Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 19 de mayo de 2016

Apunte para aclarar

Dejémos de lado la cuestión de si la propiedad es, etimológicamente, pro piedad, porque no debe serlo, lo que es averiguable, aunque las palabras coincidan y sus relaciones históricas hayan convergido, y ciñamos su sentido al de los bienes fabricados, o sea, démosle al término el sentido etimológico de “cosas apartadas”, de materia apartada de su existencia misma mediante el trabajo humano. Entonces, hay que admitir que, en tanto que las sociedades humanas fueron hasta ahora fideistas en general, la transformación de la materia hecha por la humanidad la subsumió bajo concepciones pietistas, pero históricamente, o sea, siendo esa subsunción provisoria, y a veces olvidada, nula, ordenada con proclividad a lo ideal pío en las cúspides de las jerarquías sociales y con declinación a lo común en sus bases, aunque los preceptos pietistas transcurren en toda la escala social, pero son omitidos siempre que los humanos se comportan proletariamente, según intereses familiares, simples y necesarios, y hasta con complejidades y pietismos de grado menor, en vez de con afán de acumulación de riquezas, poderes supremos y divinización alta.

De allí que haya que entender que el propietarismo fuera ordenado pietísticamente, a la vez que ese orden fue contrariado por los intereses comunes: es un propietarismo a la vez pietizado y comunal, y por eso conflictuado. Lo mismo vale para la economía, que es determinada precariamente por la religión y su orden conceptual laico, el de los grandes propietarios, que es pietístico en general, a la vez que éstos responden a ella, y con mayor fuerza porque la determinación de abajo hacia arriba es mayor, lo que no resuelve por sí mismo a la lucha de clases pero le pauta una presión constante del proletariado para satisfacer sus necesidades de subsistencia, mientras que el propietariado ya las tiene resueltas, por lo que orienta sus luchas para liberarse de la opresión religiosa y democratizar, cuando es progresista, o para acumular más y someter a las sociedades a los mandatos píos más estrictos cuando es reaccionario, pero esto históricamente, o sea, con desviaciones y hechos opuestos y ajenos a los de esta explicación, que no da cuenta de toda la realidad, sino que es generalista, como lo es el hecho de que exista el conservadurismo del proletariado pietista, que pugna para subsistir pero no para emancipar, aunque eso es relativo también, por lo que éste contiene reivindicaciones progresivas explícitas u oprimidas, de igual modo que el propietariado es proletarizable, aunque eso sea difícil por su falsa conciencia.