Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 25 de febrero de 2019

El de la creencia es un método práctico

La creencia incide en la práctica porque a la práctica se la decide con el pensamiento, que autoriza a actuar motrizmente siguiendo juicios morales derivados de ideologías conceptivas en su mayoría crédicas. La confusión entre las hipótesis y las tesis verdaderas sucede también en el materialismo, aunque allí es más cuestionable. En los países de constitución materialista a la creencia se la debe poder poner en su lugar más que en los liberales, de materialismo más fiel que científico, pero aquéllos no deben ser mucho mejores que éstos, en el caso de que sean mejores. El comunismo, como es materialista, es cientificista, así como es ateo, por lo que existe en sus países un cuestionamiento mayor a la religión téica, pero también procede muy mal por su ignorancia, por tener saberes insuficientes para sus planes de desarrollo. Tienen una ciencia incompleta, que condujo a imposiciones muy crueles sobre poblaciones indefensas, así como a la destrucción de gran parte del empresariado popular del mundo, con la ruina concomitante de sus empleados. La cuestión ecológica será un objeto de reprobación para el comunismo capitalista así como la explotación laboral. El comunismo no puede eliminar la desigualdad entre una clase empresarial y otra asalariada. De hecho la replica en sus países. La clase empresarial suele ser de estudios superiores a los de la obrera. Eso es un hecho mundial, ya que el capitalismo tiene un sistema de contratación asalariado, teísta hasta en la etimología de la moneda, a la que se llama así por el sobrenombre de la diosa Juno. La economía es de fe hasta en la palabra que se usa para referirse al capital impreso, la de la moneda, que es por Moneta, el apodo de Juno, la diosa de la maternidad del politeísmo romano. Por la vía del profesionalismo, que requiere de estudios superiores a los de los ciclos básico y medio, enseñado desde universidades bastante liberales, el empresariado de estudios superiores alcanzó un nivel más alto de extracción de valor que el de los profesionales asalariados y cuentapropistas, de una educación capitalista acorde con el teísmo y con la fe, al que luego se replicó en la especulación de las finanzas. Entonces, la socialización económica requiere de la crítica a la fe, por el lado de la profesión y porque la moneda, en sí misma, es un objeto teísta, relativo a la mitología romana antigua. La asunción social de la crítica a la fe es una condición tan necesaria para el socialismo como la socialización de las empresas grandes y medianas, porque las faltas de la fe implican daños macro en términos ecológicos, no sólo económicos sino también bélicos, tantísimo peores, o tal vez no porque la explotación laboral es constante: son factores destructivos permanentes y graves, el bélico como forma superior del laboral. Tanto los prejuicios como los juicios aparentes influyeron en las dos guerras mundiales habidas hasta ahora, que se prolongaron como guerras dispersas de menor intensidad, como una guerra mundial moderada, reducida a medio baja en las zonas de armisticio y muy intensas en las de guerra declarada, y crítica, con tenencia de bombas atómicas desde la segunda guerra grande. De allí que la cuestión cognitiva vaya a ser un problema urgente, incluso para quienes sobrevivieran a un estallido nuclear. El hecho de creer consiguió establecer doctrinas crédicas, por lo que hay una relación estrecha entre la fe y el gobierno religioso. Luego, como tema menor de la explotación natural, están los accidentes de las prácticas cometidas a creencia, también dados en otras especies, en las animales por lo menos, ya que la intuición es genitiva de los animales, y de los vegetales puede que lo sea. La diferencia con los vegetales es que los vegetales se mueven poco de acuerdo a su voluntad, pero algo se mueven, por lo que tienen que decidir su movimiento, a lo que hacen desde su sensibilidad. El hecho de que los animales no humanos sobrevivan da cuenta de que su sensibilidad les permite saber lo necesario para vivir, así como murieron por equivocarse.

Para que la humanidad viva bien de verdad la creencia tiene que ser reemplazada por el saber verdadero, que hasta puede no ser bueno, es decir, que de la concreción del paraíso en la tierra que sueña el socialismo distamos mucho. El socialismo ateo reemplazó el objetivo religioso de elevar el alma al paraíso luego de la muerte por el de concretar la utopía del paraíso terrenal, pero concretar eso es imposible, podría llevar siglos, porque para eso todos los humanos religiosos tendrían que abrazar el materialismo histórico, y eso como condición necesaria pero tal vez insuficiente.

El comunismo puede ser una religión, o ser como las religiones, pero a condición de que sea bueno. Sería una religión en el sentido de una relación de la sociedad humana entera, pero de discurso veraz. Entonces, la veracidad social es un indicador del proceso histórico, más propenso a creer que a la ciencia, lo que señala lo lejos que está el inicio de una socialización económica plena, ya que los obreros distan de comprenderla y de exigirla bien y en gran escala, otro tema necesario, además del de la obtención del gobierno ejecutivo. En eso sucede el fracaso del socialismo, sea el religioso, como el del socialcristianismo castrista, el del Foro de San Pablo, o el de la socialdemocracia atea, que gobierna poco, menos que el comunismo leninista, y sometida directo a la ley nacional del capital: a nivel mundial la ley trasnacional es capitalista, por lo que el mundo sigue siendo capitalista incluso en el bloque comunista, cuyos gobiernos son de capitalismo alterno, más de empresas gubernamentales que privadas, ahora en forma mixta. En el progresismo latinoamericano del Foro de San Pablo confluye el socialismo ateo del marxismo con el socialismo cristiano, como el de Maduro, Alfonsín y Lula, además de la izquierda demócrata cristiana, como parte del kirchnerismo, o del obradorismo, ambos progresismos de centrismo católico, el primero más de centroderecha y el segundo más proclive al socialismo primario, pero liberal. El liberalismo socialcristiano hace a la parte monoteísta del centroizquierda, así como la democracia religiosa es de centroderecha. Acá sitúo al FpV, de progresismo peronista demócrata cristiano, que es procapitalista heterodoxo desde que la iglesia católica sostiene al capital, aún ahora que está en fase crítica, y seguiría sosteniendo al fideísmo católico socialista en el caso de que se impusiera en los gobiernos. América Latina es un continente cristiano, separado entre católicos y protestantes, con hibridaciones originarias, africanas y de los otros continentes. Como las leyes son o bien católicas o bien protestantes, porque el liberalismo es de raigambre cristiana, los gobiernos fueron cristianos en general, habiendo habido pocos ateos, más bien esporádicos, con la excepción del de Cuba desde 1959, algo propenso al cristianismo obrero, como el del moralesismo, aunque sin haberse mezclado tanto con el pachamamismo inca: coinciden en el apoyo al progresismo católico franciscano, así como el socialcristianismo y el cristianismo liberal moderado en general. El progresismo masivo se concentra en este espacio político cuando el proletariado no se enfoca en el oligárquico: el proletariado es en gran medida creyente, de religiosidad popular, lo que hace a su conservadurismo y a su lentitud, cosa que tampoco deba ser constante. La crítica del proletariado lleva a reconocer su moderación y su derechidad, las que no están aseguradas, lo que marca el retraso social y las imposibilidades para el trotskismo, otro socialismo ateo, de social-democratismo poco asumido, lo que lo inclina a las acciones insurgentes. Las elecciones son buenas instancias para medir las aspiraciones políticas proletarias, que dan una pauta fuerte del estado de la conciencia social de la especie y que tienen mucho abstencionismo, lo que también habla de algo. La crítica al voto también es necesaria para la buena transformación, en tanto que el voto es un sistema fiel para la elección de los gobernantes. Ya si se separa entre gobernantes y gobernados está mal. En todo caso el gobierno social debiera ser entre gobernantes mayores y menores, de acuerdo a la edad, eso como modo de entenderlo, y eso no bastaría para que sea siempre bueno.

La humanidad es una especie mónida, de monos superiores. Los humanos somos los supremos de entre los monos antropoides.