Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 30 de mayo de 2016

De la violencia de género

Ahora que en Argentina está por hacerse una nueva movilización de Ni Una Menos, un movimiento feminista que busca terminar los femicidios y la violencia machista, algunas feministas, como la diputada Victoria Donda, de Libres del Sur, y la intelectual Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en Justicia, salieron a decir que la violencia de género únicamente existe cuando una mujer es violentada por un hombre en torno a su identidad genérica, y no a la inversa. Yo, que fui violentado por una mujer, que me engañó sexualmente y en vano, y que sufrí por eso una agresión grupal al modo de la burla por una parte de la comunidad universitaria de la facultad de ciencias sociales de la UBA, además de un insulto sexual de una feminista por otro motivo, lo que redundó en un autodesprecio de mí mismo, soy quien para decir que esa comprensión está equivocada, y que permite la perpetuación de la violencia feminista, además de que le resta apoyo a la lucha contra la violencia machista, porque los varones que sufrimos violencia de género no vamos a acompañarlas felizmente a las mujeres que desestiman nuestros reclamos, sino que lo haremos algo desganados por su falta de solidaridad.

El hecho de que la violencia de género predominante sea la machista no quita que existen casos inversos, a los que también se debe atender, porque si no se abandona a las víctimas a la soledad, lo mismo que le hicieron a las mujeres violentadas, pero ahora por parte de las feministas. ¡Qué descaro! Les digo que en mi caso abandonaron a un hombre antipatriarcal, y tendríamos que saber de los demás. Para enfrentar los males sociales es preciso que se los reconozca.

La violencia feminista es violencia de género cuando lo es porque entonces se configura según los patrones genéricos: nos agredieron por ser varones, entre otras causas, e incluso habría que ser comprensivo con ella, no buscar venganza sino su superación histórica, lo mismo que debiera ser, aunque de distinto modo, para con los femicidas. Los femicidas asesinan porque responden muy violentamente a la opresión social, junto a las causas en particular que tienen, por lo que para resolver políticamente el problema es preciso comprenderlo. Centrarse en la condena a los femicidas impide resolver la cuestión, por lo que es preciso que en vez que condena se busque justicia, y a la vez su solución histórica.

Otra cosa que me da mucha bronca es que se siga omitiendo el lugar del fetichismo sexual, con el mito de los cuernos, en la violencia al interior de las parejas. Me la pasé leyendo artículos feministas sobre esta violencia sin que se haya mencionado ni siquiera una vez a la cuestión de los cuernos, que es una preocupación entre los miembros de las parejas que creen en él, algo ampliamente extendido en las sociedades occidentales por lo menos.