sólo a alguna gente le alcanza bien la plata porque la mayoría cobra menos que lo necesario para ello, y en muchos casos mucho menos.

El sobrante, de 363 mil millones de dólares, son las ganancias capitalistas, aunque una cuenta más seria podría complejizar el tema, ya que ésta no contempla las grandes inversiones, u otras cosas importantes, pero la idea es que se produce mucho de sobra y encima a mucha gente no le alcanza. Gran parte de este excedente se va en la fuga de capitales, sea para la especulación en otros países o para su depósito en sedes bancarias exentas de impuestos.

Esto implica que la jornada laboral remunerada, la que crea valor abstracto directamente, podría ser reducida a cerca de la mitad. También que, en 2018, un poco más de la décima parte del tiempo de trabajo pago se dedicó a saldar la deuda estatal, unos 71 mil millones de dólares, o sea, que cada trabajador cedió el producto de cerca de una hora diaria para el pago de esta deuda: éste requiere una de las 8 horas por día que trabaja cada habitante empleado en la economía remunerada.

En los otros países del mundo esto ocurre parecido.

Éste es, obviamente, un cálculo deforme, ya que gran parte de la economía es informal, por lo que se ajusta menos a las reglas laborales, pero sirve para estimar a grandes rasgos.

Los datos macroeconómicos pueden estar equivocados, ya que no los cotejé lo suficiente. En todo caso la idea principal es la misma, pero falta precisarla.

martes, 22 de octubre de 2019

Sobre las dificultades para cotejar las noticias

Una característica del periodismo actual que es afin al fetichismo de la mercancía es que no siempre se puede averiguar si lo que dicen las notas es verdad o no, o qué tienen de verdadero, qué de falso y qué omiten. A veces se lo puede hacer, y lo que no se sabe en el presente puede que se sepa en el futuro, aunque hay cosas a las que no se sabrá bien nunca y otras que no se conocerán bien a tiempo, quedando como deudas históricas las soluciones justas de los daños a los que aquéllas se refieren. Además, la asunción verdadera de los crímenes relatados en las noticias tiene que ser social. A veces algunas se enteran y otros no. La comprensión particular y grupal no alcanzan para componer bien el orden comunitario, pero sirven para aproximarse a ello.

Creencia e hipocresía

Cuando se cree no se critica mucho porque se argumenta más desde lo que se quiere: se exponen opiniones que buscan mandar de acuerdo a los intereses propios, sin que la realidad ajena sea entendida lo suficiente, en lo que influyen mucho los libros sagrados, ejes centrales de los relatos universales más importantes; pero criticar demasiado tampoco estaría bien. La hipocresía es aprobable si es buena, así como la crítica puede no serlo, esto es, que criticar algo, o mucho, tampoco asegura la buena calidad de la crítica, que además debe ser social para lograr bien sus propósitos. En el ateísmo el problema de la sobrecarga discursiva se replica en los términos ateos, con muchas alocuciones muy largas, llenas de cuestiones a veces irresueltas y otras resueltas algo de mala forma, que remiten a los debates científicos escritos y orales, con algunas especulaciones muy inadecuadas, a las que no siempre se toma como tales, o sea, que ni se es bien conciente de que se está ante ideas algo equivocadas, ni del peligro de seguirlas sin que sean bien corroboradas. El problema mayor es el de la razón social, ya que, aunque un bando pueda saber más que el otro, ambos componen la coexistencia humana. El funcionamiento social depende de la conciencia de la sociedad entera porque a la práctica más motriz se la decide con el pensamiento.

Sobre la crítica a los gobiernos progresistas

Los gobiernos progresistas necesitarán que se les critique porque, si no se lo hace, no pueden asumir sus errores, por lo que acumulan puntos en contra que, sumados a lo largo de los años, pueden causar que pierdan las elecciones. Ya de por sí las naciones son algo equívocas en su conducta política, porque la política es un tema complejo, que requiere mucho tiempo de dedicación, tiempo al que no se suele tener por las exigencias laborales capitalistas, y encima está cruzada por las ideas de fe y las trampas, las de la prensa en particular, como las noticias falsas, que están tan de moda y que hacen más tediosa la tarea de entenderla bien, cuando no imposible. Si a eso se le agregan las muchas faltas políticas de los gobiernos progresistas, que son frecuentes al ejercerse el mando republicano, con el desgaste tras las gestiones sucesivas, la competencia electoral se dificulta incluso aunque se la libre contra los partidos conservadores, cuyos desastres pasados no son recordados como se debe porque las sociedades no tienen la conciencia política suficiente. Entonces, el progresismo deberá alentar que se lo critique, pero no aprobar cualquier crítica, ya que las habrá malas y mediocres, e incluso las buenas tendrán sus flaquezas. Esto le permitiría tener más fuerza para mantenerse en el gobierno e implicaría que corrigiera mejor algunas de sus fallas, de las que más dependen de sí mismo, ya que hay otras muy condicionadas por sus factores externos, a las que tendrá que soportar mientras que estos persistan tal como son.

También es cierto que los gobiernos progresistas debieran responder bien a los aspectos válidos que tuvieran las malas críticas que se expresaran en su contra, desde las regulares hasta las pésimas, pero eso no saldrá siempre porque la conducta social es algo errática y los gobiernos están muy presionados: no tienen tiempo para procesar bien a fondo todos los debates, ni tampoco sus actores externos están bien predispuestos lo necesario para ello.

Otro tema es que, si bien en ocasiones los gobiernos progresistas pueden reponerse de sus faltas, y ganar las elecciones a pesar de ellas, entonces lo hacen debilitados, con más opositores, que luego tienden a ponérseles en contra durante su mandato.

lunes, 21 de octubre de 2019

El peronismo y la división social del trabajo

El peronismo, al postular la idea de que el orden social es como el de los órganos, estableció un esquema productivo de roles especializados, así como lo son los órganos de los cuerpos vivientes: se enfocan en una función dentro de un todo orgánico, cuya forma debe estar fija para la pervivencia del conjunto; pero las sociedades humanas no son seres vivos, sino comunidades de tales. El funcionalismo social inspirado en lo orgánico depende de la fijación de las tareas, por lo que alienta la división social del trabajo, cosa que hizo el peronismo por tener vocación de ordenar a la sociedad desde un catolicismo bizarro, laico y afin al clero popular, con las incoherencias y explotaciones aparejadas por eso. El peronismo, al seguir la constitución liberal, se propuso conciliar a las clases sociales dentro del marco de la ley y con menos excedente para el capital privado, que siempre ganó de diferentes modos por fundamentarse en la constitución. Muchos trabajadores fueron y son peronistas, por lo que entre ellos hubo unos cuantos que habrán apoyado esta idea, la de que la sociedad es como los cuerpos orgánicos, lo que lleva a no poder cuestionar la división social de las tareas, lo cual es necesario para que el buen vivir sea excelente, pero sin que la sociedad esté bien conciente del asunto no se puede lograr bien el objetivo, o sea, que los errores políticos no son sólo superestructurales, sino que responden en primer lugar a los de la base, antes de replicar sobre ella, en el juego de golpes de la jerarquización, que coexiste con sus tendencias regenerativas sin que se haya alcanzado la síntesis necesaria. El problema de la división social del trabajo existe desde la instauración de las civilizaciones, y registra antecedentes primitivos, o sea, que el peronismo tiene una culpa menor por su mantenimiento. Además, algo de división social de las tareas tiene que haber.

A propósito de la evasión

A la evasión es frecuente condenarla. No se la tolera. Se la considera como frívola e irresponsable, con cierta buena razón porque puede serlo, pero evadirse es necesario, por lo malo de las tareas pautadas en el teísmo capitalista: como al trabajo se lo dirige desde patrones teológicos, sus leyes priorizan a las creencias supremas por sobre la verdad comprobada, y entonces se exigen tareas sin entenderse lo suficientemente bien la realidad. No obstante, como la evasión puede ser mala, se le debe demandar honra, para cumplir lo cual tiene que ser social, pero sin que la sociedad tenga la buena razón requerida para la buena coexistencia no se la concreta lo bien que se debe. Para que evadirse sea justo, la posibilidad de hacerlo tiene que ser igualitaria, y componerse bien con el trabajo común. Al evadirse también se elabora, se hace una elaboración en general liviana, no por ello necesariamente mala, ya que la ligereza es buena en particular, al primar la pesadez en la moral social, que tampoco es siempre buena. Existe la posibilidad de que la pesadez sea mala, y de hecho es lo que más pasa en el capitalismo, ya que se pesa mal por tenerse bastante mala razón. Para que la pesadez sea buena como se debe la gente tiene que tener buena razón, ser conciente y aceptar la necesidad de que la razón de la sociedad sea buena, para lo cual se debe entender bien el problema de la bondad, a la que se le dan muchas definiciones, algunas de las cuales se justifican en la idea de dios cuando suponen que él, al crear al mundo, creó a las ideas perfectas de lo que es el bien, cosa que se piensa como la obediencia de la propia práctica a las normas religiosas, algunas de las cuales son las de las leyes liberales, lo que en el socialismo se replica en términos ateos, en los que las relaciones también responden a ideas no del todo verdaderas, lo que también lo lleva a tener malas prácticas, hasta con masacres de a millones y muchos otros males de esa y menores magnitudes, todos los cuales tienen importancia. Esto es contrarrestado por la veracidad humana, pero dista de ser lo que debe. La buena resolución de los crímenes de la especie depende de la buena dilucidación de la cuestión teísta, porque es central en las concepciones seculares, aunque medie entre ellas la separación laica del clero, hecha con las ediciones modernas de los libros sagrados, en tanto que los legos son muchas veces creyentes en los dioses aunque no asistan mucho a las misas, al igual que adhieren al credo y a sus correspondencias políticas y económicas, que son las del capitalismo fetichista, si bien con muchas discusiones que hacen a la evolución contradictoria de la especie. Las religiones se esparcen por fuera del territorio de las iglesias, abarcando a toda la sociedad, si bien contrariadas, en conflicto entre sí y con la ley gubernamental, evaluando sus consecuencias sin toda la asunción que hace falta; y las socialistas también lo son, en el sentido de que el socialismo es una concepción en la que la gente se relaciona, con asambleas distintas de las clericales pero que, como las de aquéllas, son reuniones en las que se trata de la vida y del orden de la historia, lejos de haberse alcanzado buen consenso sobre el tema, lo que es una condición necesaria para la buena vida de la especie, que depende de la del resto de la naturaleza, que se compone de lo inerte. En tanto que los estados no adopten buenas leyes, lo que en materia teísta precisa del agnosticismo, por lo menos mientras que no se haya resuelto mejor el debate, el buen vivir pleno será imposible, quedará algo precario, inestable, mediocre y provisorio, muy mezclado con el mal vivir, es decir, que el buen vivir y el capitalismo de fe son incompatibles. Restará saber si es posible el buen capitalismo, es decir, un sistema, ya socialista, con el salariazgo abolido, pero también basado en la captura, que se componga bien en la naturaleza, la humana en particular. El tema de la apropiación es central para la buena existencia humana, y como se apropia según las ideas que se tengan, la cuestión de la calidad de las ideas es insoslayable para el orden jurídico, que no es sólo el del gobierno, ya que en la sociedad coexisten en pugna distintos modelos de justicia, todos imperfectos, relacionados entre sí, que cargan de distintas maneras con la crueldad del sacramento y con el aprendizaje histórico. Que la ley responda a la buena razón es necesario para el buen vivir. De otra forma no se lo puede concretar como debe ser, así que habrá que asumir bien la verdad sobre los dioses, a la que no se conoce como se debe. Hay muchos debates irresueltos, como el de si son muchos o uno, y entre éstos dos grandes bifurcaciones, cada cual muy ramificada, y otra rama grande es la atea, que también es una creencia y que está cruzada por la mística diablera, es decir, que padece la fetichización que se le asigna a la conducta infiel, fetichización que también es falsa pero que sucede por la prevalencia de la deificación en el ideario social. A la vez, cada concepción se entremezcla algo con las otras y tiene opiniones sobre todas las materias de la vida humana, que son muchas y cada cual muy pesada y variada, o sea, que el debate humano es muy amplio, mucho más de lo que pueda abarcar cada quien, y entre él y su concreción en la práctica está la ley, a la que no se cambia siempre fácil, de acuerdo a cómo mutan las ideas y se legalizan, al hacer lo cual se vuelven primordiales, es decir, que las fuerzas armadas las sostienen, tampoco sin crisis, con una estabilidad perdurable pero no absoluta. Eso de que las ideas dominantes de una época son las de la clase dominante es verdad pero no del todo, porque los pueblos también proclaman algunas de las ideas dominantes, pero no en lo que hace a la acumulación de bienes: en eso, en general, sustentan posturas clericales más cercanas al igualitarismo, aunque no lo hagan siempre y a veces lo hagan algo mal. Como a las clases dominantes se las erige desde abajo, los pueblos hacen a su enaltecimiento, si bien con críticas y algo forzados desde arriba, con el peso poco franqueable de los ejércitos, que también fueron derrotados algunas veces y que deben ser bien derrotados. No cualquier victoria militar es buena. En general son malas, por el uso de las armas. Causaron muchas muertes. Entonces, cabe definir la buena estrategia militar, que pienso que debiera ser pacifista, plantear la reducción de los enfrentamientos más grande posible, a sabiendas de que los seguirá habiendo, y exigir la completa aunque se pierda, porque mientras haya armas de metal a la gente se la matará con ellas muchas veces. Ahí hay un problema de fabricación. Mientras que se las fabrique, se las usará, y los cuchillos fueron muy superados por las armas más sofisticadas, desde las de pólvora a las bombas nucleares, pasando por las tóxicas y de gérmenes, o las de prensa, y con algunas técnicas más, como la de la guerra financiera. Es decir, que sin cierto desarme militar tampoco puede haber buen vivir, en parte porque fabricar armas tan malas le demanda mucho trabajo a muchas mujeres y hombres. Aporta mucho a lo malo de la producción actual. Explota a la humanidad no sólo en la fabricación, sino luego por el uso, como otras cosas del mal consumo, como el automovilismo vigente, que es tan lesivo como los agrotóxicos y las drogas, del nivel del comercio sexual. Así como sería aceptable el trabajo sexual honesto, debiera hacerse buena fabricación y uso de los pesticidas y las drogas, pero eso sin buena medida no se puede, y la medida depende de la ideología que tenga la sociedad. Con los electrodomésticos, las armas y los vehículos pasa lo mismo: que no existen lo bien que deben porque se los ordena muy mal a veces, lo que no implica que se los deba prescindir del todo.

jueves, 17 de octubre de 2019

Sobre las razas humanas

Así como las hay en otros animales, las hay humanas. Las razas son grandes grupos de especímenes que comparten ciertas características, aunque no de forma necesariamente absoluta: hay excepciones. Están muy influenciadas por el entorno geográfico, pero también por las demás cosas que hacen a la vida. Entre humanos, está la africana, que es la que suele ser negra; la árabe-europea, de tez clara, a veces con pelo negro y ojos oscuros y otras rubia y de ojos claros; la indiana-oceánida, de color cobrizo; y la mongólida, que es tanto amarilla como blanca y cobriza, y la que primero pobló América. El color de la piel no es el único rasgo a tener en cuenta, ni tampoco es siempre definitorio. Además, hoy en día están muy entremezcladas.

Ciencia y arte

Ahora hay un debate sobre si se los tiene que mantener separados o si hay que fundirlos. Es un debate poco inteligente, ya que sería imposible separarles por completo, ya que la ciencia es algo armada y el arte algo discirniente. Más importante es la calidad que tengan. El discurso científico se caracteriza, principalmente y en general, por buscar la verdad, y el artístico por hacerlo con la belleza, ambos a fin de hacer bien, aunque no siempre, y dichas metas son relativas, porque la ciencia y el arte a veces tienen otros fines y porque el bien y el mal no son absolutos: lo que es bueno para algunos es malo para otras, y viceversas, pero se puede medir la bondad y la maldad de las obras, esto es, que lo relativo tiene diferentes calidades, muchas veces comprensibles. Además, existe la posibilidad de beneficiar a toda la gente, como con la invención del jabón, que nos sirve bien a casi todos, aunque tenga sus defectos...

viernes, 11 de octubre de 2019

De lo objetivo y lo subjetivo

Ambos existen, pero su diferenciación es relativa. Lo objetivo es lo exterior al cuerpo, y lo subjetivo lo interior, definición a la que casi siempre se emplea con el eje puesto en los seres vivos, aunque las más de las veces en los humanos. Los vivientes incorporamos lo objetivo, por medio de los sentidos, la ingesta y demás modos, y a su vez objetivizamos lo que nos pasa dentro, por medio de distintas exteriorizaciones, como lo son el trabajo, la expresión de las emociones, la emanación de oxígeno, cosa de las plantas, la defecación y otras así.

La representación del mundo exterior en la conciencia suele ser exacta, pero no lo es siempre del todo y adopta las formas permitidas por los sentidos, es decir, que esa exactitud casi perfecta es relativa: depende en cada especie viviente de los órganos sensoriales y de su buen funcionamiento, así como contiene errores y anomalías, que no son siempre malos, como los sueños. A la representación psíquica de la realidad objetiva, lo mismo que a la objetivación de la subjetividad, se las debe evaluar según un criterio bien pragmático, fundado en la búqueda de la felicidad, que depende de la supervivencia y de la buena condición del entorno, también relativa y conflictiva.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Cosmovisión y ética

Como a la idea de justicia se la define desde las cosmovisiones, éstas son determinantes del juicio. Entonces, las fallas conceptuales hacen a los errores jurídicos. Para que la justicia sea verdadera lo suficiente, la cosmovisión debe serlo también.

miércoles, 2 de octubre de 2019