Como el periodismo está plagado de noticias poco importantes, datos reiterados o falsos y verdades a medias, hace falta seleccionar bien qué leer y qué no, y luego, de lo que se lee, hay que analizar bien qué es bueno y qué no. Ayudaría que se cercene medianamente y bien la libertad de expresión, lo que está vetado en los países de constituciones liberales. En los de leyes supremas comunistas, el problema es la censura exagerada de los partidos gobernantes, que tiene su justificación pero no es del todo buena. En ambos grupos, la irracionalidad crédica dificulta resolver bien el asunto porque, como se cree de acuerdo a pareceres poco fundamentados, existe la costumbre de sostener que las ideas propias son válidas sin haber investigado lo suficiente para saber que lo sean, basándose en la confianza en uno mismo, y entonces hay muchas discusiones arbitrarias que llenan a la prensa de debates mal planteados.