Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 19 de agosto de 2019

De los problemas para definir a las dictaduras de gobierno

En la discusión de la ciencia política el tema de las dictaduras está sujeto a polémicas interminables porque a éstas se les dan diferentes definiciones, sin que se adopte una que fuera bien consensuada, por lo que los disertantes comparten una materia cuyo objeto no es siempre el mismo, de lo que se pelean mucho sin buen sentido. Las dictaduras, en sí mismas, son los dictados. Ese es su significado denotativo. Luego, existen las connotaciones, es decir, las acepciones secundarias, diversificadas y complejas. Hasta que no se ordene bien este asunto la crítica seguirá sin ser cierta lo suficiente para resolver bien el asunto. Los principales sistemas en pugna, el capitalismo y el socialismo, son dictatoriales en el sentido de que existen mediante discursos. Luego, de qué clase de discursos se trata, en ambos casos verticalizado y en exceso de arriba hacia abajo, es otro tema, también importante, pero no sería justo señalar las injusticias de la superestructura social sin compensarlo con las de la infraestructura, así como habría que reconocer los méritos de ambas. En el liberalismo se da una dictadura de clase, no sólo de los grandes empresarios, sino que se combina con el clero moderno y las concesiones a los asalariados obtenidas por la lucha, entre otros temas, pero en el comunismo esto se replica de forma distorsionada, ya que, por un lado, el gobierno terminó funcionando como clase empresaria, luego mixturada con el capital privado tras la apertura china y cubana, y demás, y por otro predomina el discurso científico de las universidades, muy influenciado por el marxismo, que compite con el cristianismo y el mahometismo, entre las otras grandes prédicas personalizadas, así como aquél también debe otorgar algunas respuestas a la crítica popular. En un caso la dictadura gubernamental es unipartidaria, pero en el otro, en que es plural, el pluralismo es liberal, por lo que le garantiza la prioridad al monoteísmo y al capital, o al politeísmo en el caso de la India, con cierta fusión animista sobre todo en África, y así, por lo que tampoco se trata de un pluralismo honesto. El problema tiene raíz en la base social, que se maneja mucho por creencias y sin asumir la necesidad de establecer un discurso que sea verdadero lo suficiente, en particular en materia de dioses, con las repercusiones que eso tiene en la política, la economía, la familia, el periodismo y demás instancias sociales.

En el liberalismo la dictadura de los presidentes es más rotativa y contrapesada que en el comunismo, en que se dan períodos presidenciales más largos y con parlamentos y justicias que les son más obsecuentes, pero también sucede que los presidentes se subordinan a las leyes supremas, por lo que prima el interés de las asambleas constituyentes, que establecen los grandes marcos legales y discursivos.

Entonces, ambos sistemas precisan modificaciones, pero también la base social, ya que la altura se sostiene desde la base, aunque de manera algo mal forzada, en particular por las armas de metal, pero no sólo por ellas.

Este asunto es más complejo, porque falta agregarle la cuestión de los medios de comunicación, de los mayores productores de discurso, que coexisten en concordancia crítica con gobiernos e iglesias, así como con los partidos, sindicatos y demás grandes actores sociales.