Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 27 de abril de 2024

Al final, ¿viven o no?

 Terminó la pandemia de coronavirus espigado y empezó una epidemia de dengue en Argentina, y seguimos sin habernos puesto de acuerdo sobre si los viruses son seres vivos o no. También me da la duda de si las palabras "pandemia" y "epidemia" son adecuadas a su objeto. De una revisión rápida por el DECEL me da que no lo son, porque en sí mismas significan "todo el pueblo" y "sobre el pueblo", en tanto que sus definiciones son las de la peste internacional y la nacional. Ninguna de las dos tiene una referencia explícita a la enfermedad, e incluso en el DECEL dice que "pandemia" viene de la expresión griega "pandemon nosema", es decir, que la expresión original sí nombraba al padecimiento, con el vocablo "nosema", presente en "nosología". 

 La palabra "dengue" viene del idioma suajili y quiere decir "convulsiones" y "calambre". El suajili se habla en el este africano, pero no en Egipto, de donde viene el mosquito que lo transmite, sino desde Somalia hasta Mozambique. El nombre del suajili viene del árabe y quiere decir "costero", porque se lo habla en la costa de océano Índico, pero no es lo único costero que hay, ni el único idioma de orilla. Con los nombres de los idiomas debe pasar como con los otros, que están bastante desacertados. El castellano se define así por ser de Castilla, una región llamada así por sus castillos, que no los hubo sólo en ella.

 También habría que renombrar a los viruses, ya que ni siquiera todos nos envenenan, y, los que sí lo hacen, no se caracterizan sólo por eso, sino que tienen rasgos propios aparte de ese efecto suyo en nosotros. Son microrganismos menores que las bacterias (que tampoco tienen todas forma de bastón), no recuerdo si en general de núcleo de ARN, que es un ácido nucleico más chico que el ADN, que quizás sea más frecuente en las mal llamadas "bacterias".