Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 3 de junio de 2014

De la cultura del trabajo y el anarcopopulismo

Una cosa que permea desde el capitalismo a la izquierda, pasando por el populismo, es la cultura del trabajo. Incluso entre los proletarios se suele defender al trabajo como un fin en sí mismo. Entre los socialistas hay una crítica al trabajo, y entre los anarquistas también, aunque a veces intentan mandar a trabajar a los ricos, porque, por haber sido infiltrados por el populismo, buscan una revancha contra los ricos en vez que el socialismo, ya que el populismo no confronta con el núcleo del capital, porque es subordinado a él. Entonces, a los ricos a los que confronta el anarcopopulismo, es a los ricos de clase media; no tanto a los capitalistas, y no determina al capital. Los socialistas no han hecho todavía una crítica al trabajo muy extendida, ya que la ofensiva capitalista neoliberal, posterior a la crisis del petróleo de 1973, se basa en una reducción del trabajo, en quitar el sustento de vida del proletariado para subordinarlo, por lo cual éste se aferra a él, y no lo puede criticar todo lo que debe ser. Los populistas hacen una defensa del trabajo como si éste debiera ser un fin en sí mismo, y una meta a la que fuera un privilegio llegar.

El trabajo debe ser un medio para vivir bien, y para eso debe ser según lo decidan los trabajadores, aunque con un juicio completo, es decir, medido, apocado, que no se exceda en la explotación de las demás especies naturales y materiales.