Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 23 de junio de 2018

De la dimisión de Daniel Ortega a la presidencia nicaragüense

Habida cuenta de las más de 200 muertes ocasionadas por la represión del gobierno orteguista a las manifestaciones contra el ajuste el presidente debiera llamar a elecciones. Esto es así. Lo que está mal del pedido de renuncia es que no es parejo, ya que hay muchos presidentes a los que se puede responsabilizar por números semejantes, y hasta mucho mayores, de humanos muertos, y sin embargo no se exige su deposición. Entre ellos figuran todos los presidentes de las potencias imperiales, como Trump, May, Merkel y Macron, o mismo Putin, inmiscuidos en la guerra en Medio Oriente, o mismo en la crisis de la economía africana, que tantos muertos y refugiados tiene, y la acusación es muy ampliable. A Xi Jinping o Kim Jong-un se les debe poder achacar algo semejante. Con otros argumentos, como el del fraude impugnativo, o el del engaño proselitista, por citar a unos pocos de los que podrían sostenerse, cabría reclamar la deposición de Temer y de Macri. A fin de cuentas muchos de los presidentes, sino todos, cometieron faltas que justificarían que se los separe de sus cargos, por lo que el tema tiene que ser abordado mediante la comparación histórica, y sin omitir las maldades de la base social, para poner en perspectiva a las de la superestructura. En el caso nicaragüense hay una reclamo social importante por la convocatoria a elecciones, que incita a que se las realice. El tema es importante para la izquierda porque ésta debe entender que cabe que se la deponga cuando falla mucho, pero a mí me falta conocimiento para concluir bien el tema de Nicaragua.