Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 29 de agosto de 2015

La corrupción es exculpable

La corrupción es la rotura de algo hecha por varios factores. Se nota eso en su etimología, que es la de  “co-rromper”. Cuando hablamos de la corrupción humana en ciencias sociales, nos referimos a la corrupción política, o sea, a las faltas a la moral, como son los delitos ilegítimos, muy violentos en ocasiones. Lo que quiero señalar al respecto es que, ante la corrupción, las sociedades a veces adoptan una respuesta acusatoria y punitiva: descargan las broncas que les causa la opresión en los corruptos descubiertos, lo que los corrompe más aún y lo que, al no tratar la opresión, mantiene a las causas de las broncas. Es una respuesta que no resolverá el problema que pretende resolver, ya que los corruptos lo que necesitan es apoyo y comprensión, que se comprenda socialmente su historia, los traumas que sufrieron y las causas de sus males, lo que no quita que puede que haya que encerrarlos para que no cometan más daños fuera de las cárceles, aunque tampoco esa es una solución incuestionable: es una solución provisoria y que tiene males. Para ahondar en la solución del problema es preciso que la humanidad sea verdadera, porque sólo así cada humano podría decir la verdad que conoce para que se busquen las soluciones en común.

Además, dado que la opresión es general, todos los humanos somos corruptos en algunos aspectos.


Anexo

“Punitivo” es un término derivado de “pena”, por lo que la justicia punitiva busca apenar a los delincuentes, lo que tiene algo de justo, porque los delincuentes en ocasiones se gozan de maltratar a los demás, pero esa es una justicia superable, y algo injusta.

viernes, 28 de agosto de 2015

Crítica al proletariado y a la estrategia socialista

Insistiré en un punto esbozado en “La determinación del capital y la estrategia socialista”, aclarando al pasar que mi conclusión de que el capital es un sistema totalizador, no sólo económico, viene de Foucault, entre otros, quien tematizó a otras instituciones, aparte de las fábricas, como las escuelas, las cárceles, los hospitales y los manicomios. Faltaría hacer un análisis en ese sentido de los bancos y de las iglesias, y también de las familias, y demás, aparte de completar la crítica a Foucault, que se equivocó mucho, en particular al desistir de la toma partidaria del poder gubernamental, lo mismo que Marx y quien fuere somos criticables en lo que lo somos. En el caso de Marx, un punto de crítica es que omitió reconocer la opresión sufrida por la clase capitalista, lo que atora a parte de la estrategia de la izquierda, e impide reconocer la extracción de clase de todos sus miembros, o los fuerza a luchas difíciles, lo que complica a todos los humanos. Es comprensible que Marx haya hecho esa omisión por la bronca que causa el capitalismo, que genera muchas veces respuestas agresivas.

El punto al que aludí es que el proletariado es una clase que, en tanto que es histórica, es influenciada por el propietariado, que se da una práctica para conducirlo religiosamente, por lo que el proletariado es propietarizable, o sea, religionalizable, o educable según formas pías sin credo, para los laicos, aunque, en tanto que clase productora de los bienes necesarios para la reproducción humana, se dedica a las cosas terrenales más que la clase alta. De igual manera, la clase propietaria es proletaria en parte. Un error entre los socialistas es la idealización del proletariado, como si no tuviera miserias, oscurantismos, malas prácticas, deshonestidades, violencias, rudezas, trampas, irresponsabilidades, compulsividades, etc. Esa idealización lleva a los socialistas a plantear una política para con el proletariado, en vez que una política para con el conjunto de la humanidad, por lo que en alguna medida el socialismo carece de una política para con el propietariado, que debe ser la de la aserción y la de la búsqueda de su liberación conciente, a la vez que por la fuerza legítima, ya que la clase tendencialmente más propietaria está oprimida porque su comprensión de la realidad está falseada por las creencias y por las prácticas derivadas de esa falsedad, además de los males que cometen en respuesta a la violencia y a sus intereses sin sentido filosófico. Se basan en una ciencia falsa, que los lleva a ser malos, en vez que en la ciencia verdadera, que es la que contrasta sus supuestos con la realidad exterior al pensar y los corrige según esa contrastación. Es una ciencia interpretativa y empírica, que contiene algo del positivismo pero que no se agota en él, ya que busca ordenar la conducta humana según la verdad para que la vida sea feliz.

El hecho de que el proletariado es propietarizable se nota en el sindicalismo cristiano, que es capitalista, de un capitalismo demócrata cristiano, porque apoya las mejoras en el marco del capitalismo, sin pretender superarlo, a diferencia de la socialdemocracia, que apoya las mejoras, incluso dentro del marco del capitalismo, pero con la intención de superarlo según sea posible. En esto, la división que se da es correspondiente a la que hay entre las doctrinas eclesiásticas y las científicas laicas. Y también hay que entender que algunas de las pretendidas mejoras lo son en algunos aspectos pero no lo son en otros, ya que los empeoran, por lo que lo que debe hacerse es buscar mejorar sin perjudicar a los demás: se luchará por eso porque es una opción posible y porque el deseo de gozar de la vida y el sentido moral son parte de la naturaleza humana.

Por otra parte, no todas las acciones proletarias son buenas: ya se sabe de lo malo que es el superproductivismo en curso, etc.

Además, los socialistas no estamos exentos de miserabilismo: somos mísicos, es decir, coexistentes con las misas, igual que somos miserabilísticos. En tanto que existan las misas, los humanos coexistiremos con la miseria.


Aclaraciones

1. Ese error de no tener política para con la clase propietaria no es de todo el socialismo, sino de sus variantes obreristas: hay tendencias socialdemócratas, y del socialismo populista, que tienen ese aspecto mejor resuelto, aunque no así otros.

2. La cuestión del poder pastoral, que el propietariado ejerce mediante sus instituciones, fue abordada por Foucault en el artículo “«Omnes et singulatim»: hacia una crítica de la razón política”, publicado en ¿Qué es la ilustración? por la madrileña Ediciones La Piqueta en 1996. En ese artículo, Foucault confundió a la razón política en sí con la razón política propietaria, lo mismo que hizo con el Estado, de lo que se derivan errores políticos corregibles. A su obra, que tiene riqueza, hay que analizarla para acertar sus puntos falseados, como hay que hacer con todos los clásicos.

martes, 25 de agosto de 2015

Del desprecio a los miembros sexuales

De esa cizaña rebajadora que tienen los populistas, que consiste en aplicar principios degradantes a quienes se las dan de estar en contacto con los dioses, y a los altivos y soberbios, cuando no son ellos mismos, o simplemente a quienes no hacen lo que ellos quieren, y demás usos generalizados, viene la descalificación a las gónadas sexuales femeninas y masculinas: cuando se dice “concha que te parió”, “este es un boludo”, “no seas pelotudo”, “la concha de tu hermana”, “pelotuda de mierda” o cosas por el estilo. Primero hay que aclarar que a la gente diosera y agrandada hay que hacerle comprender que los dioses son falsedades humanas y que los humanos somos animales que debemos vivir igualitariamente, en vez que llevarle la atención a cosas supuestas como más terrenales como las pelotas, la mierda, chupar la verga, entregar el orto, hacer el beso de conchas, pegarse un martillazo en el clítoris o lo que fuere. En eso, el principio de degradación hacia lo concreto está equivocado. Por otra parte, no tiene sentido pretender que se haga caso de mala manera: la gente no lo aceptamos. A lo sumo obtendrán una obediencia conveniente. Tercero, los testículos y vaginas no tienen nada de malo en sí mismos, son partes del cuerpo humano, dan placer y permiten la reproducción de la especie porque crean las espermas, igual que los anos y demás partes hacen a nuestra vida: su asociación a la bajeza es producto de la fetichización del cuerpo operada por el propietariado y repetida a veces por la gente común.

Ese principio de rebajación fue tematizado por Mikhail Bajtín en La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de François Rabelais.


Anexos

1. “Soberbio” es “superior”. Viene del vocablo latín “superbus”. Para ésta y las demás referencias del latín, trabajo con la tercer edición del Nuevo diccionario etimológico “Latín-Español” y de las voces derivadas, de Santiago Segura Munguía, impreso en Bilbao y en 2006 por la Universidad de Deusto.

2. Imaginar dioses también es una acción terrenal, porque los humanos la hacemos en la Tierra. El error es creer que esa imaginación es verdadera, o sea, que existe tal como la imaginamos en el mundo exterior a nuestro pensamiento.

miércoles, 19 de agosto de 2015

De la cobertura oficialista a las inundaciones en Buenos Aires y Santa Fe

Lo que vi de la cobertura periodística en la Televisión Pública, del noticiero Visión 7 y 6,7,8, se refirió a algunas de las causas centrales de la inundación: el cambio climático, los canales ilegales de los campos sojeros, que llevan el cauce de las lluvias a los ríos que colapsaron, y el bloqueo del drenaje del agua por los barrios privados construidos en el delta del Paraná, en la localidad de Tigre. También mencionaron a las obras hídricas que sí se realizaron, que no bastan para resolver el problema porque el caudal de agua aumentó más que lo que esas obras pueden absorver, al igual que notaron que los barrios pobres suelen estar en los suelos bajos justamente porque los ricos se instalaron en las tierras altas para prevenirse de las inundaciones. Pero hay cuestiones que no abordaron. Por un lado no convocaron a hablar a los miembros de los movimientos sociales que se dedican a las inundaciones y a los ríos, como es la red de habitantes de los barrios inundados del primer cordón del conurbano al norte de la ciudad de Buenos Aires, el Espacio Intercuencas y los demás que haya. En eso se nota el perjuicio causado por la testarudez del gobierno, que reprime a las críticas aunque sean ciertas, por lo cual no atiende a los males cuya resolución reclaman los movimientos, y que estallan en ocasiones como ésta. Por otro lado, la cobertura demócrata cristiana no reconoce que las viviendas de la clase baja, y las de clase media, también frenan el drenaje del agua: sólo acusan a los barrios privados, porque son de los ricos. Esto se relaciona con la falta de crítica al latifundismo en el populismo: no se cuestiona, o se lo hace muy poco, al latifundismo, cuya contracara es la concentración urbana, y por eso no se comprende su relación con la inundación, porque el latifundismo obliga a grandes masas de población a congregarse en áreas relativamente pequeñas y porque el tipo de explotación de la tierra que apareja causa deforestación, lo que también agrava las inundaciones porque los bosques, que retendrían a las aguas de la lluvia, fueron exterminados.

Más importante todavía es que, si bien se mencionó al cambio climático, y a las expresiones del Papa Francisco al respecto, obsecuentemente para con él, no se explicó la relación entre aquél y la industria capitalista, por lo que no se planteó la necesidad de una reforma a la producción mundial y de una ética del consumo, en consonancia con el reclamo ante la ONU por la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero. En tanto la población argentina no entienda la relación entre la industria capitalista y el cambio climático, la lucha por la resolución del problema estará obstaculizada por la ignorancia de las masas de este país, y lo mismo vale para el resto de la Tierra.

Aparte, pretender que se solucione el problema de las inundaciones mediante obras hídricas es contraproducente en algunos aspectos, ya que para eso habría que hacer obras en las cuencas de todos las zonas inundables que, dado el cambio climático, son muchas y cambian. Deben hacerse según un plan conciente en algunos lugares, pero otros quedarán sin su protección. Y eso sirve sólo para los países en desarrollo. Los subdesarrollados no pueden costear obras hídricas democráticamente. Por eso es que revertir el cambio climático es la prioridad, al igual que lo es la socialización de la tierra..

jueves, 13 de agosto de 2015

El viejito “¿No es asííí...?”

Mis disculpas a quienes no entiendan el chiste, que requiere haber participado de una charla de fantasmas. Es el personaje principal de “L´anglais au Moulin Rouge”, de Toulouse-Lautrec, que tuvo de qué lamentarse. ¿Wouldn´t he?


jueves, 6 de agosto de 2015

Para que tengan, a falta de mejor título

A mí, que soy comunista, descaradamente me podrán descalificar desde la izquierda acusándome de pequeño burgués, por vivir de un alquiler, de una donación paterna y de tareas informales de economía familiar. No es nada extraño a la historia del acoso clasista de la izquierda. Un ejemplo muy conocido es el del socialdemócrata Guillermo Estévez Boero, que según la canción fue terrateniente, supongo que por haber heredado tierras. No me voy a meter en ese caso porque no lo conozco, pero sí les hablaré del mío. Aclaro que hay quienes no se merecen la bronca volcada en esta crítica.

Como el común de los ciudadanos sujetos a la ley argentina, tengo un padre y una madre que desde que nací me fueron asignados según el modelo familiar judeocristiano, que también pauta la herencia. Mi padre, veterinario, es socio fundador de una empresa pequeña que asiste a los tambos para mejorar la producción lechera capitalista, cosa que algunos socialistas podrán reprocharme, o se lo harían a él, yo mismo lo he pensado, pero que no harían ni cuando consumen productos lácteos ni cuando lo hacen los trabajadores del país o extranjeros. Por parte de madre, recibí rentas por alquileres y acceso, para alojarme a lo largo de mis 37 años, a dos departamentos en Buenos Aires, dos quintas, y otro departamento en Mar del Plata, inmuebles que heredó la abuela Beba, llamada María Teresa Guichandut de Norzagaray, y que provienen de que un tatarabuelo mío, judeocristianamente, o un antepasado común a la humanidad, en términos fraternales, Juan León Piccardo, fundó la empresa Nobleza Piccardo, que tenía sedes, entre otros lugares y si es que recuerdo bien, donde ahora están el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNBA. Con la plata que sacaron de esa empresa, luego él y sus descendientes se dedicaron a la compra de inmuebles, algunos para su disfrute y otros para alquilar, como tres edificios del centro: uno en Florida a media cuadra de la plaza San Martín, otro en Paraná entre Santa Fe y Arenales y otro en la esquina de Corrientes y Callao, donde está el bar La Ópera, a cuya vereda iba Néstor Perlongher vestido de mujer para el levante, y una sede de la Unión Cívica Radical y la de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, a la cual mi abuelo Luis Manuel Norzagaray le alquiló un departamento a finales o poco después de la dictadura del ´76. El abuelo Luis, que fue ingeniero y tuvo un título nobiliario al que dejó de darle importancia, rechazó una invitación para unirse al Jockey Club y murió joven, como a los 55 años, en el año ´82, u ´83, de un infarto, por haber fumado mucho y por los nervios que le causó la administración de los inmuebles de la abuela Beba, entre otras causas. Cuando los socialistas no reconocen la opresión sufrida por los capitalistas, obvian cosas como esa, y otras tantas que también son graves. Y todavía peor es el trato dado a veces a los ricos por los populistas y los anarquistas, algunos de los cuales son pequeños burgueses, o altos burgueses, e incluso aristocráticos.

En mi caso, compré un departamento para vivir en la localidad sanmartinense de Malaver, mientras trabajaba en el CLACSo, pero luego de recibir un mail falso, que decía que la subestación eléctrica que está a 200 metros de él era terriblemente mala para la salud, tuve, a causa de eso y de otros maltratos, una crisis nerviosa que me desató un zumbido permanente en los oídos, a lo que se sumó un dolor en la panza relativamente crónico pero tratable, por gastritis y esteatosis, a consecuencia de la opresión y de la glotonería bajtiniana, que están relacionadas. Los razonamientos prejuiciosos de parte de la izquierda omitirían reconocer que esos males son parte de la explotación, por tratarse mi caso de un pequeño burgués, ahora parcialmente rentista, aunque de ingresos mensuales de 5500 pesos. Pues bien, se equivocan, pero hasta que no lo reconozcan no podrán hacer justicia a todo el reviente y la opresión sufrida de la clase media para arriba. Y estos padeceres que relaté de mí mismo y de mis conocidos familiares son sólo algunos pocos de los que podría contar. La lista es extensísima, y no quita la opresión que los capitalistas altos le hacen sufrir a los demás, ni la extracción del plusvalor al proletariado por medio del régimen laboral y del saqueo a los estados.

Por otra parte, ¿qué tendría que hacer? ¿Donar mi departamento? Me acusarían de sensiblero ingenuo. ¿Rechazar a mi familia, entendida en términos judeocristianos, pero también históricos, e irme a trabajar asalariadamente y en una dura explotación a una fábrica? Eso sería una solución idealista, aparte de injusta para conmigo, lo mismo que lo es el planteo de que los verdaderos socialistas rompen con su clase y su familia para juntarse con los trabajadores, ya que ni Marx ni Engels dejaron de ser de clase media alta, o alta, al hacerse socialistas, aunque sí dejaron de ser capitalistas, ni muchos de los socialistas que conozco dejaron de ser de clase media alta, aunque sean asalariados. Hay que recordar que León Trotsky fue hijo de un chacarero y de una noble de la baja aristocracia, por lo que accedió a una educación de alto nivel, que lo formó y que él mantuvo incluso luego de haberlos dejado y de liderar la revolución rusa. La pertenencia de clase es un rasgo nuestro, de cada humano según su clase, aunque quien sea cambie de clase, ya que hace a su pasado. No se puede quitarse el pasado, aunque sí desobedecer a los mandatos dominantes y luchar por la emancipación.

Bueno, en fin. Lamento lo mordaz del comentario. Es por tener un opresión vieja que no es bien reconocida por los compañeros de lucha, lo que me aparejó otros malos tratos. De todos modos, no pretendo que todos los luchadores me reconozcan como tal, porque les conozco los preconceptos. Yo soy de la postura de que la lucha debe ser complementaria para ser placentera, relativamente y según las circunstancias de cada quien que quiera participar de ella, para tener arraigo masivo, ya que si se plantea una lucha sufrida, hay quienes le rehúyen. Es que es natural que los humanos queramos gozar y no sufrir, y está bien si lo hacemos según debe ser. Los casos perversos son aquellos en que esa naturaleza es quebrantada por la alienación mala.


Anexos

1. Otra cosa a tener en cuenta es que recibir muchas pertenencias por herencia no es lo copado que se suele pensar: aunque garantice tener mucha plata, obliga a ocuparse de esas pertenencias y de sus allegados, lo que requiere de mucho esfuerzo, cosa que interrumpe el desarrollo vocacional. Hagan la prueba de pensar cómo se sentirían si recibieran cosas que los obligaran a dejar sus trabajos para tener que dedicarse a cuestiones administrativas y judiciales, por citar un ejemplo. Eso para que se entienda que la socialización de los medios de producción, de ser bien hecha, podría ser bien recibida por sus dueños, ya que los liberaría de algunas tareas que los recargan. Pero, dada la violencia histórica, ni eso es fácil de hacer ni los propietarios están dispuestos a aceptarlo.

2. Aparte de estanciero, Estévez Boero fue socialista, por más críticas ciertas que puedan hacérsele, que tienen que ser justas para con él también, ya que no eligió las circunstancias en que nació ni muchas de las que vivió, y tuvo que vérselas con la barbarie capitalista. Y el Papa de ese entonces no fue obrero ni montonero. Eso fue como habría sido acusar a Engels de ser administrador de las finanzas de la empresa textil de su padre, más allá de las diferencias entre uno y otro.

3. Mejores títulos hubieran sido “Contra la discriminación clasista” o “No a la discriminación por clase social”.

4. Mis dolores de la panza permanentes eran consecuencia de ser celíaco no diagnosticado. La celiaquía es una enfermedad debida a la incapacidad para digerir el gluten, que es difícil de diagnosticar porque es polisintomática.

Hojas de ligustrina heladas


Vidrio empañado con reja