Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 27 de octubre de 2023

Del fascismo

 El fascismo como categoría admite acepciones de izquierda, entendido como unionismo socialista ateo ("haz", la traducción del italiano "fasio", es desde un manojo de tallos de cereal hasta un atado de hachas, un símbolo romano que fue esculpido y empotrado en el palacio de tribunales argentino, de constitución católica y liberal), de igual modo que no todo disgregacionismo es revolucionario, como el del anarquismo de derecha. El fascismo reaccionario es híperindividalista y contrario al comunismo igualitario, que puede deshonrarse porque no todo igualitarismo es bueno, lo hay malo por exceso de igualdad, por su mengua y por la perversión de la medida justa, así como el bienestarismo fue sobreprotector, lo que le jugó en contra porque la sobreprotección no se sostiene a largo plazo porque es muy pesada de cargar: su peso supera lo que puede soportar el cuerpo humano, porque demanda más trabajo del que el hombre puede hacer sin lesionarse. El comunismo debe ser bien individualista, porque lo individual hace a la comunidad, ya que ésta se forma de individuos, los hombres relacionados en un planeta ocupado por más seres, vivos y muertos, con los que también interactuamos.

 Al fascismo mussoliniano se lo confunde mal con otros tipos de ultraderecha, que no son fascistas en este sentido antiliberal y corporativista, pero sí pueden ser unionistas y son, respecto al fascismo más famoso, afines y semejantes.