Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 30 de mayo de 2019

Vegetal y animal

Las raíces latinas de ambos remiten al crecimiento. "Vegetare" significa "crecer", y "anima", "aliento" en el sentido de "aliciente", lo que tiene el problema de que no distingue entre los animales de sangre roja y los vivientes de savia, dicho esto al menos en general. Los seres crecientes muy verdes preceden a los de colores más grisáceos y amarronados, con sus variantes, por lo que se nos podría considerar a estos últimos como formas excepcionales de los primeros, como vegetales más movedizos.

miércoles, 29 de mayo de 2019

¿El alma se transporta?

El alma es corporal. Las figuras individuales que nos hacemos en la mente son las de los cuerpos de la gente y son creadas a partir de los sentidos. El oído es de vibración aérea, porque lo que activa a los tímpanos es el movimiento de las moléculas del aire, el de las ondas sonoras. El olfato es corpóreo, al respirarse las hormonas ajenas, u otras partículas que también son desprendimientos corporales. El gusto también es químico y físico, lo mismo que el tacto y el pensamiento. Al recordar a otros recreamos sus recuerdos en nuestro interior, nos los representamos, por lo que imaginamos sus almas, nos hacemos sus imágenes más abstractas, que son las de sus cuerpos, de los que conocimos actos, sin que siempre los pensáramos bien. Al recordar al cuerpo se rememora al alma porque el alma es parte del cuerpo.

Cuando con la luz se transportan los fotones no se traslada el cuerpo objetivo, pero sí se alteran los fotones de modo tal que a quienes lo miran éstos les llegan de una forma que les da su idea visual, que es la de la vista, aunque ésta no sea del todo objetiva. El hecho de que no sepamos cosas sobre el modo en que nos representamos el mundo no implica que no haya una determinación de lo externo al interior, que se reproduce cerca de ser del todo exacta muchas veces, sin que eso baste para la buena convivencia por los muchos y graves yerros ideológicos de las culturas, que inciden menos en la percepción que en las respuestas dadas a la comprensión de la realidad. El sujeto pone su cuerpo al conocer, o, mejor dicho, el que conoce es el cuerpo que vive. El entendimiento se hace con las facultades sensibles y se sintetiza al pensar, cosa hecha según el cuerpo que se sea y con las ideas que se tengan, que hacen al cuerpo que se es porque las ideas son formas subjetivas, es decir, que se componen de materia, la de dentro de los cuerpos vivientes que participan en la actividad nerviosa que las crea.

Encuentro dos definiciones para el alma. Una es la de la propia sensibilidad, a la que experimentamos como nuestra subjetividad, que es pensante. Debe serlo incluso en los vegetales. Habría que averiguar del pensamiento vegetal. La otra, la del recuerdo de seres vivos próximos a nosotros, que también sucede en nuestra subjetividad, pero el recuerdo de las almas ajenas no es las almas mismas. Una es el alma propia y la otra la representación de las ajenas, recreadas en nosotros mismos, pero lo que más nos importa no es el alma sino el cuerpo, ya que éste la contiene y porque el interés viviente prioriza a los cuerpos completos, con sus actos, en tanto que ambos son más importantes para nuestra vida. Entonces, las almas no se transportan directo, pero sí se las representa: se transforman intersubjetivamente. Los cuerpos vivientes sí se trasponen entre sí, mediante partículas, fluidos, emanaciones visuales y sonoras, y demás, cosa que permite la remembranza, que es una trasposición indirecta. Puede deducirse la sensibilidad ajena al pensar en la conducta del ser recordado, lo que es un modo especial del traslado, en el que lo que va de un lugar a otro no es el cuerpo mismo, sino materia derivada de él, que faculta la representación de su subjetividad.

Lo sagrado y su repetición en los órdenes sociales laicos

Lo sagrado viene de los sacrificios, que eran rituales en los que se desangró a animales domésticos para buscar el favor supuesto de los dioses, los de la religión primitiva, que fuera animista. Luego se refinó. La idea de ingerir vino llamándole como la sangre de Cristo recrea el origen sangrante de las primeras ceremonias, en las que se acuchilló, con piedras afiladas, a animales como las cabras, cuya sangre, parecida al vino tinto, se bebió algunas veces. En latín lo sacro se nombró con la palabra "sancio", que adoptó significados institucionales, como el de la sanción de las leyes de gobierno, el de la sanidad hospitalaria, el de la santidad clerical y el de las sanciones carcelarias. La teología se dispersó en las instituciones internacionales tomando distintos caracteres, en la economía también, porque ésta tiene una moral acorde con la ley, que es religiosa, incluso en el comunismo ateo, a la que debe obediencia, aunque la incumpla mucho, ya que la ley creyente funciona bastante en apariencia. El ateísmo también es religioso, así como el agnosticismo. La religión puede y debe ser buena. Es sinónimo de relación, por lo que no es mala siempre. Un objetivo de la ciencia es que los religiosos adopten al relato verdadero de la historia, para lo cual deben juzgarla por sí mismos y con buena razón, a la que no es fácil definir. El problema es de conjunto, por lo que el buen reconocimiento individual de la historia importa poco en general, así como es incompleto, ya que el saber es social, por lo que la cuestión es la de la buena razón de la comunidad humana. ¿Cómo hacer para que la humanidad tenga la buena razón suficiente para ordenar bien su comportamiento colectivo?

viernes, 10 de mayo de 2019

¿Qué promoción del sistema debiera hacerse?

La revolución social implica la transformación del sistema vigente en uno distinto, que también debe ser bueno y que distaría de serlo del todo. Entonces, se la hace a partir de las condiciones en curso, fundadas en el capital. Debe reivindicar al capital para celebrarse a sí misma, pero sólo a sus buenos aspectos, ni vale cualquier reivindicación. La celebración revolucionaria del capitalismo debe proponer su buena deposición para la conformación de un mejor orden, es la única manera, porque el capitalismo también es muy injusto, así como aparejó un desarrollo histórico del género humano, que hace a nuestro presente y que tuvo mucho apoyo proletario, así fuera medio inconciente. Sufrimos por el capital, pero también vivimos, en parte, gracias a él, la lógica de la vida sacrificada, que se corresponde con un sistema fetichista sostenido por mayorías societales, en tanto que grandes grupos humanos adhieren a credos, así como adscribieron al ideario liberal, que es de cientificismo de fe. En tanto que el orden principal prevalezca, la vida será explotadora porque responderá a ideas sagradas, que se correlacionan con la ley, el ejército y las otras instituciones, entre las cuales las empresas, las universidades y la prensa, porque la lógica sagrada prioriza el cumplimiento de los objetivos ritualísticos por sobre las exigencias lascivas de la gente que los sostiene, cosa que se repite en la economía y el resto de los ámbitos sociales. Es una sobredeterminación de origen agrícola, vinculada a la explotación rural, la de los vegetales y animales sometidos mediante las armas de la edad de piedra. Al haber habido las primeras milicias armadas, que usaban piedras, palos, lanzas, arcos y flechas y demás para combatir a otras tribus y animales no humanos, milicias compuestas más por hombres que por mujeres, ya que los hombres fuertes estaban en mejores condiciones para pelear a muerte y debían defender a sus hijas e hijos, las sociedades debieron conformarse en clases, mucho menos diferenciadas que las actuales, en su mayoría de gobierno masculino, habría que precisarlo.

Hasta que toda la sociedad haya asumido el problema de lo sagrado, con la fe y demás vinculaciones, no se podrá procesar bien al tema, por lo que son cuestiones de discusión inevitable. Es un asunto peligroso porque apareja riesgo de muerte y penalizaciones menores, más en algunos países que en otros, por lo que no debe ser de debate mal forzado, a la vez que debe ser social. Es correlativo a la socialización de las empresas porque ambos temas comparten el espacio de controversia política y porque el origen del capital es teísta, la Inglaterra calvinista de 1750, posterior a la reforma liberal de 1688, que instaurara a la monarquía republicana, así como que la acumulación de capitales se dio principalmente con dinero teísta, al menos desde la supremacía mundial estadounidense a partir de 1917, en una concepción que identificó a las ideas sobre los dioses con el bien y el mal, en la que el dólar expresa adhesión al dios del bien, cosa que da cuenta de que se supone que el sistema vigente es bueno, lo que no es tan cierto como se presume.

El comunismo ateo surgió como antítesis al teísmo ecuménico liberal, por lo que exageró su oposición, formulándose como un credo opuesto a la existencia objetiva de los dioses, con sus derivaciones en el resto de la sociedad. De allí que se le dificulte recusarlo bien, porque procede en base a la creencia en la inexistencia divina, con sus réplicas para las prácticas extra-clericales, en las que situarse ante las hipótesis no le es tan fácil como debe serlo, cosa combinada a los percances de la reproducción social en el marco de la crisis mundial y la competencia entre las concepciones. Hace bien en plantear la necesidad del socialismo y del comunismo, pero no las concreta en sus propios terrenos, así como yerra al no convocar a poner en duda al teísmo mediante el agnosticismo común, relativo al conocimiento humano, que es lo único que puede sostenerse con certeza en materia teológica dada la escasez de pruebas suficientes y debidamente socializadas. Como especie no sabemos bien del tema, ya que le damos varias respuestas, algo contrapuestas y algo aniquilantes entre sí, por lo que persiste el debate sin que hayamos admitido bien nuestra ignorancia, como así sus consecuencias. Nos cuesta reprobar las inconsistencias de los libros sagrados demostradas con estudios empíricos, así como la posibilidad de que estén equivocadas algunas de sus hipótesis, cosa que en el ateísmo se repite de distinta manera.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Autocorrección sobre el saber

Antes sostuve que el saber siempre es verdadero, pero eso está mal, ya que puede haber saber falso. El saber es una forma de notar, quizás proveniente del sabor, el gusto bucal, por lo que sería bastante certero, ya que testear bien los alimentos es necesario para sobrevivir, de lo que el estudio sobre qué se debe comer y qué no tuvo que ser exitoso sí o sí, bajo el riesgo de enfermarse o morir. Entonces, el saber, así como el conocimiento, no es siempre verdadero. La creencia es un modo hipotético de saber, una explicación de la realidad fundada en pareceres, tampoco siempre falsa pero que demanda prudencia porque puede equivocarse, o ser algo verdadera y algo falsa. Responde a pareceres sometidos a pruebas empíricas insuficientes.

Lo de que la etimología del saber esté relacionada al sabor no es seguro. Ella viene del vocablo latino "scio", que a su vez deriva de palabras protoitálicas y protoindoeuropeas referidas a los cortes e incisiones, como la griega de "esquizo", con la que se formó a la de "pesquisar". El asunto es que muchos de ellos fueron hechos con los dientes, por lo que la lengua tuvo un lugar destacado en las indagaciones alimentarias. A su vez, el sentido del gusto se activa más luego de la trituración dental de la comida, porque ésta suelta sus jugos, cosa que sucediera más aún antes del descubrimiento de las técnicas para la cocción de comestibles.


Lectura

Vocablo "scio" en el Wikcionario.

martes, 7 de mayo de 2019

Del pre-socialismo y el pre-comunismo

El socialismo y el comunismo presidentes, los que tienen las presidencias de los países de gobierno poli-partidario en que los partidos socialistas obtuvieron los mandos ejecutivos y el comunismo de gobierno unipartidario, en verdad anteceden al socialismo y al comunismo, los proponen como meta mientras que prima el capital y la república, incluso en sus propios países, de saber bastante creyente, con credos mistificatorios hasta de congregaciones complejas con amplia inserción y arraigo social. Son capitalismos secundarios y raros, que discrepan del primero, el del teísmo protestante, el que prioriza más la propiedad privada, que es seguido por el resto del cristianismo, fundamento principal de la doctrina liberal, antes que el islamismo y los restantes credos. En el capitalismo la acumulación más importante se realiza en dólares, un billete protestante, por lo que hay una relación directa entre el protestantismo y el modo de acumulación capitalista, pero eso no quita que podría haber un capitalismo ateo, sucesor del de teísmo ecuménico aunque mal verticalizado en la tenencia de riquezas. El reemplazo del dólar por el yuan implicaría que este último ganara más confianza internacional que aquél, lo que mantendría al problema de la confianza en la moneda, esto es, del enaltecimiento de la fe cómo razón para justificar los intercambios de bienes y la adoración inconciente a la diosa Juno. El dios del bien al que se aclama en el dólar no es sólo protestante, sino que es el de todo el cristianismo, así como uno que encabeza a una tropa de seguidores, igual que en el islam, al que se le llama distinto, con el nombre de Alá, ambos con sus versiones negativas concentradas en la figura del diablo. Este esquema abrahámico ya estaba en el zoroastrismo, de teísmo bipolar, lo que causó que la discusión teológica, con influencia en el resto de la filosofía, girara mucho de acuerdo a motivos bipolares, con la distinción absoluta entre el mal y el bien que supone que el orden ganador es bueno y el perdedor malo, cosa que tampoco es verdad. Lo que hace falta es que el socialismo gane bien, para lo cual debe empezar por ser buen perdedor, ya que no podrá ganar bien hasta que la mayoría de la sociedad lo quiera.

El liberalismo, como doctrina del capital, no es de un ecumenismo cualquiera, sino de uno en particular, que es liderado por el protestantismo y seguido del resto del cristianismo, con prevalencia secundaria del catolicismo occidental y del ortodoxo, antes que el islam, con sus diversas corrientes, el hinduismo, el budismo, el confucionismo, el sintoísmo, las religiones animistas y las restantes, que existen poco en estado puro, más bien moderadas, y sincréticas. El materialismo es la doctrina proletaria, muy ramificada en el marxismo, con sus vertientes, y el gandhismo como socialismo teísta. Las corrientes anarquistas oscilan entre el materialismo y el nihilismo, las primeras más próximas al socialismo y las segundas al apoliticismo y la despolitización, dada la naturaleza autodestructiva del nihilismo, por ser partidario de la negación y ligarse al culto de la muerte, no sin cierta razón debido a lo penoso de la sociedad vigente, pero también muy próximo a las ideas de la derecha extraña. La mala oscuridad atraviesa a todos los idearios, así como la mala claridad, al igual que las buenas y de formas irregulares.

Será necesario que la socialización económica sea bien hecha

Es la única manera de desactivar parte de la oposición que le efectúa el empresariado, temeroso de la venganza de clase, que la merece bien hecha, es decir, una venganza justa, que sería la de la asunción social de los crímenes de la clase dominante, que es la empresaria en general, en cuya cima están los capitalistas, correlativa a la socialización de los capitales excedentes. La clase dominante es la que más contrata tareas, por medio del salario y de modos de pago salariales. Domina a sus empleados. Luego, dentro de ella, que no es del todo estable, regular ni continua, una fracción chica es capitalista, la de los altos capitales, los de las grandes empresas de la agricultura, la industria y los servicios, los financieros en particular. El empresariado medio es la parte inferior de la clase dominante, ya que contrata mano de obra asalariada, así como otras prestaciones, de hegemonía adepta a la de los capitalistas líderes. El bajo se concentra en el proletariado alto, brindando muchos servicios comerciales, u otros de poca valorización, de lo que subsiste casi sin ahorros.

lunes, 6 de mayo de 2019

Lo que es el pueblo

En verdad la idea del pueblo no remite a toda la sociedad, sino a los púberes. Es una palabra mal empleada. La voz latina "populus" viene de la que designa al pubis, pero los romanos incluyeron a quienes consideraron como miembros del pueblo en la cámara de diputados, inferior al senado, que era el recinto de los hombres viejos. Se le llamó "senado" por la senilidad de sus integrantes. Quizás esto se deba a que el origen del término se remonta a la antigüedad judía, cuando la edad promedio de vida humana era menor. El pueblo era el "pubaje", el conjunto de púberes, nombrado por los adultos, que morían jóvenes. Entonces, se trata de una palabra cuyo uso se debe corregir, por la de problemas conceptuales que tiene, de consecuencias graves en la historia.

La gente joven, como lo son los púberes, se caracteriza por tener edad laboral, por lo cual el pueblo se asocia al trabajo, pero el empresariado también trabaja, al modo de los negocios, y no siempre es viejo.


Lectura

Voz "pueblo" en Wikipedia.

Niveles de la perversión del sistema actual, con nota sobre la mística

El sistema actual, el capitalista, tiene varios niveles de perversión, cuyo núcleo radica en la creencia, luego desarrollada en la fe, el fetichismo, el misticismo, el teísmo, la teología hipotética, los dogmas equivocados, la usura exagerada, la divinización de las personas, la esclavitud, la servidumbre y el salariazgo, con su identidad diablera, pero luego el acrecentamiento de la fe se elevó al crédito financiero privado, que ya venía de antes, la especulación bursátil, la especulación con la deuda internacional, que es la de los bonos del tesoro estatal, el de los bancos centrales. La cúspide es la de los depósitos fiscales exentos de impuestos, o al menos muy desgravados. Este sistema de dos grupos grandes se escinde en política con la representación republicana, antecedida de las asambleas griegas, también de sistema fetichista.

La mística no es siempre mala. En sí misma es lo propio de iniciados en un tema, pero nunca se la entendió sin remitir a los dioses. Puede haber una mística sin dioses, cuyo saber no confunda la verdad con la mentira, pero para ser buena debe ser socializada profundamente.

La perversión es la versión mala. Como la gente piensa las cosas según lo que le parece, con las complejizaciones desarrolladas, se dijeron versiones de la realidad bastante equivocadas, lo que produjo prácticas violentas, u otras no violentas pero de malas consecuencias. La versión buena se llamaría "praversión", pero no la conocemos. La perversión es responsable de muchos de los grandes crímenes de la historia humana, por lo que es reprobable para sus víctimas.

sábado, 4 de mayo de 2019

De las fábulas aceptables

Algunas fábulas son aceptables para la doctrina verista, la que busca que las ideas sean verdaderas, aunque no siempre, pero entonces se las debiera entender tal como son, como historias ficcionales, no como relatos verdaderos.

Preguntas sobre el espíritu

¿Qué es el espíritu? ¿Son los fantasmas, a los que imaginamos en lo objetivo, sin percatarnos de que son inventos de nuestra mente? ¿Son algunas de nuestras sensaciones más queridas, como los recuerdos de los ausentes? ¿Son las figuras más ponderadas de la mente? Yo los veo como las ideas que nos hacemos de seres a los que valoramos mucho, que solieron ser más vivos que muertos, aunque a veces a estos últimos se les atribuyera carácter espiritual, como en el animismo, que les atribuyó alma hasta a las cosas inertes. Los muertos a los que recordamos estuvieron vivos alguna vez, o sea que están en la intersección entre los vivos y los inorgánicos: recordamos quienes fueron cuando vivieron, pero también podemos pensar en qué fue de la materia que los compuso luego de que fallecieran. Los espíritus son las almas y algunas de las ideas que contienen, las que más valoramos, o sea que hasta los seres inertes poseen uno, que existe no en sí mismos sino en la mente de quienes vivimos y los pensamos, cuando eso ocurre. La noción del espíritu es por la respiración, viene de expirar, por lo que es propia de los seres repirantes, los vivientes, que respiramos.

Las cosas que no viven no tienen alma por no ser vivientes, pero son cuerpos, con la fuerza necesaria para ser algo diferente de lo que las rodea, una que no es viviente pero que genera a la viviente, la de los cuerpos que hacen a los organismos, a la que conocemos por incorporarla y mediante los sentidos, y a la que pensamos en la mente, para decidir nuestra producción, por lo que es necesario que se entienda bien la realidad, que primero es corporal, de la química, antes que física, porque la materia antecede a la actividad: no hay fuerza sin materia, pero toda materia es enérgica. La fuerza es una abstracción de los cuerpos, como la forma. En sí misma no es plena, como sí lo es el cuerpo, que tiene fuerza. Las cosas muertas tienen orden químico y energía, pero no la percepción de sí mismas, no son sintientes, ni nutritivas, pero nutren a los vivos cuando se incorporan a ellos. El alma es la fuerza vital del sistema nervioso, que es corporal, y es concreta, de una masa diferente a la inerte y a la orgánica que le es externa, la del cuerpo muscular y la de los órganos. Es nuestra sensación, la manifestación neuronal, con sus sentimientos y pensamientos, que son tanto sentimientos como sensaciones. Los sentimientos son sensaciones un poco más compuestas, más craneanas, pero son de todo el cuerpo, es decir, que hay sensaciones que no son sentimientos, las sensaciones primarias, las del cerebro poco desarrollado, anterior a la osificación de la cabeza. El pensamiento vendría a ser una sensación terciaria, también sentimental; el sentimiento, una sensación secundaria. Aún así, a esta explicación le falta corporalidad, porque tiene que comprender la relación entre la cabeza y el resto del cuerpo, con el cuello, el torso, el abdomen, la pelvis, los brazos y las piernas, y eso inmerso en la práctica histórica del género y con su pasado y propiedad. La historia del alma es la de los seres vivos, que la poseemos, pero también es la de los muertos que nos rodean, porque ellos hacen a nuestra existencia viviente, así como es la de las propiedades que le permitieron ser.

El capitalismo como credo

En el sentido de ser un sistema en el que la gente confía, al que adscribe según una decisión demasiado rápida. A su vez, se funda en una opinión, en una ideología creída, que es la ortodoxia principal, la liberal, con sus contradicciones y cambios. La heterodoxia es una opinión alternativa, en el sentido de que es un sistema intuitivo de ideas diferente del dominante, que también tiene muchos errores por basarse en los pareceres. El comunismo es heterodoxo respecto del liberalismo así como es una ortodoxia secundaria hacia dentro de sus territorios de mando.

De nuestra reencarnación

La materia que compone a nuestros cuerpos vivos, los de los seres animados, persiste de forma inerte tras nuestra defunción. Se pudre y permanece en parte muerta, mientras que alguna otra se incorpora a otros seres vivos. De allí nuestra futura reencarnación en muchos otros seres vivientes, que es la del cuerpo, no la del alma, ya que el alma es la actividad auto-percibida del sistema nervioso, no el sistema mismo. La materia que hace al alma, es decir, los átomos neuronales, sí pueden componer otros organismos vivos luego de morir aquél al que pertenecen, pero el alma no reencarna porque cesa al morir el cuerpo en el que sucede. El alma es la sensibilidad, propia de los seres vivientes, y la carne los tejidos vivos masticables, que los tienen hasta los vegetales.

Ser proletario, ser buen laburante en general

Ya que la voz latina "allo" significa "elaborar", "proletario" quiere decir algo así como "buen laburante", en tanto que "pro" es "bien" y "letario" vendría a ser "laburero". La prole, que es la familia, sería lo "bien criado", en una definición aproximada, ya que no todo lo proletario está bien hecho. A los malos trabajadores se los debiera denominar "perletarios", ya que "per" refiere al mal, en vez que decirles "lumpenproletarios", en un uso algo desacertado del término y que careció de cierta sensibilidad con los indigentes, aunque también tuviera valor parcial debido a las maldades que cometieran.

Un problema con la definición del laburo son sus connotaciones, muy ligadas a las tareas asalariadas y empresarias, lo que dificultó reconocer que las elaboraciones no mercantiles también son tareas, tampoco necesariamente buenas. Entonces, el asunto a tratar es la calidad del trabajo.

Las religiones abrahámicas, ¿son monoteístas?

En verdad las religiones abrahámicas no son monoteístas, porque además de Dios, o Alá, tienen al diablo y a los ángeles, de buen y mal signo, por lo que se trata de politeísmos seudo-monoteístas, que le adjudican el bien sobre todo a un dios principal, apoyado por las deidades menores que están de su lado, lo que se replica para el mal con el diablo y su séquito. Ya en la mistificación zeusiana, la de Zeus, pasó algo así, en que el politeísmo tuvo un dios principal, que además era hombre.