Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

¿Qué exigencia revolucionaria predomina en el proletariado? Nota para orientar la estrategia socialista

La transformación histórica que debe impulsar el socialismo científico tiene que entender bien las condiciones políticas del proletariado, a su vez dependientes de su contexto general y de la historia. El socialismo científico es la política proletaria, pero entonces los partidos socialistas tienen que analizar bien las reivindicaciones obreras, ya que son ellas las que la clase está exigiendo concretar. Los puntos del programa socialista que no son anhelados por la mayoría del proletariado deben ser relevados para que se los debata en la sociedad y se los acepte con el tiempo, pero no pueden ser concretados de inmediato, ya que se los conoce y demanda poco.

Hasta puede suceder que la clase obrera adopte posturas mayoritarias reprobables para la izquierda, cuando aquélla se derechiza, por lo que cabe reclamar que el socialismo entienda bien a su sujeto político. La clase revolucionaria, como es histórica, se compone de quienes adscriben al planteo revolucionario, y al modo en que es de facto, con sus contradicciones y fallas, y no todo el proletariado pertenece a ella, ya que una parte de éste no se asume como revolucionario, ni siquiera a la manera progresista. Las y los proletarios tienen un revolucionarismo más contradictorio que coherente y más intuitivo que conciente, por lo que su participación dentro de la clase revolucionaria es algo parcial, inestable e inconciente, así como algo conciente y duradera, cosa que varía, entre otros factores, según el desempeño de los partidos progresivos. La estrategia debe adaptarse bien a la bondad obrera, pero eso no sería suficiente si ignorara a la empresarial, así como a la maldad de ambas clases, que a su vez son heterogéneas y evolutivas.

Para definir bien la estrategia hay que analizar bien al proletariado, lo que implica dar cuenta bien de sus condiciones demográficas, esto es, de su religión, política, vivienda, educación, trabajo, transporte, deporte, espectáculo, arte y demás, las cuales son algo contradictorias y se modifican según evoluciona la historia, de la que son parte. Recién a partir de esta comprensión, y de su puesta en relación con una buena crítica de la superestructura social, se puede concebir bien la estrategia política.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Para abordar la manipulación comunicativa

Para que la gente no se deje engañar por las maniobras mal intencionadas, e igual para no padecer las consecuencias de las equivocaciones mentales, bastaría con alertarla de que los discursos pueden representar mal a la realidad de que tratan. Así la gente ejercería la crítica del discurso, y entonces averiguaría su calidad. Esto tendría que completarse con la coerción social y legal, según correspondiera, para instar a los emisores a ser honestos.

lunes, 17 de septiembre de 2018

En qué se nota lo hipotético del marxismo

En el marxismo los razonamientos se basan mucho en las afirmaciones condicionales, la del tipo de "si pasa tal cosa, entonces sucede tal otra", razonamiento que puede no estar mal si se coteja bien que se dé la primera premisa. De otra manera, se torna una especulación sin contenido, lo que en el marxismo también es un problema: el de las disquisiciones mal abstraídas. Esto tiene relación con el ateísmo al que el marxismo adscribiera, porque el ateísmo, al no asumir bien que la de la creencia es una mala forma de justificar la propia postura en la discusión sobre la existencia de los dioses, tomó partido sin buen fundamento, procedimiento que se replica en sus especulaciones mal corroboradas. No obstante, las propuestas del materialismo histórico y el socialismo científico son relevantes, a condición de que sean buenas y de que se las implemente bien.

De la prohibición a la usura desmedida

La reforma constitucional prosocialista, además de permitir la socialización de los mayores medios productivos, que podría coexistir con formas privadas y estatales, al menos provisionalmente, debiera desincentivar la usura excesiva mediante su prohibición tolerante, que no debería fundarse en el punitivismo castigador, sino en la buena corrección, comprensiva y pragmática, al menos en general.

¿Qué son el bien y el mal?

Ambos son relativos, y las ideas que nos hicimos de ellos son polisémicas. Las doctrinas teístas sobre todo asocian el bien a los dioses positivos y el mal a los negativos, y las materialistas los juzgan más según cómo afectan las cosas a la calidad de la vida, lo que es contradictorio porque lo bueno para algunos es malo para otros. En términos vitales, el bien y el mal son características de la realidad según ésta beneficie o perjudique a quien las analiza. En términos sacros se los toma de acuerdo a los preceptos dictados por los cánones, que fueron definidos de manera creyente. Como la idea que los humanos tengamos sobre lo que es bueno y lo que es malo orienta a la práctica, tanto la colectiva como la individual, es imperativo establecerla bien. En verdad, las doctrinas teístas son muy hipotéticas, quizás más que las ateas, por lo que sus nociones sobre el bien y el mal son algo reprobables. Para que la humanidad tenga buen juicio al respecto, debe asumir bien esta cuestión. El bien y el mal tienen que ser considerados según el beneficio humano, que a su vez depende del que tengan el resto de las especies vivientes y la Tierra, cosa a la que habría que pensar lo necesario porque la apropiación entre las especies, así como la violencia al interior de cada una, es tanto natural como normal: la naturaleza se compone de muchas especies de seres vivientes que competimos algo entre nosotros para vivir, gozar y reproducirnos, cosa que en la humanidad sucede de forma algo perversa y en las otras con algunas luchas innecesarias, a la vez que existe la colaboración intra e interespecista. En este asunto la humanidad tiene una responsabilidad mayor, porque es la especie predominante entre las vivas, y su clase dominante una en particular, porque es su capa superior, que dispone desde arriba al orden social del género biológico prevaleciente. Como existe una relación entre la economía, la política y el saber humanos, nuestro saber debe ser bueno, ya que, si no lo es, falsea a las otras dos mediante su inscripción jurídica y la que tiene en nuestra conciencia, al incidir ambas en la práctica social. De allí que quepa cuestionar bien a la teología y a la ciencia. La transformación requerida por el materialismo no debe acotarse a la economía y a la política, porque intentarlo haría fracasar la empresa, debido a la incompletud del tratamiento, por lo que tiene que ser total, esto es, abarcar a todas las instancias del orden social, y encima hacerlo bien y socialmente.

El ajedrez pone a los jugadores en la posición de deidades supramonárquicas

Simbólicamente, los jugadores son quienes manejan a los reyes, a su corte y al ejército, por lo que son autoridades superiores a la monarquía, que es lo que se les asignó a los dioses, sobre todo a Alá y al dios cristiano. Es un juego que tal vez sea principalmente abrahámico.

viernes, 14 de septiembre de 2018

De la justicia fideica

La justicia liberal tiene pujas fidentes porque el liberalismo es teísta, así como la libertaria tiene su confusión fidencial. En el fideísmo cristiano, la justicia capitalista oscila entre el capitalismo ortodoxo y el heterodoxo según los resultados electorales, que se subordinan al orden constituido, lo que debe replicarse de modo distinto en el islam. La democracia liberal, al ser liderada por el monoteísmo tolerante, es fidente. Es una democracia en la que predominan las concepciones de fe en el orden social, una de capitalismo fideísta. La democracia comunista tiene un sufragismo de partido único, de calidad evaluable al igual que el poli-partidismo árquico. El comunismo sucede en repúblicas, al igual que el liberalismo, con barbaridades tremendas en ambos, pero el bloque comunista, al menos en su ideología, es comunista, lo que no le resta sus culpas. La superación de la crisis requiere de una transformación social interbloques, por lo que ambos, con el tercero que hay, precisan de cambios bien logrados, tanto en el modo de saber como en los órdenes económico y político.

La justicia fideica es aquélla fundada en órdenes sagrados, que son los que expresan a la fidelidad. El fideísmo capitalista es su subtipo moderno, que terminó de conformar su primer etapa recién luego de los tres siglos entre el comienzo de la modernidad y la revolución industrial. El materialismo comunista ateo le replicó con la justicia atea, que también es hipotética porque el ateísmo es hipotético. El ateísmo superó al fideísmo pero cayó en la hipotetización, que es una forma reiterada de la fe, así como su justicia responde al orden social comunista, que también se estratifica en clases poseedoras de pequeños a grandes medios productivos, aunque el modo de capitalización se haya centrado en el gobierno del estado detentado por los partidos comunistas, orden constitucional sostenido por ejércitos. En el bloque socialista, el de la segunda internacional, esto sucede mixturado, ya que es ideológicamente socialista, en la India desde la constitución, y en su periferia según los resultados electorales, pero bajo el sometimiento a la ley capitalista trasnacional, y a la vez se sostiene con ejércitos y tiene elecciones pluripartidarias, de democracia sufragante. El liberalismo, como política moderna, instauró al republicanismo en toda la Tierra, con distintos modos de manejo de los partidos y de su relación con el gobierno del estado, algunos de los cuales no son liberales y otros de liberalismo socialista, un híbrido entre el comunismo gobernante y la política fundadora del capital. Estos son tres modos republicanos. Dos de ellos son de ideología socialista, el chino y el indio, y dos son pluripartidarios, el indio y el estadounidense. Los tres tienen estados de mando tripartito alto, en tanto que la república es la del gobierno privado, así desde la antigüedad romana, cuyo senado tenía un recinto apartado del pueblo mediante guardias y paredes, que sesionó en secreto y con debates acotados a pocos participantes de la totalidad social. El gobierno del antiguo imperio chino, y el de las otras civilizaciones antiguas, también se apartó en edificios majestuosos.

Entonces, está el bloque liberal, que abarca a los países de gobierno religioso abrahámico y que domina a los pueblos animistas periféricos, bloque conducido por Estados Unidos en primer lugar y por las potencias europeas en segundo. Abarca a Latinoamérica, cuya heterodoxia está subordinada al liberalismo principal, a Oceanía y al este asiático, en puja con China y la India y Japón. Es el bloque de derecha, con disputas internas entre los liberales ortodoxos y los heterodoxos, que suelen ser monoteístas que presumen tolerar las creencias que les son ajenas, una tolerancia con guerras internacionales, atravesadas por las competencias políticas y económicas. Luego, está el bloque socialista, que es el de la segunda internacional, el bloque socialdemócrata conducido por la socialdemocracia india y compuesto por los partidos socialistas de los países con constituciones republicanas, procapitalistas y de gobierno ejecutivo y parlamentario compuesto por representantes electos por el voto y candidateados desde varios partidos políticos. Este bloque tuvo participación activa hasta en guerras imperialistas, y es capitalista. El bloque comunista también hizo la guerra con armamento militar, tuvo a la Revolución Cultural y a la represión a los movimientos democráticos de los últimos años, así como la experiencia soviética y su imperialismo económico, que quebró a los empresariados industriales menores de sus economías periféricas con la exportación de productos de bajo costo, así como explota a su propia mano de obra y financió la instalación de grandes obras de infraestructura, las cuales se impusieron sobre las poblaciones locales mediante la corrupción gubernamental y con una violencia semejante a la de los enclaves capitalistas en la periferia previa a la descolonización. El capitalismo atraviesa a los tres bloques, ya que en los tres predomina la acumulación de capitales dinerarios, con el salariazgo como modo principal de contratación de la fuerza laboral, cosa que tal vez varíe en el bloque comunista y que no sé cómo sucede en la India, y la acumulación excedente es tanto gubernamental como privada, modificándose según el bloque de que se trate, ya que el gobierno también incide en el modo de apropiación, y de gran manera en el bloque comunista. Los bloques socialista y comunista son bloques perdedores porque en el mundo predomina el capital, lo que implica que no se realizan, quedan como aspiraciones concretadas a medias, porque en ninguno de ambos los medios de producción son bien gestionados por sus trabajadores y demás usuarios, ni se abolió el salariazgo. Tienen ese anhelo pero se capitalizan sobre todo con la actividad mixta entre el capital privado y el público, que es el estatal y que es manejado por los gobiernos sometidos a las constituciones. Ni la cuarta ni la primera internacionales gobiernan naciones en este orden, que es liderado por el capital trasnacional, sea el privado centrado en el estadounidense o el gobernante de china, o mismo el capital indio. Los miembros más capitalizados de la primera y la cuarta alcanzan poco el gobierno.

La modernidad se corresponde con el capitalismo, así como el feudalismo con la edad media y la esclavitud con la antigua, incluso aunque la modernidad se haya iniciado a mediados del siglo XV y el capitalismo cerca de 300 años después, ya que la relación entre la etapa histórica y el modo de acumulación es de correspondencia desfasada, de igual manera que persisten formas arcaicas en los modelos posteriores. La modernidad desde sus inicios fue fidente, y tuvo como antecedencia la fidencia científica del islam medieval, que se impuso por sobre el cristianismo durante toda la era, hasta que se aceptara el conocimiento universitario en el cristianismo moderno, que lo hubo recluido en las iglesias, tornándolo más que nada teológico, credo que luego del renacimiento y la ilustración inició al capitalismo porque el liberalismo, la política del laicismo cristiano posterior a la imprenta, hubo reflexionado sobre cómo relacionarse con las otras culturas desde la teología ecuménica, así como por los avances científicos más sabidos, pero esa modernidad fue tanto fiel como capitalista y politéica. El paso a una modernidad capitalista con predominio comunista no estaría exento de aberraciones enormes y de gran escala, pero puede que signifique un avance histórico, cuya calidad habría que evaluar y corregir, así como sería inevitable, por el peso de su propia fuerza. Que el comunismo y el socialismo, el de las internacionales primera, segunda y cuarta, logren la socialización de los mayores medios de producción mundiales, es un objetivo que podría tardar tres siglos en conquistarse, por lo que no se lo debe pretender como obligación inmediata. Su concreción requiere necesariamente que el proletariado la escoja a buena conciencia, para lo cual debe instruirse, lo que depende de que satisfaga bien sus necesidades básicas. Entonces, la transformación debe recorrer ciertos pasos, de acuerdo a la predisposición internacional. Cabe señalar que la gran mayoría de la humanidad es proletaria, así como que la clase privada integra al género, tanto como el empresariado popular, y que las tres clases tienen aciertos y errores. El capitalismo no es sólo culpa del empresariado capitalista, ya que el pueblo lo sostuvo expresamente, como hiciera con la religión. El esquema entre clases opresoras y oprimidas es simplista, ya que omite las opresiones intraclasiales y las de abajo hacia arriba, pero es cierto que en términos económicos y políticos la opresión principal es la capitalista.

La brutalidad es ínsita a la especie

Los humanos somos brutos, no podemos no serlo, porque somos animales. No podríamos no ser brutos en nada. Entonces, cabe morigerar la brutalidad, lo que podría ser insuficiente para la concreción del buen modelo social.

La noción de "ajuste" es tramposa

Lo es en que insinúa que es justa, ya que el morfema central de la palabra es el de "justo". Se debe hablar del empobrecimiento popular. La noción de "austeridad" se le acerca porque viene de la aspereza, pero también es verdad que la hipercapitalización de la aristocracia es perdedora: es ganadora en falsos términos.

El llamado ajuste en verdad es un ajusticiamiento acorde con los patrones del castigo social pergeñado por los capitalistas. El criterio de justicia que tiene es el del enaltecimiento de la capitalización financiera, por lo que tiene cultura bancaria. En tanto que "castigo" quiere decir "purificación", en términos etimológicos, puede entenderse al capitalismo como un sistema relacionado íntimamente con la religión, que al explotar a los asalariados los sacrifica en pos de la generación de valores puros, que son los capitales. Como filosofía de laicismo creyente, el liberalismo replicó la lógica de purificar el alma mediante el sufrimiento corporal creando valores puros con la explotación de la naturaleza. Esto responde a que la noción de alma manejada por la teología es téica, no es la de la psicología materialista, lo que indujo a prácticas mortificantes para una pretendida redención de pecados mal estimados. A su vez, la ley liberal adoptó tergiversadamente a la doctrina clerical del pecado, al definir a los delitos en parte según la moral pietista, lo que se completó con la defensa de la propiedad privada y de la usura desmedida y con las conquistas obreras, en una legalidad algo contradictoria y cambiante cuya fidencia religiosa existe desde el mundo antiguo y cuya estructura capitalista es permanente desde las revoluciones burguesas porque está asentada en las constituciones.

Para comprender mejor el asunto habría que hacer un estudio específico sobre cómo los prejuicios religiosos de los empresarios capitalistas incidieron en la gerencia que efectuaron al desempeñar sus labores, pero aparte habría que averiguar cómo es que el sistema de vida de religiosidad laica que adoptaron los indujo al hábito acumulador de capitales. La ascética capitalista, en tanto que es de origen liberal, es teísta y clerical, de clericalismo laico en general, pero en el bloque comunista esto se replica con una relación indirecta con las iglesias que se completa con doctrinas universitarias, que combinan a los conceptos científicos de las ideologías teístas con los de las cosmovisiones agnósticas y ateas bajo la prevalencia de estas últimas. El materialismo marxista es ateo, y es el de la internacionales segunda, tercera y cuarta, por lo que es el de los bloques comunista y socialista, pero el que domina aún en el mundo es el materialismo liberal, que es el de la ciencia teísta, principalmente monotéica, del monoteísmo abrahámico, aunque más del cristiano que del islamista, y del cristianismo protestante en particular. La concepción hegemónica en el capitalismo es la protestante, expresada en el dios mencionado en los dólares, pero el liberalismo se completa con las otras ramificaciones protestantes, con el catolicismo, el cristianismo ortodoxo, el judaísmo, las vertientes islámicas y demás teísmos, así como se replica en los países de gobierno ateo, intermitente e híbrido en el caso de la socialdemocracia. El liberalismo es ecuménico más que monoteísta, pero en su mayoría es monoteísta, ya que las creencias politeístas que le adscribieron son minoritarias dentro suyo. La abolición del capitalismo y del salariazgo son objetivos de largo plazo: no pueden ser concretados en los países de gobiernos socialdemócratas ni comunistas. A lo sumo cabe exigirles que avancen en ese sentido lo más que puedan de acuerdo a la evolución histórica y a las demandas políticas proletarias que sean concretables y merezcan suceder, pero se les debe criticar las faltas con cierta prioridad.

La aspiración socialista

La aspiración del socialismo como política proletaria debe ser la de ganarle bien la competencia a la clase capitalista. ¿Qué sería ganarla bien?.. A eso no se lo puede decir por anticipado. Se lo tiene que entender en concreto, según la gente que lo intente. La clase capitalista es la ganadora, pero gana mal, y sería malo superarla mal, así como perder mal durante la lucha: entonces, lo que le corresponde al socialismo es perder bien, ya que pierde y ya que esa es la única forma de ganar bien alguna vez. Perder mal dista más de ganar bien que perder bien, y ganar mal no es ganar bien.

Especulación sobre la etimología del bien y del mal

Si el bien se correspondiera con lo divino, y el mal con lo animal del hombre, habría que cambiar la forma de estas palabras, ya que guiarían mal a la práctica.

El bien en inglés tiene la forma del dios, en su forma sonora y escrita, en la que "good" y "god" son palabras semejantes. A su vez, la especulación teológica medieval, que guía al privatismo capitalista tanto como al populismo, hizo de la relación entre dios, la humanidad, el bien y la naturaleza su tema principal. El fonema del mal está presente en la palabra "animal", y la tradición religiosa diferenció a lo animal de lo humano, al creer en la proximidad mayor entre los dioses y la humanidad, con la excepción del animismo y del panteísmo, que endiosaron a toda la naturaleza pero siguieron creyendo en los dioses. Entonces lo ideal, la forma, lo más abstracto, obtuvo prioridad sobre lo de materia más concreta, así como se asoció al salvajismo con la naturaleza, presumiendo que nuestra especie había superado el estadío animal, así como que pudo alcanzar el divino. Lo vil remite a lo diabólico, que en inglés se dice "evil", así como es lo bajo, en tanto que las villas son las zonas de residencia de la clase baja de las ciudades, así como su arquitectura es la menos y la más mal propietarizada. Es una fetichización social asociada a la mitología de los credos principales, principalmente los que distinguen entre lo diabólico y lo divino, una deificación negativa y positiva, a su vez entremezclada a la estratificación social, que demoniza más a la base y diviniza más a la superestructura, es decir, que la fetichiza toda: a la parte baja la fetichiza sobre todo negativamente, y a la alta de manera más que nada positiva, esto con excepciones y crisis, y según el éxito social, al que se relaciona a la superpropietarización, el patronazgo y el mando; o según el fracaso, más de subpropiedad, desorden y obediencia, pero todo en concepción crédica y desigual. La clase media también se debate en fetichizaciones imaginarias, asociadas a la composición de su propia conducta con la pautada por la moral elaborada a partir de la interpretación de los relatos sacros, que conforman una eudemonología, una aspiración teísta a la felicidad social, que exige la adecuación del comportamiento social con las estipulaciones de los libros míticos, a la vez que con los demás conflictos históricos, concordancias en crisis por la lucha por la supervivencia, por la mala práctica que aquéllos impulsan, por la competencia capitalista y por la lucha de clases. La eudemonología se define por la toma de partido por dioses buenos, por buenos dáimons, buenos demonios, esto es, por dioses negativos positivizados, así que persigue una creencia. El materialismo puede reclamar la felicidad social, que requiere de la puesta en duda de la totalidad del teísmo, así como del ateísmo también. La sujeción a la verdad en materia teística que debe adoptar la humanidad es la agnóstica, en tanto que no se sepa bien el tema, sapiencia que no debe ser ni individual ni grupal, sino abarcar a la sociedad humana en su conjunto. Asumir el propio saber y la propia ignorancia implica cuestionar a la propia creencia, no sólo en materia de dioses, sino de la realidad entera.

Crítica inacabada de "100 días para enamorarse"

A pesar de su apariencia soft y moderada, hasta progresista, la novela 100 días para enamorarse tiene escenas de una inmoralidad hasta peor que la de Casados con hijos. Representa un desastre sexual grupal, con muchos desmanejos conductuales, de promiscuidad mal establecida, que enseña la acometida de lesiones sociales de índole sexual sin alertar sobre el riesgo, o sea, que en términos de la educación sexual de la sociedad, muestra un mal ejemplo y educa mal. A los discursos mediáticos, hasta que se los critique lo debido, se los seguirá, por lo menos en ocasiones, en escala masiva, por lo que deben ser buenos siempre, de lo que distan mucho, aumentando el ejercicio de mala práctica social. El gancho de simular izquierdismo con la celebración de la diversidad sexual no basta para que la novela sea de progresismo bueno. Es una crítica televisiva que demoniza al socialismo, simbolizado en Coco, el personaje de Pablo Rago, de poética indiferente al capital. Hasta celebra la esclavización del proletariado, representada en el collar de doma vestido por Antonia, el de Nancy Dupláa. Antonia simboliza a una mujer sadomasoquísticamente esclavizada. Para entender bien a la novela habría que saber qué adscripción política tiene su director, Sebastián Ortega, hijo del ex gobernador tucumano, e igualmente los guionistas, así como su inserción en la productora y en el canal que la emite.

En términos de los discursos sociales la novela discute con el "amor" que el kirchnerismo se adjudicó a sí mismo cuando le endilgó el "odio" a la oligarquía argentina, de la que Telefe es parte, amor al que representa quebrado como así a la familia monogámica y heterosexual, fuere progresista o tradicional, no obstante lo cual la transformación familiar que propone no es de revolucionarismo socialista, sino que conduce a la degradación, porque los problemas amorosos no son verbalizados de buena forma, aceptándose engaños desde leves hasta muy perjudiciales sin que ello desencadene una crítica suficiente para recomponer y ordenar bien los lazos rotos, más bien al contrario, o persiste una critica suave que no acaba por resolver bien las cosas. El hecho de que se trate de una comedia permite tomarla a la ligera, pero la narración implica problemas sociales severos, no sólo por lo que encubre de la política y de la economía sino también por su propia trama interna.

La postura crítica de la novela es la del escepticismo libertario, representado por el varón trans Juan, el profesor de literatura y su novio, el hermano de Laura Contepomy, el que si bien tiene su mérito es algo refractario al socialismo científico, lo que hace a su flaqueza política y moral, así como omite remitirse al ajuste vigente más que con alusiones e indirectas. El socialismo científico tampoco es garantía de bondad, pero se le aproxima más. Es más próximo a la gaya ciencia buena porque es socialista y partidario del bien. Entiendo a la gaya ciencia no sólo como a la ciencia de la poesía sino como a la ciencia de los juegos, entre los cuales los artísticos, a la ciencia lúdica, que vendría a ser la jodalogía. Dada la ludopatía social vigente, expresada no sólo en la mezcla del juego con los negocios, sino también en las apuestas compulsivas y en muchas otras formas más, será precisa la buena crítica social del juego.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Del protocapitalismo

El capitalismo viene de captar, por lo que tuvo antecedentes en la edad media y la antigüedad, e incluso en la época previa a la civil, de captaciones simples pero superiores a las de los otros seres vivientes, porque la humanidad dominaba el uso del fuego y de los palos, tanto como el de las lanzas y arcos con flechas, hasta de las envenenadas. Lo particular del modo de acumulación capitalista es el salariazgo y los grandes montos dinerarios, que antes de la revolución industrial fueron menores y poco se expresaron en papeles impresos. Aún así, si pensamos en términos de acumulación en valores monetarios, las edades antigua y media contuvieron formas protocapitalistas, de captación atesorada, en especial en los centros imperiales, que se complementó con otros tipos de apropiación suntuaria, como la de objetos sagrados y obras de arte.

martes, 11 de septiembre de 2018

Engels, gran empresario

Hace unos días en Página 12 salió una nota de Noé Jitrik que decía que Friedrich Engels heredó la empresa textil de su padre, que era una de las mayores del capitalismo floreciente de la segunda mitad del siglo XIX de la era cristiana. Jitrik sostuvo que Engels mantuvo financieramente a Marx durante un período con el dinero obtenido en esta empresa, que fue capitalista. Habría que estudiar su evolución patrimonial para saber cómo fue, ya que es poco probable que Engels ejerciera la acumulación de capital ordinaria entre los de su género estamentario, así como asumir bien el asunto, lo que permitiría comprender los motivos empresariales para la socialización de los grandes medios productivos.

La socialización de los medios de producción no beneficiaría sólo a las y los asalariados, ya que le aliviaría la sobrepropietarización a la clase dominante. La propietariedad excesiva es una sociopatía que debe ser tratada concientemente, tal como los demás males, pero con conciencia social. Éste no sería el único beneficio que los grandes propietarios podrían obtener, ya que la igualación social les permitiría cultivar mejor la socialidad.

El período en que según Wikipedia Engels ofició de gerente de la que fuera la fábrica textil de su padre fue el de 1850 a 1870, la época en que Marx escribió El Capital, cuyo primer tomo fue impreso en 1867, por lo que la actividad empresarial de Engels es la que financió la escritura de El Capital, y mismo debe haber aportado para la edición y la impresión. El dato de aquélla enciclopedia sobre que Marx habría tenido relaciones sexuales con su empleada doméstica es dudoso: Carlos Suárez lo desmintió una vez en la secretaria ejecutiva del CLACSo ante Rodolfo Gómez. Es un tema que no está bien sabido. Engels no fue el único heredero de la fábrica de su padre, sino que fue su copropietario, y ni Marx ni ninguno de sus seguidores hicieron un escándalo por eso, ya que no lo merecía, pero tampoco admitieron abiertamente al asunto, que sigue siendo poco reconocido dentro de la izquierda hasta ahora, a cerca de 150 años del suceso.


Lecturas

Noé Jitrik, "Autorización", en Página 12, Buenos Aires, La Página, 7 de septiembre de 2018.

Apartado "Industrial en Manchester, el sostén de Marx" en la entrada "Friedrich Engels" de Wikipedia.

De la corrupción capitalista

La corrupción capitalista es normal. El hecho de que a la de la obra pública kirchnerista se le dé tanta importancia habla de la mala intención política del juicio tanto como de la hipocresía social al respecto, ya que a aquélla se la trata como si fuera excepcional dentro de los negocios principales de la economía. La corrupción capitalista hace a la barbarie y responde a la perversión social, que a su vez depende de la ideología dominante, que es algo fideica. La confianza puesta en los negocios es consustancial a la fraudulencia económica y política porque el uso de la fe como método de comprensión lleva a idear de mala forma.

La perversión es la mala versión, es decir, la versión de la realidad que le hace mal a la naturaleza humana, pero como a veces se entiende a las versiones según los juicios religiosos se considera perverso al relato que transgrede los dogmas. Se juzga a los discursos de acuerdo a cosmovisiones algo mal fundadas.

Del origen cristiano del capitalismo

El capitalismo se inició en torno del año 1750 de la era cristiana, ya que los ingleses, que le dieron comienzo, eran cristianos en ese entonces. Luego cobró carácter transconcepcional. En ese año los judíos celebraban el 5518 de su era, los musulmanes el 1171, los hindúes el 1672, los chinos el 4447 y los de las demás cosmovisiones habrán tenido otros recuentos, no siempre numerarios ni anuales.

sábado, 8 de septiembre de 2018

¿Qué nombre debiera tener el género primate?

Llamar al grupo de especies zoológicas al que pertenece la humanidad como "primate" es injusto en el sentido de que es antropocéntrico y de que se le pone al conjunto un nombre fundado en el subtipo humano, que es posterior dentro de la línea evolutiva de la ramificación mayor. El nombre apropiado debiera basarse en el de los primeros especímenes del género mónido, a lo que tendrían que definir quienes entendieran bien al asunto, es decir, los zoólogos especializados en el tema, y eso en el caso de que alcanzaran el saber suficiente para hacerlo bien.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Cordura y locura

La cordura puede que sea el orden conjunto, "co-ordura", lo que no implicaría necesariamente que sea buena, de igual modo que no toda locura es mala. El objetivo que debe haber es el de que la cordura sea buena, para lo cual la actual debe transformarse incorporando a los buenos elementos de su opuesto, entre otras cosas.

Los diccionarios dicen que "cuerdo" viene de "cordis", que es "corazón", y puede que esto sea cierto, pero entender a la cordura como orden común es más fructífero en términos explicativos. En todo caso, cabe cuestionar a esta definición etimológica sin suponer por eso que el cuestionamiento sea cierto y a sabiendas de que el objetivo del concepto es el de que se pueda formar bien al ordenamiento humano.

De la deconstrucción socialista del capitalismo

El socialismo no debe relegar la deconstrucción del capital simple, que es el salarial, pero sí supeditarla a la del complejo, que es el más importante. Es un desarme priorizado en la cima y secundado en la base, que debe proteger a la economía popular en el marco del sistema en tanto que no pueda transformar a la ley que lo mantiene, lo que en última instancia depende de la mayoría del proletariado, porque ésta es el único actor social capaz de lograrla.

Auge financiero y posverdad

El capital más especulativo es el ficticio, es decir, el capital más artificial, el más ficcional: es el más distanciado de la realidad necesaria, y es afín a la posverdad porque la verdad es precisa para la subsistencia, en tanto que este capital es el más abstraído de la economía que produce los bienes más requeridos para sobrevivir, o sea, los agrícolas, industriales y de servicios sanitarios y educativos, cuyo buen suceso exige que la crítica de la materia que involucra sea cierta. La entronización del simulacro posmoderno es contemporánea al capitalismo de la especulación bursátil, monetaria y debital, lo mismo que a la fuga a los depósitos de cargas fiscales anuladas. El hecho de que a los sitios de estas guaridas se los llame "paraísos" da cuenta no sólo de la belleza de los lugares en que se emplazan algunas, sino también de la alta estima en que se tiene al capital más abstracto, estima que es mitológica en que responde al relato del infierno y el purgatorio, lo mismo que es liberal en lo que hace a la recusación de los tributos a las grandes ganancias.

El capital ficticio es posmoderno en el sentido de que es muy desmedido: rompe el anhelo moderno de mesurar bien la economía con una acumulación exorbitante. De allí que el estilo posmoderno sea contemporáneo al del cénit del capital más bancario, que se basa en la economía capitalista popular, de origen fidente y religioso, pero que generó un monto enorme de capitales a partir de su dinámica interna, de magnitud mucho mayor que la de la economía de valorización salarial. Como la moral del liberalismo ortodoxo es más estricta que la del heterodoxo, su castidad es mayor, entendida ésta como purificación, por lo que su generación de valores abstractos también lo es, cosa que existe en crisis por su propia falsedad. Esto implica que la clase de capitalistas privados es una oligarquía mundial, compuesta por pocas personas de carácter áspero que generaron una masa exponencial de capitales a la vez que una política austera. La sequedad de los valores de cambio más refinados se corresponde a la morbilidad social vigente.

Del cohecho

El cohecho tiene un significado referido a la agricultura y otro al soborno. The Free Dictionary sostiene que su etimología probable sea la de "echar junto" en vez que la de "hacer con". Respecto de la agricultura, se llamó cohecho a la acción de arar la tierra antes de sembrarla, esto es, la de disponer la materia agraria básica. Este es el sentido positivo del cohecho, ya en desuso. El negativo es el asociado al pago a gobernantes para obtener favores. ¿Cómo es que este término acabó siendo usado para denominar a la coima? ¿Y es que la refiere bien? El cohecho es un tipo de mala acción entre dos o más personas en la que alguna, o algunas, son miembros del gobierno, una mala coacción gubernativa. El hecho de que la figura jurídica que la representa no incorpore a la malicia en su forma nominante da cuenta de que la palabra no está bien forjada. Una expresión más apropiada sería la de "perquecho gubernativo".

martes, 4 de septiembre de 2018

Del socialismo científico ante la política proletaria

El cientificismo socialista debe apoyar al progresismo proletario, aunque éste sea procapitalista, religioso y fidente, al tiempo que criticar negativamente a lo malo de su conservadurismo, es decir, que se debe tener una crítica positiva para con el proletariado, que incluiría la convocatoria para que adopte un modo revolucionario superior al del progresismo tenue.

En comparación a la metáfora del agua que hierve, la revolución más cualitativa sería cuando el agua llega a 100 grados centígrados, lo que la hace evaporarse, pero para eso tiene que atravesar un proceso gradual de calentamiento desde su temperatura ambiental, en general próxima al radio entre 0 y 30 grados, hasta llegar a los 100, lo que implica un crecimiento térmico de entre 100 y 70 grados que sucede progresivamente. Igual, sería mejor abandonar esta figura y explicar la evolución en sus propios términos, para no caer en los errores a que induce la metáfora.

La ciencia es figurativa. No hay ningún género lingüístico que pueda prescindir del todo de las alusiones y e inexactitudes, pero es más verdadera que la poesía, porque busca adecuar el discurso a su objeto, lo que no siempre implica que sea mejor.

Refutación del teísmo con crítica al ateísmo

Aunque los investigadores no hayamos encontrado pruebas irrebatibles de que los dioses no existan en lo objetivo, siendo que tampoco las hay para demostrar que sí lo hagan, cabe señalar que el teísmo es incoherente, ya que se compone de distintos credos cada uno de los cuales señala como verdaderos a los dioses propios y como falsos a los ajenos. Al menos habría que postular que serían falsos todos los credos menos uno, pero incluso eso sería mezquino, porque implicaría denegar mal a los demás y sin pruebas suficientes para afirmar bien a ese mismo.

El ateísmo también es hipotético, ya que no hay buena comprobación de que los dioses no existan por sí mismos. Por ende, en materia teística, corresponde el agnosticismo.

El consejismo crédico y el socialista

El teísmo es soviético en el sentido de que es asambleario, pero las asambleas que tiene son presididas por sacerdotes. La denominación de ecclesía, de origen latino, quería decir "iglesia" en el sentido de "asamblea". La palabra hebrea que designó a la sinagoga quiere decir "lugar de reunión". Las iglesias, en sentido general, en tanto que sedes de encuentro, son consejos, pero de orden sagrado, que le dieron un sentido mitológico a la ley de las naciones clericales. El consejismo socialista aspira a que las asambleas se den en los sitios de trabajo, lo que no garantizaría que sean buenas. El liberalismo realiza sus reuniones en lugares privados y en las sedes de gobierno. La clase capitalista no es sacerdotal, sino que es laica, de laicismo alto, más fiel en el capital liberal que en el libertario, que es más proclive al capital público, incluso cuando gobierna. El ateísmo es más dado al capital estatal, mientras que el liberalismo tiende al privado con las excepciones del caso.


Lecturas

Vocablos "judaísmo" y "ateísmo" en Wikipedia.

El enojo de los seres humanos y el calentamiento global

Al enojarnos los seres humanos el calor extra de nuestros cuerpos se traslada a la atmósfera, incidiendo en el calentamiento global.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Lo que es "trust"

En la palabra inglesa trust se resume la asociación entre la fe y el capital, ya que significa tanto confianza como emprendimiento. Basa al empresariado en la fe, en esperanzas comunitarias según órdenes clericales, aunque fueren laicos, cuya parte empresarial alta es la capitalista. Existe el empresariado que no es capitalista, cuya empresa sigue a la fe, se alienta en relatos sagrados, lo que la falsea irremediablemente. La humanidad debe perseguir el relato verdadero de su historia, pero este relato debe contener a los elementos positivos de la fe.

sábado, 1 de septiembre de 2018

De la insatisfacción de los capitalistas

Visto desde la periferia, la que casi siempre les estuvo sometida, las declaraciones recientes del presidente de los Estados Unidos sobre el maltrato comercial que les apareja la OMC y el TLCAN dan para reírse. ¿Cómo puede ser que los capitalistas estadounidenses, de los más ganadores del mundo, se pongan en situación de víctimas y aleguen que el sistema no los satisface? A primera vista parece una queja caprichosa, de las más frívolas que puedan hacerse, pero en verdad tiene algo de asidero. Por una parte estos capitalistas no están obteniendo las ganancias que pretenden así como pierden la supremacía mundial, lo que para ellos son cuestiones importantes aunque sean irracionales. La crítica psicológica debiera conminarlos a reemplazar estos deseos sociópatas por unos buenos. Por otro lado, el sistema de vida que adoptaron es insatisfactorio por sus propias falsedades, lo que implica que no se sienten realizados aún siendo exitosos, porque siguen malos planes.