domingo, 16 de marzo de 2025

Extremismo alimentario y aislamiento social

 El vegetarianismo y el veganismo, en sus versiones más extremas, llevan a un aislamiento social exacerbado porque la comida es muy importante en las relaciones humanas. Entonces, no deben ser tan tajantes, para lo cual la reprobación a la ingesta de carne de animal sanguíneo no debe ser absoluta; tiene que haberle cierta tolerancia. Si el movimiento vegano está infiltrado, puede que sus miembros falsos promuevan el fanatismo excesivo para distanciarlo de los otros movimientos y de los partidos más opuestos a la derecha conservadora y reaccionaria.

 Para honrar la crítica alimentaria hace falta tener en cuenta que los vegetales también son seres vivos que sienten, que no podemos controlar del todo nuestra ingesta desde la voluntad individual y que el resto del consumo humano importa para las demás especies vivas y no depende sólo de autocontrol individual, que es dificultado por los males subjetivos y objetivos de cada quien. El autocontrol individual responde a su entorno, que algo coerciona a cada quien, y a las enfermedades propias, que no son del todo curables.

 Con los demás movimientos de izquierda, con los progresistas y con los partidos de este espectro político, puede ser lo mismo, que sus infiltrados promuevan posturas muy radicales para romperles las relaciones internas y externas, el famoso "divide y reinarás", lo que se les facilita porque las teorías de este espacio, reformista y revolucionario, no están libres de poseer muchas faltas, dado que la realidad humana es vasta y abstrusa y por el lastre de necedades y torpezas de cada cual.