Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Clases sociales y divinización

La divinización da cuenta de la relación entre las clases sociales, según la jerarquización en general, y la religión, ya que el sentido común dominante supone que la clase alta es divina, en tanto que la media y la baja se componen de pobres diablos, o de diablos prestigiosos, de acuerdo a cómo se los categorice teistamente. Asimismo, hay subdiferenciaciones y variantes de facto, como cuando los altos pietistas le dan trato de divina a la gente común que se comporta como ellos quieren, pero transgredir las normas no es garantía de bondad.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crítica al trotskismo argentino, que vale para los otros que decían que Macri y Scioli eran iguales

Ahora que en Argentina se difundieron los datos del INDEC queda claro que el proyecto sciolista no era igual que el macrista, porque, si bien ambos tenían un proyecto católico, capitalista y liberal, y si bien Scioli se proponía hacer un ajuste, no tenía intenciones de atacar al mercado interno, y el ajuste que hubiera hecho no habría sido tan malo. La obstinación de los trotskistas para abandonar su idealismo es un problema grave, que ahora se nota en el aumento de la cantidad de pobres e indigentes que hubo en el país, y en las penurias que está atravesando el empresariado argentino, que en algunos casos son los padres y madres de los militantes trotskistas, o los de sus compañeros de estudios, porque gran parte del trotskismo argentino es de clase media y media alta, y es inconciente del acoso clasista que recibe desde las clases inferiores, y en particular del peronismo. La verdad es que tendrían que haber llamado a votar a Scioli para que no empeorara la situación de los pobres y del empresariado local, pero, como les falta sensibilidad social, y tienen una mala caracterización del lumpenproletariado y del empresariado pequeño y mediano, al que equiparan con el capitalista trasnacional, como si sus ganancias y demás prácticas fueran las mismas, no les importa lo que les suceda, lo que es una falta grave, y es un error porque podrían combinar la defensa de ambos con una crítica socializante, que aparte los legitimaría ante la gente. Tienen que reconocer que algunos de los perjudicados por el macrismo los odiaron, porque, mientras ellos sufrían los perjuicios, los trotskistas andaban diciendo que Macri y Scioli eran lo mismo, o sea que mientras sufrían los trotskistas les negaban la solidaridad, y muchos de esos perjudicados son trabajadores asalariados, pero eso no debiera importar, porque los otros son humanos también. Al trotskismo le perjudica la política macrista, pero en general no lo hace caer debajo de la línea de pobreza, que mide mal pero que da cuenta de parte de la realidad. La medición estadística de la pobreza en realidad es la de la pobreza capitalista, porque el criterio que toma es el del ingreso mensual de capital: por eso es que las políticas que se basan en ella no resuelven los otros aspectos de la problemática social.

El trotskismo argentino no tiene la culpa de que ganara Macri, pero sí es responsable de las penas causadas por las falsedades que sostuvo, así como también tiene el mérito de sus aciertos.

La diferencia entre el proyecto sciolista y el macrista es que uno era liberal heterodoxo y el otro es liberal ortodoxo. El primero buscaba articular el funcionamiento capitalista trasnacional con la defensa del mercado interno, lo que hubiera aparejado un maltrato menor a las pymes y los asalariados argentinos, con sus consecuencias para las clases inferiores a ellos, y no hubiera estado exento de crítica, ni de lucha para superarlo, porque habría sido católico y capitalista.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Puede estar bien mentir?

Hoy en Página 12 salió una entrevista de Pablo Esteban a Guillermo Lariguet, en la que, si bien éste señala la importancia de decir la verdad, da cuenta de que en situaciones es necesario mentir. Yo no comparto ese planteo, no porque no haya situaciones así, ya que las hay, o hay otras en que decir la verdad es imposible, sino porque, aún siendo así, se debe reclamar que la gente sea sincera, porque la mentira, aunque permita zafar de alguna situación difícil, hace mal, en tanto que la verdad, incluso cuando es dolorosa, permite superar los problemas. Quien “miente piadosamente”, u otras mentiras justificables, tiene que lidiar después con sus propios remordimientos, lo que es apesadumbrante, o perjudica a terceros, y así, pero tampoco es cosa de escandalizarse por todas las mentiras, porque las hay de distintas clases, más o menos graves, y también obedecen a las taras humanas. Pueden ser excusables, pero se deberá luchar para que no haya que cometerlas.

¿Qué podemos saber sobre Sócrates?... y la insensibilidad materialista; con crítica al anarcocapitalismo

De Sócrates se dijeron cosas disímiles. Está ese cuadro famoso de Jacques Louis David, poco creíble, porque muestra a un Sócrates anciano con el cuerpo de un atleta jóven dándole lecciones de entereza moral a sus allegados en el instante previo a su muerte, como si su filosofía fuese inmune a la opinión que tuvieron de él sus conciudadanos, que lo despreciaron al punto de obligarlo a tomar la cicuta. Por otro lado, el Sócrates mencionado en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento era un hombre gordo, pelado, narigudo y desgarbado, como si hubiera tenido un problema nutricional, con una virtud absoluta. Lo que sabemos de Sócrates viene de lo que escribió Platón sobre él, o sea, que no tenemos idea de muchos aspectos de su vida, y en particular de sus miserias, y ni siquiera podemos comprobar del todo qué hubo de cierto y qué no en la representación que de él hizo Platón, y lo mismo para los otros que lo tematizaran. A los ciudadanos griegos debe haberlos molestado bastante para que lo mandaran a suicidarse, reconocer lo cual no le quita sus méritos, ni impide admitir que los griegos dominantes fueran un desastre, porque tiranizaban a sus súbditos y a sus mujeres. Es dable deducir las maldades de Sócrates por la insensibilidad que tenemos los materialistas, que somos sus seguidores porque cuando Sócrates inventó la filosofía también fundó, o refundó, al materialismo, porque la afición al saber requiere indagar en la materia objetiva y criticar a los dioses, aunque eso no haya sido así en la filosofía teológica, que resubjetivizó al interés por la realidad míticamente, lo que traba mal al orden social humano, le tergiversa la práctica a la humanidad en general, desde distintos órdenes conceptivos, lo que sobrexplota y despotiza al trato dado a la naturaleza.

La insensibilidad materialista es un problema serio al que el materialismo tendrá que superar, porque el materialismo se propone gratificar a la socialidad humana, lo que es contrario a la insensibilidad. El conflicto entre la izquierda y la derecha es por proyectos de vida, y la socialidad plena de las concepciones socialistas no puede ser en tanto que parte de la humanidad sea religiosa, y otra acumule capital: son clases superpuestas, con intersecciones y disecciones, contractuadas por órdenes propietarios sometidos, en que las clases materialistas coexisten con el pietismo proletario, que está falseado por el pietismo también. Hay humanos religiosos que no son capitalistas, y hay capitalistas ateos, como el anarcocapitalismo, el de los anarcocapitalistas. Esa es una concepción de capitalistas también, de un capital menor y fracasante, porque es anárquico, y el capital requiere disciplina divina. El anarquismo también fue demonizado, fue definido desde el pietismo en los términos de la participación perdedora del orden social mítico pautado por el divismo, entonces su participación en la economía capitalista es perdedora, es de un capitalismo fallido, porque el orden capitalista es super tramposo, en el que los anarcocapitalistas participaron ingenuamente. Los anarcocapitalistas son naif para participar de la economía capitalista, y por ende fracasan en sus negocios, tienen las empresas quebradas, como sus ilusiones, lo que les lleva a la autodestructividad. El anarcocapitalismo tiene que dejar sus malas ilusiones y dejar de ser capitalista, porque eso lo quiebra, e incluso tendría que dejar de ser anarco, porque origen tiene, y negar al gobierno no sirve para embocar la práctica; el gobierno existe igual, porque existe por sí mismo, por la gente que lo sostiene. La determinación del gobierno requiere su reconocimiento social, no se lo puede determinar al negarlo, se le tiene que aceptar su existencia, y su transformación es social, es de las naciones, internacional, de la especie humana. Las naciones religiosas hicieron al sistema intergubernativo terráqueo, y en tanto que lideren a la humanidad los gobiernos serán más o menos pietísticos, es un rasgo del carácter humano creyente, entrecruzado a la acumulación propietaria. Yo no puedo saber que la etimología del propietariado provenga del pietismo, pero sé que fueron términos asociados por algunas personas, por haberlo pensado yo mismo que era así y porque el común de los creyentes no sabe mucho de etimología, y por eso piensa las cosas como se le ocurren, pero para saber de eso habría que hacer una averiguación. La propiedad y el pietismo fueron asociados lexicalmente de facto, aunque su relación etimología no sea cierta, y en una de esas lo es, porque la fabricación de las piezas fue entendida en términos míticos antiguamente, pero lo que es seguro es que históricamente fueron relacionados, no obstante no sepamos cómo. Es una asociación animal, porque los humanos somos animales, no podemos asociar siempre bien. La mala asociación es una práctica común, muy recurrente, porque la humanidad es una especie animal, que además no se reconoce como tal lo debido, por lo que manda mal, cosa que revienta y trastorna al entendimiento de las personas, aparte ya de por sí criadas entre supersticiones, o anexos a ellas como el vedetismo. Al vedetismo y las supersticiones habría que terminarlas porque a las personas las asusta, como la cultura de la brujería, que como no se sabe en qué termina, y ya se tienen malas experiencias previas, se le teme: eso a algunas personas las hace sufrir, como los mitos apocalípticos de las iglesias, que asustan a los fieles. La política materialista las tiene que criticar, no se les puede permitir ser, porque hace sufrir a sus portadores, pero ¿cómo se les hace dejar de ser creyentes? ¿Y cómo se haría para hacer que dejen de acumular los capitalistas? Se le tendría que ordenar la práctica a la clase dominante, lo que es imposible, porque están demasiado falseados, y no son los únicos, porque la falsedad está generalizada, a la vez que coexiste con la veracidad. No es para morirse, pero sí para admitir que es un problema insoluble de inmediato, que persistirá por generaciones, en tanto que la humanidad se empecine en hacer así. ¿Cómo se les hace entender que están creyendo en relatos que no son verdaderos, que basan sus vidas en ideas que no son de verdad? Irles a guerrerar no tiene sentido práctico, por su superioridad militar, pero entonces el problema persiste, y persistirá mientras dure, junto al placer de vivir bien.


Anexo

Sócrates criticó a la divinización de los poetas de su tiempo, pero propuso reemplazarla por otra, que él consideró mejor, al menos según la versión sobre él dada por Platón en La República.

martes, 27 de septiembre de 2016

Para el balance de la industria cultural capitalista

Hace unos años, cerca de 2000, antes de que Alfredo Lagos, alias “Fredy”, o “el Bacino”, se fuera a vivir a España, nos juntamos con él y con el Colo, llamado Pablo Medvedeff, y con otra gente, a festejar en la quinta de la abuela Beba. Fredy y el Colo habían sido compañeros de la secundaria en el colegio marista de Mar del Plata, y cuando terminaron el Colo se fue a la Universidad de Córdoba, donde militó en la Franja Morada de parte del alfonsinismo, pero después vino a Buenos Aires y se juntó con Fredy, que estudiaba Relaciones Internacionales con Daniel Alvaro en la Universidad del Salvador. Eso habrá sido entre 1996 y 1999. A la mañana siguiente de una noche de joda, Fredy, el Colo y otros más salieron con su automóvil Suzuki Swift, que el padre le hubo regalado una vez que vino a visitarlo desde las islas Canarias, donde tenía unos hoteles, después de muchos años sin verlo, e iban a hacer las compras para el almuerzo, que debía ser un asado, no me acuerdo. Lo que sí me acuerdo es que tardaron mucho en volver, más de lo que les hubiera demorado normalmente hacer la compra, y que al regresar me dijeron que, como vieron que una de las calles que se toparon se llamaba “Del cielito”, a Fredy, que fue el baterista líder de Pacta Sunt Ser Banda, donde tocamos con Federico Ferme, que hasta el año pasado daba clases en la cátedra de Carlos Savransky, se le ocurrió que como en esa calle estaba la compañía Del Cielito Records también por ahí estaría la casa del Indio Solari, el cantante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, así que me tuvieron esperando su regreso porque se pusieron a buscar la casa del Indio Solari.

Ayer salí a andar en bicicleta por el fondo de Villa Udaondo, en el partido bonaerense de Ituzaingó, y me encontré un pasacalles para el Indio Solari, de lo que deduje que viviría por ahí cerca. Así que, enternecido por los buenos deseos expresados en el pasacalles para con el cantante, ahora que tiene el mal de Parkinson, salí hoy para sacarle una foto y publicarla en el blogspot. Cuando llegué para ahí había, además de unos obreros apisonando el camino de tierra con cascotes, dos personas trotando, una de las cuales era una gordita bastante atractiva, y el otro un chabón. Después de habérmelos cruzado, ya me había detenido frente al pasacalles, y en eso se me acerca el chabón, que además de zapatillas, pantalón y remera de gimnasia tenía unos anteojos negros de marco dorado, y se me puso a hablar, diciéndome que desde hace doce años que iba a recorrer la zona para encontrarlo al Indio Solari, que en 2005 se metió furtivamente en su quinta cuando abrieron el portón, y que unos patovicas lo sacaron por la fuerza y le dieron una golpiza. ¡Pero después de eso el tipo siguió llendo, hasta 2016! Dijo que una vez lo fueron a esperar el día de una votación, y que lo acompañaron desde el colegio en que votó hasta su casa, o que no salió, algo así. Habrá habido veces en que no fue a votar para que no lo molestaran los fanáticos. El muchacho este era un maestro de Vicente López, que se fue hasta Ituzaingó porque hoy hay paro docente, y él y su amiga se hacían los trotadores para que no los echara la policía, cosa que ya les debe haber sucedido antes. Me contó que los fanáticos hasta hicieron un sistema de vigilancia, en el que se situaban en las esquinas contiguas a su casa, para precaverse de que el Indio se les escapara o de que los expulsara la cana.

A mí los Redondos de Ricota nunca me gustaron mucho. Tuve una grabación en cassette de “La mosca y la sopa”, pero los tuve que escuchar muchas veces aunque no quisiera, y con el volumen fuerte, porque la gente utiliza los equipos de música sin preguntar, y les ponen el volumen que se les canta, y como se hacen los pesados no lo bajan a pedido. Así que entre eso, el oscurantismo, la defensa hipócrita del kirchnerismo, la apología del uso desmedido del aire acondicionado y la rudeza de los fanáticos, les dí poca importancia, aunque la sonoridad de sus canciones me gustó, y no digo de las letras porque nunca las entendí bien. Son medio crípticos. De los Redondos tampoco me gustó algo que es común a las bandas rockeras, que es que se profesionalizaron, fueron inmersas en la división social del trabajo, y entonces el rock se privatizó, se metieron en salas de ensayo y estudios de grabación, con todo el aparataje eléctrico, lo que les hizo abandonar las plazas y dejar de priorizar los encuentros comunes de cantar y bailar, por lo que se metieron en el modelo de recitales masivos y pagos, cosa que aparejó una distorsión en la socialidad barrial, y el sistema de idolatría a las estrellas musicales que oprime a los rockeros, que tienen que andar lidiando con los fanáticos sin poder criticarlos para que no los molesten con sus deseos insensibles, de sacarse una fotografía o pedirles autógrafos sin que les importe cómo están o si tienen ganas de prestarse para eso. Tienen que aparentar estar bien y ser buena onda para que no los traten de antipáticos, cosa a la que los managers los obligan, porque si no los difamarían en los medios de comunicación y eso les mermaría las ventas. Es evidente que el Indio Solari se hartó de los fanáticos, por lo que me dijo este muchacho que merodea su casa desde hace doce años, y ese es sólo uno de los miles que tiene, pero no les puede ser sincero y los tipos le salen con insensateces incluso ahora que tiene mal de Parkinson. Y no obstante, les voy a publicar la fotografía, porque no es cuestión de renegar del sistema, sino de superarlo, ya que bastante permitió gozar también. La industria cultural capitalista concentra la producción lúdica en pocas personas, la privatiza, y, además de aparejar el sistema de las ganancias capitalistas, obtura la socialización del juego, que queda como cuestión pendiente, para bien de los bailarines pataduras, las cantantes desafinadas, los instrumentistas inexpertos y las estrellas musicales, los plomos y demás.


Los defensores del modelo rockero vigente me podrán tratar de ortiva, pero no se harán cargo de que algo le habrá molestado el pasacalles al Indio Solari, lo mismo que los fanáticos, porque, en tanto que es un ser humano, debe querer estar tranquilo y tener relaciones sinceras, en que pueda darse a conocer verdaderamente, no sólo como un artista famoso, y de acuerdo a su sentir y a su salud.

Después que se disolvió Pacta Sunt Ser Banda, Fredy, Fede Ferme y otros tres chicos, Romina, Andrés y Diego Nudelman, formaron la banda de pop naif, medio nihilista y medio alegre, y psicodélica, llamada Fracpoper, que después se separó. La madre de Fredy, que le decíamos Marilí, y él, vivían en un fraccionamiento trasero del palacete que hubo sido de Agustín P. Justo, sobre la calle Olleros entre Cabildo y Luis María Campos, en Belgrano, porque ella hubo sido pareja de Oscar Lescano, si me acuerdo bien, el ex dirigente del sindicato de Luz y Fuerza, que era el dueño del inmueble, del que luego rememoro que la echó con un juicio.

La dislexia heideggeriana

Como Martín Heidegger gozó del favoritismo del régimen nazi, y luego de la hipocresía de algunos de los filósofos democráticos, liberales y críticos, como Sartre y la línea de anarquistas que lo adoptaron, es el caso de Alain Badiou, todavía no se nota mucho que el tipo era un chanta de primera, que escribía lo que se le antojaba sin ningún tipo de rigor ni de objetividad. Por eso su discurso está lleno de frases incomprensibles, de ilaciones ilógicas y de definiciones caprichosas, aparte de que se sostiene a fuerza de metáforas, y sus lectores acríticos se las toman como que son tan grandemente iluminadas que no las pueden entender, pero que algún día, cuando tengan el conocimiento suficiente, las comprenderán. Mientras tanto, la historia transcurre sin que intervengan ante las injusticias como lo harían si no estuvieran distraidos en la maraña de argumentos idiotas.

Heidegger fue un seudofilósofo, porque no le interesó el saber, sino el pensamiento, y la poesía. Al convocar a las personas a dedicarse a la meditación, pretendió que desistieran de cotejar sus ideas con la realidad objetiva, por lo que las ideas de sus seguidores se tornaron falsas, y la poesía, si bien puede ser placentera, no es precisa para ordenar la práctica humana. Entonces, el proyecto de Heidegger fue ruin, porque se desentendió de lo que sería de la humanidad en caso de adoptarlo, o porque, a sabiendas de lo que hubiera sido, no le importó, cosas que demuestran su desprecio por la especie.

La poesía puede hacer bien o mal, según a qué induzca, pero abandonar a la filosofía para centrarse exclusivamente en la poesía, y en meditaciones introspectivas, le haría mal a la humanidad porque le quitaría comprensión para obrar. En realidad, la apuesta heideggeriana es la de la destrucción de la filosofía, por lo que fue un antifilósofo.


Lectura

Tomás Abraham, “Heidegger, un pensador alemán”, en Tensiones filosóficas. El seminario de los jueves, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2011.

De la corrupción progresista latinoamericana

Ahora, con el quiebre del ciclo de gobiernos progresistas latinoamericanos, se expone la corrupción de algunos de los gobernantes de esos gobiernos, lo que ameritaría un análisis detallado que permitiera comprenderla en perspectiva histórica. No se puede decir que los corruptos no hayan sido progresistas, porque el progresismo existe históricamente, por lo que tiene contradicciones, incoherencias y maldades. La cuestión de la corrupción para el progresismo es difícil de resolver porque la derecha cuenta con los mayores servicios de inteligencia estadounidenses y regionales, que realizan espionaje a los gobernantes que se les oponen, y en base a eso los boicotean, junto a los partidos, fundaciones y demás organizaciones capitalistas, en particular los medios de comunicación más grandes. Ese boicot se basa en el sentido común capitalista y en la moral sacerdotal, porque el común de las poblaciones analiza los casos puntuales de corrupción histéricamente, como si la corrupción fuera cosa de unos pocos malhechores, mientras que lo normal fuera la conducta correcta, lo que, si bien en cierto sentido es verdad, no da cuenta de la enorme cantidad de corrupción naturalizada. Hay por un lado una cultura ilegítima y delictiva asentada en los gobiernos y en el funcionamiento de la sociedad civil ligada al estado, junto a las miserias eclesiásticas, que en conjunto hacen que los que reclaman honestidad sean considerados unos densos, y por otra parte existe la corrupción no reconocida, porque está aceptada por la cultura capitalista, que es la de la extracción del plusvalor. La extracción del plusvalor es corrupción porque es una maldad, pero como la ley la permite la gente procapitalista no la toma como tal, y se escandaliza cuando los que roban son los gobernantes, sin apreciar la disparidad de las magnitudes de capital que hay en cada caso. Eso no quita que esté mal la corrupción gubernamental, sea progresista o conservadora, pero incita a un análisis crítico del tema. La corrupción gubernamental del enriquecimiento ilícito es capitalista, porque quienes la cometen acumulan capital ilegalmente, en tanto que los empresarios lo hacen legal pero ilegítimamente.

lunes, 26 de septiembre de 2016

De la opresión pietista proletaria y el familiarismo especista

La opresión pietista proletaria es aquella opresión cometida por el proletariado para que las personas se comporten de acuerdo a las pautas elaboradas por los sacerdotes, o de acuerdo a los sucedáneos de esas pautas, porque los sacerdotes, al educar a los fieles, los incitan a que ellos eduquen a los laicos extraeclesiásticos, con esas ideas de que cada quien tiene que ser pastor de su rebaño. De allí que, cuando los proletarios pietistas se fanatizan, pretenden imponerles las normas de conductas pias a los que no las cumplen. El proletariado, entendido como la clase más proclive a las relaciones familiares, es falso en sí mismo cuando adopta las estructuras de parentezco propuestas por las religiones, porque ellas son de fraternidad restringida, no son de familiarismo especista. El familiarismo pietista es superable mediante la congenericidad, porque ella reconoce la relación parental que hay entre todos los humanos.

La opresión proletaria pietista no es que no tenga nada de razón, porque algo de bueno hay en ella, pero la que tiene es insuficiente.

El ultraderechisticismo

El ultraderechisticismo no es el ultraderechismo, sino la proclividad a él, el acercamiento a posiciones de extrema derecha, en el que cayeron algunos anarquistas después de la segunda guerra mundial. El problema ya venía desde antes, al menos desde Nietzsche, porque, si bien en un principio él adoptó posiciones cientificistas, después, mediante el misticismo y la adoración por la aristocracia, viró a derecha. Luego, mediante Heidegger y Hanna Arendt, los anarquistas profundizaron su acercamiento al nazismo, completado con la adscripción a las ideas de Carl Schmitt y de Mircea Eliade, entre otros. En Argentina, esta desgracia afectó a intelectuales como Christian Ferrer, Tomás Abraham, Horacio González y tal vez a Felisa Santos, también porque Foucault tuvo un cariz aristocratizante, y además a sus seguidores. Al respecto está la entrevista a Emmanuel Faye publicada en Sin Permiso el 17 de septiembre.

Las posturas místicas tienen este problema, porque sumergen a las personas en cultos sectarios que les hacen creerse parte de minorías superiores a los demás. Este problema tiene que ser atendido de buena manera para con los demócratas que cayeron en él, e incluso aunque no lo fueran, y a sabiendas de que la izquierda en general no estuvo exenta de cosas así. Las creencias mayoritarias no son extremistas, pero también tienen sus males. Dentro de la especie humana hay superioridades e inferioridades, pero algunas de ellas son falsas, y las otras deben ser bien entendidas para que no sean un estorbo a la emancipación.

La sociatría

La sociatría es la curación de la sociedad. El sufijo “atría” viene del griego “iatrós”, que significa médico, cirujano, sanador o remediador. La resolución de los males sociales tiene que ser hecha por el conjunto de la sociedad humana para ser relativamente plena, pero para eso las personas tienen que proponerse que el objetivo máximo de que la vida humana sea el de disfrutarla de buena manera, porque si a la práctica se la tergiversa con objetivos degradantes la salud social decae.

jueves, 22 de septiembre de 2016

De la violencia y el consenso

Cuando en política se justifica la acometida de prácticas violentas en el hecho de que la historia es violenta se omite recordar que, así como es violenta, también es pacífica: son modos coexistentes, y el disfrute de la convivencia humana requiere que la violencia sea aminorada en favor del consensualismo.

La “arsonia”

Para referirse al arte sonoro en términos materialistas habría que decirle “arsonia”, porque llamarle música implica aceptar la creencia en las musas, que eran seres imaginarios tenidos por diosas, o mujeres lindas comparadas a ellos.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Comentario sobre el fascismo

En la nota de Sin Permiso titulada “Espectros del fascismo: pensar las derechas radicales en el siglo XXI”, del 10 de septiembre, su autor, Enzo Traverso, sostiene que se puede denominar como fascistas a las experiencias políticas de ultraderecha contemporáneas, lo que es incorrecto. El fascismo fue el orden político de la Italia de Mussolini, y ahí terminó, aunque tuvo y tiene seguidores. Las otras experiencias parecidas a él son formas del ultraderechismo, el reaccionarismo o el extremismo idealista mítico, de las cuales el fascismo es un subtipo.

Cómo romper

Sea que se trate de destruir, transformar, perimir, deconstruir, reventar, desgastar, degradar y así, esas acciones implican roturas. La cuestión es cómo romper lo que haya que romper de manera tal que el rompimiento sea efectivo, o sea, que cumpla con los objetivos que persiga, para lo cual debe ser justo y tener objetivos buenos.

¿Para qué sirve la heladera apagada?

Para separar los alimentos de los insectos voladores en primavera y en verano. Hay que abrirla durante el día para airearla.

Hay alimentos que no requieren refrigeración, como las frutas y verduras, las legumbres, los huevos, los hongos, los quesos duros y algunos fiambres como el jamón crudo y el salame. Las aceitunas y las frutas secas y disecadas tampoco. Hay otros, como los quesos blandos, que tampoco la requieren pero cuando hace calor no hay que tenerlos o hay que consumirlos pronto, porque a los pocos días le salen los hongos, y eso hasta puede que sea bueno, ya que la muzzarella, al salirle los hongos blancos, se acamemberta, se pone como el queso camembert. A los quesos camembert y brié no hay que refrigerarlos, porque así no se maduran. Para prescindir del uso de la refrigeración hay que comprar las carnes antes de cocinarlas, consumir la leche que se abra en el día, o a lo sumo al día siguiente, y también consumir en el día, o poco después, al queso crema. Estas cuestiones varían según la temperatura estacional. Y hay más variantes, como el uso de leche en polvo.

Hay elementos conservantes de los alimentos preparados, como la sal, la grasa, el ajo y el vinagre. por lo que los guisados con carne duran uno o dos días, y hasta más, sin refrigeración, y lo mismo sucede con los escabeches y otros parecidos. Del mediodía a la noche aguantan bien las preparaciones en general. Con ayuda de la bromatología se podría saber bastante mejor cómo conservar los alimentos sin prender la heladera. Ante la duda sobre si una comida está o no en buen estado, es preferible no correr riesgos, tirarla y organizarse mejor para la administración alimentaria futura.

Esta nota podría ser preparatoria para la superación de la dependencia heladerística, pero yo mismo utilizo la heladera.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Una crítica para las relativistas democráticas proteccionistas

Pongámosle que hubiera que tolerar las maldades de las diversas culturas, por eso del respeto por las diferencias. Entonces, tampoco habría que oponerse a la comercialización de mercancías desde los centros de producción capitalistas más importantes a las naciones periféricas, porque eso sería una imposición autoritaria a otra cultura, en este caso a la cultura económica de los centros imperialistas, que es exportadora. El relativismo cultural puede ser anticapitalista, pero no antirreligioso, porque a la religión sí la considera como una creación de las culturas, y muchas veces fue procapitalista, porque celebra la convivencia entre las culturas sin cuestionar que el capitalismo es una creación cultural de la humanidad entera, porque es transcultural; hace a la lógica dislatada de las religiones, que se manifiestan en particular de distintas formas: es el idealismo abstracto, de ideas sin objeto, presente en los ámbitos sociales, que viene de la etapa mitológica de la humanidad. En sus relaciones históricas, los humanos, a partir de dejar de ser como los otros primates y de dominar a las otras especies, establecieron la economía, la práctica de las acciones para la consecución de los bienes necesarios para existir en viviendas, y sus religiones, las que obedecen a los pensamientos y a las conversaciones que se entablaron. Los pensamientos son posibles por la existencia de los cuerpos pensantes, que a su vez requieren del entorno, y son materiales, porque la energía es material, así como la materia es energética, pero los pensamientos son lo que los humanos hacemos con la mente, que es cerebral, para definir nuestra práctica. El cuerpo siente, a partir de lo cual piensa, porque las sensaciones inducen a objetos determinados por los recuerdos, y de lo que cada animal piensa decide su práctica, mal y bien según fuere. Entonces, el sistema, al hacerse mediante los pensamientos, es idealista, pero de un idealismo falente. El idealismo es el pilar fundamental del orden pensado para el sistema social, y es histórico, o sea, factual, accidental, incoherente, mientras que contiene planes y órdenes estables y precarios en tanto que se lo transforma, es una ideación totalizadora humana, y en términos económicos actualmente se plasma en el modo capitalista, que atraviesa a toda la práctica social en general, porque hace a su producción de supervivencia y su lógica se expande a los órdenes sociales extracapitalistas, algunos de los cuales son idealistas en general, y otros no, lo que es bueno y es malo según es, en tanto que los trabajadores vivimos nuestra historia terráquea. Es el idealismo de los animales humanos, que a veces no nos reconocimos como tales. El capitalismo es una producción animal, de primates humanos. La civilización es primitiva en el sentido de que es hecha por primates, ya que los humanos lo somos, no dejamos de ser primates al civilizarse la humanidad: pasamos a ser primates civiles, o burgueses, urbanos, ciudadanos y metropolitanos, y los hay campesinos e intersectoriales, pero agrestes somos todos porque la superficie continental de las urbes es parte del agro, es campo urbanizado, y contaminado por la mala industrialización. El idealismo es la causa de los males humanos cuando los hombres, a partir de nuestras ideas, ejecutamos prácticas que hacen mal. El materialismo, al objetar a quienes cometen malas prácticas, los llama a atender a lo que están ignorando, a mirar la realidad concreta, que tiene los males que tiene a consecuencia de la prosecución de las malas ideas, pero eso no basta, porque los capitalistas contestan con retórica a las argumentaciones ciertas, y eso si las escuchan. Están disláticos por su mala comprensión de la realidad.

El relativismo conceptivo impediría criticar al capitalismo, porque lo consideraría una imposición autoritaria de una postura a la otra, pero la crítica al orden idealista y capitalista es necesaria para que la humanidad viva bien. El capitalismo y los idealismos que lo sostienen son sistemas perimidos por su propia maldad, cuya superación depende de la evolución cultural humana.

El hecho de que a la civilización se la pueda calificar de primitiva, en tanto que es hecha por primates humanos, no quita que tiene distintos estadíos, al primero de los cuales se le dice primitivo también, en una acepción distinta de esa palabra, y lo mismo sucede con la humanidad, que tiene un primer estadío, llamado primitivo, y un desarrollo posterior hasta el actual.


Advertencia

Este comentario tiene al menos una idea confusa, en la parte de la relación entre el sentimiento, el pensamiento y la práctica motriz.


Anexo

Los otros animales, los que no son humanos, tienen prácticas económicas, que son las que efectúan para garantizar su supervivencia, incluso aunque no tengan viviendas. A esto lo digo porque “oikos”, de “oikonomos”, que es “economía” en griego, quiere decir “casa”. “Economía”, originalmente, quería decir algo así como “la administración de la hacienda”.

De los rompedietas

¿Vieron a esa gente que cuando otros les dicen que están a dieta se dedican a criticarles sus fundamentos para que no puedan cumplir su cometido? Como los antiveganos, esos a los que les gusta la ensalada “antipasto” porque su nombre es una provocación contra los vegetarianos. Esos son los rompedietas, los que interrumpen las dietas ajenas mediante rudezas. Porque la dieta tiene que ser social, ya que si las personas no se ayudan entre sí para sostenerla, es más difícil cumplirla, y hay que hacerlo, en tanto que esté bien definida, porque hace al ordenamiento socialista de la práctica humana.

Hay otro tipo de dietas, que son las políticas. Son órdenes políticos, que se corresponden con los órdenes alimenticios, y hay rompedietas de éstas también, pero hay órdenes políticos a los que estaría mal romper, así como hay órdenes alimenticios que debieran ser obedecidos prácticamente y según eso fuera fácil.

¿Por qué se pervirtieron los capitalistas? El capitalismo como patología social y un análisis de las clases capitalistas, con conclusión estratégica

Los capitalistas se pervirtieron por mala educación. El problema que señalo sobre las creencias, es que causan mala educación, que pervierte a las personas y las torna malas. El afán capitalista, de acumular propiedades, es una práctica que responde a malos intereses, por tener una comprensión equivocada de la vida, que lleva a que los sujetos, en vez que comportarse bien, lo hagan mal, en este caso al acumular propiedades, porque esa es una práctica sociópata, dado que causa una enfermedad social, un mal a la sociedad. La acumulación capitalista es una sociopatía derivada de pensamientos malos, que suceden a malas expresiones. Esas expresiones son las expresiones de ideas decadentes, cuya concreción apareja pena a la sociedad, porque como las ideas no reconocen bien a la sociedad, no la contemplan lo debido, y entonces le hacen mal, pero a su vez ese mal responde a los males recibidos, que le anteceden. Los capitalistas son malos también por haber sido maltratados, ya que los maltratos de las generaciones anteriores causaron un trauma a la sociedad humana que se volcó en la actual, y en ella a sus capitalistas. Reconocerles su victimización, o sea, el hecho de que fueran victimados por la violencia histórica, no los exime de crítica, es más, la crítica tiene que reconocer esa victimización, porque es parte de la historia humana. Así podría operar políticamente con una comprensión menos insuficiente del problema.

Entender lo que es la sociopatía, las patologías sociales, no en tanto que individuales, sino como hechos colectivos, permite comprender porqué las malas prácticas económicas son sociópatas, como lo es la operatoria de las sociedades fantasmas de los paraísos fiscales. Son prácticas lesivas para la sociedad. En términos jurídicos se las llamaría “de lesa sociedad”. Por ahora a algunas malas prácticas económicas no se las sanciona en la ley, porque es capitalista, permite a ese tipo de mala práctica, y la psiquiatría no considera que la acumulación capitalista sea una enfermedad individual ni social, porque ni las religiones ni su discursividad científica consideran que el capitalismo sea sociopático. El liberalismo, que es la filosofía originada en el cristianismo y adoptada por el capitalismo mundial, favorece a la acumulación de capital, así como los religiosos y psiquiatras liberales no admiten que el capitalismo sea ni una patología social ni una individual.

Habría que estudiar qué relación establecieron entre sí las religiones antes del liberalismo, pero era una en que las clases altas de las distintas naciones religiosas eran las que tenían más propiedades, por lo que las religiones, en la edad media, ya eran propensas a la acumulación de posesiones, porque la aceptaban en sus países de manera feudal, y antes esclavista, o con los modos que haya sido. Y de hecho las iglesias han sido de las entidades sociales que más propiedades poseyeron, y participan de la acumulación de capital, pero de distinta manera que las empresas. La clase capitalista no se compone sólo de empresarios, sino de todos aquellos dedicados a la acumulación de capital, como la nobleza, los gobernantes y los terratenientes actuales, y como la acumulación de capital es histórica, varía según los humanos capitalistas la hacen, y no siempre alcanza para definir al carácter de alguien como capitalista, ya que hay acumulación incipiente, que no es un rasgo estable del carácter humano. Es un capitalismo acotado, mayor al de la acumulación de capital salarial. El salario también es un capital que se acumula. Se lo cobra al inicio del mes y se empieza a gastarlo, pero al principio del mes la clase el asalariada tiene el sueldo completo, que le alcanzó a veces para ahorrar, y hasta para comprarse sus casas, autos, pagarse sus vacaciones, y demás, lo que no implica que sean capitalistas. Y las mismas diferenciaciones cuantitativas tendría que hacer el socialismo científico entre los empresarios y los demás capitalistas, porque no es lo mismo lo que acumula cada quien de los capitalistas y porque esas diferencias hacen a las que deben hacerse en la relación política que se establezca con ellos, que siempre deben propender a la socialización de la propiedad, pero de buena manera, ya que de mala forma no es aceptable para las personas bien intencionadas, muchas de las cuales son trabajadores, que a su vez dependen de los empresarios, que son los que les gestionan el pago de sus salarios y de sus aportes sanitarios y jubilatorios. Por eso es que el capitalismo debe ser superado: se le debe aceptar lo que tiene de aceptable su forma, para plantear su superación, ya que si la lucha predispone al quiebre del empresariado, los asalariados dependientes del funcionamiento de las empresas no la aceptarían, porque les arruinaría la vida a ellos mismos, lo que los llevaría a posturas políticas proempresariales, que serían tolerantes con el capitalismo porque muchos de los empresarios son capitalistas. La superación del modo empresarial de la propiedad privada, para contar con el apoyo de los trabajadores asalariados, tiene que permitirles vivir bien durante el proceso de transformación social, ya que si no fuera así les costaría más apoyarla, y lo mismo sucede con la clase asalariada estatal, que depende del gobierno de las entidades estatales para vivir, porque el gobierno es el que les paga los sueldos. En ambos casos, la aceptación de los males del sistema tiene que tender a su superación complementaria con los otros afectados por ellos, y en eso hay mucho por precisar, lo que se termina de hacer en concreto, pero el sistema no es sólo capitalista. El modo de acumulación no define a toda la práctica social. Es el idealismo histórico concreto el que define mentalmente a toda la práctica social humana, dentro del cual está la ideología capitalista, que es pietista liberal, o atea desarrollista. En ambos casos es idealista y capitalista, pero en uno es de un idealismo religioso, y en otro de un idealismo científico insuficiente, porque pretende superar al capitalismo con un producto bruto mayor que el de las potencias capitalistas pias, cosa que no puede llevar a la emancipación humana, porque ella requiere de que el trabajo sea reducido a lo necesario, entre tantos otros aspectos, como el de la democratización gubernamental, que el modelo de partidos comunistas únicos no la tiene. La ideología define a la práctica humana activa, pero a su vez es una práctica animal de carácter pasivo y proviene de la crítica de la práctica previa.

La relación con el empresariado debe ser la de la atención de una sociopatía y la del reconocimiento de su sufrimiento y de sus bondades.

Socialismo utópico y socialismo científico

Desde el socialismo científico se descalificó brutalmente al socialismo utópico. Se le acusó de no sé cuántas cosas. El socialismo científico es bastante rudo también. El socialismo científico está en deuda con el utópico, porque le debe la crítica justa, ya que algunos de los aciertos de aquél provienen de éste. La agresividad con que se tratan las distintas concepciones socialistas, y más aún las democráticas, y de últimas también las idealistas privadas, es un obstáculo para la emancipación humana, porque fragmenta a la lucha proletaria, y la hace muy violenta, en tanto que la violencia es una práctica mala sea de la concepción que sea. La violencia moderada es una solución provisoria para la conflictividad humana, pero seguirá siendo superable a la vez que persistirá, porque la práctica animal, y la humana lo es, no puede ser nada violenta. La verbalización de los sentimientos, para que también con ellos se decida qué hacer, es necesaria para el orden social y para la reducción de la violencia, pero su éxito requiere que las personas estén predispuestas para atenderse los quereres antes que pasar a la práctica activa, lo que se dificulta por los malos imperativos idealistas. El idealismo resume a los órdenes conceptivo y propietario, pero el idealismo no es malo en sí mismo, y para el socialismo es necesario que sea bueno, lo que requiere de que la gente sea verdadera. El utopismo provee los deseos del socialismo científico, pero también requiere de crítica, porque los deseos utópicos no siempre son buenos, y el socialismo científico tiene algunos objetivos mal planteados, como el de enriquecer a la humanidad con el reparto parejo de un producto bruto exagerado, mal hecho y sin emancipación mental. La riqueza no sólo es cuestión de tener las propiedades necesarias, sino también socialidad para su uso, certeza y otras cosas más. Y tener demasiadas propiedades también es un índice de pobreza, la pobreza superpropietaria, porque dificulta la vida. En relación a la pobreza propietaria, la hay por carencia y por exceso, y por su tenencia mala, que es la que no sirve para vivir bien. Las personas podrían tener la renta por cabeza que se estipulara nivelada, y aún así ser pobres, por carencia afectiva, por tener cosas insirvientes, que no sirven, por sometimiento productivo y así.

El idealismo también es práctico, porque pensar es una práctica y porque las prácticas derivadas del pensamiento son lo que son por causa de él entre otras. Aparte, contiene a la conceptividad y al propietarismo porque el uso de los conceptos y lo que se hace de las propiedades se ordenan con las ideas. El idealismo es el orden más alto para definir la práctica humana, es el conjunto de las ideas, que hace a las prácticas que se le derivan, y es material, porque las ideas son materiales, ya que son imágenes fantaseadas en la conciencia animal. Su materia es su brillo al interior de la psiquis, que a su vez depende de la materialidad extrafantasiosa, que es la del cuerpo y el ambiente. Cuando a la gente se la acusa de idealista, en realidad lo que se le quiere decir es que le está prestando atención a ideas perjudiciales, a las que no debiera atender. El materialismo cierto es el idealismo bueno, porque a las ideas se las construye en base a la investigación necesaria de la realidad, pero eso no le quita que sea reprochable, porque puede hacer mal también, a consecuencia de su insuficiencia. No obstante, a la humanidad le convendría adoptarlo.

En realidad, la distinción entre socialismo utópico y científico también es algo arbitraria, porque el primero contiene discernimiento, e ideas válidas, y porque el segundo tuvo sus hipocresías, por falta de razón. El socialismo verdadero requiere de un análisis de las distintas versiones del socialismo, y de las otras ideologías, que sintetice las cuestiones en una nueva relaboración suya. Sería el materialismo contemporáneo, comprensivo de las cuestiones criticadas luego de su fracaso posterior a 1917, con Cuba, China, Vietnam y demás y los socialdemócratas, y en eso con el fracaso de los intentos para conseguir gobiernos socialistas. Pero tendrá que obrar prudentemente, aunque la violencia histórica lo dificulte, porque los errores socialistas hacen mal y retrasan la liberación.

De la etimología y el lugar de la razón en la práctica social humana

De acuerdo a una investigación preliminar al diccionario etimológico, no pude comprobar que aquella se corresponda con el radio geométrico, porque “radio” no viene de “ratio”, que es el dativo de “razón”, sino de  “radius”, que quiere decir “rayo”, pero eso no importa, porque la razón es la facultad para comprender la realidad y practicar en ella, por lo que las personas, al razonar, tenemos que aprehender lo que está a nuestro alrededor, tanto sensorial como mentalmente, y generar una idea que se le adecúe, lo que entre otras cosas es para responder a los anhelos subyacentes a nuestros sentimientos. Por eso es que a los sentimientos y a los anhelos hay que educarlos, porque según sean pueden conducir a mala o buena conducta, que hace a la convivencia, y para eso la humanidad tiene que reconocer su congeneridad especista, porque si las personas no se saben primates ignoran su identidad de especie, lo que tiene que ser un factor determinante de la práctica, ya que la práctica humana hace a nuestra vivencia, a lo que vivimos, porque nuestra práctica le da forma a nuestro entorno, y también a nuestra subjetividad.

Las religiones, al falsear la comprensión de la historia humana, le hacen pensar a sus fieles que son seres debidos a distintos dioses, con los metarrelatos que tienen sobre la historia del universo y la humana, que hacen a una mala compresión, que ocasiona conductas agresivas no sólo entre los miembros de las diferentes religiones, y las otras ideologías, sino incluso hacia dentro de ellas, por todo ese conglomerado de reglas cuyo cumplimiento hace a la identidad social de las personas, porque los fieles la consideran según la conducta de cada quien se les sujete, pero incoherente y contradictoriamente, y además el orden social responde a las diferenciaciones socioeconómicas, y en menor medida a los órdenes que se les suceden al conceptivo y al propietario. El orden conceptivo y el orden propietario se articulan de hecho, llegando a coincidir, pero de mala manera, porque ambos están mal hechos, lo que apareja la corrupción tanto ideológica como propietaria. La corrupción ideológica es cuando la ideología expresada por las personas no concuerda con sus otras prácticas, en tanto que la propietaria es aquella en que el propietarismo, la hechura, tenencia, uso y descarte de las propiedades, es mal hecho, cuando es injusto. Las religiones, que tanto cuestionaron al socialismo por ser ideológico, también son ideológicas, porque su conceptividad mental es un conjunto de ideas, y aquello que profesan como normas para la práctica no es cumplido mucho por sus sacerdotes ni por sus fieles, porque las ideas sobre la realidad en que se basan a veces son incorrectas, muchas son mentiras, que hacen a un modo de vida miserable.

viernes, 16 de septiembre de 2016

El desarrollo que hace falta es de índole social

Cuando se habla de la necesidad del desarrollo para superar la pobreza se suele aludir al desarrollo económico, por lo que los gobiernos se meten en políticas de crecimiento, generalmente fallidas, que no erradican la pobreza, porque reducirla y terminarla depende de que las personas comprendan verdaderamente la realidad y de que en base a eso ordenen bien a la práctica social. Es más, la superación de la pobreza no requiere de un aumento del producto bruto, sino su disminución organizada en los términos socialistas y ecologistas. El problema ahí es que ni siquiera muchos de los pobres quieren a la política socialista, porque tienen falseada la conciencia, por la religión, la ideología capitalista y la experiencia negativa del autoritarismo de los gobiernos socialistas decesados.

La medición de la pobreza está falseada por la ideología religiosa y capitalista que subyace a su modelo indiciario, porque no contempla a los temores causados por los mitos, ni a sus traumas, ni a la violencia aparejada por la sujeción a las normas pias, y así con tantas cosas, como ser que no se prioriza la socialidad como un factor de riqueza, ni al juego, ni al baile, que son subestimados por el desarrollismo capitalista, que implícitamente es religioso, o de un idealismo ateo para el caso de China. Tiene una postura de convivencia pacífica entre los distintos idealismos, sean religiosos o no, que falla porque esos idealismos llevan a malas prácticas, en tanto que los seguidores de cada cual se enaltecen a sí mismos en desmedro de los de los demás, se creen superiores, por lo que se autorizan a someter a los demás, lo que termina siendo recíproco y causa una confrontación interideológica, que se mezcla con las pujas capitalistas, y el tema es más amplio.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Los humanos somos primates, con una reflexión sobre el antropocentrismo y el carácter corporal del alma

Está confirmado por la zoología que es así. Lo dice la definición de “primate” en Wikipedia. En la del diccionario de la Enciclopedia Salvat dice que los homínidos son primates, y los humanos somos homínidos. Los primates se dividen en dos subtipos, los estrepsirrinos y los haplorrinos. Dentro del primero están los lémures y los loris, y en el segundo los tarseros, los monos, los gibones, los simios grandes y los humanos. El término “primate” es cuestionable, porque Carlos Linneo lo acuñó para referirse a los primeros en una jerarquía interespecista en la que la humanidad era considerada la cúspide, pero la relación zoomórfica entre la humanidad y los restantes primates ya fue comprobada, por lo que se nos considera miembros de un mismo subgénero de especie animal. Eso no concluye el debate, pero lo enmarca. Está bien utilizar el término “primate” para los humanos si se entiende que esa primacía se refiere a la semejanza especista con los otros antropoides y no a una bondad superior de la humanidad.

Es imposible que la humanidad no haga definiciones antropocéntricas, porque nuestra comprensión responde a nuestra animalidad, que se basa en nuestros cuerpos, que son humanos, pero el antropocentrismo debe ser corregido en lo que se equivoque. El antropocentrismo no debe suponer que la humanidad sea ni el centro del universo ni la especie más importante de la Tierra, pero nos es inevitable conocer la realidad desde la perspectiva de la humanidad porque somos seres humanos, e incluso, siendo humanos, el conocimiento que construimos se falsea por las diferenciaciones interclasistas y por las subdiferenciaciones más particulares, pero no se puede pretender que cada quien juzgue desde otra perspectiva que no sea la suya, porque cada quien sabe lo que sabe por ser un ser individual, a la vez que el aprendizaje es social y que el saber tiene que ser bueno para con los demás posibilistamente, y algo análogo sucede con las otras prácticas. La humanidad es la especie terráquea superior, en el sentido de que es la predominante, pero eso no implica que sea mejor que las demás, de igual modo que la clase dominante humana no es mejor que la clase dominada: nada más que se impone, es mejor para la finalidad de imponerse, pero en realidad ni siquiera es buena. Hace bien algunas cosas, pero buena no es, por las que hace mal. Asimismo, la relación que la humanidad entabla con las especies dominadas por ella puede desmalarse, ya que para mejorarse tendría que ser buena, y no lo es en gran cantidad, pero ese desmalamiento está impedido por nuestro sistema productivo, y no quita los buenos tratos que las otras especies reciben de parte humana, en tanto que la humanidad no maltrata siempre a sus especies dominadas.

Los humanos comprendemos la realidad con eje en nosotros mismos, pero eso no es malo en sí y nos es inevitable. Nuestra materialidad no nos es escogible, no somos almas encarnadas, que podríamos irnos a depositar en un ser vivo de otra especie. Somos cuerpos animados, y nuestro alma se conforma corporalmente. La psiquis depende de la conformación orgánica, y se origina cuando el organismo empieza a percibir su entorno. El alma surge con la percepción. Los animales y los vegetales tenemos psiques, e incluso los hongos, y no sé los microorganismos, como las bacterias, los virus y las células. La idea de que el alma predomina sobre el cuerpo tiene origen religioso, porque supone que primero dios se creó a sí mismo, como un ser puro, antes de que hiciera a la materia, lo que hace dar por sentado que las almas son anteriores a los cuerpos.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Tarea para el hogar, y pensamiento sobre el narcotráfico y el lavado de dinero

Con la propagación del tráfico de cocaína en los últimos 30 años, algunas personalidades públicas adquirieron el hábito de consumirla. Una de las características de esa droga es que su aspiración nasal frecuente causa picazón en la nariz, por lo que quienes tienen el problema del exceso de consumo se la rascan, incluso cuando salen por la televisión, así que un ejercicio divertido es el de descubrirlos: se los ve, ahí, mientras que les pica y tienen que hablar de otras cosas, como queriendo disimular la rasqueta, cosa que es imposible, pero el asunto se complica porque a veces la gente se la rasca por otras causas.

La cocainomanía es un problema serio, al que tenemos que abordar desde una política social porque la prohibición impide que el gobierno eduque para el consumo racional y garantice la venta controlada de productos de calidad y la fiscalización de las cantidades en circulación y de los impuestos correspondientes, de igual modo que reirse de la gente que padece dependencia está mal si es cruel, pero no si es solidario y si esa risa no les hiere.

La legalización de las drogas prohibidas está impedida por la iglesia. En Occidente, las iglesias católica y protestante no aceptan ni a la marihuana ni a la cocaína, por lo que presionan a los gobiernos para que las mantengan proscritas. Los argumentos sobre su toxicidad o sobre el alto nivel de dependencia fisiológica que generan son malintencionados, porque el vino y el tabaco están al mismo nivel en ambos rubros, y sin embargo se los acepta. En Argentina la cocaína era legal hasta los años treinta del siglo pasado, y fabricada por el laboratorio Merk, por lo que se le llama “merca”. Como sucedió con la mafia del whisky en los Estados Unidos, la violencia del narcotráfico sólo puede ser erradicada con la legalización, porque las organizaciones de narcotraficantes tienen mucho dinero para sobornar a policías, militares y juristas, lo que hace que falle la persecución armada y judicial, y eso no dice nada de la contracara del negocio ilegal, que es el lavado de dinero, hecho por los bancos y con los paraísos fiscales, y su reinversión en megaemprendimientos capitalistas, como los shoppings y las demás construcciones con estética sofisticada, como la posmoderna, que no serían rentables si no se financiaran con dinero del lavado. En Oriente y el resto del mundo debe pasar algo similar.

En Argentina, la industria de la vitivinicultura tiene una relación estrecha con la iglesia católica, no sólo porque el vino es visto como una bebida sagrada, la llamada “sangre de Cristo”, sino también porque los dueños de las empresas que lo producen suelen ser fieles adscriptos a ella. Se nota en la profusión de santos en las marcas de los vinos, o en las biografías de los empresarios, algunos de los cuales apoyaron a la última dictadura, como los Graffigna. El caso del tabaco es diferente, porque no está en la Biblia, pero sé que los Piccardo fueron católicos practicantes en general, por lo menos en algún momento de su historia familiar, de cuyas primeras dos generaciones a partir de la fundación de la tabacalera sé poco. Tenían este mozaico en una de las galerías de su quinta:


A la fábrica la fundaron ahí por 1904, y a la quinta la compraron por 1945.

El comunitarismo empresarial

El comunitarismo empresarial es parte de su proletarismo, es el interés empresario por la comunidad, que hace a sus sentimientos de pertenencia comunitaria trasnacional, y es falso, porque es un interés mal comprensivo, pero tiene su bondad, ya que los empresarios, además de generar puestos de trabajo, hacen a la fabricación de los productos de los que vivimos, y al resto de la historia humana en lo que lo hacen. Por eso es que es un comunitarismo corregible, superable, además de por la apropiación privada de los medios de producción económica, y la acumulación de capital, que no es propia de todo el empresariado, pero sí de sus partes que acumulan, más que los estratos superiores a los incipientes de la baja, la parte media, y sobre todo la alta. No basta con enojarse y pretender violentar al empresariado para socializar sus medios productivos, o boicotearlo, por lo que el socialismo tiene que comprender mejor la cuestión, para que su política sea efectiva, en lo que se deberá valorar los estadios intermedios entre la privatización y la socialización. Además, hay que decir que la socialización tampoco sería suficiente, porque está el planteo de la comunalización de los medios de producción, que es cuando toda la comunidad, no sólo sus trabajadores, puede interceder en la práctica que se opera en ellos, lo que hoy en día sucede pero de modo deficiente.

martes, 13 de septiembre de 2016

La violencia pacifista

Para la lucha de las clases sociales de la jerarquía humana la violencia debe ser la pacifista, que es violenta moderada y a la que se termina de definir en su implementación concreta.

Un alivio la muerte. En recuerdo del tío Quico

Hay gente que se asusta cuando piensa en morirse. Dudan de si el alma se les va a ir al infierno, o al purgatorio, y de qué sucedería entonces. Los católicos conservadores piensan íntimamente así, y hay más creyentes en esa mentira. Los ateos no sabemos lo que es vivir con ese terror, que pesa en la conciencia cuando aflora, y aflora cuando se lo recrea, en las misas, en las charlas, en la televisión o lo que sea: la socialidad humana tiene ideas falsas de lo que le pasa al alma cuando se muere, por lo que quienes las prosiguen piensan mal qué será entonces de su alma. Para la gente que se pasa la vida así, y encima acosada de rica, con deberes maritales recurrentes, teniendo que pagar impuestos a diario, pendiente de la evolución del mercado y de las finanzas mundiales, con las pugnas geopolíticas, y tantos cargos más de conciencia y responsabilidades, la muerte es un alivio. Terminan de hacerse problema, y de tener culpa por hacerle mal a los demás. Lo que pasa es que otros creyentes en eso quedan vivos, y siguen con la tortura psicológica de la culpa, cuyo origen no comprenden bien, porque están tratando de compatibilizar sus ideas fidentes con la realidad, lo que les tara la práctica, ya de por sí algo fallada por la violencia. A eso el ateismo lo debe asumir. En tanto que haya fieles, la humanidad será muy violenta, y eso es malo hasta para ellos. La hipocresía capitalista es responsabilidad del proletariado también, porque el proletariado, al saber hablar, es responsable de lo que omite decirle a la aristocracia, pero el proletariado es de fidencia democrática en general, así que el ateismo está más solo en eso, pero el ateismo es verdadero, y su idea sobre la muerte también lo es, por lo que a la clase creyente le conviene saberla, ya que así se ahorrarían mucho miedo. Por eso es que la democracia cristiana es inválida, decir lo cual no es de mala onda. No critico al cristianismo para molestarlos. Exigir la deposición de la creencia, sea la que fuere, es para ayudarlos a vivir como se debe y como les gustaría vivir. La resolución de este postulado es incierta. La humanidad cree en dioses desde la época primitiva, pero para el socialismo esa es una tarea impostergable, porque le molesta la mala práctica. Eso tendría que ser reconocido mundialmente, y en particular en las universidades. ¿Pero quién discutiría la existencia de los dioses al eclesiado? ¿Y a los fieles y creyentes? Los fieles a veces son asalariados, y del proletariado asalariado alto. El fideísmo es proletario, de proletariado fino, o sea que malo, así como el proletariado asalariado medio y bajo fía también. El pietismo popular es proletario, y también le falla la práctica, porque la creencia es la forma popular de la fe, no obstante lo cual tienen algo de razón cierta. Hay un conocimiento humano comprobado, pero no basta, no alcanza para que cunda el amor bueno en la socialidad de las personas, que ese es uno de los objetivos incumplibles del socialismo. La filosofía de la práctica es para eso, para que la humanidad sepa vivir agradablemente, y eso es el vivir bien del que hablan los pietistas pobreros, como lo son los franciscanos y los jesuitas, a quienes les falta reconocer muchos de sus errores, porque son intelectuales religiosos, y defienden al capitalismo, que es el sistema de acumulación económica aceptado por la iglesia, no sólo la católica, las protestantes y la cristiana ortodoxa, sino también el islamismo que cubre todo el África sobre el desierto del Sahara hasta cerca de China y la India, y migró mucho a Europa, en tanto que el cristianismo protestante es la religión oficial de los estados descolonizados de Oceanía, así como las islas del sureste asiático tienen religiones, y está el judaísmo, las dhármicas, el taoísmo, el pachamamismo y las animistas, como el umbandismo, que tuvo pesadillas escabrosas, por esos mitos terroríficos de que un brujo les comía el alma, o las venganzas telepáticas, tan feos como las fantasías apocalípticas ultraderechistas. En cada país hay muchas religiones, y hay pujas por el dominio de la práctica social porque las iglesias pretenden ordenarla, igual que hacen los capitalistas, que son devotos cumplidores en general, en el sentido fallado del cumplimento pío, el mantenimiento de la doble moral, que no es burguesa, sino capitalista, en tanto que el proletariado urbano es burgués popular, como lo es el empresariado proletario, al que también le falla la práctica porque es creyente y porque es empresarial privado. Asumir y defender al proletarismo empresarial no implica dejar de criticarlo, y son proletarios en lo que lo son, cosa que su propietarismo les contraría, porque la tenencia de las propiedades interrumpe la familiaridad social. El exceso propietarista que caracteriza al régimen de producción compulsiva, rompe la socialidad, es de lesa sociedad, porque las personas se tienen que ocupar de propiedades más de lo que quisieran, en desmedro de aquella, y con ellas nos conducimos mal. Las propiedades son las cosas fabricadas, en cuya hechura participa mucha gente, y algo de mala manera. Todas las cosas que tenemos los humanos son fabricadas violentamente; fabricadas, transportadas, comercializadas, colocadas, utilizadas, descartadas y degradadas, lo que pasa es que la violencia es una característica del modo de vida vigente. Así que la muerte es un alivio para los que se mueren, que no tienen que sufir miedo, ni pérdidas, ni desamores, ni desazones, ni reclamos sindicales, ni judiciales, ni hostilidad, y la vida continúa para quienes siguen vivos, cuando se muere el alma. Escribí “reclamos judiciales” porque es parte de la historia, entre otros, de seres humanos considerados ricos, que es parte de la historia de la humanidad. A eso el cientificismo no lo puede negar. Ese es un bache del socialismo, la negación de la oligarquía, la negación a comprender su historia, porque el socialismo se basa en el reconocimiento de la verdad, y la historia de la oligarquía es real, es parte de la realidad, no sirve ignorarla, porque hacerlo malogra la política. No digo su historia económica, política, o de esas, sino la intimidad de la oligarquía, que es horrible. La oligarquía sale en las revistas de moda y la gente común se piensa que viven de maravillas, cuando su vida es deplorable. Es desfachatada, pero hasta algunos de los populares se piensan que habría que vivir así. Les envidiaron el encanto, la salud y las pertenencias, que no es que no los tengan, pero están llenos de traumas históricos, secretos, tramoyas, artimañas, toda una cotidianeidad de mentiras y manipulaciones, que el pueblo no reconoce del todo bien, dentro de lo que se podría saber, y las chicas finas viven desconsoladas del choque que les hace ir viendo cómo las fantasías bonitas que les enseñaron en los colegios de monjas son una quimera, y sin poder verbalizarlo fácil, lo que se replica distinto en las otras clases sociales, en tanto que el proletarismo transclasial se expresa críticamente, lo que es insuficiente, porque el avance histórico está mal ordenado, va falseado. La cuestión para la crítica es qué obrar para acertar lo debido la comprensión humana, y si es posible acertarla. ¿Es posible acertar la comprensión humana? Me lo pregunto porque la humanidad es algo decepcionante, cuando no quiere aceptar la verdad. A veces la acepta, pero le falta, y se niega incluso en cosas ya demostradas ciertamente por la ciencia, como que el universo no se creó en siete días. Ya se sabe que tardó millones de años en ser lo que es, y que se sigue recreando. No es que de la nada, en siete días, se hizo el universo tal cual es hoy y después pasó miles de millones de años, hasta ahora, estanco, sin cambiar, como un ser absoluto e inmutable en que se repiten ciclos internos sin que cambie en su transcurso. El universo muta, muta siempre, desde el big bang que fue hace cerca de 13 mil 700 millones de años, en caso de que esa teoría, bastante comprobada, sea verdadera, y si no muta igual desde hace mucho tiempo a la vez que se expande, cosa que siguió haciendo tras el equivalente en segundos de siete días ˗en ese entonces no había días porque no existía el giro sobre sí misma de la Tierra en torno del sol, y de hecho tampoco los segundos, que son una categoría inventada por la humanidad, pero transcurría el tiempo˗, pero eso a los muertos no les importa, porque ya se murieron. Es a los vivos a quienes nos importan los muertos, porque son parte de nuestro pasado, hicieron a la historia que vivimos ahora, aunque casi siempre los olvidamos. No hay que vivir acordándose de los muertos, se los olvida mucho, y después se los recuerda otra vez, para hacer el balance del pasado humano para pensar en lo que se debe hacer a futuro. Los humanos y los otros animales hacemos eso también.

Al respecto se puede leer la definición de “Big bang” en Wikipedia, algunas de cuyas partes me son incomprensibles. Existe, en contraposición a la teoría del big bang, la teoría del estado estacionario, de James Hopwood Jeans, quien fuera un agnóstico británico de la Sociedad Real, aparte de las tesis creacionistas religiosas. Si para sostener la teoría del big bang hubo que hacer muchos estudios de física, astronomía y cosmología, y aún así es discutible, no cabe que a la cuestión se la defina mediante la creencia en la leyenda de que dios lo creó en seis días, primero a las estrellas y los planetas, después a las plantas y a los animales, y después a Adán y de su costilla a Eva, de la que deriva el segundo nombre de Eva Duarte, ¡y el primero fue el de María!, lo que engancha bien con la idolatría que le hace el pueblo cristiano argentino. El creacionismo pietista, sea católico o no, es incompatible con la cosmología científica, aunque coincidan en algunas cuestiones, porque ella es agnóstica, y ya refutó a varios de los mitos de los libros tenidos por sagrados, que contienen relatos verídicos sobre la historia humana antigua, como la de la civilización egipcia, el origen del judaísmo, del islam y demás, cuyo análisis ignoro. No leí la Biblia ni el Corán, por lo que no podría comparar sus relatos con la historia de la antigüedad humana en torno de Jerusalem, a la que tampoco conozco tanto.

A este pensamiento lo hice recordando a Luis Enrique Garat, el tío Quico, un terrateniente de Castelli, provincia de Buenos Aires, que fue amigo de Jorge Rafael Videla y presidente de la Junta Nacional de Carnes durante la última dictadura militar argentina, cuestiones por las que yo casi que no tuve relación con él, pero lo conocí. En los términos del familiarismo legal, es mi tío abuelo por parte de madre, al haberse casado con Chichi, hermana de la abuela Beba. En términos congenéricos, es un abuelo de los tantos. Además de todas las críticas que haya que hacerle, también habrá que reconocer que una parte de la alimentación cárnica de la nación se debió a su labor empresarial, además de la hecha por los asalariados, y eso no impide reclamar por la reforma agraria. Una crítica justa debiera reconocer los pesares que sufrió y las causas que lo indujeran a sus prácticas malas.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Del apoyo crítico al progresismo

En Argentina, y no sé en los otros países latinoamericanos que recientemente tuvieron o que tienen gobiernos progresistas, se vetó al apoyo crítico, se le restó importancia, como si quienes lo propulsamos hubiésemos sido unos desubicados que caprichosa, o infantilmente, nos denegábamos a desempeñar con lealtad lo que debía ser nuestra obligación, que era la de bregar para sostenerlos. Hay una cosa que me parece que todavía no queda clara y que es importante, y es que la crítica es la mejor manera de apoyar a los gobiernos democráticos, ya que es la que permite corregirles los errores y enmendarles las faltas, que fueron y serán muchas, porque es inevitable que el democratismo tenga muchas faltas, ya que la humanidad las tiene en gran cantidad, y eso no quita que la crítica también permita celebrarles los aciertos, ni que se equivoque. En realidad, el apoyo acrítico, o hipócrita, es un apoyo peor que el apoyo crítico, porque con ellos, los gobiernos democráticos, no reconocen sus males, y entonces no los corrigen, por lo que éstos persisten y se acumulan, cosa que a la larga los hace caer, o subsistir en crisis mayores a lo que sería si se hubieran corregido. Los trotskistas, cuando criticaron a los gobiernos progresistas, muchas veces tuvieron razón, pero también fue una razón insuficiente para la emancipación, porque esa razón suficiente no puede ser partidaria, o frentista, mucho menos individual, sino que tiene que ser social, porque para alcanzar el objetivo de máxima es la humanidad entera la que tiene que saber qué hacer, ya que, ahora, que no es así, los trotskistas pueden señalar todas las fallas que encuentren, pero el grueso del democratismo no les responde satisfactoriamente, porque no les entiende bien el planteo, ya que carece de la conciencia dada por el socialismo científico, porque no tiene ese nivel educativo, aparte de que a veces la crítica trotskista está mal hecha porque es hiriente, por lo cual, las personas, al oirla, la desdeñan, porque les hace sentir mal, y eso sin mencionar las maldades ya conocidas cometidas por el socialismo, de las que ahora tenemos que recuperarnos, ni las veces en que el planteo socialista, sea trotskista o no, se equivoca. Esto es una parte de la explicación del declive del progresismo latinoamericano, y es una parte menor, aunque sea importante, ya que más incidencia tuvo el sabotaje imperialista liberal ortodoxo, la irracionalidad derivada del pietismo, la violencia histórica y la crisis capitalista mundial.

De la sumisión inversa

Una falla que tienen los paradigmas igualitaristas es que, al priorizar la defensa de los oprimidos de abajo, son poco propensos a admitir las opresiones inversas, que son las que los dominados ejercen sobre sus superiores, que también son injustas. Al admitir esto se debe reconocer que en su mayoría la opresión es desde arriba hacia abajo, pero como las cuestiones humanas se relacionan entre sí también hay que dar una respuesta satisfactoria para la que sufren los dominadores, que suele ser ignorada, no sólo porque es injusta sino porque a los dominadores se les dificultará más aceptar el igualitarismo en tanto que sus reclamos legítimos no sean atendidos, por lo que lo impugnarán en vez que facilitarlo. Otra cuestión es que, como la humanidad padece de falsa conciencia, los reclamos humanos a veces son malos, porque, en base a ella, las personas pretenden que se acepte a las prácticas dolientes, por lo que hay que someter a análisis a los reclamos y a las ideas en que se fundan, y ponerlas en discusión cuando fuere preciso. Este asunto llevará mucho tiempo de tratamiento, por el mal idealismo al que los humanos nos aferramos tercamente cuando lo hacemos.

jueves, 8 de septiembre de 2016

La razón y la práctica son individuales y conjuntas

Que la razón y la práctica son individuales es fácil de comprender: los animales tenemos la facultad del entendimiento y la del acto. Lo que no es tan asumido es su carácter colectivo. Es fácil entenderlo. En tanto que la razón no sólo es innata, dada por nuestra animalidad, porque es una facultad natural, sino que también es educada, depende de nuestra socialización, y lo mismo le sucede a la práctica, a la que ejecutamos corporalmente, en conjunto y a veces en cooperación con otros animales, sean humanos o no. Además, nuestra gestación y el desarrollo de nuestro aparato psicomotriz también dependen de la convivencia, lo mismo que su mantenimiento.

La razón es una facultad natural porque los seres nacidos, me refiero a los animales, nacemos con el cuerpo dispuesto para razonar, o sea, para entender la realidad: tenemos sentidos para percibirla e intelecto para pensarla, además de motricidad para practicar en ella.

Naturaleza, cultura e historia

En las ciencias humanísticas cunde mucho la idea de que hay una separación entre la naturaleza y la cultura, idea que está equivocada porque la cultura, al ser efectuada por seres naturales, es natural: es una creación artificial hecha por seres animales, humanos y no humanos, lo que no implica que la cultura esté preformateada por las naturaleza, porque ambas, la naturaleza y la cultura, son hechos históricos, y dependen en parte de la práctica humana, que es algo conciente, responde a nuestras ideas y a nuestras decisiones.

Al rescate de la figura del reflejo

Entre las tantas acusaciones contra el materialismo que se le hicieron desde la ciencia religiosa, está la crítica a la figura del reflejo, con todos esos argumentos de que el reflejo no es lineal, ni de que la superestructura no refleja a la estructura, y así, que son valederos pero que le escaparon al problema de fondo, que es el de la realidad de la historia y el orden social humano que se le debe corresponder. La figura del reflejo es una figura, nada más, y no es purista: no se trata de un reflejo absolutamente perfecto, sino concreto, por lo que hay diferencias entre el objeto reflejante y el reflejado.

El problema del sobre-queísmo

Como en la educación pública, al menos, no sé en la privada, había esos manuales de gramática que se propusieron corregir el “dequeísmo”, el uso incorrecto de la expresión “de que”, ahora sucede que se comete el “sobre-queísmo”, es decir, el uso del enunciado “que” cuando se debiera decir “de que”. Para saber cuándo corresponde una y cuáando la otra hay que formular la oración como si fuera una pregunta: si en la pregunta se dice “que” en la afirmación se debe decir “que”, y si va “de que” en la pregunta, entonces también va “de que” en la afirmación, aunque hay excepciones a esta regla, que se saldan en concreto.

Por ejemplo, en el tercer párrafo de la nota de Héctor Recalde del día de hoy en el diario Página/12 dice más o menos así: “Cuando no se tienen atribuciones para abrir las paritarias, se genera la fantasía que el derecho no se puede ejercer”. Pasado a pregunta, sería:  “¿La fantasía de qué se genera, cuando no se tienen atribuciones para abrir las paritarias?”. Por eso, se tiene que decir “se genera la fantasía de que el derecho...”.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

El poder judicial argentino atiende a la protesta social

Ayer martes en el programa Minuto Uno, del canal C5N, los periodistas Gustavo Silvestre y Alejandro Bercovich dijeron que la corte suprema de este país compensó su fallo contra el enorme aumento tarifario del gas al desdeñar unos amparos efectuados contra el de la electricidad, pero omitieron señalar que la primer decisión tribunalicia estuvo precedida por manifestaciones masivas en varios lugares de su jurisdicción, mientras que no las hubo para los impuestos eléctricos. El asunto es importante porque hace a la estrategia para resistir al tarifazo, y en general al ajuste, cuya parte legal, parlamentaria y partidaria necesita del apoyo de las movilizaciones, porque si no la corte suprema tiene más facilidades para interpretar la ley en favor de los capitalistas. El asunto responde a que Cristóbal López, dueño del canal televisivo que integra el Grupo Indalo, es fernandesista, por lo que no es muy dado al movimientismo, pero la cuestión es más compleja.

martes, 6 de septiembre de 2016

El origen fidente del profesionalismo

El profesionalismo ya dejó de ser fidente, porque es laico, pero en cierta medida lo es indirectamente, ya que muchos de los profesionales son creyentes. En su origen, el núcleo de la palabra era la expresión latina “fateor”, traducida como “confesar, manifestar, declarar, reconocer, conceder”, lo que demuestra que los latinos antiguos no discernían bien a la fe de los otros tipos de ideaciones, que es una cuestión que prosiguió en la historia, al haber sido eclesiásticas las primeras universidades y al seguir siéndolo muchas de las actuales. El profesionalismo suele ser la práctica laboral de los egresados universitarios, que suele estar ordenada legalmente en la jurisprudencia de las naciones religiosas.

Consulté el vocablo en cuestión en el diccionario etimológico antedicho.

lunes, 5 de septiembre de 2016

La drogadicción es modulable

La drogadicción es la afición a las drogas, ya que la desinencia “dicción” quiere decir “afición”. Viene del vocablo latino “addico”. Entonces, drogadictos somos todos los que consumimos alguna droga, como lo son los medicamentos, por lo que la drogadicción no es mala en sí misma, sino que es mala cuando lo es. De allí que la afición por las drogas tenga que ser racional. El problema es el abuso de las drogas, o su carencia cuando hacen falta. La prohibición de algunas drogas también trae un problema serio, porque no se puede hacer una campaña para su utilización moderada, porque la campaña sería ilegal, por lo que luego las personas las consumen de mala manera en ocasiones, además de la violencia del narcotráfico, que cesaría con la legalización. La solución tendría que ser la de la legalización con producción y venta controlada, y con consumo conciente.

 Santiago Segura Munguía tradujo "addico" como "aprobar", "favorecer", "adjudicar", "entregar", "abandonar", "consagrarse" y "obligar". La raíz "dico" es la de "decir", aunque este etimólogo la definió como "mostrar".


Cf., Santiago Segura Munguía, obra y vocablos citados.

La intuición

La intuición es un saber sensitivo, poco conciente, es una sensación preideativa, que responde al conocimiento primario y a las experiencias previas, cuya racionalización queda en la psiquis como un sedimento preconciente que se reactiva cuando sucede una situación semejante a la que la originó. Es un tipo de racionalidad, si entendemos por ésta no sólo a los pensamientos, sino a la facultad para el conocimiento de la realidad en general, ya que la intuición, al basarse en la sensibilidad, aprehende al entorno de manera sensorial, pero al analizarse intelectualmente a lo intuido se llega a conocimientos inteligibles, que luego la moldean relativamente, porque la intuición también responde a nuestras características especistas. La intuición es la base de la inteligencia, así como las piernas, el abdomen y el torso son la base de la cabeza. La diferencia estriba en que la cabeza contiene a los sentidos del oido, el gusto, el olfato y la vista, y también es táctil, como lo es el resto del cuerpo. No hay que optar por el más bajo de ambos pares, por la intuición y el cuerpo del cuello para abajo, en desmedro de la inteligencia y el cerebro, sino comprender bien la unicidad de la razón y del cuerpo humano, y la nuestra con la de la realidad que nos rodea, para ordenar bien a la práctica humana.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Representación política e injusticia, gobierno consensualista y estadística

Uno de los problemas del modo de gobierno democrático liberal es que, como supone que las naciones le delegan la soberanía a los gobernantes electos mediante el sufragio, eso los autoriza a cometer injusticias, como lo son las malas políticas, porque se creen que los votos obtenidos los autorizan a eso. De esas malas políticas no habría que acusar a los gobernantes así nomás, porque los gobernantes tienen la presión de tener que gobernar bien, se entienda por eso lo que se entienda, que los fuerza a desplegar iniciativas sin poder consensuarlas con sus afectados directos lo suficiente. Es precisa la crítica a las malas políticas, pero también que sea comprensiva y que se resuelva el problema con un sistema de gobierno consensualista, que a su vez requeriría de una reforma constitucional. El problema con eso es que precisa prescindir y reformular a algunas nociones desarrollistas, porque el debate social para hacer que las políticas sean consensuadas no aumentaría el producto bruto, por lo que aportaría un beneficio que no es medido por la estadística, ocasionando que no se lo reconociera mientras que sí se haría un escándalo por la merma productiva requerida para aquél, y tampoco bastaría con agregar un índice de debate social a la estadística, porque mantener ese modo de medir el desarrollo implicaría seguir desestimando a las cuestiones no indizadas en favor de las indizadas, además de los problemas que hay para la calibración de los índices. No sé, de alguna manera habrá que resolver el tema. Tendrá que haber una medición, pero a la que se comprenda sensatamente y atendiendo a los reclamos sociales que le afecten, aunque eso no sume puntos.

Idealismo y sociopatía humana; psiquiatría ideocapitalista

En tanto que la sociopatía humana son las maldades de la sociedad humana, el idealismo es su causa cuando los humanos cometen malas prácticas sociales a consecuencia de tener ideas equivocadas. Podría haber un idealismo bueno, si fuera verdadero, pero los que hubo hasta ahora fueron parcialmente falsos, en mayor o menor medida, a la vez que más o menos buenos según el caso.

En los casos de sociopatías y psicopatías individuales, la psiquiatría ordinaria, pienso en la de Wikipedia, que replica los manuales establecidos, es poco dada a reconocer que los trastornados son víctimas de la violencia histórica, lo que le falsea el planteo porque esa psiquiatría busca corregirlos mediante castigos o tratamientos, que no descarto del todo que pudieran servir, según cómo fueren, pero sin atender a las causas sociales de los malestares individuales, por lo que luego a los anormales los acusan, y no es que nunca se merezcan la reprimenda, porque de hecho cometen maldades, pero para resolver bien el tema se tendría que saber porqué se volvieron malos, y reformar los aspectos sociales que fuera necesario para prevenir que la lógica social enfermiza se reproduzca. Lo que pasa es que asumir eso llevaría a los médicos a tener que criticar el sistema social, lo que no pueden hacer porque para eso tendrían que criticarse a sí mismos y a su entorno social cercano, para lo que no están preparados. Imagínense si los médicos religiosos y procapitalistas tuvieran que reconocer que el idealismo capitalista es reprobable porque traumatiza a los individuos. No lo querrían hacer. Es que hay una corriente psicológica que es parte de la clase dominante, y por ende reproduce sus prejuicios y reprime a lo que se le opone, con algo de razón y con algo de irracionalidad. Entender así las cosas permite reconocer que algunos de los considerados anormales en realidad son individuos disconformes con el sistema, que están traumados por él, o sea, que tienen psicopatías verdaderas, y que agreden como una forma violenta de protesta individual. Los problemas psicológicos, en realidad, también requieren de una solución política, porque en parte son consecuencia de los males sociales, que a su vez dependen del ordenamiento y de la comprensión social de la realidad. Es obvio decirlo pero hay que hacerlo porque mucha gente no lo sabe.

Otro punto es que todos los humanos somos psicópatas, en el sentido de tener malestares psicológicos, que en general no son graves, pero existen. La neurosis, en sentido leve, es el nerviosismo, cuando las personas están nerviosas, lo que es bastante común y es una psicopatía ligera, y así hay otras tantas. La neurosis refleja a la violencia histórica, porque las personas al ser violentadas se ponen nerviosas, por lo que la salud mental requiere que el sistema social sea bueno, aunque no pueda ser absoluta, ya que siempre habría motivos para las preocupaciones.

La psiquiatría ideocapitalista es la que es idealista, sea de un idealismo pietista o ateo, como debe serlo la de China, aunque no lo sé, y además es procapitalista.