Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 28 de agosto de 2015

Crítica al proletariado y a la estrategia socialista

Insistiré en un punto esbozado en “La determinación del capital y la estrategia socialista”, aclarando al pasar que mi conclusión de que el capital es un sistema totalizador, no sólo económico, viene de Foucault, entre otros, quien tematizó a otras instituciones, aparte de las fábricas, como las escuelas, las cárceles, los hospitales y los manicomios. Faltaría hacer un análisis en ese sentido de los bancos y de las iglesias, y también de las familias, y demás, aparte de completar la crítica a Foucault, que se equivocó mucho, en particular al desistir de la toma partidaria del poder gubernamental, lo mismo que Marx y quien fuere somos criticables en lo que lo somos. En el caso de Marx, un punto de crítica es que omitió reconocer la opresión sufrida por la clase capitalista, lo que atora a parte de la estrategia de la izquierda, e impide reconocer la extracción de clase de todos sus miembros, o los fuerza a luchas difíciles, lo que complica a todos los humanos. Es comprensible que Marx haya hecho esa omisión por la bronca que causa el capitalismo, que genera muchas veces respuestas agresivas.

El punto al que aludí es que el proletariado es una clase que, en tanto que es histórica, es influenciada por el propietariado, que se da una práctica para conducirlo religiosamente, por lo que el proletariado es propietarizable, o sea, religionalizable, o educable según formas pías sin credo, para los laicos, aunque, en tanto que clase productora de los bienes necesarios para la reproducción humana, se dedica a las cosas terrenales más que la clase alta. De igual manera, la clase propietaria es proletaria en parte. Un error entre los socialistas es la idealización del proletariado, como si no tuviera miserias, oscurantismos, malas prácticas, deshonestidades, violencias, rudezas, trampas, irresponsabilidades, compulsividades, etc. Esa idealización lleva a los socialistas a plantear una política para con el proletariado, en vez que una política para con el conjunto de la humanidad, por lo que en alguna medida el socialismo carece de una política para con el propietariado, que debe ser la de la aserción y la de la búsqueda de su liberación conciente, a la vez que por la fuerza legítima, ya que la clase tendencialmente más propietaria está oprimida porque su comprensión de la realidad está falseada por las creencias y por las prácticas derivadas de esa falsedad, además de los males que cometen en respuesta a la violencia y a sus intereses sin sentido filosófico. Se basan en una ciencia falsa, que los lleva a ser malos, en vez que en la ciencia verdadera, que es la que contrasta sus supuestos con la realidad exterior al pensar y los corrige según esa contrastación. Es una ciencia interpretativa y empírica, que contiene algo del positivismo pero que no se agota en él, ya que busca ordenar la conducta humana según la verdad para que la vida sea feliz.

El hecho de que el proletariado es propietarizable se nota en el sindicalismo cristiano, que es capitalista, de un capitalismo demócrata cristiano, porque apoya las mejoras en el marco del capitalismo, sin pretender superarlo, a diferencia de la socialdemocracia, que apoya las mejoras, incluso dentro del marco del capitalismo, pero con la intención de superarlo según sea posible. En esto, la división que se da es correspondiente a la que hay entre las doctrinas eclesiásticas y las científicas laicas. Y también hay que entender que algunas de las pretendidas mejoras lo son en algunos aspectos pero no lo son en otros, ya que los empeoran, por lo que lo que debe hacerse es buscar mejorar sin perjudicar a los demás: se luchará por eso porque es una opción posible y porque el deseo de gozar de la vida y el sentido moral son parte de la naturaleza humana.

Por otra parte, no todas las acciones proletarias son buenas: ya se sabe de lo malo que es el superproductivismo en curso, etc.

Además, los socialistas no estamos exentos de miserabilismo: somos mísicos, es decir, coexistentes con las misas, igual que somos miserabilísticos. En tanto que existan las misas, los humanos coexistiremos con la miseria.


Aclaraciones

1. Ese error de no tener política para con la clase propietaria no es de todo el socialismo, sino de sus variantes obreristas: hay tendencias socialdemócratas, y del socialismo populista, que tienen ese aspecto mejor resuelto, aunque no así otros.

2. La cuestión del poder pastoral, que el propietariado ejerce mediante sus instituciones, fue abordada por Foucault en el artículo “«Omnes et singulatim»: hacia una crítica de la razón política”, publicado en ¿Qué es la ilustración? por la madrileña Ediciones La Piqueta en 1996. En ese artículo, Foucault confundió a la razón política en sí con la razón política propietaria, lo mismo que hizo con el Estado, de lo que se derivan errores políticos corregibles. A su obra, que tiene riqueza, hay que analizarla para acertar sus puntos falseados, como hay que hacer con todos los clásicos.