Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Gramsci n´chatutí

Un error de Antonio Gramsci fue asignar a los intelectuales de clase media el rol destacado de organizar culturalmente el bloque histórico contrahegemónico. Con los aciertos y las buenas intenciones que tiene el planteo, hay que reconocer que la lucha por el socialismo en tanto que sistema político verdadero debe ser una responsabilidad de cada ser humano por igual, aunque provisoriamente se la haga según el rol histórico de cada quien. El lugar destacado que se nos atribuyó a causa del planteo gramsciano llevó a sobrecargar a los intelectuales de clase media y media alta, que tuvimos que estudiar, trabajar y militar a la vez, aparte de ocuparnos de las tareas domésticas y demás, o sea, a una superexplotación que todavía no es bien reconocida. Mientras, las congregaciones, con mucha más gente y presupuesto, llenaron de iglesias a los barrios proletarios y lumpenproletarios, formando un ejército de derecha que aunque en cierta medida es inconciente de serlo favorece al capital: reproduce al modelo familiar judeocristiano, apoya a los candidatos de derecha, los vota, enaltece al sacrificio, condena al aborto, reprime al placer y demás.

Esto también es consecuencia de la obsecuencia de muchos socialistas para con el proletariado: como es explotado omiten a veces señalarles las derechadas -las propiadas-, mientras que tampoco notan bien la opresión que padecemos nosotros mismos. Los socialistas somos oprimidos por el capital privado desde arriba y por el capital público, o populista, desde abajo. Y no obstante nos quitamos, en parte, la opresión de la falsedad del capital.