Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 27 de junio de 2021

Teología equivocada y explotación

 La explotación, entendida como lesividad, como la práctica que lastima a las personas, se vincula a los errores de la teología, porque la teología define las metas supremas del orden social, pero el ateísmo también tiene sus fallas, e incluso el teísmo verdadero es insuficiente si no se esparce mucho en la sociedad, y no alcanzaría para todo. Para que se defina bien la teología se tiene que reconocer bien la realidad.

 La explotación del capitalismo en que predomina el monoteísmo, llamado "liberal", llevó a que la pandemia impacte más fuerte en la humanidad porque, al enfermarse los hombres debido a este capitalismo, aumentaron las comorbilidades que conducen a que se agrave el daño producido por las infecciones coronavíricas. Una cuestión es lo anímico: el pesimismo de la crisis actual nos sacó parte de las ganas de vivir, pero a esa se agregan otras tantas, en particular las de las heridas de los tejidos menos internos que los medulares, como los de los huesos, los órganos digestivos y los músculos. El liberalismo promueve la libertad, de allí su nombre, pero hay que ver cómo lo hace, y con qué resultado, para concebir qué hace falta para que se logren bien sus metas honradas y para descartar las perniciosas.

viernes, 25 de junio de 2021

Masificar bien el heroísmo

 La etimología del heroísmo no está clara, pero los héroes fueron grandes guerreros, quienes vistieron armaduras, de metal desde la era metalúrgica. Los mitos heroicos que conocemos son herreros, pero también bélicos, o sea, que también la palabra puede venir de la guerra. El heroísmo es parte de la lucha de clases, o sea, que es importante, pero entonces hay que organizarlo bien, ya que un belicismo mal ordenado sería perdedor. Debiera ser mínimo, contenido por un pacifismo general, y darse con la prudencia suficiente, pero a esto último la guerra no lo permite.

martes, 22 de junio de 2021

Del materialismo histórico

 La definición así redunda, porque tanto la materia actúa como los hechos son corporales, pero no es una mala redundancia, porque la materia se refiere más a las cosas que a sus acciones y la historia más a los hechos que a los cuerpos. El origen etimológico de la materia no está claro. Se dice que es por la madera, pero, como es una concepción de la realidad, es más próximo a las cosmovisiones centradas en la idea de la tierra como madre, que tampoco son holistas lo suficiente porque priorizan mucho a la Tierra, ni es del todo verdadera la divinización que se le hace, ni la idea de que sea una madre. La Tierra es como una madre, la matriz en que nacimos, pero no tiene conciencia ni voluntad propias, porque es un planeta. Es un ser no viviente, en el que se da la vida. Tiene esas facultades por sus seres vivos, que estamos en ella y por ella, aunque no sólo por ella, pero ninguna de las dos está dentro de ella misma, sino en miembros de su superficie, tanto la continental como la oceánica, que también contiene. Una es aérea y la otra acuática, y ambas reciben la luz de las estrellas, una de las cuales es el Sol, la más cercana a este planeta. Si hay algo por fuera del universo que conoce la humanidad, existiría a la vez que nosotros, aunque no lo notemos, pero no sabemos qué hay, ni tampoco cierra que haya nada, salvo que la nada en verdad sea algo. Sería nada de lo que conocemos, pero algo en sí mismo, y podría atravesar el universo que habitamos, en una escala inadvertida, una dimensión de la realidad a la que ignoramos, como lo previo al gran estallido que postulamos como inicio del tiempo. Tal vez esta dimensión no exista, pero sí es verdad que es difícil sostener que el big bang saliera de la nada. ¿Qué hubo antes de ese entonces? ¿Nada? ¿Y por cuánto tiempo estuvo así? Si hubo tiempo, algo hubo, y, si no, ¿porqué empezó? Es más factible que nuestro universo conocido provenga de algo a lo que ignoramos, ya que no se entiende cómo es que de la nada pudo surgir todo lo que reconocemos.

lunes, 21 de junio de 2021

Del mito de la aureola

 La idea de que con la obediencia a las reglas clericales la gente se hace angelical es de la época metalúrgica, en particular por el manejo del oro, que es el que le da el color y el nombre a la aureola, un metal muy apreciado por su dureza, más que la plata, el bronce y el acero, con que se acuñaran las monedas más valuadas, las obras de arte más caras y algunas de las reliquias y utensillos más exquisitos. La figura del diablo suele hacerse con un tridente metálico, o sea, que es metalúrgica, pero hay figuraciones suyas que no incluyen elementos de metal, como habrán sido las neolíticas y las previas. La idea del diablo se asocia al fuego y a la caza, porque tiene cuernos animales, a los que la humanidad manejó mucho después de cazarlos, es decir, que el tema se habrá empezado a gestar desde que se inventaron las armas afiladas en el paleolítico, y después ha de haber incorporado más cuestiones según se modificaba el dominio humano por sobre las otras especies de animales de presa. Lo divino es más vegetariano, pero en el marco de una distinción falsa, que señala nuestras bestialidades de alguna forma mentirosa.

Sobre la acusación de infantilismo que se hace en la izquierda

 La comprensión viciada del infantilismo que hay en la izquierda lleva a una acusación que se hace frecuentemente en falso. Se asocia la actitud de la niñez, o adolescente, con la irresponsabilidad política, confundiéndolas con el habla más simple, cuando lo que se quiere reclamar es un acto que falta, pero se lo menciona denostando la falta de habla, ya que lo infantil, en sí mismo, es lo no fonativo, que tampoco es propio de bebés y niños, quienes fonan mucho, y fuerte, sobre todo cuando lloran y gritan. Es una crítica que tiene su valor pero que no consigue lo que busca porque está mal formulada, por lo que no permite que se entienda bien el problema al que apunta. La evasión política puede ser una falta, aunque no siempre lo sea, ya que no es siempre absoluta, y puede tener motivos legítimos a los que se ignore, pero además, para corregirla bien hay que tratarla de verdad. Lo infantil es el mutismo, el cual no siempre está despolitizado. La escritura es una práctica no fonante, y sin embargo puede politizarse, para mal y para bien. La equivocación reside en que se toma al núcleo "fari" como habla en vez que como fonación, y se supone que ésta no es la primera forma de hablar. Cuando los bebés fonan, se hacen oir, lo que implica una comunicación oral. La fonación es la emisión de sonidos de la garganta, que en la humanidad y en otras especies se da con las cuerdas vocales, y tiene extensiones y calidades. A lo que se refiere cuando se condena el infantilismo es a la inmadurez política, que puede justificarse si se busca mal la madurez pero que también puede merecer que se la cambie, pero entonces habría que definir bien cómo, y la sociedad no siempre tiene la buena razón necesaria para hacerlo bien.

 Más de verdad el asunto es más complejo porque fonar es emitir sonidos de la índole que fuere, como hace el xilofón, que suena desde la madera. Lo infantil, entonces, es lo silencioso, que también es político porque quien sea silencioso se vincula con su sociedad, que es de muchos. El pensamiento que se hace en silencio tampoco es silencioso del todo, ya que las ideas resuenan en la mente. Mientras que la humanidad se componga de muchas personas, cada humano será político, porque existirá entre muchos de su especie, con quienes convivirá y para lo cual interactuará. Más en serio, siempre se coexiste con muchas cosas, o sea, que de cierto modo siempre se es político mientras que se exista, pero solemos tratar al tema como política humana, con las acepciones previas poco concientes.

sábado, 19 de junio de 2021

Del pro-sistemismo crítico

 Una crítica positiva al sistema vigente debiera ser pro-sistémica, esto es, defender que haya un sistema, y defender los aspectos valorables del vigente, pero también cuestionarle los malos. Una crítica negativa puede valer, según cómo sea, pero para eso tiene que adoptar un anti-sistemismo no absoluto. Tampoco la positiva es necesariamente verdadera.

jueves, 17 de junio de 2021

La connotación del orden

 Cuando se quiere decir que algo anda mal se dice que "anda como el orto", lo que a veces se entiende como que anda para el culo, dándole al traste un significado peyorativo, y hasta pudiéndose insinuar que el sujeto del enunciado busca ser cogido por atrás; pero más se refiere al orden, queriendo decir que esa cosa funciona como el orden vigente, que hasta ahora fue bastante fetichista, por lo menos el urbano. La palabra "orto" remite tanto al recto anal como al orden social, y ambos son órdenes, por lo que a ambos se los tematiza como tales. La idea de la urdimbre funciona tanto para sus escalas más complejas, como los textos escritos en computadoras, de tecnología posterior, como para las previas, que llegan a lo subelectrónico y tienen sus relaciones.

domingo, 13 de junio de 2021

La química, la quema y la efe

 Se dice que la idea de la química viene de la palabra árabe "kimiyá", referida a la piedra filosofal, de la egipcia "khem", que significa "tierra negra", y de la "chemia" griega, con el origen hipotético de "gheu", al que se define como "fusión de líquidos" y se vincula con los vocablos "fundir", "fútil" y "géiser", dos de los cuales tratan de quemas, ya que las fundiciones y los géiseres las requieren. Para el segundo, se traduce "fundere" como "vertir" sin remitir a la fundición, algo que los egipcios antiguos hicieron mucho para la metalurgia, para la cual quemaron mucha leña bajo recipientes de barro cocido, cuyos residuos fueron trozos renegridos de cerámica chamuscada, en una actividad decisiva para el imperio por la fabricación de las armas metálicas y de los instrumentos de trabajo y en que la vertida de metales derretidos fuera muy importante, una obra de ingeniería, aunque no crearan oro con plomo. La técnica de la metalurgia egipcia, de fundición en ollas grandes de barro cocido y enfriamiento en moldes, después se aplicó en la región creto-micénica y en el Lacio. En la digestión alimentaria, el bolo estomacal pasa al intestino hecho líquido tras recibir los ácidos gástricos, que lo descomponen, de lo que se hace un jugo espeso que después se solidifica y excreta. La definición egipcia es anterior a la griega porque la humanidad llegó antes a la zona de Egipto que a la de Grecia, y ya desde entonces se preocupaba por los temas de la química, pero entre que llegó a Egipto y que se inventó la metalurgia pasaron decenas de miles de años, y entre que se estableció en lugares fijos, ya en el neolítico, y que se desarrolló la fundición de metales, transcurrieron miles. A la fusión objetiva se la suele hacer con fuego, cuyo nombre empieza con el monema "fu", una raíz en debate, pero la interna es líquida, aunque los estados de la materia son algo relativos. Ambas causan calor e involucran combustible, como el metabolismo celular. Los residuos de la quema son grisáceos y negros, y los de la digestión humana amarronados, pero terminan siendo negros tras ser redigeridos y excretados por insectos y microorganismos, y por la acción de los cuerpos inertes, como la luz solar. La fusión interna es muchísimo más vieja que la externa hecha adrede por nosotros, la de chispear con piedras o incendiar hojas con fricción, pero la espontánea precede a la gástrica por mucho más tiempo, ya que viene desde la gran explosión que inició al universo que conocemos. Puede que la tierra blanda provenga toda de la descomposición excrementaria, y una parte es negra como el carbón, pero también la hay de otros colores. Cf. "química" y "fútil" en E. de Ch., ob. cit.

 Al fundir se hunden cosas dentro de un cuenco y se las foguea, lo que se reproduce en la efe de la palabra y en la expresión que le sigue, como si dijera "a fuego hundir". A la vez, el fuego suena como la efe, sobre todo si la leña que se enciende está húmeda, como ocurrió mucho en nuestra etapa primitiva porque se la guardó menos bajo techo.


Refutación del 21/7/2023

 La química trata de los cuerpos y enfatiza en sus unidades mínimas, por lo que puede ser descrita como un micro-corpismo.

miércoles, 9 de junio de 2021

¿Tiene la justicia un vínculo nuclear con el goce?

 La etimología dice que la idea de la justicia viene de la latina de "ius", a la que se traduce como "derecho" y como "justicia", la última de las cuales redunda, y la primera definición no ahonda más en el asunto, por lo que el significado primario de la justicia queda poco claro. Así como se la define, el derecho queda como justo, cosa que no es del todo, pero también se dificulta perseguirla porque no se sabe bien qué es. ¿Qué es la justicia en sí misma? Hay una acepción para "ius" que es la del jugo, que se aplica a caldos y guisos, y eso tiene algún sentido porque la alimentación es necesaria para vivir, por lo que es justo obtenerla, pero la justicia no se acota a lo alimentario. Si la justicia proviniera del jugo, sus significados secundarios podrían darse por analogía, lo que es factible pero hipotético, o sea, que hay que discernirlo. También ocurre que los jugos, caldos y guisos son sabrosos, por lo que se les disfruta. El fin de la justicia es el disfrute bien medido de la vida, por lo que puede que tenga un vínculo semántico nodal con el goce, y el goce lo tiene con el gusto.

Cf. "justicia" en Etimologías de Chile y "ius" en el diccionario etimológico de latín de Santiago Segura Munguía, obs. cit.

domingo, 6 de junio de 2021

Sobre la decadencia de la izquierda

 La izquierda es algo decadente porque, como parte suya está sobrepropietarizada, por su condición de clase alta, o media alta, heredera de bienes plusvalóricos y/o ganadora de ingresos envidiables, ese sector necesita descender socialmente para igualarse con la mayoría de sus semejantes, en particular para satisfacer sus anhelos amatorios, matrimoniales, amicales y garcheros, pero también demanda el socialismo para trabajar como se debe y en la búsqueda de que la especie se organice bien en general. En este caso se trata de una decadencia bastante beneficiosa, porque busca la igualdad social y la socialización de los bienes que posee de sobra y que la perjudican, pero no está reconocida abiertamente, y coexiste con la perversa, muy extendida en la sociedad y entremezclada con la culpa propietaria, dada por el dominio humano de la naturaleza, el patronazgo de los dueños sobre sus obreros y el patriarcado reinante, entre otras fuentes de desigualación nociva, todo esto tan mal organizado y que se agudiza por el desarrollo de la lógica desacertada del ecumenismo, que transcurre a la par de la crisis económica, política, ecológica y sanitaria, configurando un colapso productivo integral, peor de lo que fue la historia mal deificada en gran parte de su recorrido. Es el segundo milenio de la historia cristiana, con su lógica bíblica, que a su vez tiene pasado abrahámico, como de diecisiete siglos antes de que naciera Cristo, o sea, que tras cerca de 37 siglos de la historia bíblica la humanidad, liderada por un ecumenismo judeocristiano, está en una crisis severa, pero no es la primera que tuviera, y las culturas humanas siempre se recuperaron. Además, la crisis actual no es sólo culpa de las religiones principales, y el comunismo, si no es una religión, es una concepción del mundo, lo que a fin de cuentas es lo mismo, así que también es culpable de parte de los males vigentes, pero también de los bienes, como las religiones téicas, y como éstas tiene varias corrientes internas. Del abrahamismo, como a 2200 años, se derivó el islam, con sus subdivisiones, y están las dhármicas y otras tantas, todas las cuales arrastran resabios perdedores de las mistificaciones animistas primitivas, pero también sus descubrimientos verdaderos.

De que, para que el comunismo funcione bien, los individuos deben medir bien su deseo, con nota sobre las mercancías

 No sólo el deseo económico, para valorar bien el trabajo, propio o ajeno, pero también el económico. La ambición de ganancia es un deseo financiero, de obtención de bienes monetarios, pero no toda la ganancia es impresa en pesos, ya que a los bienes básicos que se consigue también se los gana.

 Cuando Marx trató a las mercancías como objetos misteriosos, que parecían moverse al margen de la voluntad de sus dueños, en verdad aludió a que las personas ordenaron mal su intercambio, dado que no tenían la razón suficiente ni la autorización política necesaria para hacerlo bien, y de allí que su trato conjunto les resultara algo ingrato, ya que no hablaron todo lo que habrán querido para el trueque, en tanto que estaban inmersos en cavilaciones e imperativos algo mal definidos, que les deben haber impedido entender bien la realidad y actuar en consecuencia lo requerido para satisfacer bien sus deseos, que tampoco habrán sido siempre buenos, por lo que también cabe la crítica del deseo. Al deseo hay que analizarlo porque buscar concretarlo y obtenerlo puede ser peligroso, o dañino, o porque puede ser injusto, entre otros temas. Al tematizar así Marx a las mercancías, las calificó como metafísicas en el sentido dislático del término, el que la concibe como más allá de la física, como si algo pudiera estar por fuera de la realidad, como supone el catolicismo respecto a dios, del que cree que está por fuera del universo, lo que motiva una serie de discusiones sobre si el universo es todo, y qué sería dios entonces, que está por fuera suyo, o si la realidad se conforma del universo y de dios, pero entonces el universo no sería todo lo que existe. Este dios suele ser figurado como un varón blanco, barbudo y viejo, lo que combina con el carácter genérico, racial, cosmético y etáreo del dominio sistémico vigente, aunque poco en lo barbudo.

 Seguramente las mercancías no se deban al culto de Mercurio sino que éste derive de la actividad mercantil. De acuerdo a la etimología, pareciera que lo propio de la mercancía es la marcha, ya que los mercaderes antiguos eran marchantes, iban en caravanas de camellos o solos, de un sitio a otro, para comprar y vender, pero los comerciantes sedentarios trabajaron en lugares fijos. En el mito de Mercurio, éste protege tanto a vendedores como a viajeros. El fetichismo de la mercancía viene dado por este mito, entre los otros factores que desgracian a éste método de intercambio, con dinero de por medio, pero existe la posibilidad de que funcione bien, de acuerdo a la razón de la sociedad. Las limitaciones a la libertad implicadas por el fetichismo de la mercancía no son sólo de índole religiosa: es que la sociedad, al no comprenderse muy bien a sí misma y a su contexto, tiene defectos al componer sus relaciones, entre las cuales la del intercambio de bienes, al que no siempre se define bien, por categorizarse algo mal las personas entre sí y equivocar sus merecimientos, cuestión que apareja problemas de precios y de acceso a los bienes.

 Mejor sería prescindir de los bienes de intercambio, porque hay que fabricarlos y mantenerlos, además de que al descartárselos contaminan, pero, hasta que la humanidad lo acepte, habría que buscar que se los use bien.

Para que el comunismo funcione bien la humanidad debe ser de teología veraz

 Por su gran importancia, dado que le da sentido a la existencia, la teología humana suficiente es un requisito para la buena dicha de nuestra sociedad. La economía y la política son necesarias, pero no alcanzan por sí mismas, así como a la inversa y con las otras dimensiones de la crítica.

viernes, 4 de junio de 2021

"Man" y "mismo"

 En castellano, "hombre" significa "igual" por el prefijo "homo-", que denota igualdad, y en inglés "man" trata de los seres de la misma especie. La idea de la hermandad implica compartir genes de la misma especie. El morfema "her-" viene de la idea del gen, y el de "-mandad" puede que de la de "mismo", pero hay que averiguarlo.

jueves, 3 de junio de 2021

Un estrago de la técnica humana

 Como existen los protectores solares, que se desarrollaron hasta primar los bloqueadores desde la rotura de la capa de ozono, la elección humana no se destina tanto a exigir el reordenamiento necesario para llevar la emisión de los gases de nuestra quema a un nivel benéfico para el medio ambiente, lo mismo que la cría de vacas, cuyas flatulencias también afectan a la capa. Siendo que el PBI es como el doble de lo necesario para la humanidad actual, y que puede reducirse a voluntad, la emisión de gases industriales debiera ser mucho menor, así como pasa con la producción ganadera y la humana en general. La reducción del PBI no implicaría una producción menor, sino la disminución del producto medido en moneda, así que entonces también se criticaría la propia práctica. Se le daría más lugar a las actividades gratuitas, lo que no sería problemático si se pagara bien. También se paga de forma no remunerada, pero de un modo poco grato. El llamado PBI mide el producto remunerado, no todo el producto. Ahí hay un fetichismo económico, de mercantilismo antiprimitivo, que toma por producto sólo al que crea valor abstracto, es decir, que no paga por las tareas incobrables, una cuestión determinada por las derrotas militares. En el mito de Mercurio se juega la victoria de la civilización metalúrgica por sobre la neolítica, que también tuvo sus sojuzgamientos y en la que se puede haber trocado con piedras preciosas y con sal, lo que ya es un modo de representar al valor.

Del castigo a las faltas

 El castigo, que es un tipo de corte, se hace de acuerdo a la idea que se tenga de la realidad, la cual es moral, o sea, que juzga desde una noción del deber ser que se construye de acuerdo al análisis de la historia que se haga, del cual se extraen los preceptos morales, con los que se examina la conducta, sea la propia o la ajena, y se dictan las sentencias. Entonces, el castigo está determinado por la fe, a consecuencia de lo cual hará falta que la fe sea suficiente, es decir, que asuma la realidad muy de verdad, y aún así podría fallar, ya que la verdad suficiente no siempre es buena.

El proletariado y el infierno

 En los términos de la falsedad vigente, con eje en la dicotomía entre el bien y el mal entendida como la del cielo y el infierno, se liga al proletariado con el infierno porque tanto uno como el otro son inferiores: el proletariado es inferior en la escala social, y el infierno tiene un vínculo semántico con la inferioridad, tan estrecho que las palabras con que se los nombra se parecen mucho entre sí, pero la asociación entre lo diabólico y lo obrero es fetichista, así como están fetichizadas las relaciones matrimoniales, de la clase y la sociedad, con la mentira de las aureolas y los cuernos que se dice ante la fidelidad y la infidelidad a la norma predominante, de premios y castigos monogamistas poco satisfactorios, de igual modo que el empresariado superior también se apropia bastante mal de los bienes y conduce mal sus actos, identificándose con lo celestial y lo divino algo en falso, sobre todo en la cúspide de la clase. Lo vivo se hace de lo inerte, una parte de lo vivo, tras morir, se incorpora a lo vivo, y lo muerto, que es casi todo, siempre está, y hace vivir. Lo muerto hace a lo vivo y el mal lo enferma y mata, así como el bien lo vivifica y lo cura, esto según la perspectiva de cada viviente. Vincular el cielo a lo alto y el infierno a lo bajo es verdad, porque, desde la Tierra, el cielo está arriba y lo inferior abajo, y encima el centro de la Tierra está lleno de lava, pero las mentiras que se les endosan, como las de que hay diablos y ángeles, no lo son, así como el orden que construyen no satisface lo que se desea, esto relacionado con la crianza, la fabricación, reparto y uso de las propiedades y con la capacidad para el mando social.

 El mal se vincula con la muerte porque destruye, y la muerte es el desarme de los seres vivos, pero también se rompe lo inerte, así como se compone. Al destruirse, o se recombina en otras cosas o pasa a ser algo en sí mismo.

martes, 1 de junio de 2021

Casa y fuego

 A las casas se les dice "hogares", al igual que a las chimeneas, como si lo que les es propio fuesen las hogueras, que son fogatas. A la vez, en las casas se hace fuego, al menos para cocinar, sino también para calentarse. La palabra inglesa "home" suena parecido a la castellana de "humo", y la de "house" como "casa".