Cuando se piensa en gemir, se cree que, si se lo hace intencionalmente, se es falso, como que se pierde la autenticidad del arrebato de pasión, como si para gemir de verdad hubiera que dejarse arrastrar por una locura que nos embriaga de súbito y nos lleva a gritar a pesar nuestro, pero, si no se lo hace a conciencia, capaz que no se empieza. Después hay que bancarse el temor al reproche de las vecinas, que tiene su victoria. Es el mismo amigo que me dijo otros tips, en un bar que no les digo cuál es (no es Friendly, ni mi amigo Björk, pero sí venden en él los dólares a precio de ganga: por eso tengo tantos dólares, y por los que compré en Jamaica). 🌴💵🌴🌴