El abuso en el consumo de drogas recreativas podría reducirse mejor de lo que propone el prohibicionismo absoluto si el régimen laboral no fuera tan injusto, porque a veces se llega a este abuso como compensación frente a las presiones laborales, pero el tema es más amplio. El hecho de que no se disfrute al trabajo tanto como se desea bien es un factor que lleva al exceso lúdico de drogas.
Un blog total, cósmico, terráqueo, naturista, humanista, comunista, demócrata, feminista y libertario.
viernes, 20 de junio de 2025
miércoles, 18 de junio de 2025
¿Gimnastas?
Parece que el vocablo griego "gymnós" significaba "desnudo". Entonces, "gimnasta" sería "nudista", lo cual no se adecúa al uso que más se le da a este concepto. Entonces, hay falta nominal. Cf. "gimnasia" en DECEL.
lunes, 9 de junio de 2025
¿Cuál librecomercio?
El librecomercio, como comercio desprovisto de impedimentos gubernamentales, puede adoptar varias formas, no todas las cuales son buenas, así que debe ser bien definido. El preponderante ya causó muchas bancarrotas, pero tampoco su escasez serviría bien. Un problema es que, como es una actividad social, su calidad depende de la ideología de los individuos, que hace a su práctica conjunta. Tendría que ser bien delimitado a mediano plazo, ya que la humanidad dista mucho de estar lista para reemplazarlo por un método de intercambio más liviano.
lunes, 2 de junio de 2025
Del ascenso actual de la ultraderecha
Pienso que hubo una decepción poco conciente con el liberalismo smithiano, por la cual los pueblos de democracias plurales optaron, antes de este auge reaccionario, por distintas alternativas entre la socialdemocracia al conservadurismo, pero, como ambos rigieron bajo constituciones liberales, su desempeño gubernamental fue liberal, sin que los pueblos lo notaran bien, y entonces no perciben mucho el defecto constitucional: se cree que el malestar social es más por culpa del gobierno de períodos cortos, de por 4 a 6 años, de acuerdo a lo que duren sus presidencias, que de la Constitución, que manda por plazos más largos, así como no se reconoce bien que el poder judicial y el parlamento son instancias de gobierno. La Constitución argentina, por ejemplo, siempre, o casi siempre, fue liberal, desde 1853, quizás la de 1949 a 1956 no lo fuera, es decir, que el régimen argentino tuvo ley suprema liberal al menos en general, y cuando hubo gobiernos militares también fueron liberales, así como fue la revolución de 1810, que instauró al liberalismo desde entonces en este país. Argentina fue liberal durante toda su historia, incluso cuando sus presidencias socialdemócratas, pero, al entrar en crisis, se le echó la culpa al socialismo. Los pueblos de países con constituciones liberales probaron con el progresismo cuando fracasó el conservadurismo y después con el conservadurismo cuando falló el progresismo y, ante el hartazgo de ir de crisis en crisis, ahora prueban con el ultraliberalismo, que tampoco resolverá bien el problema. Un escollo es el constitucionalismo liberal, pero, aún resolviéndolo con una buena ley suprema socialista, ello no bastaría para mucho, porque los pueblos adhieren a concepciones algo equívocas sin asumirlo, y entonces la práctica social se les torna algo nociva, más o menos según cada cual y su momento. El socialismo no puede tener muy buen éxito mientras que el liberalismo lo boicotee, por ejemplo. Entonces, hacen falta tanto una ley suprema que permita sanear bien los defectos del capitalismo en curso como una adhesión de los pueblos a concepciones mejores que las vigentes, y eso, en parte, depende de qué violencia política aplique el socialismo para vencer, ya que, cuanto peor sea, obtendrá más resistencia en contra, por lo que hace falta que sea bien definida, cuestión dificultada por la hostilidad sofisticada de la derecha, que causa rencores arduos de controlar bien.
Si el comunismo, incluso habiendo socializado bien las empresas y el gobierno, que también es una empresa en algún sentido, cometiera abuso productivo, uno de cuyos subtipos es cuando se explota más que lo necesario para convivir bien, su sistema decaería, así que faltan varios niveles de arreglos para que funcione bien: por ahora, en los países de constitución comunista, se da un capitalismo mixto en que las empresas grandes son tituladas por el gobierno, una megainstitución liderada por militantes comunistas, y empresarios magnates que en general son liberales. La producción menguada es otro subtipo del abuso productivo, y el nivel justo no es necesariamente bueno. La disputa teológica subyace de alguna manera, contradictoria y variada, a la confrontación política.
Uso categorías macro como "socialismo", "liberalismo" y "comunismo" en sus acepciones más usuales, que no son las únicas posibles, ni del todo adecuadas, por motivos que expliqué antes.
Que el liberalismo haya entrado en crisis no debiera ser motivo de festejo exagerado para la izquierda, ya que el socialismo fracasó en la URSS y volverá a hacerlo de algún modo, porque, de ganarle la disputa mundial, también encontraría sus límites y errores, a los que tendría que resolver con formas políticas nuevas, y es posible que el liberalismo sortee su crisis como ya lo hizo antes. No es que sea del todo malo, por lo que su superación debiera conservar sus buenos aspectos, ni el socialismo está exento de atrocidades terribles, que deberá enmendar bien.
Esta ultraderecha, por lo general al menos, no es fascista ni nazi, aunque sí puede ser filofascista y filonazi, fascistoide, o simpatizar con algunos de sus postulados aberrantes, sino que es de liberalismo extremo, sino proclive a él, un tipo de liberalismo más radical que el conservador, incluso aunque adhiera al proteccionismo nacionalista estrecho, como Donald Trump, porque este proteccionismo es liberal: mantiene a la república representativa de gobierno tripartito, el salariazgo que plusvaloriza a los titulares de las empresas medianas y grandes y la tolerancia religiosa exacerbada, aunque priorice la libertad de comercio más hacia adentro de su país que hacia afuera. Es un proteccionismo que busca resguardar la economía estadounidense más que el comercio mundial, dada la crisis del empresariado local que causaron en EEUU las importaciones desde China y Europa, entre otros lugares, y es ultraconservador en derechos sexuales, raciales y de género, y muy antinmigración, ya que su modelo de desarrollo no tiene lugar para todos los inmigrantes, en cuanto que está saturado y no produce muchos puestos de trabajo nuevos porque las mayores ganancias no se reinvierten en la producción más básica, sino que se atesoran en guaridas fiscales, dedican a la especulación financiera y a bienes suntuarios en contexto de pobreza. Es lógico que sea así, porque los grandes empresarios no pueden reinvertir tanto capital en la economía más benéfica, ya que no les da el cuerpo para hacer muchos negocios de los más básicos, cuyos elementos centrales, como la maquinaria, las instalaciones y herramientas, son más pesados que los títulos financieros, pero el sistema les permite acumular mucha ganancia abstracta, de papeles o impresiones computadorizadas, como las de las cuentas bancarias, por lo que se vieron en la necesidad de depositarlas de una forma que perjudica a la sociedad. El proteccionismo keynesiano, de cuño progresista, también fue liberal: John Maynard Keynes lo propuso para salvar al sistema de la crisis del ´30 ante el avance comunista. Otros de los representantes de esta derecha dura son bastante antiproteccionistas para las economías de sus países de origen, como Javier Milei. La integran líderes como Giorgia Meloni, Nayib Bukele, Volodimir Zelensky y Benjamin Netanyahu, pero también avanzó en el este europeo, los Países Bajos, España -con Vox-, Francia -con Marine Le Pen-, Gran Bretaña -con Boris Johnson-, Portugal, Polonia, Alemania -con AfD- y demás naciones, en una versión nueva, pero más furiosa, del viejo conservadurismo, que es moderada, hasta ahora, en comparación con el nazismo, el fascismo y el franquismo, pero que puede conducir a una tercera guerra mundial, esta vez con las armas atómicas muy desarrolladas, a lo que también aportó el progresismo estadounidense y europeo y el bloque de los BRICS, quizás en medida menor. Hasta hoy, el único país que tiró bombas nucleares fue EEUU, por orden del demócrata Harry Truman, y no recibió sanción tribunalicia por ello.
El ascenso actual de la ultraderecha, aunque se deba a un hartazgo poco conciente con el liberalismo constituido, también responde a un conjunto amplio de causas que lo excede y que obedece a los errores progresistas, como la insistencia excesiva con la diversidad sexual y de género, la ecología y el feminismo, la indiferencia exagerada por las cuestiones laborales y el machismo y demás asuntos, como los golpes inflacionarios argentinos, que en parte se debieron al descalabro fiscal pero también al antiprogresismo del gran empresariado más conservador y reaccionario, al que le repugnó la lascivia habilitada por el kirchnerismo y que usó su poder para definir los precios como arma para causarle descontento popular en contra. La derecha extrema y mediana argentina puede haber observado con celo el disfrute del pueblo kirchnerista, porque lo tiene muy vedado por las prohibiciones religiosas más estrictas y la disciplina exigida por la competencia económica y política más alta, por lo que éstas son obstáculos para el buen goce social, ya que causan el deseo de frustrar el placer ajeno, que en parte se justifica bien, porque es algo malo, pero no a la inversa, en lo que juega un rol especial el temor al castigo divino porque se cataloga a goces benignos como pecaminosos, no sólo desde la clase más poderosa: es un importunio que también se da en sus subordinadas. El desbarajuste presupuestario de la presidencia de Alberto Fernández se debió a la evasión impositiva, los subsidios pandémicos y de políticas públicas y el pago de la deuda oficial, pero también al modelo de acumulación liberal, que concentra mucho capital en pocos dueños y se lo quita a su pueblo y gobierno, pero, como esto no es muy visibilizado, tal déficit se perpetúa: es un detrimento constante en la economía internacional, atenuado pero también presente en los países de legislación comunista.
En algunos países, como Argentina y Ecuador, el avance de la ultraderecha se nutrió del desprestigio del progresismo dado por el llamado "lawfare", que combina asedio jurídico con campaña periodística. Es un golpismo liberal extremado, de tipo conservador y pacífico, que se compone con la guerra contra Rusia y el bloque irano-franjogazatí porque se referencia en la OTAN. El régimen iraní también es conservador, porque su líder supremo lo es, pero su oposición a EEUU y la OTAN lo acercaron a China, así como su modelo es antimonárquico: depuso a la dinastía Pahlaví en 1979, que ahora busca recuperar el trono. El presidente del gobierno iraní, Mazoud Pezeshkian, es de centro (ver su biografía en Wikipedia, pero no la versión castellana, sino la inglesa traducida al español, en particular el enlace a lo que se llama "facción reformista"). La presidencia pakistaní, aliada a la de Irán, es de centroizquierda islámica. El régimen iraní es teocrático, lo cual deberá ser bien resuelto, pero el Vaticano también lo es y no se le hace mucho escándalo, así como se tolera a las repúblicas de constitución clerical, o monárquica, y a los errores de los credos nacionales, incluso de izquierda.