El discurso republicano la postula como absoluta, pero, como no se da así, hay transgresiones por las que se hace mucho escándalo y otras a las que no se les otorga importancia, según la capacidad de los actores políticos para ponerlas en el debate público. La independencia entre los poderes del gobierno debiera ser relativa, y no de cualquier relativismo, para que funcione bien, pero eso también depende de la razón del pueblo, que entonces tiene que ser mejor que la actual.