A los indigentes se les dificulta mucho acceder a los subsidios del gobierno por su precaridad identificatoria. Pueden no tener documentos, o domicilio, o facturas pagas, y demás indicadores estatales de la identidad. Entonces, el ministerio a cargo de la seguridad social se los tendría que otorgar de manera directa, aunque sea irregular, yendo a buscarlos a la calle y a sus casas, si las tuvieran. Más en concreto el tema es mucho más detallado, es decir, que hay muchas medidas complementarias, como los comedores populares y las instituciones de caridad clerical, a veces repudiadas por ellos con cierta razón, aunque no siempre, y otras veces estimadas, nunca del todo o con razón completa: son entidades de rendimiento regular, dedicadas a tareas poco reconocidas por la sociedad.