Alguna igualdad expresiva, relativa, es meta del socialismo, porque la desigualdad comunicativa extrema atenta contra la calidad de la convivencia humana. Con el resto de las especies vivientes es parecido, lo que implica que la supremacía humana debe moderarse bien. La desigualdad expresiva no siempre es injusta y es natural, y se da tanto en la oralidad directa como en la comunicación mediática, donde es más importante porque poca gente accede a expresarse en los medios de comunicación de mayor audiencia. Los periodistas más famosos acaparan mucho la expresión pública, en desmedro de sí mismos y de sus audiencias. A la vez, no se trata sólo de lograr la igualdad comunicacional, sino de hacerla honrada, lo que implica transformar el modelo de propiedad de los medios del rubro. En la comunicación directa también se debe alcanzar cierta igualdad, cuestión que también se vincula con el modelo propietario, así como con otros asuntos.