Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 30 de marzo de 2017

Porqué se revalida el nacionalismo

En el marco de la fase de la mundialización capitalista iniciada con el Consenso de Washington, en 1989, la prioridad dada al capital financiero y a las empresas trasnacionales perjudicó al común de las naciones. Esto es claro en todo el mundo, y se nota mucho en Estados Unidos y en Europa, donde franjas amplias de los ciudadanos optan por opciones políticas nacionalistas, y oscilantes entre la derecha y la derecha extrema, el caso de Trump, o del Brexit, o el del Frente Nacional francés, o el de la revitalización de la derecha extrema en Alemania, Austria y Holanda. Son malas reacciones ante las políticas de la austeridad liberal europea y a la crisis económica estadounidense, con el trasfondo de la frustración dada por la religiosidad moderna y capitalista. Estos nacionalismos se basan en la insatisfacción de sus ciudadanías que está reforzada por los males de la globalización, pero ni los ciudadanos entienden bien el problema que tienen­ ­˗ya que se lo achacan a los migrantes, o a los socioliberales y a la derecha liberal, que detentan una responsabilidad importante, pero menor que la del capital trasnacional, que permanece exculpado˗, ni los partidos que los representan van a terminar la mundialización: a lo sumo reformularán los términos en que se insertan en el concierto internacional. La cuestión religiosa, por su parte, está omitida en la gran mayoría de los análisis sobre la crisis actual. La globalización capitalista frustró las expectativas que prometió tras la caída de la URSS y sus aliados, y como una reacción intuitiva los perjudicados se refugian en las nuevas versiones de los viejos nacionalismos, pero eso tampoco los satisfacerá, porque estos nacionalismos no la reformularán bien y porque las soluciones xenófobas que plantean para abordar los problemas serán ineficaces, ya que no asumen ni la cuestión religiosa ni la cuestión capitalista, que son los verdaderos ejes de la crisis. El problema no son sólo los partidos políticos de derecha, o los progresistas socioliberales, sino la mayoría del conjunto de las naciones, incluyendo a sus proletariados, que no asume bien la realidad ni los problemas históricos, por lo que busca a tientas probando con soluciones aparentes, mientras que se desentiende de las propuestas de izquierda, que quedan relegadas muchas veces como opciones minoritarias, aunque con mayores y menores posibilidades de triunfo electoral, lo que depende también de su articulación conjunta, que deja qué desear.

Del decrecimiento capitalista

Si tomáramos el PIB mundial, ¿qué porcentaje del mismo serían ganancias capitalistas? Y de esas ganancias, ¿cuánto se dedicaría a la inversión productiva laborista, la de la llamada “economía real”? El resto, que son las ganancias especulativas y que va a parar a las bolsas de valores, a los bonos de la deuda estatal y a las guaridas fiscales, es capital ficticio, totalmente prescindible para los modelos progresistas. O sea, que el PIB mundial podría ser reducido tranquilamente en el porcentaje del capital ficticio, y, con una buena reformulación productiva, podría ser reducido más aún. Lo que el progresismo todavía entiende poco es que la economía tiene que incluir a las poblaciones de buena manera, no de cualquier manera, ya que si incluye mal el modelo decae, aparte de que es injusto, pero la buena inclusión está obstruida por la violencia de los actores sociales dominantes y por la ignorancia de las masas, que no la reclaman lo debido porque no comprenden bien al tema, cosa que no es excusa para omitir la necesidad del decrecimiento, ya que la suya es la única vía hacia un modelo sustentable y armónico. Habrá que buscar un modelo gradual de buena inclusión a largo plazo, que debiera asumir las críticas al desarrollismo vigente y que avanzaría en crisis por las pujas históricas.

Al no haber asumido la cuestión el progresismo, se le dificulta enfrentar al capitalismo, porque, al llegar al gobierno, tienen la falsa necesidad de mantener un producto bruto creciente, porque de reducírseles quedarían expuestos a las malas críticas a la recesión vertidas por los liberales, y entonces no pueden abordar la reducción de las ganancias capitalistas más que superficialmente, con las políticas redistributivas, que mantienen al modelo general, aunque tengan su importancia. La gente común tiene que saber que el crecimiento no es una solución en sí mismo, para que no la manipulen con ese argumento: ya sabemos que mediante la financiarización hubo un ciclo de crecimiento económico impulsado por la especulación bursátil, que no creó puestos de trabajo ni mejoró las condiciones laborales y demás, o sea, que fue un crecimiento socialmente degradante, pero en tanto que las sociedades no entiendan esto no se podrá enfrentar al problema de buena forma.

La practicidad propietarista

La noción de “practicidad propietarista” es sucesora de la gramsciana sobre la concepción, que contiene tanto a la ideología como a las prácticas derivadas de ella. Esta postura enfatiza en la practicidad, entendiendo a la concepción como una de las clases de prácticas, la relativa al entendimiento de la realidad y a la ley y a la moral que se le corresponden, con sus aplicaciones en la economía, las costumbres y demás, y es propietarista porque la apropiación de la naturaleza es central para la supervivencia humana. La practicidad se compone de todas las prácticas humanas, siendo que la determinación primera va desde las básicas a las altas, y luego, como determinaciones subsiguientes, están las de arriba hacia abajo y sus variantes, y eso en el marco de lo posibilitado por la fisiología humana, a su vez dependiente del resto de la naturaleza, de la Tierra y de la astrofísica. La práctica humana depende de nuestra corporalidad y de nuestro entorno.

viernes, 24 de marzo de 2017

La violencia económica y la sexual en el progresismo

El progresismo padece de fetichismo sexual cuando se escandaliza ante las violaciones sexuales, a las que no acepta de ninguna manera, cosa que está bien en general, pero tolera a la violencia económica, la de la explotación, sea la de la imposición de enclaves empresariales o sea la de su funcionamiento una vez instalados, y hay más clases de esta violencia, como la relativa a los desastres aparejados por la mala práctica financiera. La violencia económica puede ser tanto o más lesiva que la sexual, por lo que se la deberá intentar atenuar a niveles aceptables por el tiempo que exista.

El modelo de desarrollo del Banco del Sur

Después de haberse constituido en 2007, en diciembre pasado se conformó el directorio del Banco del Sur, con sede en Quito. La puesta en funcionamiento de este banco es celebrable, porque apuesta a la integración y el desarrollo regional, pero debe ser criticada también, ya que el modelo que intenta promover tiene deficiencias graves, que atentan contra el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población regional. Esto sucede porque el imaginario desarrollista está permeado por el capitalismo, con esa lógica que supone que el crecimiento económico es una necesidad indispensable, por lo que se desentiende de las otras cuestiones que requieren de un ordenamiento económico ecologista, e incluso de una productividad relajada. En este sentido, el Banco del Sur es antiecologista y antihedonista, o antilibertario. Las malas críticas que se le vierten al hedonismo y al libertarismo desde el democratismo religioso, o desde el socialismo obsecado, se basan en malos prejuicios, derivados de la actitud prosacrificante religiosa, celebratoria del sufrimiento, que en el socialismo se reprodujo como un carácter apesadumbrante justificado en el idealismo productivo de sus gobiernos a partir de la revolución rusa. El objetivo del socialismo, y del progresismo en general, debe ser el de una productividad óptima, que incluya a las poblaciones en la economía sin sobreatarearlas, para darles libertad para socializar y disfrutar, incluso para que se disfruten los negocios, y eso tiene que ser hecho ecológicamente, porque, si no, éstas, y sus coterráqueas, se apenarían en vano, a consecuencia de la mala productividad, lo que sería una sinrazón. Este es un riesgo grave del Banco del Sur, y real por la experiencia del BNDES brasilero, que en vez que fomentar la economía social financió megaemprendimientos que puede que no hayan sido indispensables, para lo que se reprimió a las poblaciones en que éstos se emplazaron, y aportó a lo insensato de la productividad actual, a la vez que ayudó a vivir. El Banco del Sur tendrá que optar entre la economía social y la megaemprendedora, que podría valer si estuviera bien ordenada, no lo sé, se lo tendría que debatir socialmente, y si no elige bien tendrá faltas que le restarán legitimidad y que apenarán a las sociedades, a la vez que en otras cosas será grato. De seguro terminará fomentando a ambas, pero es precisable qué fomento será ese, y de la forma que adopte dependerá, en parte, el mayor y menor éxito y fracaso de los modelos progresistas.

La economía social es la del empresariado proletario, o sea, la de los empresarios que buscan más subsistir que obtener una ganancia capitalista, y la que obtienen es menor que la de los capitalistas propiamente dichos. Es un empresariado corregible, porque mantiene la propiedad privada de medios productivos pequeños y medianos que son socializables, y por tener otros males, pero cuya supervivencia es necesaria para el progreso social mientras que se preparan las condiciones para la reforma constitucional que permita esa socialización. La inversión en megaemprendimientos debiera estar bien planificada, de acuerdo a las necesidades sociales que no se pudieran satisfacer de otra manera, en vez que ser utilizada para crear puestos de trabajo a los que se puede generar con meso y microemprendiemientos, o suplir con subsidios de supervivencia, que también debieran tener un consenso social razonable, pero que son más fáciles de implementar y que aparejan una mayor aceptación social, además de que esto posibilitaría disminuir el relacionamiento con grandes corruptos, que son expertos en defraudación económica y política.

En el marco constitucional vigente, puede aminorarse a las ganancias capitalistas mediante leyes, pero no extinguirlas del todo ni impedir los intentos empresariales para birlarlas, y no se puede terminar a la privatización de las propiedades socializables.

El democratismo religioso y la ecología

El democratismo religioso, por el ideario mal industrialista moderno, todavía no asumió que la ecología es necesaria para la buena convivencia humana. Esto no es exclusivo de los religiosos: a muchos socialistas les pasó lo mismo. En Argentina el asunto se nota en el peronismo, que apenas nota que la justicia social requiere de un medioambiente sano. Los peronistas se maravillaron, muchas veces, de la creación de fábricas, sin evaluar su impacto ecológico. El asunto debe ser superado mediante la reformulación productiva planteada por el ecosocialismo, de carácter naturista, tanto para la agricultura como para la industria, y para la práctica social en general, que debiera aceptar la contaminación razonable y a cuya implementación habría que criticar, ya que tendría males, pero hasta que la mayoría no esté dispuesta esto no se podrá concretar.

Esto está cambiando, por la postura ecologista del papado.

Una razón para ser antirreligioso

Con la prédica de la tolerancia a las religiones se dificulta exigirle a la gente que sea atea, pero hay razones para hacerlo. Los religiosos tolerantes se respetan entre sí, a diferencia de los fanáticos, pero siguen sosteniendo que su culto es el verdadero mientras que los otros son falsos: es una tolerancia que menosprecia a los adscriptos a las otras religiones y a las concepciones materialistas, porque los supone inferiores en tanto que infieles al credo tomado por cierto. Eso causa una enemistad entre los bandos concepcionales. Además, están las injusticias que causa cada concepción para sus propios seguidores y las que afectan a los ajenos. Que la humanidad reduzca su mala práctica a un nivel óptimo precisa que las personas adhieran a concepciones buenas, pero para eso tienen que dejar de ser religiosas, porque las religiones, al basarse en dogmas, llevan a cometer maldades recurrentes, porque los dogmas no responden a una investigación suficiente de la realidad, y lo mismo, de distinta manera, le pasó a las concepciones materialistas fallidas. Las religiones tienen aciertos, que deben ser mantenidos, pero en el marco de una buena concepción científica.

La antirreligiosidad debe ser de tolerancia crítica.

Mi ventana hoy a la mañana


miércoles, 22 de marzo de 2017

Lo que tiene de progresivo el ideocapitalismo es por su materialismo. Praxiocapitalidad

Al sistema vigente fue difícil evaluarlo, porque tiene bondades y maldades y porque nuestro juicio está un poco tarado por los traumas de la violencia histórica, pero ya puedo decir que el idealismo capitalista vigente le debe su progresividad al materialismo, porque es su materialismo el que le permitió implementar esa revolución productiva que, con todas las reprobaciones que le quepan, elevó el nivel de vida respecto del modelo feudal. El materialismo del sistema dominante es un materialismo que debe adaptarse a los cánones constitucionales vigentes, y en ello a las doctrinas clericales, lo que hace conflictivamente, según el sistema acepta y procesa al conocimiento materialista, y según excluye a las partes de él que le son inasimilables, lo mismo que se replica con las prácticas materialistas extraepistémicas. El idealismo capitalista es el sistema de ideas de la clase dominante y que, con sus contrariedades, atraviesa a las iglesias, a los gobiernos, a las universidades, hospitales, escuelas, comisarías, medios comunicativos y a las demás instituciones, ideas con las que se genera a la productividad preponderante, no sólo a la económica, sino a la productividad en general. Es un idealismo conflictivo y complejo, con algunas regularidades históricas, y que propulsa la acumulación capitalista lo mismo que el ordenamiento canónico de la práctica humana extraeconómica, a la vez que se va modificando de acuerdo a las luchas sociales. El materialismo de este idealismo es el dado por la investigación crítica de la humanidad, y es insuficiente porque no se llevó al materialismo a sus últimas consecuencias, que son las del socialismo ateo, por la oposición tanto eclesiástica como capitalista, y por la de sus aliados proletarios, que a la vez que se oponen a algunos aspectos del materialismo aceptan otros y van variando sus posturas, lo mismo que la clase dominante, en una evolución retrasada por el conservadurismo, que a veces tiene razón, porque no toda evolución es buena y porque está mal forzarla.

El idealismo capitalista se corresponde con la practicidad capitalista, la “praxiocapitalidad”, que es la práctica que promueve al capitalismo, sea capitalista ella misma o no: refiere tanto a la capitalista como a la procapitalista, y también hay que enfatizar en la práctica injusta no relacionada con el capitalismo, e incluso en la anticapitalista, para que la crítica se complete. La articulación entre el idealismo y el capitalismo es histórica, por lo que hay injusticias de uno y otro que se deben a sí mismos.

Una a favor de los negocios

Está bien que la negociación compulsiva capitalista nos espante, pero de ahí a reprobar a los negocios debiera haber un trecho, porque los negocios pueden ser gratos. Trabajar es un negocio, y muchas veces lo disfrutamos. Ahora bien, igual se necesita cambiar las condiciones laborales, tanto las de los asalariados como las de los empresarios, políticos y demás negociantes.

lunes, 20 de marzo de 2017

Ortodoxia y cánon

Ahora en la izquierda crítica del sovietismo hay una idea en contra de la ortodoxia y el cánon, a consecuencia del fracaso soviético, pero en realidad éstos son necesarios, y deben estar bien definidos. La ortodoxia y los cánones que hemos conocido hasta ahora fueron más o menos falsos y más o menos verdaderos, al igual que la heterodoxia.

domingo, 19 de marzo de 2017

Para la comunicatría

La comunicatría es la terapia para los males comunicativos, dados por la manipulación, la incomprensión y demás. La solución a los primeros de estos males es la de que las personas que los padecen reconozcan que fueron manipuladas. Tienen que reconocer a la manipulación comunicativa, porque así luego ejercerían una crítica de los mensajes y la averiguación de la realidad que se les hubo malversado.

Para la manipulación informativa de carácter político, habría que alertar a las poblaciones de que ésta existe, y a su vez brindarle la información verdadera, que tampoco lo sería tanto, por las pujas políticas entre los distintos bandos comunicacionales. En todo caso, lo más importante es llamar la atención sobre la manipulación, y luego incitar a las personas a que averigüen cuál es la verdad, o por lo menos a que distingan lo que piensan que es la verdad de la verdad misma, a que asuman su ignorancia, porque así se abstendrían de cometer las malas prácticas ocasionadas por la falsa conciencia.

La capitopatía

La capitopatía es la enfermedad capitalista, que, por una demencia acumulativa de capitales, apareja maltrato social. La padecen tanto los capitalistas como sus familiares, sus empleados y los demás perjudicados por aquéllos, y no es su responsabilidad exclusiva, sino que responde a todos los factores que impulsan al capitalismo. Otra palabra para designar a este hecho puede ser la de “capitomanía”.

sábado, 18 de marzo de 2017

¿Cuánta gente entenderá al Keiser Report?

Yo me considero una persona informada. Hice una carrera universitaria, de las humanísticas, donde aprendí historia y economía. Ya en la secundaria leía bastante los diarios. Después milité y trabajé en el CLACSO, pero cuando miro este programa de Russia Today me siento un analfabeto global. ¿Seré yo el ignorante, o es el programa el incomprensible?

La sensación de la opresión

Lo que más se destaca de la opresión es su aspecto dominativo, cuando las personas más poderosas someten a las menos poderosas y las obligan a hacer lo que quieren, pero la opresión también tiene una sensación correspondiente, que es la de una angustia asfixiante, como si el pecho se estrujara por dentro, y un brillo seco y rabioso en el interior del cuerpo, que se corresponde con el nerviosismo. Debe provenir de una reacción glandular, porque el cuerpo interpreta a la situación de sometimiento e intuye la pena subsiguiente, de lo que, instintivamente, reacciona generando hormonas desagradables, toxinas, y de una contracción muscular, ya que los músculos se tensan de la bronca, y presionan a los huesos. La bronca de la opresión se nota en la postura corporal porque los sentimientos asociados a la vivencia de la situación generan respuestas fisiológicas que se plasman en el aspecto del cuerpo y en la manera de llevarlo. La expresividad corporal es material e histórica, depende de nuestra animalidad y de nuestra historia, no se da en el vacío, cosa que a veces suponen las concepciones comunicativas relativistas, o las idealistas. Pretender que no hay relación entre la práctica corporal y el resto de la historia conduce a que algunas de las maldades sean consideradas como locas, como acciones anormales que no se sabe a qué responden, por lo que fueron tomadas por causadas por los espíritus, los demonios, la maldad intrínseca de la gente y así, cuando en realidad tienen causas averiguables, entre las que están las ideas dioseras y la maldad personal, pero no son las únicas, y el juicio tiene que ser más resolutivo y comprensivo que acusatorio y apenante. El problema con esto es que a los crímenes atroces suelen subyacerles los defectos naturalizados del sistema social, que son defendidos por los acusadores y que son difíciles de hablar. Entonces, los oprimidos por esos defectos, se enojan, mucho y reiteradas veces, y como no pueden verbalizar las razones de su enojo, o si las verbalizan éstas no son tomadas en cuenta, porque sus interlocutores no están dispuestos a cuestionar sus prejuicios, ni los modos dominantes que se les corresponden, en casos extremos los oprimidos responden muy violentamente, como en los femicidios, o en los linchamientos, o en las trompadas en general, a otra violencia que permanece sin ser reconocida por la sociedad, o que si es reconocida no es abordada debidamente, porque su abordaje implicaría confrontar a instituciones más sólidas y a quienes las apoyan.

La opresión no es sólo clasista, ya que los miembros de la clase alta también la padecen, pero, en términos clasistas, existe la opresión productiva dominante, que es la ejercida por la clase dominante, y que se complementa conflictivamente con las otras opresiones. La opresión capitalista es la de la clase dominante, pero la opresión idealista es ejercida por todas las clases cuando sucede, aunque suele tornarse más estricta en el idealismo superior, cosa que no quita que la opresión de las clases inferiores pueda ser muy terrible.

Un mal juicio que tenemos que superar es el de que los humanos somos pulsionales mientras que los otros animales son instintivos. No sé bien cómo es el asunto, pero sé que los otros animales no son autómatas en la obediencia a sus impulsos genéticos, o a sus reflejos condicionados.

El maltrato infantil en el sistema vigente

A los niños se los cría, muchas veces, y otras no, en familias conformadas de acuerdo al cánon instaurado: matrimonios biparentales, con autoridad paterna sobre la madre, quienes deben proveerles vivienda, ropa, comida, salud y esparcimiento, lo que se cumple más o menos y con variantes, ahora aumentadas por la lucha feminista. Cuando nacen los hijos ya se les proyecta un plan de vida compuesto por una infancia hogareña, que luego es una niñez escolar, como la adolescencia, y después una adultez laboral, o universitaria, en la que contraer matrimonio y procrearse. Es el ideal religioso y está plasmado en la ley y en la cultura, que penalizarían a madres y a padres que abandonaran a sus hijos recién nacidos, o que no los mantuvieran, o que no los mandaran a la escuela, o que les permitieran la flojera, o los desvíos a la normatividad conyugal. Ese ideal y la manera de tratar las faltas que se le infringieren son adaptables a las circunstancias, pero se los mantiene, porque la cultura idealista va variando, aunque sin aceptar que se la transforme lo debido, por lo que persiste en crisis. Esta cultura es de una obsecación que hace concesiones cuando se le amenaza, está mal intencionada y causa que a los hijos se los violente cuando no cumplen la norma, cuando se considera que están en falta, porque se toma a la falta como el incumplimiento de la norma, sin interrogarse si la norma está bien hecha, y a veces las transgresiones que se le hacen son malas. La violación de la mala ley en sí misma no garantiza que haya sido bien hecha, pero la solución de penalizar a los transgresores no está atendiendo a la necesidad de cambiar las malas normas, porque no se las puede considerar malas si se las piensa como derivadas de los mandatos de los dioses, o de las autoridades humanas que les responden, y lo mismo si son ateas y obedecen a otros malos idealismos.

Este problema es transclasista. No es que los de abajo son oprimidos desde arriba sin oprimir a nadie, ni que los de arriba no se opriman a sí mismos.

Mal atareamiento, mercado y negación sentimental

Entre las fallas del sistema vigente está el mal atareamiento, que es cuando las personas hacen cosas que no debieran. A veces no las quieren hacer, pero se las fuerza, otras las hacen maniáticamente, algunas son ofensivas, o persecutorias, y así muchas más. Entremedio de ellas están las mercantiles, las referidas al intercambio de mercancías, que implican transacciones monetarias, y que ocupan mucho tiempo y esfuerzo. Todas esas tareas ingratas impiden reconocer los sentimientos de las personas, para lo que habría que hablarlos extensamente, y hasta los hieren a propósito. La socialización de los sentimientos individuales, y su buen trato, es un problema serio para la sociedad actual, ambos son objetivos del socialismo, y que falten es una fuente importante de desdicha para la humanidad. A su ausencia se la suple con representaciones imaginarias de lo que los otros piensan y sienten por cada quien, en tanto que muchas veces no se lo puede averiguar por explícito, y esas representaciones contienen verdades y errores.

viernes, 17 de marzo de 2017

Universidad privada y especulación financiera; idealismo y maltrato

Es una regla general, entendida la regla como un precepto que aplica históricamente, que los capitalistas financieros hayan estudiado en las universidades privadas, que son las instituciones que enseñan el liberalismo de clase alta, y si no estudiaron ahí igual participan en la cultura que se crea en ellas. Las universidades privadas, a su vez, son propensas al clericalismo, y albergan con predominio a sus tendencias conservadoras, que, filosóficamente, son las más dadas a la especulación teológica, por lo que el hábito especulativo de la tradición teológica medieval, y sus sucedáneos modernos, se plasmó en la especulación capitalista. Esto no quiere decir que en las universidades estatales la cuestión no se replique, sino que lo hace de distinta manera, más democráticamente, de acuerdo a lo aceptado por el democratismo vigente.

La mala especulación, tanto la financiera como la teológica, es mala porque lleva la atención a entidades sobrenaturales, sea la idea de dios o los cálculos numéricos dinerarios, por lo cual, cuando los humanos necesitamos respuestas, no nos las dan lo debido, al entretenerse a veces las personas en ideaciones de este tipo, y que aparejan órdenes según los cuales se establecen hábitos comportamentales que también dificultan el atendimiento de las necesidades verdaderas. En casos peores, la obediencia a ideas religiosas y financieras lleva a prácticas que no sólo impiden atender los reclamos justos, sino que hacen mal ellas mismas, como las de la actitud castigadora, o la discriminación religiosa, o el sometimiento de naciones al sistema de deudas estatales, o el quiebre económico de la mala financiarización, que cuando no son ilegales son compatibles con la ley vigente porque ésta responde al mal idealismo en curso, que desatiende las cuestiones necesarias para gratificar a la naturaleza en pos de entidades sobre y mal estimadas.

Más en general esta lógica se repite en que, al concebirse mal las cosas, se hace daño, porque hay otras que no son tenidas en cuenta, o que son mal entendidas, al momento de decidir la práctica.

martes, 14 de marzo de 2017

De la insinuación sexual

El acoso sexual es una mala forma de la insinuación sexual, pero ¿cómo debiera ser ella para estar hecha de buena manera? El asunto tiene que ser resuelto en concreto, porque las personas podemos darnos cuenta cuándo y cómo cabe hacer las insinuaciones sexuales, pero para ordenar eso tendríamos que estar bien educados sexualmente, lo que se dificulta por el idealismo vigente. Las insinuaciones sexuales, tanto las hetero como las homo y transexuales, son importantes, porque permiten organizar relaciones sexuales, o mismo para el disfrute de la sexualidad extracoital. Entonces, deben ser admitidas en tanto que respondan a buenas condiciones, a las que habría que definir socialmente. Las mujeres no son las únicas que pueden opinar sobre las insinuaciones sexuales, porque el asunto es humano, aunque pueden criticar para que no se las hagan de mala manera, o de ninguna si no quieren, pero tienen que admitir que hay otras que pueden querer recibirlas y darlas, así como hombres y transexuales.

lunes, 13 de marzo de 2017

Familiaridad dogmática y violencia doméstica

Los modelos familiares vigentes son religiosos y están legalizados, por lo que a las personas se nos imponen relaciones de parentesco, con sus roles respectivos, cosa que engendra violencia porque agrega opresiones a las existentes por otras causas. En casos extremos, como los de embarazos no deseados, que implican responsabilidades para el padre, éste a veces no quiso asumirlas, ni quisiera tener al bebé, lo que si no termina en gritos y peleas con la madre puede pasar a atentados graves. Tematizar los problemas de los hombres no debiera ser reprobable para el feminismo, que todavía a veces no entiende que la opresión sufrida por nosotros las perjudica a las mujeres, por lo que omite solidarizársenos, desmejorándose a sí mismo. La violencia de género es consustancial a la humana.

domingo, 12 de marzo de 2017

De que el saber humano institucional es bastante falso

Hasta ahora el saber humano institucional fue bastante falso. Pensemos en la teología y en la filosofía que se le corresponde. Cada concepción teísta supone que sus seres sagrados son los verdaderos, y que las demás están equivocadas, y sin haber comprobado su existencia ni las facultades que se les atribuyen. Para unos es Alá, para otros Ganesha, para otros Yemanyá, o Buda, o la Pachamama, y así, los que entre sí se excluyen: cada creyente que toma partido por uno tiene que admitir que los otros no valen, aunque con excepciones sincréticas, que son descalificadas por las iglesias, pero pruebas suficientes que demuestren lo que se les endilga no hay para ninguno. La teología se prolonga en la filosofía, generando una serie de seudodoctrinas morales, jurídicas, económicas, políticas, consuetudinarias y demás, que intentan componer los dogmas clericales con los ordenamientos estatales y sociales. Con la filosofía extrateológica sucede que sus temas a veces son comprobables, y entonces hay que ajustar las ideas a la realidad de que tratan, pero incluso así hubo muchos debates delirantes, que persisten hasta hoy y que dificultan la adopción de las medidas políticas necesarias para convivir gratamente, porque se las obstaculiza con argumentos equivocados, y no obstante, también hay mucho saber institucional verdadero, y existe el saber extrainstitucional, con sus errores y aciertos.

sábado, 11 de marzo de 2017

El progresismo suele ser liberal demócrata

Por el peso eclesiástico, que incide en la voluntad de las naciones, el liberalismo es hegemónico en el mundo. El liberalismo, como doctrina filosófica, responde al pietismo, en una tesis de coexistencia entre religiones, y capitalista: es el sistema de la clase burguesa, que en su origen era tanto cristiana como intentaba acrecentar sus riquezas. El predominio mundial que adquirió el capitalismo luego de las revoluciones burguesas extroyectó al liberalismo, que se adaptó a los credos extracristianos, conformando una interrelación religiosa tolerante y conflictiva, y capitalista. La irracionalidad humana es tal que hasta los proletarios, en cierta medida, fueron procapitalistas, o lo aceptaron indiferentemente, a la vez que la religiosidad está generalizada, por lo que la humanidad se ve en la necesidad de liberarse de sus propias maldades, y sin querer asumirlas en ocasiones, cuando prefiere persistir en el error a admitirlas. Entonces, en el marco de la hegemonía vigente, que es liberal, está plasmada en la legalidad y es sostenida por las fuerzas armadas, al progresismo no le queda otra opción más que aceptar al liberalismo, además porque las masas no son concientes para superarlo, por lo que adopta la forma del liberalismo democrático, que no está mal como modo de transición al socialismo y al que cabe cuestionar para que se supere a sí mismo, pero más importante es el desarrollo de la conciencia de las masas, y la humana en general, porque la transformación social es social.

El progresismo socialista ateo no suele ser liberal, pero soporta al liberalismo porque no le queda otra opción. El que tiende a ser liberal es el progresismo creyente, cuyo arraigo masivo es mayoritario por la difusión social de la religiosidad popular, con iglesias en los barrios pobres, y por la influencia de la educación pública y de los medios masivos de comunicación, que son liberales en general.

viernes, 10 de marzo de 2017

En una de esas Demetrio me rompió las rodillas

Yo ya lo digo preocupado de que los anarquistas vuelvan a atacarme, ya que algunos lo vienen haciendo desde hace 15 años, sino más, pero tengo sospechas fundadas, aunque insuficientes, de que Demetrio Szachraj, el ex casero de la quinta en que vivo, entró al cuarto de herramientas y me aflojó dos veces la cadena de la bicicleta, antes de que muriera después de que yo publicara una nota en su denuncia, que deduzco que la leyó por un comentario alusivo que me hizo en los días siguientes, y a la que después borré para que no quedara escrachada Marisa en la internet, y le pedí a los del buscador que la sacaran sin que me hicieran caso; por aquello, se me salió la cadena y me lesioné con osteocondritis rotular en ambas piernas. Sé que los nihilistas se van a poner contentos de enterarse, pero igual lo publico. Así que, los que me quieren, háganse cargo de que corro riesgos, porque me maltrataron en vano gente universitaria, que no es que les faltaran propiedades para vivir, como quien juega a la guerra, que no es saber jugar bien. La humanidad es sociópata, enfermiza en el sentido de lastimadora, y los universitarios y militantes también lo son, pero en tanto que progresistas no pueden permitirse la violencia mal moderada. Cuando los nihilistas la cometieron, fueron degresistas, porque tomaron por progreso a lo que es el seudoprogreso ideocapitalista, que tiene sus bondades, y por impostores le hicieron la contra, lo contrariaron por contrariar, aunque con algunas razones, que son menores, porque la humanidad tiene que progresar, en el sentido de evolucionar para vivir bien. Vivir en crisis no es vivir bien, y la humanidad es crítica, en que analiza su historia para enfrentar su sociopatía grave, pero la crítica moderna dominante es insuficiente, porque la religiosidad y la capitalosidad la tornan superficial; pero me fui de tema, y tal vez la cadena se me haya salido porque se le aflojaron los eslabones al empezar a usarla. En todo caso, Demetrio me hubo acechado desde hace por lo menos 15 años. Padeció un trato desidioso por parte de su ex patrona, la abuela Beba, a consecuencia de su sobrepropietarización hereditaria, entre otras opresiones, y estuvo algo mal educado.

Dejé de ponerles los apellidos a los nombres porque los buscadores internéticos los publican.

El nihilismo es una corriente filosófica basada en la idea de la nada, niega la realidad pretendiéndola reducir a la nada, pero la realidad es igual, aunque sea mal criticada mediante el nihilismo. Fue impulsado por Gorgias, estuvo en el escepticismo decepcionante de Pirrón y siguió en sus discípulos, y en la modernidad fue retomada por Nietzsche y por Heidegger, y de allí pasó a una corriente anarquista en la que estuvo Camus y otros tantos sádicos, luego foucaultianos y deleuzianos, ahora creo que están con Jean Luc Nancy y con Jacques Derrida, propensos al nihilismo, que terminan haciendo mal porque están mal conceptuados, pero las otras corrientes filosóficas también tuvieron sus maldades, o sea que el asunto de cómo comportarse y qué hacer para que se ordene bien la humanidad es difícil de dilucidar y, en sus peores momentos, los psicópatas pueden romper la salud humana a propósito. No es algo inteligente, y cada quien tiene conciencia y los sentimientos relativos a la reflexión sobre la propia conducta, aunque la comprensión no nos ande siempre bien. El buen comportamiento es responsabilidad de cada quien, y aunque estemos medio locos de mala forma todos lo juzgamos según nuestro interés natural. El juicio humano es natural porque los humanos somos naturales, queremos preservar nuestra integridad animal, y gozar, pero se lo pervirtió en malos razonamientos, que explotan. Las creencias, como los otros malos juicios, explotan porque llevan a malas prácticas, que lesionan, y son tanto individuales como sociales, por lo que hubo malas prácticas sociales, como las guerras y la especulación financiera. Los nihilistas, como cualquier universitario que se precie de ser buen humano, y cualquier persona en general, tienen que criticar bien, porque su vida también está en riesgo, y si se evaden con estupideces son inmaduros, y hasta podrían pretender indiferencia ante la efectuación de una tercera guerra mundial, y de otras tantas maldades humanas de las que hay mucha gente que no puede ocuparse. ¡Los pueden cagar a trompadas! La crítica nihilista es desidiosa, lleva a la degeneratividad y se evade de abordar muchos de los problemas históricos, porque prefiere no comprometerse en política, para envanecerse en la filosofía literaria, que se restringe a unos pocos de ellos, y sabotea al socialismo: debiera encontrar la manera de politizarse justamente, pero para eso tendría que dejar de ser nihilista.

El socialismo tiene que ser autocrítico siempre, porque siempre se equivocará, pero a la vez tiene que seguir siendo socialista, para bien de la humanidad y del resto de la naturaleza.

Demetrio fue anarquista y cínico, seguidor de Diógenes de Sínope, y en los sesenta integró el Movimiento Anarquista Universitario, según me dijo mi viejo, que lo salvó una vez, en los ochenta, cuando se durmió con un cigarrillo encendido y se le incendió la casa.


Anexo

A continuación, van, retocadas, las notas que hube borrado antes, publicadas cerca del 7 de junio de 2016.

Unos anarquistas me han de haber explotado


En tanto que la explotación es el reviente, la acción que somete a las personas a prácticas que nos lesionan, cuyo subproducto en las empresas capitalistas es el plusvalor, la explotación excede a la economía capitalista, es general en los sistemas sociales actuales. La explotación es el maltrato grave.

Yo soy quién para decir que los anarquistas son explotadores, porque padezco traumas psicológicos que supongo me fueron causados por algunos de ellos, traumas que además me dificultaron el cuidado de mí mismo, lo que, junto a otras causas, me aparejó otros problemas de salud, en particular una intoxicación por una celiaquía a la que tardé en hacerme diagnosticar, un acúfeno y dolores en las rodillas y la planta del pie derecho, aparte de un mal consumo de drogas ya superado.

Los anarquistas, que tanto se llenan la boca para denunciar la explotación ajena, también tendrían que reconocer a la propia, además del hecho de que en la educación pública, en la que algunos ejercen de maestros, y de buena manera muchas veces, los estudiantes realizan tareas, en ocasiones bajo su dirección, durante doce o veinte años, más o menos, por las cuales no cobran un centavo, es decir, que los maestros anarquistas son patrones de estudiantes que trabajan gratis. Es un problema que ellos no pueden resolver y del que no tienen la culpa, pero al que debieran admitir, ya que se la pasan hablando mal de los patrones siendo patrones ellos mismos, y cometieron miserias peores. En particular, mi abuela tuvo una quinta cuyo cuidador fue un anarquista llamado Demetrio, quien me parece que confabuló con Christian Ferrer y otros de los suyos, como Américo Cristófalo, para infundirme serios malos tratos por haber sido yo nieto de su ex patrona. De haber sido así, yo debiera responder que al haber yo sido estudiante de la materia de Christian Ferrer, y Demetrio mentor suyo, él se constituyera para mí en un superpatrón, en jefe de mi maestro universitario, que me acuerdo que en uno de sus teóricos nos acusó a los estudiantes que vivíamos de rentas, lo que era mi caso por provenir de una familia de rentas inmobiliarias, que no son capitalistas sino de subsistencia alta, cosa que no es para hablar en un teórico y que me fue impuesta por la ley de herencia, a cuya reforma los anarquistas impidieron por haber sido antirreformistas. Y eso no dice nada de los malos tratos que habrían dado Marisa, una ex novia que tuve y que me habría engañado sexualmente y en vano, sin haberme pedido disculpas jamás por lo que me hizo sufrir, por la mala educación amorosa del orden vigente, que algo la tenemos todos, junto a Daniel Alvaro, un ex amigo que la habría seducido delante mío, me habría mentido cuando les dije que ellos querían acostarse, tampoco me pidiera perdón y me habría acosado con un grafiti frente al CLACSO, donde yo trabajaba, así como se la pasó recibiendo premios al mérito académico durante el kirchnerismo, a cuya calidad cuestiono porque lo conozco personalmente y porque su tesis no reconoce que la socialidad pre y extracapitalista también tuvo sus miserias, al menos en lo que leí, que es su artículo del número 32 de la revista Sociedad. Hasta es errado que Marx haya aceptado eso de que la comunidad es buena y la sociedad mala, ya que no siempre Marx le adjudicó connotaciones negativas a la sociedad. De hecho, el proyecto comunista no es el de volver a la edad media, sino el de crear una comunidad buena a escala planetaria, y hasta basada en los logros capitalistas rescatables. Y el Estado medieval era una turrada tremenda, que tenía a la gente reprimiendo sus sentimientos para servir a la monarquía, a los dioses o lo que fuera, aparte de haber reventado a las naciones de las colonias.

La siguiente es la fotografía del grafiti de enfrente de CLACSO, que remite, por sus colores, al número 5 de la revista Artefacto, de la gente de Christian Ferrer, en que pienso que se me defenestró, por lo mal que me hizo sentir, cosa que averigüé lo suficiente pero no tanto como para ser conclusivo lo que quisiera, porque las preguntas que hice no me fueron bien respondidas, y no recibí explicaciones espontáneas por parte de mis conocidos de la comunidad universitaria, lo que también me da para dudar sobre mis sospechas. Estoy seguro de que Daniel Alvaro habría escrito ese grafiti porque se lo contesté, con dedicatoria y firma, a la vuelta de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y luego apareció un pasacalles frente al CLACSO, al modo de una respuesta a mi contestación, al que las monjas del convento de clausura de ahí enfrente hicieron sacar a los pocos días. No obstante, es verdad que yo a veces lo maltraté a él, como cuando le regalé un número de esa revista con una dedicatoria alusiva, y una fotografía mal conducente, pero esto último sin mala intención.




Mi interpretación del grafiti es que Daniel Alvaro me mandó a comer mierda por tener el kirchnerismo apoyo masivo, ser kirchneristas las autoridades del CLACSO de ese entonces y ser yo crítico del kirchnerismo ˗recuerden que el kirchnerismo se designó a sí mismo como la “mierda oficialista”, a lo que alude la expresión “KK”˗, aunque en realidad mi postura era la del apoyo crítico. Esa provocación no fue desatinada, ya que la gestión de Pablo Gentili, al asumir, se encargó de desguazar al OSAL, el programa en que yo trabajaba, y me mandaron, peleas de por medio en que yo también me comporté algo mal, a ordenar el depósito de libros, lo que hice unos meses antes de renunciar en el invierno de 2013, a cerca de un año luego de pintada la chicana. Podría haberles hecho un juicio por rebajarme el cargo, pero no necesitaba la plata, y eso no hubiera resuelto el problema principal, que, además de las agresiones que recibí, o lo mal que me sentí por lo que yo interpreté como agresiones, es la persecusión al ecosocialismo y al movimientismo hecha por los progresistas gubernamentales, que ahora vuelven a impulsar al movimientismo, porque fueron desplazados de algunos de los gobiernos, pero que no están dispuestos a aceptar que se les manifieste en crítica si los retoman, porque su proyecto emancipatorio es limitado y porque son soberbios para aceptar sus errores. Quiero expresar, para que se sepa, la bronca que sentí al saber que Eduardo Galeano estaba en la asamblea general de CLACSO en México DF mientras que a los que luchábamos contra el extractivismo, el saqueo de las venas abiertas latinoamericanas, se nos denostaba incluso dentro del consejo.

Le escribí el año pasado un correo electrónico a Demetrio, a quien conozco desde que nací, explicándole el asunto de la revista Artefacto, y a los pocos días de eso encontré tirados, en el fondo del jardín de la quinta en que vivo, la que él cuidó y que linda con el terreno de su casa, un cuchillo, como quien dice “andá a cortarte las venas”, y un playmobil y dos piedras chicas esmaltadas, una celeste y otra blanca, evocativas de la tapa del número de la revista en cuestión, cosa que tomé por una confirmación de mis sospechas, las de que quienes eran obsecuentes con los gobiernos kirchneristas me trataron de títere, y de cornudo también, cuando lo que hubiera correspondido es que me dijeran las cosas de frente y explícitamente, y tuve que moderar mis expresiones por temor a, en vez de recibir una respuesta sincera, ser enjuiciado por injurias en procura de guita. Los anarquistas también son responsables de las consecuencias de las posturas políticas que adoptan, de las buenas y de las malas, y también, si mis sospechas fueran ciertas, tendría que criticar a la comunidad universitaria que, a sabiendas del mal trato que hube recibido, no salió en mi defensa, o no me lo hizo saber, lo que es un menoscabo a la solidaridad, pero tal vez me haya equivocado y mi interpretación de la cuestión no sea la que pensé. De eso alguien me tendría que decir algo suficiente alguna vez, aunque no lo pretenderé.

En esta historia tuvo lugar la tesitura sádica, nietzscheana, batailleana, foucaultiana y deleuziana, y el cinismo en general, con eso de pelearse literariamente como un divertimento aristocrático, crítico del racionalismo capitalista pero derechizado, que habría convertido en lacerantes a los anarquistas, que quedaran indiferentes a la opresión de los gobiernos progresistas y reprimiendo a quienes sí la criticábamos, mientras que se habrían aprovechado de que yo estuviera sometido a los imperativos estudiantiles y laborales. Habrían sido unos capataces lacerantes para mí, basados en una impostura política intelectual. Otro punto es que mientras que hacía mi tesina, en 2006 y 2007, con el consumo excesivo de marihuana que me hubieron provocado los nervios por la lectura de esa revista y de algún que otro artículo de otro lado tras mi separación amorosa, tuve el delirio persecutorio de que mi tutora, Felisa, me insultaba continuamente, lo que me duró algunos años, pero no sé si ella me habrá pensado algo así en realidad, o si me odiaba entonces además de quererme.

Atacar para luchar contra el sometimiento es un contrasentido, como guerrear por la paz, y ahora a la injusticia la padecemos todos, ya que la aristocracia volvió al gobierno. Preferiría que hablaran conmigo alguna vez, aunque temo que sea en vano por el trato que hube recibido hasta ahora. En ese caso tendrían que saber que la guita no vale lo que los sentimientos agradables, a los que no se consigue con trampas.

La marihuanomanía que padecí entre 2002 y 2008, más o menos, no se debió únicamente a los traumas de mi separación de noviazgo ni a la lectura de esos artículos, sino también al aditivo que le ponen a la marihuana, supuestamente pis, que provoca dependencia fisiológica por contener amoníaco, y a la celiaquía, porque encontré en esa droga un medio para superar la depresión que me causaba la malnutrición debida a las lesiones intestinales de la intoxicación glutémica.

Demetrio me invitó a hablar una de las últimas veces que hablamos, pero no quise hacerlo porque no sé que fuera a ser sincero conmigo.

El cinismo tiene elementos libertarios, es un materialismo mal definido, y también es cruel. Hay que reconocerle sus aciertos y sus maldades, y exigir su superación mediante un materialismo bien educado, de igual modo que hay que reclamarle buena educación a quien sea que le falte. Está mal definido porque los cínicos aceptaron la descalificación que les perpetraran los esclavistas griegos, que son los que les pusieron ese nombre, en vez que definirse por sí mismos: adoptaron el nombre que les dieron los opresores altos, que los frustra porque es una descalificación. Es como aceptar ser llamado puto, o puta, por ser homosexual o amar sexualmente a varias personas. Se tiene que tener en cuenta que, como la historia humana es violenta, el lenguaje humano y sus palabras están algo falseados.


Una que me quedó en el tintero

Perdóneseme lo anticuado de la expresión, pero quería decir que una vez, por medio de la lista del correo electrónico de la asamblea vecinal Unidos por el Río, opuesta a la privatización de la costa del partido bonaerense de Vicente López, me llegó un mail que decía que la subestación eléctrica Malaver, que está a dos cuadras de donde yo vivía en ese entonces, por el año 2012, era terriblemente dañina para la salud humana. El día en que recibí ese correo, por el susto que me dio, y por otras causas, se me causó un acúfeno al que reduje sin habérmelo curado del todo. El correo provino de un hombre de otra asamblea vecinal, una del distrito cercano a aquél, el de Tres de Febrero, en la que Demetrio me contó una vez que tenía un amigo. Así que no me extrañaría que ese haya sido otro de sus atentados disimulados de bromas. Me abstengo de insultarlo, aunque se habrá acordado de mí, en el caso de que mi sospecha sea cierta, que puede que no lo sea.


Otra ahora ex anécdota sacada del tintero

Uno de los colmos más grandes de los disgustos que sufrí en el ciclo de gobiernos progresistas, al que contribuí desde la época del Foro Social Mundial mientras que varios de los peronistas que lo usufructuaron estaban despolitizados y de joda, aunque también fueron agraviados por la crisis del efecto tequila y la restante violencia histórica, fue el 6 de marzo de 2012, mientras que me la veía venir que iban a desmantelar el OSAL, o que lo tendrían relegado, por el menosprecio que padecía en la secretaría ejecutiva del CLACSO. En ese entonces yo ya llevaba como tres o cuatro años de recibir amenazas de muerte y de trompadas por parte del ex marido de mi pareja Alicia, además de las cosas que ya escribí. Ese día, cuando la secretaría del consejo ya se había mudado al caserón del barrio porteño de Constitución, me lo encontré a Daniel Alvaro, el mismo que cuando éramos amigos forzara mi separación y me hiciera sentir un cornudo en 2002, y que habría puesto el grafiti de enfrente del CLACSO el 25 de mayo de 2012, quien fue a defender su tesis doctoral ahí a Estados Unidos 1168, y, para peor, por la tarde de ese mismo día, apareció en el hall de la secretaría, para saludar a aquel muchacho, mi ex novia Marisa, quien me presentó a su hijo Dante, cuyo padre no sé quien es, ni quise preguntárselo, porque ya venía muy sensibilizado y apenado como para recibir más malas noticias. Mi suposición fue que tal vez el padre fuera Daniel Alvaro, lo que habría confirmado mis sospechas de que se amaban cuando yo era novio de ella, cosa que no hubiera sido tanto problema si me lo hubieran dicho, pero bueno, habría sido por padecer la mala educación amorosa que prima en general. Encima la empleada de limpieza Lidia me dijo, ese día, o al día siguiente, que el nene se parecía a Daniel Alvaro. Imagínense mis sentimientos de ese momento. En realidad, yo ese día ya sabía que iba a ser su defensa de tesis, y fui a saludarlo además de a trabajar en la corrección ortográfica de los documentos del OSAL, y le deseé suerte con su defensa, aunque contrariado y ofendido por no haber podido hablar con él las cosas que me importaban más. Recuerdo que saludé a su madre, Estela, y a su padre, Quique, a quienes no veía más o menos desde que terminé la escuela secundaria en 1995, y a algunos de sus amigos, uno de los cuales hubo sido bastante agresivo conmigo antes de que yo me peleara con Daniel, en 2001 o por ahí. No puedo escribir libremente de esta cuestión porque la legislación sobre el derecho al honor me lo dificulta, dado su carácter tosco.

La cosa es que hicieron una movida enorme para que la defensa de tesis fuera en esa secretaría, porque supuestamente tenían que hacer una videoconferencia con París, desde donde participaría uno de los evaluadores, o de los co-tutores, o algo así, y en otro lado no encontraban el equipamiento. Hablaron con los muchachos del aparataje informático, Cristian y Darío, y les hicieron preparar todo el cacharrerío para la transmisión, ahí en el salón de la planta baja, y al final el francés en cuestión los dejó en ascuas con el argumento de que tuvo que ir al hospital, cosa que si es verdad no lo sé, y dada la inmoralidad que hay en la academia me da para dudar. Hasta llegué a pensar que el asunto se trató de una broma perversa por parte de las autoridades del consejo con Horacio González, mentor de Daniel Alvaro, que querían gozarse de verme en su defensa de tesis doctoral junto con mi ex novia y su hijo, pero no lo quise ni hubiera podido averiguarlo, y me parece un tanto paranoico, aunque debo añadir que las ideas paranoicas no siempre están equivocadas. Es algo que me podrían aclarar si quisieran hacerlo. También tendrían que precaverse de no hacer trabajar en vano a los empleados, porque es una falta de respeto. A mí y a Alejandro nos hicieron llevar una pila de cajas de libros donados por Aldo Ferrer desde su casa en Recoleta, en Riobamba entre Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, hasta la secretaría, y a los pocos días el tipo cambió de parecer y estaban viendo de hacer llevar a algunos de los libros para otro lado.

Tengo que explicitar que algo me alegré de que Daniel Alvaro haya tenido que verme el día de su defensa de tesis doctoral, ya que eso fue un garrón para él, pero ese fue un disfrute reprobable.

jueves, 9 de marzo de 2017

De la tenencia de parejas

Con esa crítica a la posesión de personas hay un repudio a la tenencia de parejas, porque se supone que nadie es quién para ser dueño de otra persona, pero esa idea está equivocada, porque asimila la tenencia con la tenencia absoluta. La tenencia de pareja es factual, por lo que las personas se tienen mientras que se tienen y se dejan de tener cuando se dejan de tener, y vuelven a tenerse cuando lo hacen, y así, y según lo acuerdan y aceptan, en los buenos casos, que no son todos. Es una apropiación de y entre humanos, e histórica, que debiera consensuarse socialmente y a la que cabe criticar por lo que tenga de malo, pero no todas las críticas que se le hagan son aceptables. Lo que está poco cuestionado es el mito de los cuernos, que, haya sido malintencionado o no, impide algo la socialización amatoria y genera violencia doméstica, al agregarse a la neurosis causada por la opresión laboral y a las fuentes personales de las psicopatías, cosa que termina a las trompadas y en femicidios en los peores casos. A los y las retrógrados que están condicionados por él se los debe ordenar mediante una crítica que les haga comprender la verdad del asunto, para que entren en buena razón, pero aparte hay que asumir las otras cuestiones causantes de nerviosismo, para que se les busque una resolución social.

Sobras fotográficas





Villa Ballester, noche del 9 al 10 de diciembre de 2011.


El cuadro de Carlos Piccardo con la cerámica haciendo juego, cuando estaba colgado en la pared.


Distopía antikirchnerista. Esta pintada, en que se la retrató de vieja a Cristina Fernández exiliada en el África, u otro lugar, con un león, ambos ciborgizados, y con una iguana, estaba hace como cuatro años al lado de la estación ferroviaria Luis María Drago, del ramal a José León Suárez de la línea Mitre. Quien haya sido autor suyo cayó en la campaña difamatoria de los medios comunicativos privatistas y en el reaccionarismo de la ciencia ficción robótica. El kirchnerismo fue corrupto, ningún gobierno puede no serlo del todo, aunque vale criticárselo bien, pero eso no es lo que les importó a estos difamantes, que utilizaron a la corrupción para instalar otro gobierno más corrupto que aquél, y que les permite acumular más poder y capitales.

miércoles, 8 de marzo de 2017

El mal entendimiento, la sujeción y la rudeza

Los prejuicios y las coerciones aparejan la rudeza del trato, porque las personas, al entender mal la realidad, y al no poder reaccionar libremente cuando la entienden, responden violentamente a los conflictos, y además porque están neuróticas a consecuencia de los traumas históricos.

martes, 7 de marzo de 2017

Del falso derecho al honor

Ahora si se busca lo que haya sido publicado en internet sobre algunas personas aparecen montones de notas que cuentan sus méritos en los negocios, pero de sus maldades privadas dicen poco, porque la ley sobre el derecho al honor impide criticárselas en público, ya que confunde el honor aparente con el honor verdadero. El derecho al honor actual busca prevenir la difamación pública referida a faltas privadas mediante su censura, pero eso está mal, porque la denuncia de las faltas privadas debe poder ser publicitada. La difamación verdadera de la privacidad debe ser aceptada si está bien hecha, y, si no lo está, debe ser corregible, pero para eso hay que enseñarle a las personas a moderar bien sus ansias vengativas.

Lógica abstracta y lógica concreta en el capitalismo

La operatoria capitalista contiene una separación mal resuelta entre la lógica abstracta, la de los pensamientos puros, y la lógica concreta, la de los referidos a objetos exteriores al ser humano que los piensa. Esta separación tiene un relación íntima con el teísmo, porque el teísmo llevó a pensar en una abstracción falsa, en tanto que se toma por absoluto a un ser que es una creación de nuestra imaginación, y se deriva de ese principio una serie de morales más o menos aparentes a las que los religiosos pretenden hacer regir en todos los aspectos de la vida humana, lo que genera disputas seudomoralistas y violencias recurrentes. En la operatoria capitalista este procedimiento se repite, pero en vez que hacerse con respecto a la idea de dios se lo hace según las ideas, subordinadas históricamente y a veces en conflicto con aquélla, de los cálculos financieros y sus anexos concretos: los costos de producción, los materiales, la fuerza de trabajo, la legislación, los sindicatos, la coyuntura política y demás; pero la lógica es la misma, la de priorizar abstracciones mal planteadas por sobre la concretud extralógica, violentándola. La concretud tiene que ser bien reconocida, y obedecida en lo que quepa, para que la práctica productiva sea consensuada, lo que requiere que la razón sea sensible, corporal, social y ambiental, o sea, materialista e histórica, en vez que idealista y capitalista. Los capitalistas, en general, ejercen una seudofilosofía idealista, liberal y privada, según la que ordenan su vida y sus negocios, con variaciones de facto.

A nivel político esta lógica se repite, porque la ideología, la ley y las costumbres de los políticos están atravesadas tanto por la religiosidad como por la cultura capitalista, que les impiden, en cierta medida, reconocer la realidad lo debido, y en particular los reclamos sociales, a los que denegaron muchas veces, y hubo otros reclamos, individuales, a los que no llegaron a tener en cuenta, porque hay quienes no tienen el poder de organizar una manifestación. A nivel económico, a la ideología religiosa y capitalista se agrega la mercantilización como factor tarante de la práctica, que implica que los empresarios y los trabajadores tienen que estar concertando su convivencia con un montón de cálculos matemáticos de por medio, que les cuestan y a los que no siempre saben hacer, ligados a su vez a las leyes y al manejo dinerario. De allí que haya asuntos a los que no pueden resolver satisfactoriamente, y eso sin mencionar las ansias de enriquecimiento falso y de mala dominación. A la juridicidad le sucede algo análogo.

El Metrobus y la ignorancia de algunos vecinos

Yo no tengo pruebas para aseverarlo, pero seguro que el Metrobus fue una estafa, conociendo al macrismo debe haber sido así, además de que sacaron los palos borrachos que hacían sombra y refrescaban las plazoletas, a los que reemplazaron por unos brotes de árboles que apenas aplacan el calor y el sol directo en el verano. Hubimos personas que estábamos encariñados con esos viejos palos borrachos, que eran patrimonio arbóreo de la ciudad, a quienes el argumento de que los transplantarían nos cayó pésimo por lo mal intencionado: era una excusa para justificar su quita. Además, ahora, cruzar la 9 de Julio es más incómodo que antes, algunos viejos y lisiados ya desistieron de hacerlo, y mi abuela Beba la cruzaba en taxi, se tomó un taxi desde la vereda de Cerrito hasta la de Carlos Pellegrini, y habrá tomado otro para volver, o sea, que empeoró la fragmentación social de los barrios linderos a la avenida, junto con la contaminación sonora y airífera, la del aire. Para cruzarla hay que caminar apurado, deteniéndose en paradores angostos, donde a los peatones les pasan los automóviles rápidos a medio metro de sus espaldas y de sus narices, y dando bocinazos y aceleradas motociclísticas. Asimismo, tampoco se sometió el asunto al consenso social. De repente arrancaron con la obra, y a los que no la queríamos nos violentaron, y no sabemos de su operatoria financiera, ni administrativa, ni cómo trataron a los obreros, ni a quiénes subcontrataron para la movida, pero lo que más escuché decir del Metrobus es que ahora los colectivos andan más rápido. Esto habla del Metrobus de la 9 de Julio, pero hubo unos cuantos más. También los instalaron en Bogotá y en Santiago de Chile. El Metrobus es un sistema de transporte que se pliega a una política dedicada a hacer negocios y dar respuestas superficiales para la cuestión del transporte, sin enfrentar la problemática urbana de verdad.

lunes, 6 de marzo de 2017

Idealismo e idiotez

Es difícil decirlo por la susceptibilidad de la gente, que a veces se escandaliza por minucias pero es indiferente ante desgracias enormes, pero el idealismo es idiota, porque prioriza a las ideas por sobre el bienestar, de lo cual la prosecución de aquéllas a veces causa traumas, que perjudican a la calidad de la vida. Las ideas y los ideales pueden ser buenos, pero para eso deben estar subordinados a la cultura del disfrute justo y social de la vida.

Los diccionarios no establecen una relación etimológica entre el idealismo y la idiotez, pero yo sostengo que la tienen, por su similar morfología, aunque tal vez me equivoque. La palabra griega idios es genitiva tanto de idiotés como de la también griega ídioma, y de idiosynkrasía, que es “idiosincrasia”. Son distintas maneras de llamar a las consecuencias de las ideas. Los griegos antiguos consideraban que la idiotez era lo propio de los ineptos, y no entiendo porqué asociaron la impericia con la ideación. Lo cierto es que la ideación es necesaria, y debe ser buena para gratificar.

La socialdemocracia y el cristianismo popular latinoamericanos

En esa alianza entre socialdemócratas, socialcristianos y demócrata cristianos que es parte del progresismo latinoamericano, el movimientismo partidista de liberación social, la socialdemocracia no puede cuestionar abiertamente la existencia objetiva del dios cristiano, por lo que en general omite el tema, y lo relega a los debates menores, de poca masividad. La diferencia entre los socialcristianos y los democristianos es que los primeros apuntan a un socialismo teísta, con los medios de producción socializados, y son más dados a seguir la figura del Cristo obrero, como el grueso del PT, el MAS y el PSUV, en tanto que los segundos quieren un capitalismo popular, y son más propensos al Cristo de los pobres, como el FpV y AP, en una tesis más similar a la del papado franciscano. La socialdemocracia, en cambio, busca reformar al capitalismo progresivamente para conseguir el socialismo a largo plazo, siendo atea, y tiene que lidiar con los desaciertos de ambos cristianismos, que son mayores que los de las posturas cientificistas porque su religiosidad los lleva a enaltecer a la fe como método de justificación de la práctica. Cada vez que alguien apela a la fe, o a la creencia, para justificar sus acciones, deja al acierto librado al azar, porque la relación entre la fe y el acierto es azarosa, ya que creer implica suponer que algo es verdad para actuar, en vez que averiguar para saber que lo sea, cosa que apareja mala práctica. El saber también puede fallar, porque puede ser aparente, o insuficiente, pero es más dado a acertar y a permitir obrar bien. La práctica humana debe regirse por el saber suficiente, y eso es lo que tienen que entender las personas para vivir dichosamente, pero para eso tendrían que dejar de ser religiosas. Van a tener que optar entre creer o vivir bien, porque las dos cosas a la vez no pueden coexistir armónicamente, y aparte tienen que asumir el daño causado por la fe, lo que no implica que el ateísmo no haya cometido grandes maldades, por lo que deberá corregirse, y además ese objetivo, prosapiente, tendría que ser exigido de buena manera, sin castigar a nadie, aunque sea mediante un reclamo firme.

viernes, 3 de marzo de 2017

La poliléctica práctica

El problema que tiene la dialéctica es que plantea relaciones entre dos cosas, a las que aparte considera como necesariamente contrarias. En verdad, los hechos interactúan todos a la vez, y no sólo contrariándose, sino también concordando. El pensamiento tiene que representarse esa multiplicidad cambiante mediante un relacionismo abierto, que acote su ámbito de comprensión, porque no podemos entender todo, pero que esté precavido de la necesidad de reformularse cuando se le encuentren sus inconsistencias, y además tiene que apuntar a la felicidad humana, porque si no pierde sentido.

El idealismo objetivo del progresismo latinoamericano

La humanidad no superó todavía al idealismo objetivo hegeliano. El materialismo, como adscripción a la idea de que el universo se generó espontáneamente a partir del big bang, sin que intercediera ningún dios en el asunto y reconociendo ignorancia respecto de lo que haya habido antes de eso, es adoptado por pocas personas, en tanto que la mayoría es religiosa. Esto aplica para América Latina, pero es mundial: es el progresismo del democratismo creyente, que reconoce la existencia objetiva de la realidad exterior al pensamiento pero supone que fue creada por algún o algunos dioses, y que a la vez que defiende al capitalismo pretende subsanarle algunos de sus males orientándolo a la defensa de la economía popular, lo que está bien pero es insuficiente.


Lectura

Federico Engels, “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”, en Marx. Engels. Obras escogidas, Moscú, Editorial Progreso, sin fecha.

La humanidad no ha de ser primate sino primátida, o humánida

Antes dije que la humanidad es primate, pero ahora lo dudo, porque la palabra “primate” es por “primero”, en el sentido de que los primates son los primeros en una comparación entre las especies animales según la semejanza que tienen con nosotros los humanos. Entonces, estaría por un lado la especie humana y por otro las especies de primates, pero ambas formarían parte de un subgénero zoológico, en tanto que primates y humanos somos parecidos, al que se podría llamar “mónido”, o “primátido”, o “humánido”, o de otra forma. Es un debate que no sé si está resuelto.

Una nota para los hinchas futboleros anticríticos

Después de los escándalos de la FIFA y de la AFA, con el asunto de Gustavo Arribas, ex manejador de pases de jugadores del Club Atlético Boca Juniors, en sociedad con Mauricio Macri, cuando era presidente del club, y actualmente jefe de la Agencia Federal de Investigaciones argentina, ahora que gobierna Macri, le están saltando los casos de corrupción por las coimas de Odebrecht, pero sus negociados ya venían desde que hacía la compraventa de jugadores de fútbol, y seguro que desde antes, transferencia que se sabe que es un lavadero de plata delictiva en todo el mundo, y en Europa y América Latina en particular. A los que repugnamos el tema nos trataron de “antifútbols”, en vez que asumirlo, y así anda la cosa. Un error proletario.

La cuestión del fútbol da cuenta de que la gente a veces no quiere asumir algunos de los problemas que afectan a sus vidas, porque no ven la posibilidad de incidir en ellos, de lo que se entregan al consumo deportivo que les arruina sin saber que lo hace. Lo ven como una cosa lejana, pero eso, más o menos, nos pasó a todos, y también vale disfrutarlo, según cómo sea. Una solución podría ser la de permitirse gozarlo a la vez que cuestionarle las faltas, lo que implicaría un debate social que serviría para que se le busque una respuesta política al problema, y reacciones individuales, ambas que mejorarían la calidad de la vida.

jueves, 2 de marzo de 2017

Diferencia entre emancipar y liberar

“Emancipar” está más ligado a la liberación de los obreros, porque los mancebos, presentes en la etimología de la palabra, eran los esclavos. Emancipar es desmancebar. En cambio, “liberar” es más integral, porque abarca a la desumisión de la índole que fuere. La emancipación refiere a los proletarios asalariados, es más clasista, y la liberación a la humanidad.

miércoles, 1 de marzo de 2017

De la liviandad y la pesadez

Por su polisemia, la primera puede ser tomada tanto por sutileza como por superficialidad, y la segunda como consistencia y molestia. Cada quien las usó a su antojo en sus peleas personales. El objetivo es el de que la humanidad sea sustancial y ligera.

Oscilaciones liberales

Tanto el proteccionismo como el neoliberalismo son liberales: son dos formas distintas de liberalismo, y no se dan en estado puro, sino que son tendenciales. Uno favorece más al mercado interno y el otro al trasnacional, pero ambos contienen políticas para éste y aquél. El neoliberalismo en realidad es un liberalismo más trasnacionalista y especulativo, en tanto que el proteccionismo es más nacionalista y laborista. Cabe caracterizarlos como liberalismo privado y popular, entendiendo a la denominación como relativa y al hecho de que, como el capital financiero es hegemónico, domina siempre, ya que está amparado por la legalidad vigente causada por las revoluciones burguesas y sus sucesivas transformaciones de la etapa capitalista, pero domina menos cuando los gobiernos son populares.

El socialismo se torna degresista en este punto cuando, para no apoyar al capital popular, lo equipara al privado, desfavoreciendo al liberalismo democrático, en vez que soportarlo críticamente. Entonces, este socialismo tiene que encontrar una manera de relacionarse con el progresismo moderado, que tiene sus fallas pero que permite transformaciones sociales importantes apuntaladas desde los gobiernos. Ya que no están predispuestos al apoyo crítico, por lo menos debieran ejercer un soportamiento, o tolerancia, crítica, ya que si no sus errores nos perjudican a todos y a sí mismos. Asimismo, apoyar a la transformación social moderada le daría fuerza a sus reclamos contra las deficiencias que tiene.

De cuando el proletariado no quiere emanciparse

Sea por la falsa conciencia o por lo que fuere, muchas veces el proletariado no quiere emanciparse, o la emancipación que busca se acota a reivindicaciones inmediatas, y hasta a demandas caprichosas. Es entonces cuando los partidos populistas, los de religiosidad procapitalista inclinada al pueblo, ganan las elecciones. La izquierda, por más que sea de la clase alta, o de la media alta, no debiera hacerse mucho problema por la emancipación del proletariado inferior a ella, porque ésta depende más de él mismo que de los luchadores que intentan representarlos. El asunto podría mejorarse mediante una política que reconozca las características culturales de las fuerzas sociales y que impulse una transformación social de acuerdo con ellas, lo que le permitiría a los socialistas vivir más agradablemente, a la vez que evitar los empeoramientos sociales dados por los triunfos de los conservadores. La acusación idealista ante esto, esa de que así se aceptaría al capitalismo, a la religión y a las demás injusticias, es estúpida, por lo que no merece obediencia, ya que el tema con estas maldades es más el de resolverlas que el de posicionárseles en contra, porque aunque se las rechace ellas persisten igual, y de peor forma si no se las aplaca, y para resolverlas las naciones tienen que desarrollarse progresivamente, en una progresividad que contiene revoluciones, que implican progresos más profundos. La crítica disidente apoyativa, y prosuperatoria, al democratismo religioso procapitalista, se impone porque los proletariados son mayoritariamente religiosos y procapitalistas. En realidad, la emancipación requiere liberarse también de las taras de los propios sometidos, para lo cual hay que concientizarlos de las opresiones que cometen, pero sin hacerse mucho problema, porque la liberación social es responsabilidad de todos los humanos.