Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 29 de mayo de 2022

Goles sin gracia

 Una parte de la delincuencia es benigna, y necesaria, porque la ley es algo injusta. Para que se reclame con buena razón en contra de toda la delincuencia, la ley debiera ser del todo justa, por lo que cierta desobediencia es obligada, ya que cumplir con la ley a veces lleva a abstenerse de hacer bien, y otras a hacer mal, como en las guerras nacionalistas, en que se mata por malas razones y órdenes oficiales cuyo incumplimiento -que se le dice "inobservancia"-, es sancionado por el ejército y la policía, los cuales son de ley religiosa, es decir, que realizan una persecusión fundada en una concepción del universo cuyo motivo principal es de fiar, o sea, que es probable, no es del todo seguro, y con algunos aspectos poco admitidos que ya se sabe que no son verdad, como el de la calidad de la demostración de la forma humana de dios, que no es buena por insuficiente, es un tema dado por cierto con poca aclaración, sin que el argumento complete bien la serie de pasos que explicarían cómo su forma, cuyo origen no es determinado, considerándoselo autocreado, llegó a la Tierra y nos hizo; o el de la etimología, que estableció bien que lo divino es astral, propio de las estrellas, esto es, que es posterior al gran estallido que reconocemos como principio de todo, también en falta, porque no se explica bien cómo todo pudo salir de la nada misma. El fundamento de la ley constituida, como es algo falso, es endeble, y por eso se lo debe modificar, ya que hacerlo es preciso para que la sociedad se comporte como debe para ser feliz de buena manera. Para cumplir los buenos deseos presentes en las religiones, que son los de la buena concordia humana y los de la moderación bien dichosa de las costumbres, se las tiene que cambiar, incluso para beneficio de sus propios miembros, quienes padecen las malas consecuencias de los errores crédicos. La izquierda también es religiosa, en el sentido de que se relaciona, por lo que no está exenta de este tema. El primer origen de todo nos es desconocido, no lo podemos entender bien, pero podemos, y debemos, reconocer que lo ignoramos, porque eso sería verdadero y nos permitiría indagarlo sin sostenernos en una incerteza, que tanta tristeza nos trae.