El magma terráqueo, adonde se cree que está el diablo, es necesario para la vida, así que debiera ser bien considerado. La humanidad lo desprecia porque supone que el padre del mal mora ahí con sus adeptos, pero eso no es cierto. Entonces, se desprecia, por sostener una idea equivocada, a una de las cosas que nos permite vivir. La temperatura terrestre no sería apta para nuestra vida si no fuera por este núcleo caliente.