¿Son de verdad inmoralistas, o antimoralistas, quienes se proclaman como tales? Hay una confusión derivada de las distintas acepciones para la moral. La que está más en boga dice que es un conjunto de valores y de prácticas que se les corresponden a los que la sociedad estima como buenos, es decir, que depende de cómo se interprete al bien y al mal. Entonces, si la sociedad equivoca esa interpretación, su moral se torna perjudicial, pero rige mientras que no se la cambie. Esto es relativo porque los asuntos sobre los que se juzga desde la moral son muchos y variados, por lo que las sociedades más equivocadas en términos morales no siempre hacen mal, ya que a algunas cosas las entienden bien, por lo que se debe examinar la totalidad de la moral social para evaluarla bien, y ponderar así sus pros y contras. En sí, la moral trata del modo de vivir, sin prejuzgar si es bueno o malo, pero es preciso que sea bueno, lo cual depende de cómo se conciba al bien y al mal. Pienso que el bien es vital y el mal es mortal, pero, ni toda muerte es mala para la naturaleza y la humanidad, ni toda vida es buena para ambas. Para dirimir la calidad moral del ser juzgado, hay que examinar bien las consecuencias de sus actos para el conjunto de la naturaleza, y dentro suyo para la humanidad, porque la humanidad es natural y su felicidad depende de la naturaleza a la que pertenece, que a su vez es terráquea.
Los llamados "inmoralistas", y los "antimoralistas", pretenden no ser morales, pero en verdad adhieren a morales opuestas a las más establecidas, todas las cuales son algo buenas y algo malas, o sea, que requieren reformas y conservaciones.