Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 19 de agosto de 2015

De la cobertura oficialista a las inundaciones en Buenos Aires y Santa Fe

Lo que vi de la cobertura periodística en la Televisión Pública, del noticiero Visión 7 y 6,7,8, se refirió a algunas de las causas centrales de la inundación: el cambio climático, los canales ilegales de los campos sojeros, que llevan el cauce de las lluvias a los ríos que colapsaron, y el bloqueo del drenaje del agua por los barrios privados construidos en el delta del Paraná, en la localidad de Tigre. También mencionaron a las obras hídricas que sí se realizaron, que no bastan para resolver el problema porque el caudal de agua aumentó más que lo que esas obras pueden absorver, al igual que notaron que los barrios pobres suelen estar en los suelos bajos justamente porque los ricos se instalaron en las tierras altas para prevenirse de las inundaciones. Pero hay cuestiones que no abordaron. Por un lado no convocaron a hablar a los miembros de los movimientos sociales que se dedican a las inundaciones y a los ríos, como es la red de habitantes de los barrios inundados del primer cordón del conurbano al norte de la ciudad de Buenos Aires, el Espacio Intercuencas y los demás que haya. En eso se nota el perjuicio causado por la testarudez del gobierno, que reprime a las críticas aunque sean ciertas, por lo cual no atiende a los males cuya resolución reclaman los movimientos, y que estallan en ocasiones como ésta. Por otro lado, la cobertura demócrata cristiana no reconoce que las viviendas de la clase baja, y las de clase media, también frenan el drenaje del agua: sólo acusan a los barrios privados, porque son de los ricos. Esto se relaciona con la falta de crítica al latifundismo en el populismo: no se cuestiona, o se lo hace muy poco, al latifundismo, cuya contracara es la concentración urbana, y por eso no se comprende su relación con la inundación, porque el latifundismo obliga a grandes masas de población a congregarse en áreas relativamente pequeñas y porque el tipo de explotación de la tierra que apareja causa deforestación, lo que también agrava las inundaciones porque los bosques, que retendrían a las aguas de la lluvia, fueron exterminados.

Más importante todavía es que, si bien se mencionó al cambio climático, y a las expresiones del Papa Francisco al respecto, obsecuentemente para con él, no se explicó la relación entre aquél y la industria capitalista, por lo que no se planteó la necesidad de una reforma a la producción mundial y de una ética del consumo, en consonancia con el reclamo ante la ONU por la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero. En tanto la población argentina no entienda la relación entre la industria capitalista y el cambio climático, la lucha por la resolución del problema estará obstaculizada por la ignorancia de las masas de este país, y lo mismo vale para el resto de la Tierra.

Aparte, pretender que se solucione el problema de las inundaciones mediante obras hídricas es contraproducente en algunos aspectos, ya que para eso habría que hacer obras en las cuencas de todos las zonas inundables que, dado el cambio climático, son muchas y cambian. Deben hacerse según un plan conciente en algunos lugares, pero otros quedarán sin su protección. Y eso sirve sólo para los países en desarrollo. Los subdesarrollados no pueden costear obras hídricas democráticamente. Por eso es que revertir el cambio climático es la prioridad, al igual que lo es la socialización de la tierra..