Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 25 de mayo de 2016

A la izquierda le falta practicidad

Cuando el FIT argentino salió a decir que los candidatos Macri y Scioli eran iguales en parte fue por la lógica electoralista y por su estrategia de acumulación política, que pretende captar a los trabajadores peronistas, y en parte por su mala comprensión, que prioriza las generalidades por sobre las particularidades sin darles a ellas el lugar que se merecen. Además, hay una lógica acusatoria en gran parte de la izquierda que les dificulta salir del principismo, lo que hace que la política sea proclive al idealismo y al faccionalismo, separa a los socialistas de las masas, que más que en los objetivos altos de la lucha están pensando en que los ingresos les alcancen para llegar al mes que viene.

Ese principismo por un lado les obtura las relaciones con las otras organizaciones políticas y los propulsa a establecerlas de modo violento, cosa que es fomentada además por la violencia general de las sociedades y de sus organizaciones, que en cierta medida son antisocialistas y agresivas, pero aparte los lleva a situaciones como la de este país, en que ahora los trotskistas están en campaña para que el gobierno del estado atenúe el aumento de las tarifas del gas y la electricidad para que no cierren las fábricas recuperadas, aumento que, de haber ganado Scioli, no habría sido tan grande como es, en el caso de haberlo sido, porque si bien Scioli habría aplicado una política pietística, capitalista y liberal, lo habría hecho desde el modelo populista, que a diferencia del privatista tiene una proclividad al pueblo que lo hace menos desdeñoso para con él. Y eso de las tarifas vale también para otras políticas del gobierno macrista, como su favorecimiento a los represores de la última dictadura militar, su apoyo al gobierno ilegítimo de Temer, su omisión a la persecusión de la trata de mujeres, su inclinación al bloque geopolítico estadounidense, su fomento de las finanzas y demás.

Puedo equivocarme, pero me parece que en el plan de gobierno sciolista no estaba contemplada la anulación de los impuestos a la exportación, ni favorecer a las empresas petroleras con las ganancias extraordinarias por el aumento del precio de la extracción de gas, el llamado de boca de pozo, cosas que redundan en el tarifazo vigente de los servicios de gas y electricidad, y tengo que agregar, dado el acoso imperante en los debates políticos, que decir esto, ni haber apoyado a la candidatura sciolista, no implica hacerlo con todas las políticas que hubiera aplicado, y ni siquiera apoyarlo en lo que hubiera sido su gobierno, ya que se trató de un apoyo electoral, forzado por la coyuntura de la intención de voto, pero hay que reconocer que la crítica a los gobiernos tiene que tener perspectiva histórica, para responder a los procesos vigentes.

Esto que digo del FIT vale para la izquierda en general, aunque se aplica en concreto de distintas maneras según los casos particulares y sus variaciones históricas. Las izquierda tendría que aprender que las cuestiones menores también son importantes, y en particular para quienes más las sufren, ya que así, como hicieron hace poco, se ganan el odio de parte de las masas, y en especial del lumpenproletariado, que ahora está peor que los obreros de las empresas recuperadas, pero otros asalariados les tienen bronca también, porque no reconocieron las diferencias entre el PRO y el FpV, que si bien son iguales en general se diferencian en aspectos que hacen a la satisfacción de las necesidades básicas del proletariado, y así. Ahora bien, reconocer esto no debiera obstar para admitir también que la adscripción al peronismo del proletariado es un error mayor, que igual tiene sus méritos y con el que tenemos que aprender a convivir, mientras se le busca la solución, que pasa por la voluntad política de los trabajadores, a la que se puede criticar pero que hay que respetarla.

La estrategia de superación del capitalismo tendría que tener en cuenta a las cuestiones menores, porque son importantes para la subsistencia de las masas.