viernes, 23 de agosto de 2019

El soberano no es perfecto

El gran problema de la democracia es que el pueblo puede equivocarse, y entonces ser injusto. Entonces, si bien debe persistir como método político, también debe precaverse de la posibilidad de fallar, lo cual exige que el pueblo sea verdadero lo necesario para tal fin. El fideísmo societal es un gran escollo para que la democracia funcione bien, pero algo de fe tiene que haber, porque ella permite indagar la realidad. Basta con distinguir las intuiciones de los conocimientos probados. Las intuiciones son ideas probables, que a veces son ciertas y otras no, o que son algo ciertas y algo falsas.