Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Precisiones denominativas sobre los capitalistas

El capitalismo, según su definición principal, es lo que hace el capital como actor social, es decir, la práctica económica y política de los grandes empresarios, a los que se les llama "capitalistas", una expresión ambigua, porque también puede remitir a los partidarios externos de este sujeto histórico, ya que "ista" significa "adherente", lo que redunda en que para hablar de quienes apoyan al capitalismo sin ser parte de la clase dominante se recurra al término "pro-capitalistas", que es un vocablo impreciso. A los miembros de la clase hegemónica habría que llamarlos "capitaleses", o, de modo más formal, "capitalesios", que son palabras más adecuadas a su objeto, en tanto que los capitalistas serían quienes apoyan al capital, pertenezcan o no a esa clase social.

La clase puede ser nombrada como "capitalesía", y a sus miembros como "capitalesianos", pero, dentro de este grupo, hay una parte que no se compone de quienes acumulan montos millonarios, la de las esposas e hijos de los dueños de las grandes empresas, con las variantes que haya, los que si bien son capitalesianos no son capitaleses. Luego, qué ideología tengan, es otro tema. La buena deconstrucción del capitalismo debe ser justa con los capitalistas, cuestión que será necesaria para que sea efectiva, ya que si la transformación al socialismo es mala se perjudica a sí misma, se deteriora, beneficiando al capital y ocasionando su ralentización, postergación o involución. Para ella es preciso entender que la práctica de los capitalistas está condicionada desde abajo, por lo que el pueblo, en gran medida proletario, tiene alguna responsabilidad por lo que sucede en la cúspide social, aunque no es el único factor que determina su existencia. Es preciso establecer bien las culpas de cada actor social. Como el capitalismo es un sistema fetichista está impulsado por el fideísmo internacional, es decir, por la fe humana, que se plasma en el sistema mercantil como la asignación intuitiva de los precios y que en la modernidad adoptó el modo salarial y de billetes, antes que el del dinero electrónico.