Lo hacemos con expresiones equivocadas, como "que descanse en paz", que supone que al morir se descansa, o "partida física", como si el muerto no hubiera muerto, sino que se hubiera deshecho su cuerpo mientras que su alma seguiría existiendo en otro lado. No les recordamos bien, ni nos hacemos bien a nosotros mismos, al tematizar su muerte de manera mentirosa.