Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Del idealismo capitalista actual

 El capitalismo más que pietista es idealista, porque en China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba hay un capitalismo que no es pietista, pero que se basa en el modelo de desarrollo inspirado en el iluminismo de fe en un dios extrauniversal y antropomórfico, que es el del liberalismo, no en el sentido de que en esos países la política sea liberal, sino en el de que ella se basa en ese modelo de medición de índices demográficos y socioeconómicos, junto a la comprensión de las relaciones internacionales, y de aplicación de iniciativas gubernamentales relativas a esa medición, lo que no funciona bien a veces. Este idealismo ordena a la práctica humana de mala manera porque sostiene un ordenamiento de la humanidad que está mal planteado al no reconocer algunos aspectos de la realidad que son importantes, como lo son los sentimientos y el querer humanos, por lo que la práctica social desarrollista, tanto la atea como la teísta, los oprime cuando no son los aceptados por su modelo, que tiene alguna bondad.

 Para que el idealismo sea verdadero las ideas que lo componen debieran dar cuenta de buen modo de la realidad en la que operan, por lo cual él tendría que incorporar y transformarse según una crítica de los reclamos sociales que se le hacen a sus modelos sociales, entre otras cuestiones a las que habría que reconocer, como lo son las quejas de los niños, parte de las cuales es legítima en vez que caprichosamente maliciosa.

 El idealismo falso tiene una relación histórica con el teísmo porque el teísmo, al suponer que los dioses crearon al universo, tiene una gran tradición de especular en base a ideas cuyos objetos no existen en la realidad exterior al pensamiento, y en mandar a hacer cosas a la gente de acuerdo con esas especulaciones, además de desdeñar a las críticas que se les oponen, por suponer que provienen de causas menos importantes que las de los dioses, o las de sus seguidores más y menos fieles, lo que redunda en los sucedáneos de esa lógica, como aquellos que, en vez de centralizarse en los dioses, lo hacen en el progreso o el desarrollo mal entendidos. Para que el desarrollismo y el progreso funcionen bien, deber ser bien deificados, con una idea muy verdadera sobre lo divino.