Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 4 de julio de 2018

La ciudad de Buenos Aires es un burgo

Al ser fundada por los españoles se construyó un fuerte, el de 1536, mandatado por Pedro de Mendoza, que fue destruido en 1541 por los indígenas y refundado en 1580 por Juan de Garay, ambos a cargo del virreinato español con sede central en Perú. La conquista del territorio bonaerense fue dispuesta desde España para su virreinato con capital limeña. Los indígenas locales no eran urbanos. No eran tan agrícolas, sino que eran sobre todo recolectores, cazadores y pescadores. Estaban los querandíes, un desprendimiento de la etnia pampa que tal vez proviniera de los tupí-guaraníes. Puede que los mapuche hayan conocido el territorio actual de esta ciudad, ya que llegaron hasta lo que ahora es la provincia de Buenos Aires, algunas de cuyas localidades se denominan con nombres en mapudungun, como la de Trenque Lauquen. Tal vez lo hayan conocido los charrúas. En todo caso estos indígenas no edificaron el territorio, sino que vivieron de manera rústica. Sus tecnologías habitacionales fueron más las de los toldos de cuero y las carpas. Al llegar los españoles, que conocían la carpintería y la metalurgia, izaron la ciudad construyendo un fuerte, habiendo llegado en un barco de madera cargado de espadas y escopetas de perdigones a pólvora, con las que enfrentaron a un ejército que tenía lanzas, arcos y flechas y boleadoras, por lo que se impusieron después de 44 años. Desde que se la fundó hasta su independencia del reino de España tuvo poca trascendencia internacional, y poca población. El crecimiento demográfico bonaerense ocurrió a la par que el de su apropiación, incrementándose mucho la acumulación de propiedades desde 1810, pero más aún con las oleadas migratorias del período agroexportador, tras lo que tanto el espacio como la población aumentaron hasta convertirla de metrópolis en megalópolis, con tres cordones conurbados. La ciudad en sí contiene un cúmulo de propiedades habitacionales y del transporte entre otras tantas. El ambiente creado por la humanidad que son las ciudades nuestras es una suma de propiedades, de la índole que fuere en tanto que existan en su espacio.

Al primer nombre que tuvo la ciudad lo puso Pedro de Mendoza y fue el de Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, lo que da cuenta de su carácter monárquico, sacerdotal y mariano. El buen aire remite a la virgen de Bonaira. Al segundo lo postuló Juan de Garay para la fundación de 1580 y fue el de ciudad de la Santísima Trinidad. Al puerto lo llamó de Santa María de los Buenos Aires.