Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 8 de octubre de 2015

De la ciencia y la ideología

Entendida la ciencia como el saber y la ideología como un conjunto de ideas ligadas entre sí en la conciencia, da para reconocer que la ciencia, en tanto que saber probado, tiende al materialismo, ya que para haber probado el saber se lo hubo contrastado con las cosas de las que se tenía una idea, mientras que la ideología es proclive al idealismo, no obstante lo cual esta definición es relativa: así como las ciencias tienen componentes ideales no contrastados, las ideologías tienen algo de base en la realidad exterior al pensamiento.

El idealismo es propenso a la especulación porque se basa en las ideas abstractas, con poca comprobación empírica, y se desprendió de la teología que, al referirse a las cuestiones de los dioses, siempre hubo tendido a pensar imaginariamente, sin preocuparse lo suficiente de la realidad circundante, porque supone que los dioses son seres extraterrenales, o sea, incontrastables para los humanos, lo que derivó en toda esa serie de pruebas de la existencia de los dioses, en las que se tomó por ciertas a las casualidades y a los inventos humanos, entre otras cosas, es decir, que los teólogos justificaron sus conclusiones en pruebas aparentes, que no eran verdaderas. No obstante, no hay que desechar a las ideologías, ya que los humanos decidimos nuestras prácticas según nuestras ideas, por lo que el asunto es que la humanidad tenga una ideología verdadera, para lo que ella tiene que basarse en la ciencia, o sea, en el saber de las ideas contrastadas con la realidad de la que tratan.

La contraposición althusseriana entre la ciencia y la ideología es superable mediante la ideología científica, que es la ciencia.

Ahora bien, entendida la ciencia como los saberes, que requieren comprobación, hay que decir que la ciencia no es sólo la ciencia universitaria o escolar: hay un conjunto de saberes comunes, simples, de la vida cotidiana, que son saberes también, y que también son corroborados mediante investigaciones comunes. Los saberes que utilizamos diariamente, sobre quién es quién, en dónde está, qué hizo, dónde queda tal lugar, cómo se llama una cosa y demás por el estilo, son saberes y son científicos, aunque no tengan una metodología ni un marco teórico explicitados, ni postulen leyes reconocidas como generales. Esos saberes son muy importantes para las sociedades, ya que hacen a la supervivencia humana.

De allí que se tenga que considerar al periodismo como una ciencia común, también sujeta a pujas y a falsedades.