Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 13 de mayo de 2016

El absolutismo constitucional

En el absolutismo monárquico del feudalismo las sociedades europeas consideraban a dios como un ser absoluto, existente por sí mismo, cuya divinidad era encarnada por los reyes, que gobernaban a las naciones según éstas creían que ellos mandaban de acuerdo con los preceptos del dios cristiano, algo análogo a lo que sucedió con las monarquías islámicas. El absolutismo político suponía la reunión de todos los poderes de mando social en el rey, en tanto que representante de la divinidad.

En el capitalismo, la monarquía es reemplazada por el constitucionalismo, que también considera ejercer los mandatos de los dioses, en algunos casos, pero bajo repúblicas de democracia representativa, o monarquías republicanas. En el caso de las constituciones laicas, las legislaciones de las naciones mayoritariamente pietistas se corresponden con los credos pero sin la intromisión directa de las iglesias en ellas. Es lo que sucede en México, Chile y Uruguay, donde las constituciones pautan órdenes sociales pietísticos desde legislaciones laicas.

Ambos sistemas de gobierno, el monárquico y el constitucional, son absolutistas en el sentido de que aceptan que se considere a los dioses como existentes por sí mismos, lo que es el teísmo absolutista, en tanto que en el feudalismo éste se correspondía con el absolutismo monárquico y en el capitalismo con la atribución de los poderes políticos al gobierno tripartito pautado por las constituciones. Son distintos tipos de regímenes gubernamentales de naciones pietistas, y los constitucionales pueden adscribir a los credos o no en su ley, pero en los hechos suelen hacerlo.

La reforma protestante y la contrarreforma católica fueron determinantes al respecto porque habilitaron a la burguesía incipiente a ejercer sus credos por fuera de las iglesias, o con menor intromisión de su parte, las cuales estuvieron aliadas a las monarquías durante el feudalismo, aunque su relación fuera conflictiva, por lo que desde ese distanciamiento los laicos cristianos medianamente propietarios inventaron a la doctrina filosófica que les otorgó lugar de mando social mediante las revoluciones burguesas, el liberalismo.