Ahora se celebra y padece al declive estadounidense. Los liberales smithianos, seguidores del Adam Smith más famoso, ven cómo una de sus potencias nacionales preferidas va perdiendo el liderazgo mundial y se enfurecen y apenan, y muchos socialistas lo festejan, algunos esperanzados y otros escépticos con el ascenso del bloque de BRICS. A EEUU y Europa les vendría bien reducir su importancia internacional, para igualarse y confraternizar bien con los demás países, como le pasa a China, Rusia, Brasil y las demás superpotencias, que además tendrían que corregir otras cuestiones. El tema, ante esto, es qué igualdad internacional debe ser y cómo lograrla.