Se reprobó a las razones contrafácticas con la idea de que, como en ellas no se da la premisa principal, no se les puede evaluar bien la veracidad de la conclusión, pero eso no siempre es así. Por ejemplo, si se postula que si nos hubiéramos muerto, no viviríamos, la premisa no se cumple, pero el argumento es veraz. Hay que analizarlas de a una, porque cada cual es distinta, y no siempre las veraces son buenas ni las inadecuadas malas, aunque tienden a eso.