Lo masculino se llama así por la protuberancia sexual, y lo femenino se caracteriza por su hendidura (aunque la etimología estableció, hipotéticamente, que su raíz semántica es la del amamantar), pero en machos y hembras humanos hay tanto unas como otras, aunque de diferentes formas, por ejemplo, porque el clítoris es una excrecencia, una protuberancia chica, y el orificio del pene es cóncavo. Cf. "macho", "hembra" y "fémina" en el DECEL, y "macho" en el DRAE.
También sucede que los hombres de sexo masculino pueden dar de mamar con biberones.