Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 25 de noviembre de 2022

El teísmo es poco del mundo

 El teísmo, como solar, nombra a una parte de lo que es, la de las estrellas, tanto las brillantes como las apagadas por fuera, que tienen fuego interno, pero la realidad es mucho más vasta, y las estrellas no piensan, porque no son a partir de genes propios, en tanto que en algunas de las apagadas sí se lo hace, por creaciones de su superficie. En casi todos los astros oscuros no hay genes, o no sabemos que les haya: si los hay, los hay en mucha menor cantidad que en la Tierra, al menos en los planetas de nuestro sistema solar. En los planetas secos no se crea la vida, o es mínima, si no son del todo secos, combinado esto con varias condiciones. Tienen que tener agua y cierta temperatura, entre otras cosas, como aire y luz. En otros planetas debe haber vida como en la Tierra, si se les repiten las condiciones que crean la vida, y pueden haber formas de vida que no conocemos, que no sabemos que sean muy distintas de la nuestra, es decir, que puede que vivan como en la Tierra, en algunos de sus períodos geológicos, que son muy largos, pero no tan largos como los de las galaxias. En términos galácticos, los tiempos geológicos son muy cortos, siendo que para la historia humana son muy largos, una que es ínfima para lo galáctico y a nosotros se nos hizo larga. La historia humana, que es mucho más extensa que la individual de cada hombre, abarca a muy poco de la universal, pero eso no importa tanto porque ambas participan del tiempo y el espacio. Se piensa al universo desde que se vive, y al pasado, sin que se haya vivido siempre, o sea, que en una época no hubo vida, que debe no haber empezado en el planeta en que vivimos, o que es poco probable que lo haya hecho, aunque no del todo imposible. No hay porqué suponer que la Tierra de nuestro sol sea el primer planeta en que hubo vida, ni tampoco el único, ni que la habrá por siempre, porque eso no pasará. La Tierra se irá apagando y puede que se extinga por completo, hasta que sus pedazos fríos se le desprendan y entren a flotar en el éter, como asteroides.