En tanto que el pueblo es toda la sociedad, la ignorancia popular es la de todo el pueblo, y existe en todas sus clases, pero en la mediana y la baja, las más asalariadas, también la hay, y entonces es un factor de opresión porque las conduce a tomar decisiones equivocadas, lo cual es patente, por ejemplo, en algunos resultados electorales. La ignorancia es natural. Es imposible no ignorar algunas cosas, pero a algunas se las debe dejar de hacerlo para evitar hacer daño o para hacer bien. Reconocer la opresión "de abajo" no debe implicar desconocer la "de arriba", que es más potente porque involucra a las fuerzas armadas e instituciones más perfectas. Hacer algún daño es necesario para vivir, pero otro no, a la vez que no todo el innecesario es reprobable. Hay que evaluarlo bien y en concreto, según qué daño sea y qué beneficio brinde. Con hacer el bien es parecido, ya que no se justifica por sí mismo, sino que depende de qué bien sea y de lo que implique.