Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 24 de marzo de 2024

Sobre el golpismo y el terrorismo

 Se acusa al golpismo en absoluto, como si el golpismo fuera malo por sí, pero el golpismo no es así. Entonces, el buen golpismo es aceptable, y hasta obligatorio, aunque no para siempre.

 Con el terrorismo es igual. Son temas que la sociedad obra mal por entenderlos mal. La derecha argentina acusa al terrorismo de izquierda, que es verdad que no fue del todo bueno, pero no admite bien al suyo, que fue mucho peor. 

 La derecha mileísta sostiene la tesis de la verdad completa respecto a la violencia política argentina en los ´70, que es necesaria, pero no cualquiera, porque la completud verdadera, en sí misma, no basta para ser buena. La cuestión es cuál es la verdad completa que hace falta para saldar bien el conflicto de clases, expresado en política como confrontación entre el socialismo y el liberalismo, ambos definidos de forma algo errónea, ya que el socialismo promueve la libertad como el liberalismo la asociación. Es una contradicción relativa y basada en términos falseados, pero no sin algún buen fundamento, que se reparte de formas distintas entre los grupos en pugna.

 La serie de faltas semánticas que hay en el discurso humano se traduce en el sistema de símbolos, que por eso la replica transformada en su orden. Entre la significación y la simbología hay mucha coincidencia, son sinónimos, pero el signo y el símbolo son dos cosas distintas: los símbolos son signos particulares, más perfeccionados que los signos comunes, son señas especiales, que condensan significados más que los signos simples. Los signos son señales, mientras que la idea del símbolo es metafórica, se construye a partir del arrojo conjunto de balas y de los estandartes de los ejércitos. A partir del apedreo colectivo, se elaboró la simbología, y a partir de ella sus significaciones posteriores, en las que se connotó la idea de las señas externas a las de los ejércitos más uniformes, por lo que hay simbolismos ajenos al de los ejércitos oficiales. También hay acepciones de lo simbólico que no derivan de la balística, sino del fardo de mercancías, a su modo redondeado, o las de las pelotas. Al núcleo semántico de la palabra "símbolo" se le asignan dos raíces, una que es la del hinchar, lo que hacen las hinchadas, y la otra del arrojo, de tiradores.