Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 12 de septiembre de 2023

El poliamor durante el monoteísmo actual

 El peronismo de izquierda hegueliana, un socialismo cristiano algo marxista, propuso al poliamor bajo constitución de liberalismo católico. El liberalismo protestante al Vaticano y la ortodoxia cristiana, que propone a la de Constantinopla como sede central de esta fe, son católicos en el sentido etimológico, el de postular que el dios creador del universo está más allá de todo ("cata-" remite a lo externo y "holos" a todo), al igual que el islam y el judaísmo, pero no reconocen al Papado romano como autoridad máxima: tienen a sus jefes mayores dispersos en varias iglesias. El Vaticano es tanto una teocracia como una monarquía absoluta, poco cuestionada como tal por el liberalismo conservador, que sí acusa mucho a las dictaduras socialistas, pero las monarquías republicanas también son teocracias y en las repúblicas que no son reinos al gobierno lo preside una sola persona, a veces bajo ley suprema cristiana expresa y otras bajo poder cristiano, como en México, cuya Constitución es laica y su hegemonía nacional católica. El poliamor, bajo predominio mundial protestante, de los EEUU, no se puede concretar en una poligamia honrada muy abierta, por lo que se logra de formas privadas, poco exitosas, como el socialismo utópico se practica mientras que el capitalismo cristiano predomina en el mundo. Para que el poliamor se concrete mucho, de acuerdo a su deseo, primero el deseo debe ser bueno, es decir, que tendría que plantearse de modo tal que su ejercicio sea sano, lo cual depende de cierto permiso social, pero además debe haber una bonanza económica, que depende del orden político y de la ideología religiosa de la sociedad. Mientras que eso no se da, es difícil, cuando no imposible, componer el sentimiento amatorio múltiple con su concreción fornicatoria, a la que a veces se hace mal, pero eso es enmendable con buen arrepentimiento, aunque le persiste el deseo muy nutrido, debido a los desastres de la explotación actual, entendibles como pecado, con una ley ilógica que busca sancionar el abuso sin aceptar lo terrible de la megalomanía concentrada y que califica mal a las faltas a la fidelidad marital a la que tiene como modelo oficial.

 Para que la poligamia sea buena, debe ser bien delimitada, lo cual implica considerar bien hasta los sentimientos de los monjes, que conocen del coito ajeno y aman a algunos de quienes lo practican, así como el consumo de drogas psicoactivas, legales o no, debe ser bien hecho, lo cual no se da siempre en la izquierda, en parte por los golpes del sistema vigente, que inducen al abuso por las crisis nerviosas que causan, que destruyen la capacidad de autocontrol: no se lo puede resolver del todo individual ni grupalmente porque es de creación social, en particular por cómo se fabrican y distribuyen las drogas embriagantes, pero se lo debe hacer así y eso afecta a su sociedad, que también se excede en el consumo de estas drogas, aunque no toda, y tiene muchas otras costumbres mortales, que algo responden a cómo se concibe que es la ira de dios hacia quienes lo desobedecen. El tabaco es muy adictivo no sólo por sí mismo, sino por los aditivos que le ponen en la industria, lo que debe ser prohibido para que se fume menos aunque eso por sí solo no basta para que se lo haga de forma saludable, y otras drogas medulares son mal adulteradas, sin que se haya propuesto oficialmente una regla segura para su uso, difícil de establecer porque el consumo de embriagantes es complejo, pero ello no es imposible, y se le puede aproximar con reglas generales, algo falibles por incompletas, que debieran dar buena cuenta de su flaqueza para ser corregidas en particular y siempre con la fatalidad de que la humanidad, a veces, se equivocará. Un buen régimen social de estimulantes debe alcanzarse de forma paulatina, porque de modo drástico la sociedad lo impide, aunque no a todos sus miembros: hay quienes lo consiguen, sin llegar a la abstinencia absoluta, que la hace casi nadie y por contar con la salud muy delicada: casi todos toman al menos té o café, sino tabaco y alcohol, y algunos drogas ilegales, aunque en general, sino siempre, afuera de las iglesias. Las drogas ilegales suelen estar en ambientes laicos, más en los de izquierda que en los de derecha, quizás no para la cocaína y otras drogas caras.

 Una cosa que impide convertir al poliamor en buena poligamia es el turismo actual, que como es muy pesado no permite que los hombres lo hablen todo lo necesario para llevarlo a cabo con buena conciencia de los sentimientos que implica, tanto en quienes lo plasman en cópula directa como en quienes la viven desde afuera, pero así como el turismo está la educación y el trabajo pago, la política de gobierno, la guerra, la crianza de los hijos y demás. Entonces, la concreción del amor múltiple depende del socialismo y de la ley, porque la poligamia, para ser justa, debe darse con justicia social o ser estrecha, y para ser fácil debe ser bien admitida en las constituciones, que entonces requieren de modelos familiares complejos, que no se acoten a la familia biparental.