Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 3 de junio de 2021

El proletariado y el infierno

 En los términos de la falsedad vigente, con eje en la dicotomía entre el bien y el mal entendida como la del cielo y el infierno, se liga al proletariado con el infierno porque tanto uno como el otro son inferiores: el proletariado es inferior en la escala social, y el infierno tiene un vínculo semántico con la inferioridad, tan estrecho que las palabras con que se los nombra se parecen mucho entre sí, pero la asociación entre lo diabólico y lo obrero es fetichista, así como están fetichizadas las relaciones matrimoniales, de la clase y la sociedad, con la mentira de las aureolas y los cuernos que se dice ante la fidelidad y la infidelidad a la norma predominante, de premios y castigos monogamistas poco satisfactorios, de igual modo que el empresariado superior también se apropia bastante mal de los bienes y conduce mal sus actos, identificándose con lo celestial y lo divino algo en falso, sobre todo en la cúspide de la clase. Lo vivo se hace de lo inerte, una parte de lo vivo, tras morir, se incorpora a lo vivo, y lo muerto, que es casi todo, siempre está, y hace vivir. Lo muerto hace a lo vivo y el mal lo enferma y mata, así como el bien lo vivifica y lo cura, esto según la perspectiva de cada viviente. Vincular el cielo a lo alto y el infierno a lo bajo es verdad, porque, desde la Tierra, el cielo está arriba y lo inferior abajo, y encima el centro de la Tierra está lleno de lava, pero las mentiras que se les endosan, como las de que hay diablos y ángeles, no lo son, así como el orden que construyen no satisface lo que se desea, esto relacionado con la crianza, la fabricación, reparto y uso de las propiedades y con la capacidad para el mando social.

 El mal se vincula con la muerte porque destruye, y la muerte es el desarme de los seres vivos, pero también se rompe lo inerte, así como se compone. Al destruirse, o se recombina en otras cosas o pasa a ser algo en sí mismo.